Amenazas estadounidenses contra Irán

Hipocresía nuclear y ambiciones globales

Revolución #33, 5 de febrero de 2006, posted at revcom.us

El ritmo de las maniobras diplomáticas, las acusaciones políticas y las amenazas militares de Washington contra Irán está aumentando. La crisis se ha venido desenvolviendo desde que en el Informe presidencial de hace cuatro años George W. Bush puso a Irán en la lista del "eje del mal" (al lado de Irak y Corea del Norte), y lo acusó de querer elaborar armas nucleares. Las tensiones se acentuaron hace unas semanas cuando Irán volvió a abrir el complejo nuclear Natanz, que puede producir uranio enriquecido.

Al cierre de esta edición, el próximo escalón será la reunión el 2 y 3 de febrero en Viena, Austria, de la junta de la Agencia Internacional de Energía Atómica (integrada por 35 países). Estados Unidos, junto con Francia, Alemania e Inglaterra, va a la reunión con el plan de declarar que Irán ha violado el Tratado de No-proliferación Nuclear. A continuación el asunto puede pasar al Consejo de Seguridad de la ONU, que podría dictar sanciones económicas y otras medidas. Bush aclaró que las sanciones no son la única opción: "Vamos a... asegurar que cuando lleguemos al Consejo de Seguridad, la respuesta sea efectiva".

Para el gobierno de Bush la ONU es un medio de galvanizar una coalición contra Irán y de legitimar una agresión militar (tal como en las dos guerras previas de Irak). La campaña de Bush contra Irán tiene tantos paralelos con la propaganda y las maniobras diplomáticas de la invasión de Irak, que es purito déja vu.

"Guerra contra el terror" y guerra por la dominación indiscutible

El 27 de enero, el Senado condenó unánimemente a Irán por "muchos incumplimientos de sus obligaciones de no-proliferación". La hipocresía de acusar a Irán por querer armas nucleares es monumental y mortal. El gobierno de Bush ha pisoteado uno tras otro los tratados internacionales, por ejemplo, el Tratado de Misiles Balísticos y el Tratado de No-proliferación. Bush representa a una clase dominante imperialista que en estos momentos tiene 10,000 ojivas nucleares. Israel, su capataz en el Medio Oriente, tiene de 300 a 400 armas nucleares.

Cuando Bush advierte que: "El mundo no puede caer en una posición en que nos vayan a chantajear con un arma nuclear", lo que quiere decir es que Estados Unidos quiere mantener su superioridad militar y política en todos los rincones del planeta, y adjudicarse el derecho de atacar a quien sea, donde sea, con su arsenal nuclear.

Esto va al fondo de la "guerra contra el terror". Como hemos señalado, "La ‘guerra contra el terror’ es en realidad una guerra por la dominación indiscutible de todo el planeta, aunque el blanco en este momento son los fundamentalistas islámicos y el campo de batalla es el Medio Oriente. Un elemento clave de esa dominación es controlar las fuentes de petróleo. Además, Bush y su camarilla opinan que tienen que hacer trizas el statu quo regional y crear condiciones más favorables para explotar más brutal y eficazmente los pueblos y recursos. Esa es la esencia del afán de crear ‘democracias’ al estilo estadounidense". ("La máquina de guerra yanqui… apunta a Irán", Revolución No. 31, revcom.us)

La guerra contra Irak es parte de esa guerra por la dominación indiscutible de todo el planeta, y las maniobras contra Irán también entran en ese contexto. Washington quiere impedir que Irán tenga armas nucleares, pues eso alteraría la correlación de fuerzas de la región y terminaría el monopolio regional israelí del terror nuclear. Pero la meta fundamental de Washington no es desarmar a Irán, del mismo modo que desarmar a Irak no era el principal objetivo de la invasión. La meta es "cambio de gobierno", como parte de reestructurar el Medio Oriente, bloquear a los rivales y reforzar la hegemonía global.

