Revolución #52, 25 de junio de 2006
En el centro de Watts
Celebración y lectura de la autobiografía de Bob Avakian
Sábado por la tarde, estamos en la calle 103 con la avenida Compton, en la sucursal Alma Reaves Woods de la biblioteca pública de Los Ángeles, en pleno Watts. La gente le compra fruta y nieves a un vendedor ambulante a la entrada de la biblioteca antes de entrar al auditorio, que por supuesto ya está repleto. En eso, un hombre camina con un tumbao sabroso hacia el frente de la sala y los demás siguen el ritmo chasqueando los dedos. Se detiene, mira a los demás y anuncia: “El tumbao”. ¡Así empezó la celebración y lectura de la autobiografía de Bob Avakian From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist! Vinieron de South Central, Watts, el este de Los Ángeles y Long Beach estudiantes, maestros, conserjes, ex presos, artistas, activistas, bibliotecarios, revolucionarios y abuelas. Todos fueron a conocer y a familiarizarse con Bob Avakian por medio de la lectura de su autobiografía, y no se fueron decepcionados.
El hombre que entró caminando lenta y graciosamente era Ben Valentin, poeta y trabajador social psiquiátrico. Él fue el primero que leyó. También leyeron Luciente Zamora, periodista de Revolución Clyde Young, de la Gira de Comunistas Revolucionarios; y el poeta, guionsta y director de teatro Reg e. Gaines. Ben escogió tres relatos: el del tumbao, el de la gorra de béisbol y el del umpire. Entre los pasajes, Ben comentó que esos relatos lo afectaron profundamente. Dijo que se los leyó a sus pacientes en un centro de rehabilitación para adultos y que los comentaron. Dijo que cada relato pinta un cuadro de un hombre lleno de compasión, justicia y valentía para defender y mantenerse firme a sus principios. Luciente Zamora leyó en español el relato del pan de maíz y el de las sinfonías de esquina. Al grupo le encantó el relato del pan de maíz y Luciente creó un momento de suspenso haciendo una pausa al leer “… él tenía no uno sino dos pedazos de pan…” y seguir leyendo que le quitó uno de los panes.
Antes de leer Clyde Young, habló de su despertar político, de los libros sobre Malcolm X y los Panteras Negras que leyó cuando estaba preso. Dijo que conoció a Mao por medio de los Panteras y que después descubrió a Bob Avakian. Dijo: “Lo que sí puedo decir después de haber leído los escritos de los revolucionarios de los años 60 es, sin exagerar, que nunca ha habido un líder como Bob Avakian. Él es nuestro Mao y nuestro Lenin”. Clyde dijo que en todo lo que hace y es, Bob Avakian ha sido profundamente influenciado por las masas populares. Leyó el relato titulado "Aprender del proletariado". Muchos sintieron que se les partió el alma como a Bob Avakian cuando habla del joven proletario que conoció en Richmond, California, que se incorporó al movimiento revolucionario pero luego sucumbió ante las drogas y la lucha por la subsistencia. Clyde dijo que el mundo no tiene que ser así y que el presidente Avakian ha desarrollado el marxismo y reconfigurado y remodelado el comunismo, y leyó la parte sobre dictadura, democracia, comunismo y disentimiento para recalcar lo que decía.
Reg e. Gaines dijo que ante todo para él la autobiografía es una obra de arte y habló del poderoso impacto que tal arte puede tener en nuestra manera de pensar y de sentir. Dijo que este libro, como las grandes obras de arte, lleva a los lectores a lugares a donde nunca han ido y a donde nunca quieren regresar. Comentó que especialmente este libro es arte porque “nos da la libertad de imaginar”. Antes de leer la sección sobre Malcolm X, Reg mencionó sus propios recuerdos de Malcolm y lo que se decía de él. Dijo que el libro lo transportó, pero nunca lo confinó, que le dio la oportunidad de “suspender el viaje y ver a su alrededor, soñar y volverse a subir al tren para continuar el viaje”.
Después de las lecturas los panelistas conversaron sobre cómo los impactó personalmente el libro, lo que más les gustó, lo que les sorprendió y lo que nunca olvidarán. Reg habló del orgullo que sintió al conocer la influencia de los negros en la formación de Bob Avakian. Luego habló de las cosas que había aprendido de Avakian, especialmente la importancia de entender la contradicción y la belleza que se puede encontrar en ella. También dijo que comparte la pasión de Avakian por el deporte y que aprendió muchas cosas sobre la historia de los negros que no sabía. Dijo que le encanta ver cómo “Avakian se conecta con toda clase de gente sin importar la tez o el género de la persona, el barrio donde vive o la secundaria en que estudió. Que siempre se permite ver otras perspectivas o ver las cosas de otra manera y está dispuesto a reflexionar sobre su trabajo… no dice cosas como ‘yo tengo la razón’ y aquí está mi dogma. Él cuestiona sus propias creencias. Es creativo y científico en su manera de abordar la vida y de disfrutar de ella de la manera más plena, sin temor a defender sus creencias”.
Muchos de los asistentes dijeron que estaban sorprendidos y contentos de conocer de cerca a un líder comunista revolucionario a través de su autobiografía, que les dejó ver su sensibilidad, creatividad, compasión y humor, y la importancia de todo eso para forjar la clase de líder que es. Un joven proletario de Long Beach dijo que le encantó la autobiografía y confesó que es el primer libro que ha leído de pasta a pasta. Un joven a quien animó a ir su hermana dijo que le encantó oír las lecturas y que la primera vez que oyó de Bob Avakian fue en la cárcel, cuando leía el periódico Obrero Revolucionario (ahora Revolución). Un activista comunitario inmigrante dijo que aprecia mucho a Bob Avakian y que le preocupa cómo vamos a impedir que nos arrebaten a este líder revolucionario.
Al terminar el programa se sentía mucha esperanza y alegría en la sala; los presentes se subieron a ese viaje del que habló Reg e. Gaines y ahora estaban transformados; habían conocido a Bob Avakian de una manera que podría cambiarles la vida.
Ben Valentin terminó el programa leyendo de la conclusión de la autobiografía, la parte donde el presidente Avakian habla de los desafíos y de la alegría que se tiene cuando uno está involucrado en el movimiento para construir un mundo nuevo, y de su compromiso y resolución de hacer precisamente eso. A muchos se les veía alegres y entusiastas cuando Ben leía esas palabras del líder revolucionario que recién empiezan a conocer.
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