Revolución #57, 30 de agosto de 2006


 

Injusta resolución 1701 de la ONU

Estados Unidos acelera la entrega de bombas de dispersión a Israel

El 11 de julio, el New York Times informó que se espera que Estados Unidos acepte la solicitud de Israel de acelerar la entrega de proyectiles de artillería M-26 con municiones de dispersión. Esas municiones son una de las armas antipersonales más crueles que tiene Estados Unidos: una combinación de alta tecnología y barbarie medieval. Cada munición suelta varias bombas del tamaño de una lata de soda que se dispersan, estallan y salpican fragmentos metálicos por una zona grande. Causan muchos heridas a la población civil. Son especialmente peligrosas porque no todas las bombas estallan inmediatamente sino más tarde, por ejemplo cuando un niño las recoge.

Washington decidió no venderle bombas de dispersión a Israel en los años 80 cuando se supo que las utilizó contra civiles en la invasión de Líbano de 1982, pero volvió a vendérselas en los años 90. Hace poco el grupo de derechos humanos Human Rights Watch descubrió pruebas de que Israel está usando proyectiles de dispersión en la actual guerra en Líbano, como en el ataque contra el pueblo de Bilda, que mató a un civil e hirió a siete niños y cinco adultos.

La resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, preparada por Estados Unidos y Francia en conferencia con Israel, es parte del mismo proceso y está al servicio de las mismas metas políticas que la guerra contra Líbano. Cuando el ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, anunció la decisión del gabinete de escalar la guerra, dijo: “Estamos haciendo todo lo posible para que los dos esfuerzos [militar y diplomático] se complementen. La operación militar creará el clima diplomático y una nueva situación”. Si la diplomacia fracasa, dijo, Israel “utilizará todas las herramientas” para ganar la guerra.

Esta resolución es injusta y no se puede apoyar.

Primero, legitima la agresión israelí contra Líbano. Dice: “Expresamos gran preocupación por la escalada de hostilidades en Líbano y en Israel desde el ataque de Hezbolá contra Israel el 12 de julio de 2006, que ya ha causado centenares de muertos y heridos de ambas partes, grandes daños a la infraestructura civil y centenares de miles de desplazados internos”.

Este párrafo pinta el bombardeo y la destrucción de todo un país como un “conflicto entre Hezbolá e Israel”. Le echa la culpa a Hezbolá por empezar la guerra y tapa la verdad de que Israel tenía planes para librar la guerra contra Líbano antes del 12 de julio.

La resolución niega la historia de la región: del establecimiento del estado de Israel en tierras robadas a los palestinos a las acciones genocidas israelíes en Gaza y Cisjordania hoy. Niega la ilegal ocupación israelí del sur de Líbano durante 18 años, y los muchos crímenes cometidos por Israel contra Líbano, como asesinatos, no querer decir donde están escondidas las minas terrestres, el robo de tierra y agua, invasión ilegal del espacio aéreo y más. En vez, presenta la captura de dos soldados israelíes el 12 de julio como una causa justa de la represalia israelí.

Segundo, la resolución es una amenaza a la soberanía política de Líbano. Reconoce la “petición” del gobierno de Líbano “de una retirada inmediata de las fuerzas israelíes del sur de Líbano”, pero permite que sigan ocupando la zona hasta que las reemplacen fuerzas de la ONU.

Tercero, justifica más ataques por Israel. Pide “un cese del fuego completo basado, en particular, en el fin inmediato de todos los ataques de Hezbolá y de todas las operaciones militares ofensivas de Israel”. Es decir, Hezbolá, que ha peleado contra una injusta invasión, tiene prohibido disparar una sola bala, pero Israel puede justificar cualquier acción militar como “defensiva”.

Para Israel y Estados Unidos, toda acción de parte de Israel es defensiva y justificada. Israel está en tierra robada a los palestinos, lleva 40 años ocupando brutalmente Gaza y Cisjordania, le dio armas nucleares al gobierno de apartheid de Sudáfrica y más. En la actual guerra ha bombardeado civiles y matado a niños, y ha destruido centrales eléctricas, fábricas y hospitales. Dice que todo esto son acciones defensivas. Además, Israel es una teocracia que dice que se estableció en tierras otorgadas al pueblo judío por dios. Hasta los dirigentes laicos operan en ese marco ideológico y hablan de Israel en términos bíblicos.

Cuarto, la resolución no menciona los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad que ha cometido Israel: los ataques contra la población civil y la destrucción de la infraestructura civil son crímenes de guerra conforme a la Carta de Nuremberg.

Quinto, la resolución le permite a Israel ocupar el sur de Líbano, algo que no ha logrado militarmente. Por el momento, Israel dice que terminará la guerra en la mañana del lunes 14 de agosto, después de ocupar la zona al sur del río Litani (a unos 24 km. al norte de la frontera). Pero Israel no ha podido controlar el territorio libanés cerca de la frontera. La resolución le permite ocupar territorio que no ha podido conquistar por las armas y después declara un cese del fuego que prohíbe atacar sus fuerzas de ocupación y líneas de abastecimiento.

El gobierno libanés rechazó una resolución parecida la semana pasada. El primer ministro, Fuad Sinoria, dijo: “Israel dice que esta es una guerra contra Hezbolá, y no Líbano. Pero el terror israelí afecta a todos los libaneses”. Escribió que la resolución “no menciona los aspectos clave de nuestro plan y la rechazaron todos los libaneses. Una fuerza internacional en Líbano es un desafío directo a nuestra soberanía nacional, y eso nunca lo aceptaremos”.

La nueva resolución tiene unas cuantas frases diplomáticas; por ejemplo dice que respeta la soberanía de Líbano, pero los rasgos esenciales no han cambiado. Israel tiene encañonado a Líbano con la amenaza de invadirlo en gran escala y bombardear todas partes de Beirut. En la previa invasión de escala similar, murieron 20,000 palestinos y libaneses. Hezbolá dice que aceptará la resolución pero se atribuye el derecho de seguir atacando las fuerzas israelíes en Líbano.

Varias potencias imperialistas participaron en las negociaciones para forjar la resolución. Eso refleja sus intereses en la región. Los intereses de Francia y Rusia, que reciben gran parte de su petróleo de Irán, no son idénticos a los de Estados Unidos. Francia tiene inversiones en Líbano que quiere proteger. Sin embargo, parece que los imperialistas europeos han decidido que por ahora la mejor manera de proteger sus intereses es en connivencia con Estados Unidos e Israel.

No es seguro que esta resolución parará la guerra, pero beneficia a las grandes potencias porque hace parecer que les importa la devastación de Líbano.

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