Revolución #015, 25 de septiembre de 2005, posted at revcom.us
Hace poco, salió a la luz documentación de los terribles crímenes que comete el gobierno de Bush al patrocinar campañas religiosas de abstinencia sexual como único método de educación sexual en todo el mundo. El ejemplo de Uganda ilustra el efecto concreto de esas campañas religiosas... y que el gobierno de Bush tiene toda la intención de seguir con ellas.
Es un hecho científico que los condones (preservativos) impiden la propagación de enfermedades de transmisión sexual y que, por eso, son una cuestión de vida o muerte para millones de personas por todo el mundo. Sin embargo, el informe de marzo del grupo Human Rights Watch documentó que en Uganda los programas financiados por Estados Unidos enseñan la mentira fatal de que el virus del SIDA (VIH) puede pasar por un condón y, además, que los grupos religiosos hicieron tachar toda mención de condones de los libros de texto. Los profesores confirmaron que les dijeron que no mencionaran nada sobre condones a los estudiantes.
Según una ley de 2002, los grupos que reciben fondos para la prevención del VIH en el exterior tienen que recalcar la abstinencia sexual antes de hablar de condones. En Uganda, Estados Unidos da ocho millones de dólares a programas que enseñan que la abstinencia es la única forma aceptable de control de natalidad; muchos son de organizaciones fascistas cristianas que tienen nexos con grupos similares en Estados Unidos. (La esposa del presidente de Uganda dirige un grupo que quiere hacer un censo de vírgenes en el país; otro grupo rezó por que Bush ganara en las elecciones de 2004).
Los fascistas cristianos elogian a Uganda como un modelo de los programas de “abstinencia, sé fiel, usa condones”. De 1991 a 2001, el porcentaje de personas portadoras del VIH en el país disminuyó del 15% al 6%. La página web de Focus on the Family dice, falsamente, que esa reducción se debe a un aumento de la abstinencia y no a los condones, pero en realidad el uso de condones subió de 2% a 22% de 1989 a 1995. Con los ataques actuales a los condones, el porcentaje de portadores del VIH de nuevo está en aumento.
Además de decir mentiras, le niegan condones a una población que corre gran riesgo de contagiarse de VIH. Los programas financiados por Estados Unidos en Uganda han dejado de dar condones, con excepción de a las prostitutas y soldados. Esa moral no permite que hombres y mujeres tengan relaciones sexuales protegidas, pero defiende el derecho de los hombres a explotar a las mujeres, tratarlas como objetos sexuales y les da la protección para hacerlo.
Ahora prácticamente no hay condones en Uganda. En agosto, un informe de la organización Center for Health and Gender Equality señaló que desde octubre se habían distribuido solo 32 millones de condones en el país (de 25 millones de habitantes). En otras palabras, repartieron un poco más de un condón por persona para el año entero, una cantidad inútil que implica que millones de personas corren el riesgo de contagiarse. Ya no hay condones en muchos lugares donde antes los distribuían gratis y en las tiendas el precio ha subido más de 300%. Los hombres están recurriendo a usar bolsas de plástico para protegerse.
¿Qué resulta en realidad cuando se roba a millones de personas del conocimiento o la capacidad para protegerse del SIDA, y esto en un país donde una de cada 20 personas está infectada? ¿Cuál es el efecto concreto de esa moral, financiada e impuesta por el gobierno de Bush, que en esencia condena a muerte a la persona que se aparte de los estrictos mandatos bíblicos sobre la conducta sexual humana?
Es genocidio.