Tribunal Internacional: Importante testimonio documenta los crímenes contra la humanidad de Bush

Revolución #025, 5 de deciembre de 2005, revcom.us

La Comisión Investigadora Internacional de Crímenes contra la Humanidad Perpetrados por el Gobierno de George Bush celebrará su segunda sesión del 20 al 22 de enero de 2006. Continuará la tarea histórica de documentar de modo detallado, riguroso y público los crímenes de este gobierno contra los pueblos del mundo.

La Comisión celebró su primera sesión del 21 al 23 de octubre en Nueva York ante un grupo de eminentes juristas. Hablaron expertos en derecho, diplomacia, ambiente, historia, salud pública global y derechos reproductivos, y testigos de lo que pasó en Nueva Orleáns, la zona de guerra de Irak y las cárceles de inmigración de Estados Unidos.

Un público de centenares de personas escuchó atentamente las condenas de las guerras de agresión, el aparato global de tortura y detención indefinida, la supresión de la investigación científica y de las advertencias del calentamiento global, y el sabotaje genocida de los esfuerzos para parar la epidemia del SIDA. En la audiencia sobre las acciones criminales del gobierno de Bush en torno al huracán Katrina, se destacaron testigos presenciales que hablaron con pasión y dolor.

Gran parte del testimonio de la primera sesión está en audio (en inglés) en bushcommission.org. Descarga los archivos y compártelos.

Los juristas anunciarán su veredicto en enero tras oír los testimonios de la segunda sesión, cuando Bush dé su Informe presidencial y El Mundo No Puede Esperar proteste por todo el país para ¡sacar corriendo al gobierno de Bush!

A continuación presentamos pasajes del testimonio de John Clark, profesor de Estudios Ambientales de la Universidad Loyola de Nueva Orleáns.

Testimonio: El triple crimen del desastre de Katrina

Como han señalado muchos otros en el curso de varias décadas de trabajo, el racismo es una parte integral de nuestro sistema social.

La opresión de clase es un elemento fundamental de nuestro sistema social. Así que cuando llega un huracán, discrimina. Discrimina automáticamente: produce problemas muy graves para algunos, pero para otros produce problemas moderados o graves, pero nunca iguales. Lo vimos en Nueva Orleáns… Pero la culpa tampoco es igual, porque a las autoridades les encomendamos la responsabilidad de resolver los problemas de la sociedad y de satisfacer las necesidades del pueblo. Y fracasaron desastrosa y, yo diría, criminalmente.

Examinemos el triple crimen de Katrina. Primero, la negligencia criminal de la falta de preparativos para tal catástrofe. Tengo muchas citas excelentes que no voy a leer, pero muchos escritores y comentaristas que escriben sobre el ambiente y otros temas llevan décadas diciéndonos que esta catástrofe iba a venir, y que en realidad no hemos visto la gran catástrofe, que todavía está en camino. Y tampoco nos estamos preparando.

Déjenme contarles unos hechos. Se sabe que Nueva Orleáns lleva mucho tiempo en la lista de FEMA de los tres peores desastres potenciales, y que revistas como Scientific American y los periódicos regionales escribieron en artículos que se avecinaba un desastre. En 2004 el Cuerpo de Ingenieros [del ejército, encargado de los grandes proyectos de construcción en el país] pidió más fondos para proteger los diques y controlar las inundaciones. En vez, el gobierno de Bush recortó los fondos un 80%. Recortó el presupuesto para el control de inundaciones un 44.2%.

Un oficial del Cuerpo de Ingenieros, el teniente general Strock, dijo ante el Congreso: “Los diques no se construyeron para proteger la ciudad de huracanes de categoría cuatro, como Katrina”. Así que el Cuerpo de Ingenieros, que tiene la responsabilidad de protegernos, dice que lo que se ha hecho ni siquiera tiene la meta de protegernos de una catástrofe como Katrina, ni mucho menos un huracán de categoría cinco. Se puede decir mucho más, pero todo demuestra que el gobierno de Bush es culpable de no protegernos de un desastre pronosticado y, de hecho, recortó los programas que hubieran podido ayudarnos a responder al desastre de Katrina.

