El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor

Octava parte: El avance de Mao: Romper con el modelo soviético

Revolución #032, 29 de enero de 2006, posted at revcom.us

Cada vez más personas se preocupan por el estado del mundo y la suerte del planeta. ¿Tiene que ser así el mundo? No; hay una alternativa mundial concreta: el socialismo y el comunismo. Pero constantemente nos remachan que el socialismo fracasó y que el capitalismo es lo máximo. Toda una generación no ha oído más que el socialismo es una pesadilla. Esa "revisión de la historia" también ha afectado a muchos intelectuales progresistas. El proyecto Pongamos las cosas en claro se propone convertir este ataque ideológico contra el comunismo en un debate enérgico en las universidades sobre el pasado del comunismo y el futuro del comunismo. El economista político maoísta Raymond Lotta está dando una serie de conferencias por todo el país con ese fin. La conferencia "El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor" confronta las mentiras sobre el socialismo, analiza la experiencia y los logros de la revolución bolchevique de 1917 a 1956 y de la revolución china de 1949 a 1976, y plantea la nueva visión de Bob Avakian sobre el proyecto comunista. Revolución está publicando por entregas la conferencia:

Primera parte: Introducción
Segunda parte: Comunismo y socialismo
Tercera parte: La revolución bolchevique estremece al mundo
Cuarta parte: El experimento soviético: El poder proletario abre paso a la revolución social
Quinta parte: El experimento soviético: Se establece la primera economía socialista
Sexta parte: La II Guerra Mundial y sus secuelas
Séptima parte: El gran avance de Mao:La revolución conquista el poder

Mao Tsetung buscó crear una economía socialista basada en la cooperación social y la propiedad común, una economía que pudiera:

  • satisfacer las necesidades materiales y sociales del pueblo.
  • resolver el problema milenario de hambre endémica, desnutrición y hambruna recurrente.
  • fomentar el apoyo mutuo entre la industria y la agricultura, en vez de extraer los recursos del campo.
  • reducir las disparidades entre la ciudad y el campo, y entre regiones, con la meta final de eliminarlas.
  • promover el conocimiento y dominio colectivo popular de los procesos de producción.
  • resistir un ataque imperialista.

Tal economía no podría depender de préstamos ni ayuda del imperialismo, ni responder a las demandas del mercado internacional capitalista.

La revolución maoísta se propuso crear un sistema educativo que satisficiera las variadas necesidades de la población y contribuyera a revolucionar la sociedad. Se propuso crear una nueva cultura y combatir el antiguo modo de pensar.

A la cabeza de ese gran propósito estaba la ideología comunista, la meta final de llegar al comunismo: una sociedad sin clases ni ninguna forma de opresión.

Con el nuevo poder estatal basado en la alianza del proletariado y el campesinado, era posible cambiar las terribles condiciones que afligían al pueblo.

Eliminaron la adicción al opio por medio de campañas masivas de tratamiento médico y educación. También lanzaron campañas masivas para limpiar las ciudades. Erradicaron o controlaron el cólera y otras epidemias. Construyeron fábricas, viviendas para trabajadores, hospitales y escuelas de medicina. En 1965, China contaba con 200,000 médicos.

Crearon un nuevo sistema educativo nacional. En menos de una década, las campañas masivas de alfabetización proporcionaron a la mayoría de los campesinos un conocimiento básico de lectura.

Romper con el modelo soviético

Eran logros increíbles. Pero dentro del Partido Comunista se luchaba con respecto al camino a seguir. Uno de los temas más candentes era cómo desarrollar y modernizar la economía.

Un grupo de dirigentes del partido proponía un programa de industrialización rápida, que concentraba los recursos nacionales en las fábricas grandes y modernas y en la tecnología avanzada. Querían desarrollar los centros urbanos, con la idea de que el desarrollo poco a poco llegaría al campo. Decían que se necesitaba todo un aparatazo de planificación centralizada para manejar la economía y recomendaban preparar un vasto ejército de expertos y especialistas para administrar la nueva economía y el gobierno. Proponían motivar a los trabajadores y al personal de las empresas por medio de incentivos monetarios y diferencias salariales.

Ese programa seguía los pasos de la Unión Soviética, que ejercía mucha influencia en China en ese tiempo. Pero Mao reconocía las fallas del modelo que se ponía en la práctica en la Unión Soviética y también en China en los años 50. El modelo soviético colocaba la técnica y la pericia por encima de la iniciativa y la actividad consciente de las masas. Mao rechazó la subordinación de la agricultura a la industrialización urbana. También decía que China tenía que descentralizar la industria y evitar la concentración del desarrollo en las ciudades y las costas, que eran más vulnerables a un ataque e invasión imperialista.

Mao buscaba forjar un camino distinto de desarrollo económico y social. Para decirlo de otro modo, tras la victoria nacional en 1949 Mao luchaba contra dos legados. En primer lugar, luchaba contra el legado y la influencia y presión aún importante del capitalismo y del imperialismo occidental. Segundo, rompía con el legado del modelo soviético de desarrollo.

En el próximo número: Novena parte: El Gran Salto Adelante

"Dicen que el Gran Salto Adelante fue un experimento irracional y utópico. Pero en realidad tenía enorme sentido económico y político, desde el punto de vista de liberar al pueblo y la capacidad productiva".

Envíanos tus comentarios.