Cindy Sheehan y la encrucijada de Crawford

Revolución #012, 21 de agosto de 2005, posted at revcom.us

"Si uno procura convertir a los demócratas en algo que no son y nunca serán, termina convirtiéndose a sí mismo en lo que los demócratas en realidad son"

Bob Avakian

Millones de personas por todo el país hierven de indignación. Preguntan: "¿Dónde están las armas de destrucción masiva?". "¿Por qué el presidente Bush y sus asesores llevan tanto tiempo diciéndonos mentiras?" "¿Cuál es el verdadero motivo de la matanza sin parar en Irak?"

La semana pasada Cindy Sheehan --cuyo hijo Casey, un soldado, murió en Irak en abril de 2004-- mostró lo amplia y profunda que es esa indignación cuando montó campamento frente al rancho de Bush en Crawford, Texas.

Anunció: "Quiero que él me explique cuál es `la causa noble' por la cual murió Casey. ¿La libertad y la democracia? ¡Pura mierda! Murió por el petróleo. Murió para enriquecer más a sus amigos. Murió para extender el imperialismo americano en el Medio Oriente.

"La Ley Patriota no nos ha tnaído más libertad. Irak tampoco disfruta de libertad. ¡Cuando Estados Unidos se salga de Irak e Israel se salga de Palestina, entonces parará el terrorismo! Bueno, sí, he dicho la palabra imperialismo, y ahora voy a decir otra palabra gruesa: destitución del presidente, porque no podemos perdonar a esta gente. Hay que juzgarlos por crímenes de guerra y meterlos a la cárcel".

Sus acciones han sido un toque de clarín para millones de personas. Desde todo el país ha recibido una marejada de apoyo espontáneo. El debate llenó la internet y poco después los medios de comunicación se vieron obligados a prestarle atención. Sheehan recibió miles de llamadas, correos electrónicos y declaraciones de apoyo. Mucha gente envió cartas de apoyo a los periódicos y a los senadores para pedir que Bush se reuniera con ella.

Se han celebrado manifestaciones de apoyo en muchas partes del país y ha llegado gente a Crawford para participar en el campamento. Gente de todos los sectores, por ejemplo trabajadores comunes y corrientes, lo están comentando y se prendió un gran debate.

Los fascistas como Bill O'Reilly y los derechistas como Matt Drudge la atacaron por tener la osadía de condenar las mentiras de Bush y decir que su hijo no murió por una "causa noble". Otros reaccionarios hasta amenazaron con causarle daño. A fines de semana la derecha estaba a la contraofensiva y mucha gente decía que "no sabe qué pensar". pero el debate sobre la guerra se ha reiniciado.

Por supuesto tiene que ir mucho más allá. Pero el gran apoyo espontáneo a Cindy Sheehan es una señal muy importante de que mucha gente está indignada y ansía hacer algo. en respuesta a la guerra y, es más, a toda la trayectoria del gobierno de Bush. Cuando se abre así una brecha que rompe dramáticamente la atmósfera, se galvanizan. Todo esto es un suceso muy bueno y muy oportuno.

Su dinámica.

Pero se han planteado preguntas importantes: ¿adónde llevará esta indignación y qué se necesitará realmente para parar el programa de Bush?

Por ejemplo, en la internet se ven miles de cartas indignadas e impacientes a los senadores y congresistas. Esta es una expresión de algo mayor. y se divide en dos.

Está bien y es algo muy positivo que tanta gente haya respondido con indignación a esta guerra asquerosa, injusta, ilegítima e inmoral que el sistema libra contra el pueblo iraquí, y que desee oponerse. Esta indignación y este deseo son una base para forjar mayor conciencia y resistencia.

Pero por otro lado, el instinto de apelar a los senadores y congresistas --o esperar pasivamente las próximas elecciones o que la situación pendule de nuevo-- es una señal de una gran debilidad. Es un ejemplo de la respuesta "normal" en este país: esperar que un sector de la élite, o un grupo de los de arriba, se oponga a los que hoy detentan el poder y actúen en nombre del pueblo. Precisamente eso es lo que ha restringido y sofocado una y otra vez los profundos deseos de deshacernos del gobierno de Bush y de todo lo que representa.

