El poder de la resistencia
Revolution #016, October 2, 2005, posted at revcom.us
De una corresponsal de Nueva York:
Este año escolar los estudiantes de la prepa DeWitt Clinton, del Bronx, encontraron cámaras en las escaleras, detectores de metal y nuevas reglas: prohibición de celulares y no salir durante el almuerzo.
Para entrar a la escuela los estudiantes necesitan pasar una tarjeta de identificación por un lector electrónico, pasar por un detector de metal y poner sus cosas en una máquina de rayos X. Si suena el detector de metal, al estudiante lo interrogan en un cuarto con una ventana por donde lo pueden ver sin ser vistos, como en las comisarías. No pueden salir a comer. En una palabra, desde el momento que ponen pie en la escuela los tienen vigilados hasta que se acabe la jornada escolar.
“Es como una cárcel”, escribió un estudiante en Sconex.com. “Nos tratan como presos”, le dijo al New York Times otro.
Había que hacer algo y unos estudiantes se lanzaron.
El lunes 19 de septiembre, 1,500 estudiantes, la mayoría negros y latinos, hicieron un paro. Unos iban “encadenados” como presos, otros llevaban pancartas que decían “Prisión de Máxima Seguridad DWC” y coreaban “libertad”. El viernes 16, un estudiante que no se consideraba activista anunció el plan en la página web Sconex.com: todos debían reunirse frente a la escuela y permanecer en silencio hasta que terminara la primera clase. Al día siguiente se encontró solo frente a la escuela, mientras que los demás estudiantes hacían cola para que los revisaran. “Al principio nadie me acompañó, ni mis amigos. Muchos me dijeron que estaba perdiendo el tiempo. Me sentí como un idiota”, dijo.
Pero a las 11:30 de la mañana 1,500 estudiantes lo acompañaban. Decidieron marchar dos millas a la oficina del superintendente a pedir que quiten los detectores y las cámaras, que los dejen salir a almorzar y que les permitan usar los celulares. “Este es el primer paso. La protesta era solo para hacerlos saber que nos van a tener que hacer caso”, dijo un estudiante.
Al día siguiente la policía tenía la escuela rodeada: separó a los estudiantes por género y registró las mochilas; tenían camionetas en cada entrada con las puertas abiertas; directamente en frente de la escuela tenían un camión y escuadras de policías recorrían el plantel.
A cada rato están imponiendo nuevas leyes fascistas: la Ley Patriota, una cámara en cada esquina, registros y hostigamientos, órdenes de que bibliotecas, servidores de la Internet y aerolíneas entreguen listas, etc., etc., etc.
Es necesario oponerse a todo eso y hay que aplaudir a los estudiantes de la prepa DeWitt Clinton por lo que hicieron. Tenemos que apoyar, aprender y dar a conocer en todas partes ese espíritu de resistencia. Lamentablemente, no se han visto suficientes actos de resistencia como ese, pero tiene que haber más.
El Mundo No Puede Esperar (worldcantwait.org) urge a los estudiantes organizarse y movilizarse bajo la consigna: