¡CULPABLE! ¡CULPABLE! ¡CULPABLE!

Comisión Internacional entrega conclusiones sobre el gobierno de Bush

Revolución #034, 12 de febrero de 2006, posted at revcom.us

Fue un momento histórico en el National Press Club de Washington, D.C., a pocas manzanas de la Casa Blanca. El 2 de febrero, Ajamu Sankofa, director ejecutivo de Médicos en pro de Responsabilidad Social (rama de Nueva York) y ex secretario nacional de Negros pro Indemnización, leyó las conclusiones preliminares de la Comisión Internacional Investigadora sobre Crímenes contra la Humanidad.

Escuchando los veredictos, Ray McGovern, ex analista de la CIA y fundador del grupo de ex agentes Veteran Intelligence Professionals for Sanity, exclamó: "Esto es lo que nuestros antepasados alemanes de los años 30 NO hicieron... Se sentaron con los brazos cruzados, le echaron la culpa al gobierno y decían que 'todo saldrá bien'... Pero nosotros no podemos hacer lo mismo. No quiero que mis nietos me pregunten '¿por qué no hiciste nade para parar todo eso?'".

La Comisión oyó cinco días de testimonios públicos en Nueva York en octubre de 2005 y enero de 2006 de una combinación excepcional de ex funcionarios del gobierno, expertos en derecho internacional, miembros de grupos de derechos humanos y víctimas de los crímenes investigados. Es una Comisión de gran peso jurídico, ético y moral debido a su integridad, el rigor con que se presentaron las pruebas y la talla de los participantes.

Sobre la primera acusación de cometer guerras de agresión, la Comisión concluyó: "Son abrumadoras las pruebas de que el gobierno de Bush autorizó y está llevando a cabo una guerra de agresión contra Irak en incumplimiento del derecho internacional, como los Principios de Nuremberg, el Convenio de Ginebra de 1949, la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal sobre Derechos Humanos. Por lo tanto, el gobierno de Bush ha cometido crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad".

Scott Ritter, ex inspector de armas de la ONU en Irak (de 1991 a 1998), dio convincente testimonio sobre el tema. Ritter dirigió la investigación de la defección de Hussein Kamel, yerno de Saddam Hussein:

"Dick Cheney dijo que, con la defección de Hussein Kamel, la ONU y Estados Unidos recibieron nuevas pruebas de que Irak estaba reconstruyendo su programa de armas nucleares... Cheney mentía y sabía que eran mentiras... Las pruebas demuestran que el gobierno de Bush exageró deliberadamente la amenaza de las armas de destrucción masiva iraquíes, así que las afirmaciones sobre la existencia de una amenaza clara e inmediata merecedora de un ataque preventivo eran falsas".

La Comisión investigó a fondo la conducta de la guerra contra Irak, especialmente el ataque a la ciudad de Faluya con fósforo blanco y bombas hiperbáricas. Vio videos sumamente condenatorios del bombardeo de civiles en Faluya. Desde la cámara del piloto, se puede ver a los residentes de la ciudad corriendo en la calle y oír al piloto preguntar: "¿Los bajo?". El comandante contesta: "Sí". El piloto mantiene a la multitud en las miras de un láser hasta que estalla una bomba guiada.

La destrucción de Faluya, una ciudad de 300,000 habitantes, como represalia por la muerte de cuatro paramilitares estadounidenses, fue una reconstrucción de un crimen de guerra histórico: la destrucción de la aldea checoslovaca de Lidice por los nazis en 1942, como represalia por el asesinato de un alto funcionario nazi.

Con respecto a tortura y detención ilegal, la Comisión concluyó: "Por medio de testimonios y documentos se presentaron una gran cantidad de pruebas de que el gobierno de Bush ha cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en su 'guerra contra el terror'. Ha impulsado y aplicado medidas y prácticas que violan el derecho internacional y los derechos humanos internacionales con el fin de sacarles información a los detenidos y castigar a quienes considera 'combatientes enemigos'".

Barbara Olshansky, del Centro pro Derechos Constitucionales, dio testimonio sobre un memorando de agosto de 2002 que mandó escribir Alberto Gonzales, actual secretario de Justicia: "Acerca de las definiciones tradicionales de tortura... dice que se puede presentar un argumento fuerte a favor de redefinirla. Recomienda que solo se debe hablar de tortura si hay peligro de muerte o fracaso total de un órgano. Según el gobierno, esta es la nueva definición de tortura. Luego el memorando examina todos los medios de evitar culpabilidad, incluso si se cumple esa definición de tortura. Es un documento espantoso...".

Las consecuencias de tales "teorías jurídicas" en los más altos niveles del gobierno las describió la generala de brigada Janis Karpinski (retirada), que fue comandante del infame penal Abu Ghraib de Irak. Después de que salieron fotos de la tortura de presos en el penal, Karpinski entró en el ala donde se aplicaban torturas y encontró un memorando pegado en la pared firmado por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Recomendaba métodos de interrogatorio más severos, y una nota escrita en el margen decía: "¡Que se haga!". Karpinski relató que un alto general le dijo que tratara a los presos iraquíes "como perros".

