El huracán Katrina: Muertes innecesarias

Declaración del Partido Comunista Revolucionario, EU, 31 de agosto de 2005

El huracán Katrina no se podía parar, pero el caos, el sufrimiento y la muerte que causó de ninguna manera eran inevitables. ¿Por qué el gobierno no organizó una evacuación grande y sistemática? ¿Por qué no se ocupó del mantenimiento de los diques? ¿Por qué dejó a tanta gente a su suerte para que se las arreglara por su cuenta?

Este gobierno ha gastado miles de millones de dólares en la guerra contra Irak, pero no evacuó una ciudad antes de una tormenta desastrosa a pesar de que se pronosticó con varios días de anticipación. Tienen montones de helicópteros y aviones de transporte en Irak, pero en Nueva Orleáns miles quedaron atrapados en un estadio.

Ahora gente de todos los sectores está sufriendo porque las medidas preventivas que hubieran podido reducir los efectos del huracán no dan ganancias. A millones de damnificados los dejaron en una situación en que solo podían pensar en sí mismos. Más de 100,000 personas no pudieron salir de Nueva Orleáns porque no tienen carro, gasolina o dinero.

El desastre puso a la vista las relaciones injustas y opresivas de este sistema, donde mucha gente vive en condiciones en que cuando llega un desastre quedan en peligro de muerte innecesariamente. En la televisión se puede ver que hay muchos miles de negros atrapados en Nueva Orleáns y otras ciudades peligrosas. Eso es una consecuencia de una historia de esclavitud y segregación cuyas huellas persisten hoy.

Incluso antes de la tormenta, la gobernadora Kathleen Blanco de Louisiana permitió que las fuerzas del orden suspendieran las libertades civiles. La Agencia de Seguridad de la Patria declaró una emergencia nacional. Los medios pintan a los damnificados que tratan de subsistir como "pandillas peligrosas de saqueadores". Esto no es bueno para el pueblo.

Además, la gobernadora pidió un día de oración. Por supuesto los individuos pueden orar si quieren, pero al gobierno le incumbe responder a las necesidades de la población y movilizar a ayudar, no exhortar a rezar.

Los peligros de la situación actual son una consecuencia de la organización de la sociedad, y NO de la naturaleza. Hay que impedir que haya más sufrimiento. El desastre que se avecina no es nada inevitable SI SE MOVILIZA A LOS SERES HUMANOS A IMPEDIRLO. Si NO se los moviliza, si NO se obliga al gobierno a tomar medidas URGENTES ya, centenares o miles más morirán innecesariamente por enfermedades o porque no los rescataron.

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