El segundo crimen… si queremos encontrar un ejemplo de racismo y discriminación en nuestra sociedad, no hay nada más conmovedor ni más devastador emocionalmente que mirar a los que se encontraban atrapados en el Centro de Convenciones u otros lugares de Nueva Orleáns: en los techos con letreros de: “Ayúdenme. No he comido ni bebido desde hace tres días”, o “Soy diabético. Tengo problemas cardíacos. Necesito medicinas”. No hicieron nada para ayudarlos, pero gastan miles de millones de dólares para librar una guerra de agresión injusta en Irak. El público capta que esas prioridades son locas y criminales.

Trabajo con grupos de base que llevaron comida a los damnificados en las primeras semanas, la tercera semana. Íbamos a las casas y nos decían: “Qué bueno que nos traigan comida y agua. ¿Tienen hielo?”. Y se sabe que en ese momento había camiones de transporte llenos de hielo que entrecruzaban el país. Los periódicos informaron que gastaron $385,000 para llevar hielo de Alabama a Massachusetts, que de ninguna manera es la ruta a Louisiana. Y a los camioneros les pagaban $54 la hora para esperar órdenes.

Quiero hablar un poco del tercer crimen, que es el proceso absolutamente abominable de recuperación. Primero, han excluido a los habitantes de la ciudad. Mucha gente quería regresar a su casa. Yo tuve que ir ilegalmente a mi casa dos semanas y media después de Katrina. Solo porque estaba dispuesto a pasar por los retenes y a inventar cuentos para explicar mi presencia, pude quedarme en la ciudad a ayudar a los damnificados; por eso experimenté el segundo huracán, Rita, con otros tres voluntarios, en mi casa. Como estábamos ahí logré salvar lo poco que tengo, a pesar de graves daños al techo. Miles de personas querían regresar a su casa e impedir más daños, pero no les permitieron. Es un tema enorme.

Ya se ha mencionado la limpieza étnica. Creo que es otro tema que hay que tomar en serio. Hay una cita interesante del alcalde. Primero militarizaron la ciudad y los militares excluyeron a la población. También la excluyeron con la falta de trabajo, la falta de recursos para reconstruir, reparar y rescatar. La excluyó el hecho de que el sistema escolar no tiene planes de abrir las escuelas, las escuelas públicas, del East Bank (o sea, la gran mayoría de las escuelas de Nueva Orleáns) el resto del año. Y así sucesivamente.

Han puesto obstáculos para impedir que regresen. Pero por otro lado el gobierno subvenciona hoteles para mantener a la población lejos de la ciudad. Si a los que quieren regresar se lo permitieran y les dieran esos mismos recursos para reconstruir o reparar las casas y trabajar en los barrios, habría mucho menos peligro.

He visto cosas magníficas de nuestros vecinos y también de gente de afuera. Centenares de jóvenes de todo el país han ido a trabajar con Common Ground y otros proyectos para reconstruir la ciudad, el Seventh Ward y el Ninth Ward, para ayudar a Common Ground y a la gente a regresar. Hay una lucha entre la gente de los grupos de base que necesitan el apoyo de todos ustedes por todas partes para seguir trabajando, por un lado, y los que detentan el poder, los que tienen la culpa de este desastre, por el otro, dado que no es un desastre natural.

Si se hubiera dado rienda suelta a las fuerzas de la naturaleza, hubiéramos tenido la protección de los pantanos. Si se hubiera dado rienda suelta a las fuerzas de la comunidad humana, nos hubiéramos salvado. Eso es lo que hacen los grupos de base. Pero no es lo que hacen las burocracias federales, el capitalismo, ni nuestros sistemas económicos o políticos actuales.

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