Si la meta de la lucha popular sigue siendo convencer a un sector de la élite de unirse a esa lucha y oponerse a otro sector, la élite se apoderará de ella y la desviará al servicio de su propio programa. A la larga eso llevará a traicionar la meta por la cual se inició la lucha, no importa la buena voluntad de los luchadores.

Echemos un vistazo a las elecciones. Casi todo el movimiento contra la guerra terminó apoyando a John Kerry. O sea, ¡a un candidato que no estaba dispuesto a llamar mentiroso a Bush, que a duras penas condenó la tortura en Abu Ghraib y ni siquiera se opuso a la guerra!¿Y qué pasó? Bush derrotó a Kerry y declaró que tiene apoyo popular, y el movimiento de oposición terminó desmoralizado y desmovilizado. Esto subrayó lo que dijo Bob Avakian: "Si uno procura convertir a los demócratas en algo que no son y nunca serán, termina convirtiéndose a sí mismo en lo que los demócratas en realidad son".

¿Por qué? Fundamentalmente porque el aparato político establecido no le pertenece al pueblo. Por el contrario, lo establecieron y lo controlan (y pertenece a) los que nos gobiernan. Lo que ellos representan está en oposición fundamental al pueblo y a la lucha por un mundo mejor: expandir el imperio y la dominación mundial yanquis. El papel del Partido Demócrata, que es parte de ese mismo aparato político y que lucha por defender los mismos intereses, es acorralar y controlar a los que protestan contra el sistema, y descarrilar sus luchas.

Por eso lanzaron la guerra de Irak con descaradas mentiras a pesar de una enorme oposición popular en Estados Unidos y por todo el mundo. Y también por eso hasta el día de hoy ni un solo demócrata de peso ha pedido poner fin inmediatamente a la guerra, y solo ofrecen planes para librarla con mayor "inteligencia" (o sea, más ferozmente).

Digámoslo sin pelos en la lengua: en la situación actual, escoger ese camino, o incluso dejarse llevar por la corriente, tendrá consecuencias. para el futuro de todo el planeta y la vida de todos sus habitantes: los presos de Abu Ghraib, las adolescentes de Tennessee que necesitan un aborto, los enfermos del SIDA en Kenia y los inmigrantes presos en New Jersey.

Estas infamias son parte de un sistema, un sistema imperialista.

En último término, solo se puede acabar con el sinfín de infamias y horrores de este sistema por medio de la revolución comunista, cuya meta es crear toda una nueva sociedad basada en el gobierno de la clase trabajadora y sus aliados. Abolirá las clases y la explotación de clase; todas las relaciones sociales opresivas que se derivan de esa explotación de clase y que la refuerzan; y las ideas retrógradas que se desprenden de esas relaciones y las refuerzan.

Por supuesto, esto no quiere decir que es imposible o que no es importante que las masas influencien la dirección política de la sociedad, incluso cuando no sea posible tumbar el sistema. Todo lo contrario. Pero lo que sí quiere decir, y lo que subraya,es que para hacerlo tendrán que salirse de los confines del marco político establecido.

No se puede permitir que esta indignación se desperdicie en riñas entre diferentes sectores de una élite a la cual no le preocupan nada los pueblos del mundo y cuyas diferencias se reducen a qué estrategia de dominación y saqueo será más efectiva. No se puede permitir que los politiqueros vuelvan a traicionar estas aspiraciones; hay que tomar la historia en manos propias.

.y la nuestra

Pensemos en todas las mentiras con que han justificado la guerra; en la tortura y humillación en docenas de penales militares; en la negación de los derechos fundamentales que representa la Ley Patriota; en el fomento oficial de una teocracia y la supresión de la ciencia; en la negación del derecho al aborto y hasta en el control de la natalidad aquí y por todo el mundo. Pensemos en la destrucción del medio ambiente por un sistema imperialista más y más grotesco.

Pensemos también en la indignación y frustración ante todo esto de millones de personas que se ve en la respuesta a las acciones de Cindy Sheehan. una indignación y frustración que no lograrán nada si se permite que las desvíen.

