Voces de Louisiana: "ESTAMOS MUCHO MÁS ALLÁ DEL ENOJO"

Revolución #013, 4 de septiembre de 2005, posted at revcom.us

De nuestros corresponsales en Louisiana:

Rumbo a Nueva Orleáns nos encontramos con un señor de Thibodeaux que fue a reparar generadores en la ciudad. Él nos dijo: "No están diciendo lo que está sucediendo; hay cadáveres por todos lados, hay cadáveres en las calles de Nueva Orleáns. El desastre natural se ha vuelto una catástrofe humana. Una terrible tormenta ha abierto un torrente de furia y dolor".

Un señor del distrito municipal 9 de Nueva Orleáns, pegado al dique y a orillas del lago Pontchartrain, nos dijo, entre sollozos, que no encontraba a su mamá, tía ni hermanas. Luego nos dijo: "No vayan a decir que aquí no tenían un plan. No, ese no es el problema. Tenían un plan, el plan era cerrar la ciudad y dejar que se mueran los que no salieron, los negros y los pobres. Que se mueran, ese era el plan".

Una señora llamó angustiada a una emisora a pedir ayuda. Dijo que un amigo anciano estaba atrapado, enfermo y deshidratado. El viernes intentó cruzar el puente del río Mississippi, pero la Guardia Nacional no lo dejó porque tenía identificación del municipio de Orleáns y no podía cruzar la "frontera" hacia el municipio Jefferson. "Se va a morir en el apartamento", nos dijo.

Todos están que hierven de rabia y a punto de estallar del dolor; están furiosos porque los tratan como refugiados, los llaman refugiados. No comprenden por qué el gobierno, a todo nivel, no hizo nada por ayudarlos. Un señor de Kenner nos dijo: "¿Cómo es posible que nos llamen refugiados siendo de aquí? Mi familia está aquí desde que vinieron de esclavos. ¿Y ahora nos llaman refugiados?". Un joven de Uptown Nueva Orleáns nos dijo: "No estamos enojados, estamos mucho más allá del enojo. Si pudieran ver cómo nos sentimos por dentro, verían que estamos mucho más allá del enojo".

Nueva Orleáns está bajo ocupación militar; miles de soldados llegaron a reprimir y subordinar a los que quedan. La ley marcial reina en Orleáns y otras municipalidades. Después de dejar por varios días a los residentes más pobres de una ciudad importante podrirse en aguas residuales, sin alimento, agua o medicina, el gobierno mandó tropas. Reginald habló por muchos cuando dijo: "Desde este puerto a diario enviaban material para matar gente en Irak, ¿por qué no lo usan para ayudar a la gente de Nueva Orleáns?".

Los efectos del huracán se sentirán por mucho tiempo, pero la influencia que tendrán en el futuro dependerá en gran medida de la respuesta que demos hoy. Jugando baloncesto en un albergue de Baton Rouge un joven nos dijo: "La ciudad ya no está, pero nosotros seguimos aquí".

Se necesitan con urgencia fondos para continuar el reportaje desde Nueva Orleáns. Envíen contribuciones a nombre de Revolution Reporters Travel Fund, P.O. Box 3486, Merchandise Mart, Chicago IL, 60654.