Mentiras en Katmandú

Refutación del artículo de Harper’s sobre los maoístas en Nepal

Li Onesto

Revolución #010, 31 de julio de 2005, posted at revcom.us

El artículo de Eliza Griswold, "No es fácil aquí en Katmandú, entre dos fuegos: Los rebeldes maoístas y el ejército real", salió en mayo en la revista Harper’s. He viajado en las zonas de guerrilla de Nepal, y sigo atentamente el desarrollo del conflicto. Siempre me enfurece este tipo de periodismo que se presta para difundir una gran cantidad de desinformación dañina.

La mentira de "estar entre dos fuegos"

A gente como Griswold le perturba mucho la realidad de que el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) (PCN(M)) ya controle la mayor parte del campo de ese país, que el Ejército Popular de Liberación (EPL) pueda movilizar a miles de guerrilleros contra el Ejército Real de Nepal (ERN), y que los nuevos gobiernos revolucionarios estén cambiando radicalmente la vida económica, política y cultural de millones de campesinos pobres en las zonas bajo su control.1 Desde el comienzo de la guerra popular maoísta en 1996, la clase dominante en Nepal ha sufrido una crisis constante ya que no ha podido lidiar con la insurgencia, que ahora amenaza con conquistar el poder. Pero en vez de investigar por qué la revolución ha crecido tan rápidamente, Griswold declara que la mayoría del pueblo de Nepal está entre dos fuegos: el brutal gobierno que ha violado brutalmente los derechos civiles y, por otro lado, los maoístas que son peores.

Con tal fin, Griswold presenta a: una muchacha de 18 años del ERN; un general de brigada del ERN que recibió entrenamiento en el Fuerte Leavenworth; el redactor de un periódico conservador en Katmandú; el embajador estadounidense a Nepal; un doctor y trabajadores de una clínica que solo atiende a "víctimas de tortura maoísta" (pero no a víctimas del ERN); aldeanos de una zona en contienda del Terai; dos muchachas y la directora de una escuela del valle de Katmandú que dicen que "los maoístas las secuestraron"; y un investigador de derechos civiles que dice que "nadie quiere dejarle Nepal a los maoístas".

Casi todas estas personas (más de una decena) son, por definición, hostiles a los maoístas y se encuentran en ciudades y zonas bajo el control del gobierno. La casi completa censura de prensa y la campaña de desinformación por parte de las autoridades2 han impactado fuertemente a la opinión pública, y limitan lo que se sabe y no se sabe sobre los maoístas, dentro y fuera de Nepal, como se ve con las personas que Griswold entrevista.

Griswold habla con tres maoístas: dos rebeldes con quienes se las arregló para juntarse en la carretera y un periodista que dejó a los maoístas, fue encarcelado y torturado por el gobierno y ahora escribe para un periódico maoísta. También cita a un líder del PCN(M). Pero, aparte de eso, no presenta la opinión de partidarios de la revolución ni habla con habitantes de las bases de apoyo maoístas.

Para seguir el tema de "dos fuegos", Griswold simplemente hace caso omiso de los simpatizantes maoístas, como si no fueran parte de la población. Pero al Ejército Popular de Liberación lo componen docenas de miles de campesinos que no se encuentran "entre dos fuegos" sino que están del lado de la insurgencia. Y muchos más participan en los nuevos gobiernos revolucionarios.

En Nepal, más del 85% de la población son campesinos, terriblemente pobres, desnutridos y explotados por funcionarios corruptos, terratenientes y usureros. Las castas inferiores y los grupos étnicos oprimidos sufren una discriminación sistemática bajo un rígido sistema de castas. En toda faceta de la sociedad, la mujer sufre una intensa discriminación y humillación. El rey controla el ejército, y la monarquía está atrincherada en las estructuras dominantes de la sociedad. El país es dominado por India y países imperialistas como Estados Unidos.

La revolución maoísta tiene el objetivo de eliminar toda esa opresión, mientras que el gobierno la impone, la apuntala y la defiende. ¿Es cierto que las masas, según argumenta Griswold, se encuentran entre esos dos fuegos? ¡Mentira! Millones de nepalíes que sufren una brutal opresión bajo el sistema apoyan la visión y el programa concreto maoístas, se organizan y siguen su dirección.

La clase dominante de Nepal no ha podido y no podrá solucionar las carencias apremiantes de alimento, agua, servicios de salud y de sanidad porque eso requiere arrancar de raíz las actuales relaciones económicas, sociales y políticas de la sociedad nepalesa y entre Nepal y otros países. Griswold reconoce que la situación de las masas es crítica, pero según ella los maoístas "se aprovechan" de ese sufrimiento y lo manipulan. En realidad, los maoístas se han ganado tantos partidarios precisamente porque están luchando contra esa opresión milenaria. En las zonas que controlan, están llevando a cabo cambios concretos: reforma agraria, igualdad para la mujer, eliminación del sistema de castas, servicios de salud, educación, y construcción de carreteras y puentes. Incluso una joven de las fuerzas armadas del gobierno le dice a Griswold: "Los maoístas tienen principios: por eso atraen a todos los que quieren luchar por la igualdad. Unos amigos míos de la aldea se fueron con ellos. Si yo viviera en la aldea, yo también sería maoísta".

En 1999, cuando estuve en las zonas de guerrilla, me impactó mucho observar que la abrumadora mayoría de las escuadras y pelotones del EPL provenía de los sectores más pisoteados: las castas inferiores, minorías étnicas, jóvenes campesinos y muchas, muchas mujeres jóvenes. Eso dice mucho sobre la naturaleza de la revolución.

Autoridad revolucionaria

Vamos al grano. Gente como Griswold habla de la represión, la extrema pobreza y la falta de poder de los pobres, pero nunca defiende el derecho del pueblo a luchar en la vida real contra todo eso. Y lo que odia mucho más que al statu quo opresivo es la autoridad revolucionaria que realmente transforma las relaciones económicas y sociales imperantes, y toda la cultura y modo de pensar que las acompañan. En realidad, argumenta que el pueblo debe someterse a esas horrendas condiciones, y termina disculpando y apoyando las represalias contra la revolución.

Griswold menciona que los maoístas detentan el poder en 73 de los 75 distritos políticos, pero ella se encierra en las zonas de desinformación y nunca sale a las zonas bajo el control maoísta, ¡que constituyen la mayoría del país! Ni siquiera habla de lo que está pasando en ellas. Solo repite que el gobierno maoísta es totalitario y espantoso.

¿Pero qué está logrando la autoridad maoísta en Nepal? Otra manera de plantearlo sería: ¿de qué sirve el poder que los maoístas ganaron por medio de la lucha armada?

Yo podría dar muchos ejemplos, pero me concretaré a la cuestión de la mujer (que ni menciona Griswold, a pesar de que es bien reconocido que un elevado número de mujeres participan en la revolución).

Las tradiciones feudales, como el matrimonio concertado, la dote y la poligamia, se imponen con una mezcla de reglas feudales y capitalistas: en toda esfera, sea el matrimonio o la prostitución, el cuerpo de la mujer es poseído, controlado y negociado. Costumbres religiosas y culturales fomentan y perpetúan la supremacía del hombre. En toda fase de la vida, la restringen y la sofocan. Para que se libere, hay que poner patas arriba las relaciones económicas basadas en la propiedad de la tierra. Hay que arrebatarle el control a las fuerzas religiosas, políticas y militares que apuntalan la tiranía de los terratenientes, funcionarios corruptos y usureros. Hay que eliminar las instituciones sociales y culturales que alimentan el control patriarcal de padres, hermanos y suegras sobre la mujer. Hay que revolucionar todo el sistema educativo.

¡Precisamente para eso sirven la autoridad y el poder revolucionarios!

En las bases de apoyo maoístas se está repartiendo la tierra y por primera vez las mujeres son propietarias. Se prohíbe el matrimonio concertado, la poligamia y otras tradiciones feudales opresivas. Las cortes populares castigan severamente el maltrato a la mujer y la violación. La mujer tiene el derecho de divorciarse, estudiar y luchar en la milicia local o en el Ejército Popular de Liberación. Participa parejo con el hombre en la nueva vida económica, política y social de la aldea.

