A la memoria de Rosa Parks: Luchadora

"Siempre dicen que no me paré del asiento porque estaba cansada, pero no es cierto. No tenía más cansancio físico de lo normal al fin de un día de trabajo. No estaba vieja, aunque mucha gente cree que en esa época era vieja; tenía 42 años. No, lo que estaba era cansada de ceder y ceder".

Revolución #021, 6 de noviembre de 2005, posted at revcom.us

El lunes 24 de octubre falleció Rosa Park a los 92 años de edad. El 1º de diciembre de 1955, en Montgomery, Alabama, ella rehusó pararse de un asiento designado para blancos y la arrestaron. Su audacia impulsó el movimiento en defensa de los derechos civiles. En cuestión de días, los negros de Montgomery organizaron un boicot casi total de los autobuses que en un año culminó con el fin de la segregación en los autobuses en Montgomery y un mayor nivel de organización popular.

Rosa Parks ya era una luchadora desde años atrás. En 1943 rehusó sentarse en los asientos de atrás y el conductor blanco la tiró del bus. Pero, como dijo, "eso pasó como si nada". Los negros tenían que pagar primero al frente y luego subirse por la puerta de atrás, y si los asientos para blancos se llenaban los negros tenían que cederles su asiento. A veces los conductores recibían el pasaje y arrancaban antes de que tuvieran tiempo de subirse por la puerta de atrás. Era una institución repugnante que tenía como objetivo humillar a los negros y quebrarles el espíritu, una parte del sistema segregación conocido como Jim Crow.

Ella no fue la única que luchó. Unos meses antes, Claudette Colvin, una adolescente, rehusó obedecer al conductor y confrontó a la policía que llegó a detenerla. Además, Rosa Parks se había forjado en la lucha. Su esposo, Raymond Parks, militó en el movimiento para liberar a los Scottsboro Boys en los años 30: nueve jóvenes negros acusados injustamente de violar a dos mujeres blancas, por lo cual ocho fueron sentenciados a muerte y uno de 13 años a cadena perpetua. Los Scottsboro Boys salieron libres después de muchos años y muchas apelaciones jurídicas, y porque tenían el apoyo de un enorme movimiento popular contra esa injusticia, en el cual desempeñaron un papel clave el Partido Comunista y otras fuerzas progresistas. Eso también era parte de la rutina que los negros tenían que soportar y combatir en el "viejo Sur".

Rosa Parks también era activista y participó en una escuela de organizadores en Tennessee. Así que cuando rehusó levantarse del asiento para blancos, ya era parte de una red organizada. Además, unos meses antes lincharon cruelmente al joven negro Emmett Till en Mississippi, y la audaz posición de su mamá de abrir el ataúd en el entierro para que todos vieran cómo quedó atizó las llamas de resistencia en el Sur. Ese fue el contexto en que Rosa Parks rehusó levantarse del asiento.

El acto no fue parte de un plan organizado, pero la noticia del arresto corrió y electrizó a los activistas negros que, esa misma noche, se pusieron a planear la respuesta. Al día siguiente, un viernes, difundieron 52,000 volantes. ¡Y eso que no existían fotocopiadoras! La actividad de ese fin de semana, con la ayuda involuntaria del diario que publicó la noticia en primera plana, hizo que el boicot fuera tan exitoso el lunes. A pesar de que tuvieron que caminar al trabajo durante meses, a pesar de la violencia del KKK (que incendió las viviendas de los organizadores), y a pesar de represalias económicas y jurídicas, las masas negras se mantuvieron firmes. Poco a poco, y después con más rapidez, cuando el intento de aplastar el boicot fracasó, la noticia de la lucha se difundió por todo el Sur y después por todo el país. Tras una larga lucha, el 20 de diciembre de 1956, prácticamente un año después de que empezó el boicot, las autoridades tuvieron que integrar los autobuses de Montgomery. Era una victoria, pero la lucha contra el sistema Jim Crow apenas empezaba o, para ser más precisos, entró a una nueva etapa.