Hay muchísimo en juego. Pero SÍ hay una manera de lograr lo que tenemos que lograr, de llegar a una situación en que el pueblo (y no las élites imperialistas) marque el paso: la lucha popular que se opone sin vacilación a este gobierno y todo lo que representa. No hay una sola dinámica sino dos; si la dinámica es otra, si el pueblo asume la responsabilidad de luchar en aras de sus propios intereses, puede encaminarse a una situación distinta. La única manera de alcanzar cambios sociales fundamentales es por medio de la acción histórica independiente. en vez de depositar la confianza en un sector de la élite, hay que luchar sin vacilación en defensa de lo justo y, en el proceso, abrir un nuevo camino.

Escuchemos lo que dice la convocatoria de las manifestaciones del 2 de noviembre para SACAR CORRIENDO AL GOBIERNO DE BUSH:

"Estamos hablando de algo en una escala que podría efectuar un enorme cambio en este país y en el mundo. Es necesario dejar de luchar contra las atrocidades de Bush una por una, perdiendo terreno constantemente. Debemos y podemos crear un clima político que repudie el gobierno de Bush, que lo saque corriendo y que cambie el rumbo por el que ha encaminado la sociedad. Nosotros, a millones, debemos y podemos responsabilizarnos por cambiar el curso de la historia.

"Con ese fin, el 2 de noviembre, el primer aniversario de la `reelección' de Bush, daremos el primer gran paso organizando un día de resistencia masiva en todo el país. Por todas partes se saldrán de clases y del trabajo, irán al centro o a las plazas, se tomarán las calles y exhortarán a SUMARSE a esta lucha. Repudiarán este gobierno criminal y dejarán en claro esto: ¡NO! ¡ESTE GOBIERNO NO NOS REPRESENTA Y LO SACAREMOS CORRIENDO!

"El 2 de noviembre debe ser una proclama masiva y pública de que NO NOS DEJAREMOS GOBERNAR DE ESTA MANERA. El 2 de noviembre tiene que ser un toque de clarín para los millones y millones más que están inquietos e indignados. El 2 de noviembre será el principio: un enorme primer paso que apunta a la expulsión de Bush y un anuncio de que no pararemos hasta que se vaya. Esto será un gran apoyo y alegría para la gente de todo el mundo que, con urgencia, necesita y quiere que se pare a este gobierno".

Si eres una de las personas que ha escrito cartas a familiares o congresistas; si te alegra lo que está pasando en Crawford; si has estado platicando con los compañeros de trabajo sobre Cindy Sheehan. pues eres uno de los que puede plasmar esa dinámica en realidad. Nadie lo hará por ti. Los sucesos de la semana pasada demuestran una vez más que hay millones de personas que no han hecho las paces, que odian el gobierno de Bush y todo lo que representa y que buscan una manera de cambiar la situación. Es hora de ponernos de pie, movilizar y forjar a esos millones de personas en una fuerza para tomar acción histórica independiente sin vacilación y resolver los problemas que confronta la humanidad. Es hora de contribuir lo máximo posible al 2 de noviembre y de hacerlo un punto de viraje histórico.

No cabe duda de que esta es una batalla por el futuro.El otro lado tiene su camarilla en el poder, un núcleo sólido de fascistas cristianos, los medios de comunicación grandes y las fuerzas armadas. Nosotros tendremos que movilizar y organizar a todos los que se oponen a esta trayectoria. Tendremos que alcanzar hasta a los simpatizantes del gobierno y separarlos bregando sobre lo que realmente los beneficia a ellos y a los pueblos de todo el planeta. Tendremos que organizarnos y unificarnos más de lo que jamás hemos hecho, y luchar con más creatividad y resolución.

¿Se puede hacer? Si centenares de personas organizan a miles, ahora mismo; si esos miles de personas le tocan el corazón a millones; puede haber toda una nueva dinámica. Como dice la convocatoria del 2 de noviembre:

"La neta: la historia está repleta de luchas justas que triunfaron contra enemigos superiores. Pero también está llena de ejemplos de gente que se mantuvo al margen, esperando pasivamente que pasara la tormenta, y quedó ahogada por horrores que no se imaginó. El futuro no está escrito. EL FUTURO QUE NOS TOQUE DEPENDE DE NOSOTROS".

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