Los demócratas traicionan el derecho al aborto

Revolución #026, 12 de deciembre de 2005, posted at revcom.us

"Le dije: ‘Mira Ed, como somos 45 en el Senado estamos contra la pared. Si quedamos 42, se acabó el asunto y la ultraderecha gobernará el país. No es hora de jueguitos. Es muy serio… y ya no podemos requerir que un candidato acepte todas nuestras posiciones. Si fuéramos 65 nos podríamos dar ese lujo, pero no es así’".

Charles Schumer, senador demócrata de Nueva York, citado en "The Right to Choose" (El derecho de escoger) de la revista New Yorker

Con estas palabras Schumer justificó su decisión de reclutar a Robert Casey, Jr., como candidato demócrata al Senado en Pensilvania, en oposición a Barbara Hafer, quien apoya el derecho al aborto. En realidad no se refería a "todas nuestras posiciones" sino a una: el aborto. Casey es enemigo total del aborto.

El artículo del New Yorker citado arriba se dirige a los que tradicionalmente votan a favor de los demócratas porque creen que por lo menos defenderán el derecho al aborto. Pero tiene un punto de partida falso: dice que hemos llegado al punto en que "la ultraderecha gobernará el país" por culpa de los demócratas: porque apoyan el aborto. Por eso, continúa, ahora deben escoger candidatos opuestos al aborto. Pero, dice, de alguna manera, ¡votar por ellos es defender el aborto!

Así se justifica abandonar los principios. Primero, el apoyo al derecho al aborto no es firme y universal en el Partido Demócrata. Harry Reid, el líder demócrata del Senado, se opone al aborto con otros 30 congresistas demócratas. Cuando era presidente, Bill Clinton cedió a los enemigos del aborto al decir que debe ser "higiénico y legal, pero raro". ¿Por qué debe ser "raro"? ¿Por qué lo "raro" no debe ser el obligar a una mujer a tener un hijo que no quiere? ¿Por qué una mujer debe sentirse mal porque no quiera tener un hijo? Durante el gobierno de Clinton, el derecho al aborto se restringió más, mataron a médicos y cerraron clínicas en muchas partes del país. Darle la iniciativa ideológica y "moral" a los fanáticos y fascistas opuestos al aborto fue horrible de Clinton.

Hoy Hillary Clinton sigue ese mismo razonamiento pero va mucho más allá. Hace poco recibió mucha publicidad cuando dijo: "Todos reconocemos que el aborto representa una decisión triste, hasta trágica, para muchas, muchas mujeres", y que "respeta" a los que quieren prohibir TODOS los abortos, no importa las circunstancias. ¡Piénsenlo: "respeta" a los fanáticos de un movimiento que ha recurrido al asesinato a sangre fría para quitarle a la mujer uno de los derechos más centrales!

Ahora se dice que hasta ese apoyo relativo y condicional es demasiado. El artículo del New Yorker prácticamente dice que el peligro de que "la ultraderecha gobierne el país" se debe al apoyo demócrata al aborto. En realidad, ese peligro (y los avances de los fascistas hacia esa meta) surge de una situación mucho más compleja, aunque un elemento clave de ella han sido la lucha de la mujer por la emancipación y los cambios de su papel social. De hecho, una piedra angular de este movimiento es empujar a la mujer a una posición mucho más subordinada y quitarle los derechos conquistados en los años 60 y 70 (como el aborto y el control de la natalidad).1Pero el tono defensivo de gente como los Clinton (y el apoyo del movimiento político tradicional) ayuda a los fascistas. Y ahora esto culmina en una capitulación total.

El artículo del New Yorker cita a unas mujeres en pro del aborto que recomiendan votar por Casey, darle dinero y trabajar en su campaña… con el pretexto de sacar corriendo a un republicano más duro, Rick Santorum. Por ejemplo, una activista de Planificación Familiar dice: "Empiezo a sentirme tranquila, igual que otras compañeras… [Casey] dijo que no va a Washington a atacar el aborto… Esperemos que no haya ningún voto importante sobre el tema que lo obligue a votar en contra". ¡Qué esperanza tan ridícula: la promesa de un político y la posibilidad de que no haya un voto sobre el aborto en los próximos seis años!

El Partido Demócrata sigue su estrategia de conciliar con el fascismo por "realismo". A los que se oponen a la guerra les decían que votaran por John Kerry… para oponerse a la guerra. Muchos lo hicieron. Ahora quieren que los defensores del derecho al aborto apoyen a los candidatos que se oponen al aborto… para defender el aborto. Es una estrategia de falsas ilusiones, no de realismo. Es la lógica de la capitulación… y hay que rechazarla.

El comentario del senador Schumer lo dice sin pelos en la lengua. Mirémoslo de nuevo: si los demócratas tuvieran 65 senadores, dice, podrían dar la apariencia de defender el aborto. Pero ahora, con una situación difícil, "no es hora de jueguitos".

Pregunta: ¿Por qué fiarse de los que dicen que la defensa de uno de los derechos más fundamentales de la mujer (¡la defensa de vidas de mujeres!) son "jueguitos"?

Respuesta: ¡Por ninguna razón! De la misma manera que no se puede derrotar al fascismo con el "fascismo lite".

Notas

1. Ver "La verdad sobre la conspiración derechista...: Y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta" en revcom.us.

Vea ....

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