El pacto entre Bush y McCain

Tortura… pero no lo admitas

Revolución #028, 26 de deciembre de 2005, posted at revcom.us

Se ha hecho mucho ruido sobre el "desafío" del Senado y de John McCain al gobierno de Bush por la tortura. La Enmienda McCain, que supuestamente pide que Estados Unidos se adhiera a los convenios internacionales contra la tortura, fue aprobada por el Senado por un voto de 90 contra 10, a pesar de la presión del vicepresidente Dick Cheney.

Los voceros de Bush decían que no se preocuparan, que seguro llegarían a "un acuerdo". El 15 de diciembre Bush y McCain anunciaron que llegaron a un acuerdo que satisfacía a ambos lados: torturar sin tener que preocuparse de demandas y con la opción de negarlo.

Con respecto al acuerdo, el New York Times escribió en un editorial del 15 de diciembre: "parece que permite pruebas obtenidas bajo coacción [tortura]". Y agrega que "los legisladores debatían terminología que despojaría a los tribunales, inclusive la Suprema Corte, del poder de revisar las detenciones".

El editorial agrega que "El Sr. Bush ni acababa de anunciar el acuerdo con el Sr. McCain cuando el secretario de Justicia, Alberto Gonzales, dejó en claro que la administración definiría la tortura de la manera que quiera. En un programa de CNN dijo que tortura quiere decir el causar severo daño físico o mental, y repitió la palabra ‘severo’ dos veces, y no dijo si eso incluiría la práctica conocida como ‘el submarino’, que atormenta a un preso haciéndolo pensar que lo van a ahogar".

Pero la cosa empeora, si eso es posible. Duncan Hunter, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, dijo que se opondrá al acuerdo entre McCain y Bush (aunque está lleno de salvedades) a menos que la Casa Blanca "garantice que no afectará la obtención de inteligencia".

Miles de personas secuestradas de su hogar en Afganistán e Irak, por lo general al azar, son violadas, electrocutadas y ahogadas en cámaras de tortura estadounidenses en Afganistán, Irak, Guantánamo, o en mazmorras secretas en Europa. A José Padilla, un ciudadano estadounidense, lo tuvieron en aislamiento con la intención de enloquecerlo. ¡Violación! ¡Ahogados! ¡Tortura psicológica con la intención de causar demencia! ¿Qué más es eso sino violencia sádica? ¿Qué más puede explicar esa indiscriminada brutalidad bárbara sino la necesidad de inculcar temor y terror, especialmente a los "iraquíes comunes y corrientes", que Bush tuvo que admitir son la mayoría de "los terroristas" de Irak?

El pacto entre Bush y McCain aprueba la tortura, pero permite negarlo; y convence a los ignorantes y a los que quieren dejarse engañar que este gobierno no tortura.

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