El sistema de segregación contra el que Rosa Parks luchó no surgió de la nada. En 1876, los capitalistas del Norte pactaron con los terratenientes del Sur terminar el período de Reconstrucción que siguió a la guerra de Secesión y someter a los negros a la semiesclavitud, y el nuevo sistema de segregación y el terror Jim Crow se encargaron de hacer cumplir el nuevo arreglo. La esclavitud misma surgió de las exigencias del capitalismo y su inagotable sed de ganancias, y generó ideas propias y un sistema de gobierno para justicarlo. Debido a que no se han arrancado las raíces de ese sistema, nuevas formas de opresión han crecido encima del viejo sistema.

Hoy Rosa Parks recibirá honores en la capital. Se derramarán muchas lágrimas honestas. Pero también correrán ríos de lágrimas de cocodrilo y chorros de oratoria florida de quienes han aprovechado y defendido la supremacía blanca a todo momento, de formas más perversas que el sistema Jim Crow, y de quienes hace dos meses escribieron un nuevo capítulo de racismo con el huracán Katrina, especialmente George Bush. La hipocresía no tiene límites en el mundo oficial.

Pero las masas populares pueden enorgullecerse del legado de Rosa Parks y sacar importantes lecciones de él: el certidumbre moral ante la autoridad injusta y la fuerza potencial del desafío que se difunde y se conecta con la furia, resolución y organización del pueblo. Esas lecciones se deben aplicar hoy.

De la rama de Detroit del PCR

Se necesita: La valentía de Rosa Parks

De la declaración de la rama de Detroit del Partido Comunista Revolucionario:

Rosa Parks trabajó toda la vida para acabar con la discriminación y la desigualdad. Pero el sistema contra el que luchó sigue en pie, con un gobierno descaradamente racista y hasta genocida. Rosa murió poco después de que el mundo fue testigo de la matanza de negros que llevó a cabo el gobierno de Bush en Nueva Orleáns a raíz del huracán Katrina. A los soldados que debían llevar a cabo operaciones de rescate los pusieron a vigilar tiendas y apuntar sus armas contra gente que pasaba hambre y necesitaba medicinas. No permitieron que nadie saliera de la ciudad, y en vez los amontonaron en el centro de convenciones sin suficiente comida o agua. La situación en el Superdome hizo recordar los barcos de esclavos. La ayuda que llegó de todas partes del mundo no pasó de las puertas de la ciudad.

En medio de todo eso, Barbara Bush dijo: "Mucha gente aquí en el estadio, pues es gente desfavorecida y estar aquí les cae muy bien". Richard Baker, congresista de Baton Rouge, Louisiana, dijo: "Por fin se ha limpiado la vivienda pública de Nueva Orleáns. No lo pudimos hacer nosotros, pero Dios lo hizo". Y William Bennett, asesor de Bush, recalcó el aspecto genocida del gobierno cuando pocas semanas después del huracán dijo: "Si se quiere reducir el crimen, si esa es la única meta, se puede abortar a todos los niños negros en este país".

Aun si el gobierno de Bush no hubiera cometido ningún otro crimen, lo que ha hecho contra los afroamericanos constituye crímenes contra la humanidad y urge que lo saquemos ya. Pero hay más: la tortura de presos de guerra en Guantánamo y Abu Ghraib; los cientos de miles de muertos en Irak y Afganistán; los ataques contra la mujer, especialmente su derecho a controlar la natalidad. Urge que saquemos corriendo al gobierno de Bush.

El 2 de noviembre, únete a los miles que, en todo el país, darán el primer paso para cambiar el curso de la historia, bajo la consigna: "¡El mundo no puede esperar: Hay que sacar corriendo al gobierno de Bush!". Sé uno de los que dice: "¡Esto para conmigo!".

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