Se están llevando a cabo cambios sumamente significativos y liberadores en las bases de apoyo maoístas, pero Griswold los niega cínicamente. Al observar a unos hombres que construyen una nueva escuela, solo se pregunta por qué los maoístas cobran una colegiatura de $3. A cientos de millones de personas del mundo, la segregación inhumana de castas les dicta y les amarga la vida. Toda la globalización capitalista y la invasión de cultura occidental no la han eliminado. Pero Griswold ni siquiera comenta al oír que en las bases de apoyo maoístas se han abolido las distinciones de casta y es común que se casen personas de distintas castas.

El pueblo de Nepal necesita cambio revolucionario, no una "solución" dentro del orden establecido que se fundamenta en relaciones económicas de intensa explotación, extrema desigualdad social y dependencia estructural de las potencias extranjeras. La vida diaria de la mayoría de la gente comprueba eso concreta y repetidamente, y por eso muchos apoyan a los maoístas.

Cuentos de intimidación y terror

Para apoyar su "análisis", Griswold cita a un hombre que dice: "Un 99% del país no quiere a los maoístas", una cifra patentemente ridícula ante el enorme crecimiento de la insurgencia, que incluso reconocen los que se oponen a la guerrilla. Sin embargo, ella declara que los maoístas solo han avanzado por medio de la coacción y el terror, y dice: "Los maoístas han empezado a reclamar que cada familia sacrifique a una persona a la causa".

Un reportero del periódico maoísta nepalés Janadesh le respondió: "Los maoístas no obligan a luchar a nadie. ¿Cómo obligar a un hombre o una mujer a disparar un arma? Para ser un combatiente en el Ejército Popular de Liberación, se necesita valor, dedicación y espíritu de sacrificio. No es como los juegos de guerra de video de la computadora. Es una lucha de vida o muerte. Solo los hombres y mujeres más valientes se preparan para luchar por la revolución. Hay un dicho en Nepal: ’un perro en brazos no puede cazar un venado’".

Piénsenlo un momento. Cuando se lanzó la guerrilla, eran pocos contra la coerción brutal de un gobierno apuntalado por India y Estados Unidos. ¿Cómo llegaron a su nivel actual de fuerza militar y política, a no ser que miles de personas acepten a los objetivos de la revolución y arriesguen la vida en el campo de batalla para hacerla realidad?

Hay videos, fotos e informes de mítines maoístas masivos en el campo.3 Los reporteros que han estado en las zonas que controlan los maoístas describen cómo organizan a la gente a construir carreteras, puentes y escuelas.4 Durante las negociaciones en 2003, unas 30,000 personas asistieron en un mitin maoísta en Katmandú. 5 Y el ERN ha confrontado a miles de guerrilleros en batalla. ¿Cómo se podría atribuir todo eso a la ’coacción’?

La mayoría de los campesinos pobres de Nepal son analfabetos, pero ¡no son mensos! Han vivido en carne propia un sistema, y empiezan a conocer y vivir en otro sistema revolucionario, y lo apoyan. Las docenas de miles que luchan contra el gobierno y los millones que viven en las zonas de control maoísta NO lo hacen porque los "intimidan" o "coaccionan".

¿Quién depende de la tortura?

Griswold cita a una persona que dice: "Los maoístas torturan a aproximadamente el 60% de los que caen en sus manos, pero el ejército tortura a 80%". 6 Habla con un doctor de una clínica para "víctimas de tortura maoísta" que dice que los dos lados están aumentando el uso de la tortura, y escribe: "Su teoría es que los maoístas y las fuerzas del gobierno están en competencia a ver quién puede ser más brutal. Citó las cifras ya conocidas sobre los maoístas y el gobierno". (Califica de "ya conocida" esta estadística no corroborada). Eso pasa por "teoría" sobre un conflicto serio: ¡¿que los maoístas y el ERN están en una contienda a ver quién puede torturar más?!

Los guerrilleros maoístas, a diferencia al ERN, no creen que "los fines justifican los medios". Sus acciones se basan en sus fines de dar a luz una nueva conciencia popular que llevará a la construcción de una nueva sociedad, para prender el camino hacia la abolición de la opresión y la desigualdad.

Eso se concreta en la manera humanitaria en que los maoístas tratan a los prisioneros de guerra, en conformidad con el Convenio de Ginebra. Han entregado a muchos en buenas condiciones a la Cruz Roja y otras organizaciones de derechos humanos.7 Los soldados del ERN y policías que fueron capturados por los maoístas han informado a reporteros que solo les hicieron escuchar propaganda y los invitaron a sumarse a la revolución, pero no les hicieron daño. Les advirtieron que de ser capturados de nuevo, los castigarían severamente, pero les regalaron comida y dinero para regresar a sus pueblos en vez de regresar al ERN. Esa es la política maoísta de luchar políticamente incluso con los que trabajan con el gobierno. Me han contado varios relatos de que los rebeldes advirtieron por lo menos tres veces a esas personas que abandonaran la actividad contrarrevolucionaria, antes de castigarlas.

Un informe del Kathmandu Post sobre 18 policías capturados dijo: "Su entrega tiene un toque humanitario. De hecho los rebeldes los liberaron después de proporcionarles una cantidad que iba de 800 a 1500 rupias para los gastos de regreso a casa.... maltrataron en ningún momento. ’No cometan atrocidades. Seguramente Uds. nos hubieran matado si nos hubieran capturado’, les dijeron los rebeldes. También mandaron a dos camaradas a ayudarles a salir de la zona sanos y salvos".8

Griswold nos pinta un cuadro en que "ambos lados" matan a gente inocente. A ver, comparemos la política y la práctica del ERN y el EPL. La vasta mayoría de las 12,000 personas que han muerto en la guerra eran civiles asesinados por el Ejército Real y presuntos revolucionarios que torturaron y asesinaron. Conforme a la política yanqui, de Vietnam a Fallujah, de "destruir la aldea para salvarla", el ERN (entrenado por Estados Unidos) ha violado los derechos civiles de muy amplios sectores de la población y ha asesinado a miles por "sospecha de apoyar a los maoístas", como dar comida y techo a la guerrilla. Las organizaciones de derechos civiles han comprobado que la policía y ERN incendiaron aldeas y torturaron, asesinaron y encarcelaron a miles de personas. En 2003 y 2004, Nepal registró el número más grande de casos nuevos de desaparecidos por fuerzas de seguridad en todo el mundo.9

En contraste, la vasta mayoría de los que los maoístas mataron eran policías y soldados en el campo de batalla. Han ejecutado a otros, como informantes, solo si sus acciones resultan directamente en la muerte o captura de maoístas y otros del pueblo.

El PCN(M) dirige una revolución armada que moviliza a miles de campesinos pobres e indigentes. Sus familias sufrían y morían en los "tiempos normales". Ahora, el ERN y la policía cometen horrendos crímenes contra el pueblo. Cuando la gente se alza contra los opresores, no es del todo "ordenado" y se necesita dirección para que la lucha supere el deseo de venganza. Eso es exactamente lo que provee el PCN(M). En varias ocasiones, ha criticado públicamente acciones incorrectas, e incluso ha cambiados ciertas políticas tras recibir críticas.10

Piden más sangre, más intervención yanqui

James Moriarty, el embajador estadounidense a Nepal, se queja a Griswold: "Me horroriza lo fácilmente que se mueven [los maoístas] por el país y cuánto terror siembran". Griswold nota que: "Estados Unidos ha incluido a los maoístas en la lista de terroristas del Departamento de Estado, en un renglón justo abajo de los grupos que, en palabras del embajador, pertenecen a la ’Gran Guerra contra el Terrorismo’". Dice Moriarty:

"No es fundamentalismo islámico, obviamente... pero es una versión fervorosa de maoísmo que podría causar grandes problemas en esta región. Dicen que van a invadir a Estados Unidos... No me preocupo mucho por eso, pero sería un error no ponerles atención. Hay que tomar en serio el peligro que representan".

Es ridículo tener que refutar la absurda declaración de que los maoístas de Nepal hayan amenazado con invadir a Estados Unidos. Creo que Moriarty y probablemente Griswold también saben que es mentira. Pero esta mentirita es parte de la mentira principal: que los maoístas de Nepal sean terroristas y, por lo tanto, apoyar al gobierno de Nepal es parte de la "guerra contra el terror".