Craig Murray, ex embajador inglés a Usbequistán, dio un testimonio especialmente escalofriante sobre los métodos de tortura de los países aliados de Estados Unidos y, en un momento muy conmovedor, dijo: "Preferiría morir a que torturaran a alguien para salvarme la vida".

Sobre la acusación de la destrucción del ambiente global: "El testimonio de científicos y de los documentos científicos, así como de otros informes presentados, apoya la conclusión de que el gobierno de Bush, con sus medidas y prácticas para el ambiente, ha cometido crímenes contra la humanidad".

Daphne Wysham, del Institute for Policy Studies y la red Sustainable Energy and Economy, dio un ejemplo claro: "El 8 de junio de 2005, el New York Times, por medio del delator Rick Pilz, denunció a [Philip] Cooney [funcionario de la Casa Blanca] como el principal censor a los más altos niveles del gobierno de documentos sobre cambios climáticos. Dos días después Cooney renunció... Cooney y su personal hacían una enorme cantidad de cambios, entre 100 y 450 por informe. El gobierno no quiere que sepan el impacto nacional y regional de los cambios climáticos o las consecuencias del derretimiento de los glaciares y las inundaciones".

Sobre la acusación por la destrucción de Nueva Orleáns: "Son abrumadoras las pruebas de indolencia consciente y deliberada del gobierno de Bush para evitar la destrucción y muerte previstas del huracán Katrina, especialmente en Nueva Orleáns, así como su negligencia después del huracán. Esto constituye crímenes contra la humanidad".

La Comisión oyó testimonios de que el gobierno sabía de antemano que un huracán fuerte inundaría a Nueva Orleáns y que el presidente se enteró con dos días de anticipación que Katrina azotaría la ciudad. Pero el gobierno no hizo nada para evacuar a los residentes pobres y negros y, como consecuencia, murieron más de 1,300 personas en la costa del Golfo y desaparecieron más de 3,000.

Annette Addison, sobreviviente de Katrina, contó lo que le pasó: "Muchos camiones del ejército pasaron a nuestro lado. Por nuestra desesperación y deshidratación, les pedimos que nos ayudaran, pero no hicieron nada. Incluso pedimos a la policía que nos diera agua y le preguntamos dónde conseguir gasolina para irnos. Pero nos miraron como si no fuéramos nadie ni nada. Mucha gente fue a las tiendas y dijeron que eran saqueadores. Pero la verdad es que buscaban lo que necesitaban para subsistir. La gente se ayudó mutuamente. No lo hizo el ejército, no lo hizo la policía. Las autoridades no nos ayudaron, pero la gente se ayudó mutuamente".

Tres de los cinco jueces y C. Clark Kissinger (una de las personas que convocó la Comisión) estuvieron presentes en la rueda de prensa del National Press Club. Al presentar las conclusiones preliminares (quedan pendientes más conclusiones), los jueces enfatizaron la criminalidad del gobierno de Bush.

La jueza Ann Wright, quien estuvo en la reserva del ejército 29 años y llegó a coronel, y fue funcionaria del Departamento de Estado 16 años como embajadora adjunta en Afganistán, Mongolia, Sierra Leona y Micronesia:

"Pienso que la Comisión es increíblemente importante para el futuro de Estados Unidos y, de hecho, para el mundo, porque es el pueblo el que está hablando sobre estas graves acusaciones. Es el pueblo el que está presentado las pruebas, en muchos casos su propio testimonio de lo que ha vivido o de lo que han hecho los abogados, casos que han tenido, la cara humana de la tortura o la detención, de la realidad de la guerra, de una invasión y ocupación de un país que no hizo nada contra Estados Unidos".

El juez Abdeen Jabar, miembro de la junta directiva del Centro pro Derechos Constitucionales y ex presidente del Comité Árabe-Americano contra la Discriminación:

"Los que lanzan guerras de agresión violan el derecho internacional y han cometido crímenes contra la humanidad; tenemos que empezar a hablar en esos términos en Estados Unidos... muchas veces los medios hablan de 'maltrato' en vez de tortura. Por supuesto, no existen convenios internacionales sobre el maltrato, pero sí hay un convenio internacional para prevenir la tortura. De modo que tenemos que cambiar la manera de hablar de estos temas para que se vea lo que está haciendo el gobierno".

El juez Jabara puso punto final a la rueda de prensa resumiendo la gran importancia de lo que dijo Craig Murray, embajador de Gran Bretaña en Usbekistán. Murray dio testimonio de que su gobierno y el gobierno estadounidense recibían informes de inteligencia de torturados. Sus superiores del Ministerio de Relaciones Exteriores le dijeron: "No hay por qué preocuparse con tal de que no lo hayamos solicitado. Podemos seguir recibiendo la información". Murray agregó: "Después de escuchar eso, comprendí cómo fue posible que un secretario firmara los despachos de vagones de ganado llenos de gente a Auschwitz". Es eso ni más ni menos lo que tenemos que contemplar, dijo Jabara. "La tortura, esos 'lugares negros', todo eso es el camino a Auschwitz".

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