Es imposible ejercer hegemonía global sin dominar el Medio Oriente por sus vastas reservas de petróleo y por su posición estratégica en la intersección de África, Asia y Europa. La clase dominante de Estados Unidos coincide en que apretar el control del Medio Oriente es un componente crucial de la "gran estrategia" post-soviética. Como dijeron dos funcionarios del gobierno de Clinton poco después de la invasión de Irak: "En Washington se está creando un consenso de que el Medio Oriente y sus alrededores es el principal desafío estratégico de nuestro tiempo".

En este contexto, Irán (un país que tiene el triple de la población de Irak y mayores reservas petroleras) es un "premio gordo". Por lo mismo, el gobierno islámico es un estorbo porque tiene lazos con otras potencias (como Rusia y China) y porque sus planes regionales van contra los planes de Washington (por ejemplo, apoya fuerzas en Palestina, Líbano e Irak que se oponen a Estados Unidos e Israel). Por esas razones, inclusive si Irán se echara para atrás en el asunto de las armas nucleares, seguiría siendo un blanco de Washington (tal como Irak, que fue invadido después de que Saddam Hussein puso fin a los programas de armas).

La competencia con potencias europeas (como Francia y Rusia) y con China añade otro elemento de complejidad. Esas potencias han maniobrado en la situación empujando a Irán a aceptar inspecciones de las instalaciones nucleares por organismos internacionales (mientras que Bush maniobra lanzando amenazas gangsteriles).

Pero el 19 de enero los imperialistas franceses aumentaron sus propias amenazas nucleares: Jacques Chirac fue a una base nuclear y advirtió que si cualquier estado lanza ataques "terroristas" contra Francia, la "respuesta podría ser convencional o de otra naturaleza". Chirac también dijo que los "intereses vitales" que defenderá con armas nucleares incluyen "suministros estratégicos". Esto se refiere a la posibilidad de que Irán no quiera vender petróleo al mercado mundial.

Peligro de agresión de Estados Unidos

La contienda con las otras potencias es un factor que empuja a Estados Unidos a una confrontación con Irán. Otro factor es la situación de Irak. Como señalamos: "La meta de Estados Unidos es dominar completamente a Irak, pero también quiere crear suficiente estabilidad y cohesión interna para que sirva como contrapeso a Irán y como base regional estadounidense. Pero decir que la situación no va como quiere es quedarse corto. El alcance y la ferocidad de la resistencia han obligado a Estados Unidos a contar con las milicias fundamentalistas chiítas. Esas milicias, y el ejército del gobierno títere del que forman parte, tienen un carácter doble. Cooperan con Estados Unidos para llevar a cabo ataques contra las fuerzas de oposición sunitas, pero también tienen fuertes lazos con el gobierno teocrático iraní.

"En el contexto del conflicto entre las ambiciones regionales de Estados Unidos y el ascenso de Irán, la influencia de Irán en Irak está empujando a Bush a subir la apuesta y a tratar de resolverlo todo dándole duro a Irán". (De "La máquina de guerra yanqui… apunta a Irán")

Ese ataque podría provenir de Israel, el perro de ataque yanqui en la región. Pero incluso de esa forma, atacar a Irán (un país mucho más grande y fuerte que Irak antes de la invasión) entraña obvios peligros para Estados Unidos. Esto, junto con la preocupación por la situación de Irak (por ejemplo, las advertencias del congresista John Murtha de que las fuerzas estadounidenses en Irak están "fracturadas") tiene muy nerviosos a ciertos sectores de la clase dominante ante la posibilidad de un conflicto militar en Irán.

Por otra parte, poderosas fuerzas del gobierno de Bush, así como la lógica subyacente de los sucesos mundiales, están encaminando la situación hacia un conflicto militar. El senador John McCain expresó esa dinámica así: "No hay ninguna opción buena y probablemente es el desafío más difícil que tenemos. Lo único peor que ejercer nosotros una opción militar es que Irán tenga armas nucleares".

Esa "opción militar" sería un acto de agresión criminal, con el potencial de causar mucho sufrimiento, destrucción y caos, en Irán y en la región, con fin de fortalecer la hegemonía estadounidense en el Medio Oriente y en el mundo entero. Tenemos una gran responsabilidad de oponernos a las maniobras de guerra contra Irán.

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