En 2002, Michael Malinowski, embajador estadounidense a Nepal, declaró que los maoístas de Nepal son "fundamentalmente iguales a los terroristas internacionalmente reconocidos".11 Bush, en su propuesta para dar $20 millones de ayuda económica y militar a Nepal, dijo: "En este momento no tenemos comprobación directa de la presencia de Al Qaeda en Nepal, pero se ha comprobado que un gobierno débil es un imán para los terroristas, delincuentes y servicios de inteligencia de los países vecinos...".12 Estados Unidos bien sabe que los maoístas de Nepal no tienen nada en común con grupos como Al Qaeda, pero eso no le estorba para inventar comparaciones falsas o argumentar que si no paran a los "terroristas" en Nepal, "otros terroristas" serán libres de utilizar el país.

Todo eso le sirve a Griswold de leña para pedir más ayuda militar e intervención estadounidenses. Tras entrevistar a un general del ERN, escribe: "La paz, cree el general, solo se fraguará por medio de más gastos militares, particularmente de Estados Unidos. ’Más tropas y mejores armas disminuirán las bajas humanas’, dice. ’Si somos débiles, los maoístas seguirán peleando... De no ayudarnos nuestros amigos estadounidenses, el problema maoísta no se resolverá. Sea en nombre de la política o de la religión, el terrorismo es terrorismo, querámoslo o no’".

¿No le prende el foco a Griswold que el general con quien está hablando comanda un ejército increíblemente sangriento? ¡Para colmo le da una tribuna para pedir más armamento que se destinará a más masacres y tortura!

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Hemos llegado a eso: en las páginas de la revista liberal Harper’s, un artículo que parte de la premisa de que "las masas están entre dos fuegos" de dos fuerzas malas, concluye pidiendo que se aplaste a un lado: los maoístas. Estos argumentos de Griswold no tienen nada de original. Son para convencer a los que podrían apoyar esta lucha de liberación de que si el gobierno es malo, los maoístas son peores, y por lo tanto no nos queda otra que apoyar al gobierno de Nepal. Solo sirven de pretexto para una guerra sangrienta, apoyada por Estados Unidos, contra una auténtica lucha popular de liberación de Nepal.

NOTAS:

1. Véase "La guerra popular de Nepal:" Tomar la ofensiva estratégica", Un Mundo Que Ganar, No. 31, 2005).

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2. Bajo un estado de sitio declarado en noviembre de 2001, catearon y cerraron los periódicos maoístas y arrestaron a su personal. Interrogaron a redactores y escritores de la prensa burguesa simplemente por citar a líderes maoístas. Durante los primeros nueve meses, arrestaron a 130 periodistas. Cuando el rey Gyanendra suspendió el parlamento y se tomó el poder total el 1ó de febrero de este año, mandó soldados a las oficinas de prensa para "redactar" los artículos antes de se publicaran.

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3. El DVD "Eight Glorious Years of Nepalese People’s War" está disponible en BM BOX 7970, Londres, WC1N-3XX, Inglaterra o email lal_rpg@yahoo.co.uk.

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4. Reuters News Service, "Amid war, Nepal rebels build road to win hearts", marzo de 2005.

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5. BBC News, 3 de abril de 2003.

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6. Un artículo del Kathmandu Post (20 de septiembre de 2004) sobre el informe del Centro de Víctimas de Tortura citó distintas estadísticas: "En los últimos años, casi 60% de las personas detenidas por el estado, y el 40% de las secuestradas por los maoístas han sido torturadas físicamente, lo que no solo les causa daños físicos sino un serio golpe psicológico...".

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7. Véase la página web del Comité Internacional de la Cruz Roja, http://icrc.org/spa

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8. Kathmandu Post, 26 de noviembre de 2002, "Freed cops say weapons let them down".

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9. Informe de Human Rights Watch: "Clear Culpability —Disappearances by Security Forces en Nepal", disponible en inglés en: hrw.org/reports/2005/nepal0205.

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10. Véase: "Nepal rebels ’regret’ bus deaths, launch probe", Reuters, 7 de junio de 2005; "Nepal: Maoístas se autocritican por dinamitazo", Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar, 13 de junio de 2005; e Informe directo de la guerra popular de Nepal, Li Onesto, sección sobre "Políticas revolucionarias".

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11. Indiatimes news online, 26 de febrero de 2002.

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12. FY 2002 Foreign Operations Emergency Supplemental Funding, disponible en inglés en http://www.fas.org/asmp/profiles/aid/aidindex.htm.

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