Revolución #58, 27 de agosto 2006


 

La posición desafiante de Elvira Arellano

Alice Woodward

Elvira Arellano

Elvira Arellano

Elvira Arellano, ciudadana mexicana, recibió órdenes de comparecer ante el Departamento de Seguridad de la Patria el 15 de agosto para que la deportaran.

Pero Elvira desafió la orden. Su iglesia, Adalberto United Methodist, situada en el barrio puertorriqueño Humboldt Park de Chicago, le dio santuario. El pastor de la iglesia ha pedido que otras iglesias de todo el país abran las puertas a los inmigrantes bajo ataque.

Al cierre de esta edición Elvira permanece en la iglesia con su hijo Saúl, de siete años. Centenares han ido a la iglesia a expresarle apoyo a ella y a la lucha que representa. Un representante anónimo del Buró de Inmigración y Aduanas dijo que no entrarán a la iglesia a arrestarla, que "no es mayor prioridad que los otros 500,000 fugitivos que hay en el país", y que la detendrán "en el momento y lugar oportuno".

Apoyo de California a Carolina del Sur

El martes 15 por la noche vi a Elvira por la tele con su hijo en brazos. Al día siguiente fui a la iglesia, donde ya había mucha gente que reconoce que lo que esta mujer está haciendo es sumamente importante.

Elvira Arellano

Partidarios de Arellano frente a la iglesia Adalberto United Methodist, Chicago, 16 de agosto. Foto: Revolución

Desde que Elvira entró a la iglesia, la calle está llena de alegría y de espíritu combativo: familias enteras de inmigrantes van a acompañarla; los feligreses se quedan a apoyarla; llegan estudiantes solos o en grupos. Unos se quedan horas y otros pasan por curiosidad al ver las camionetas de la prensa. Una joven reportera de uno de los canales de español sale de la iglesia a entrevistar a los que están en la acera y vuelve a la camioneta a editar el video. Se le ve en la cara que la historia de Elvira Arellano le cala hondo.

Impera una sensación de estar participando en algo histórico, que no es solo de una nacionalidad o grupo. Es casi palpable el deseo de que esto se difunda y la idea de que es una verdadera posibilidad.

Esta posición, y lo que significa para la lucha por los derechos de millones de inmigrantes, ha resonado por todo el país. La prensa nacional e internacional lo comenta, especialmente los canales en español. La noticia corrió como relámpago entre los grupos que velan por los derechos de los inmigrantes. La agencia Associated Press informó que "activistas de California a Carolina del Sur" están con ella. En Phoenix, Martín Manteca, del grupo Mi Familia Vota, dijo que ya están organizando vigilias para apoyar a Elvira. Dolores Huerta, dirigente del sindicato de trabajadores del campo, fue a la iglesia a acompañar a Elvira.

El Movimiento 10 de Marzo, una coalición de unos 100 grupos que coordinó las megamarchas de Chicago en pro de una reforma migratoria, dijo: "La deportación de Elvira Arellano, inmigrante indocumentada y dirigente del movimiento a favor de todos los inmigrantes, no debe proceder".

Una posición justa ante una ley injusta

En medio de una entusiasta multitud frente a la iglesia, una representante de Elvira dijo por  altoparlante: "Ella ha iniciado algo que este movimiento necesita. Creo que todas las iglesias deberían ser santuarios. No podemos permanecer al margen con los brazos cruzados mientras separan a las mamás de los hijos, a los padres de sus hijos y a las esposas de los esposos". Muchos comparan lo que Elvira está haciendo con la histórica posición que tomó Rosa Parks. Otros dicen que si las iglesias y los partidarios de los inmigrantes abren sus puertas, podría ser otra vez como el movimiento que ayudaba a los esclavos a escapar.

La Migra dice que solo una petición de un senador puede impedir la deportación, pero los dos senadores de Illinois, los demócratas Dick Durbin y Barack Obama, han dicho que no pueden hacer nada por ella. Obama dijo: "Lo que no puedo hacer es darle preferencia a una persona cuando hay cientos de miles que están en la misma situación. No sería justo. Así no se hacen las cosas aquí en Estados Unidos".

Cómo se "hacen las cosas" en Estados Unidos

Elvira fue detenida en el 2002 en el aeropuerto O'Hare, donde trabajaba en limpieza. En total la "Operación Chicagoland Skies" detuvo a 53 inmigrantes que trabajaban en el aeropuerto. No se sabe la suerte de muchos de los detenidos en esa operación de la "guerra contra el terror", aunque no han acusado a ninguno de tener conexiones con terroristas.

Elvira se declaró culpable de trabajar con un número de seguridad social falso y la sentenciaron a libertad condicional. Desde entonces ha recibido órdenes de deportación cuatro veces, pero en cada ocasión recibió un plazo de un año, en parte porque su hijo es ciudadano y tiene problemas de salud. Fundó la organización La Familia Latina Unida, de la cual es presidente, para impedir que separen a miles de familias. Esa horripilante realidad hace recordar los días de la esclavitud, cuando literalmente les arrebataban los hijos a los padres para venderlos.

Hoy, millones de inmigrantes viven escondidos y como ciudadanos de segunda categoría. Los arrestan en redadas y los deportan. Les prohíben hablar español en el trabajo. No tienen servicios de salud ni pueden conseguir licencia de manejo. Los detienen indefinidamente, los matan en la frontera y, los que logran cruzarla, viven con la angustia de que los agarren.

Fuera de la iglesia había mucha gente para quien Elvira es su voz. Una señora me dijo que por falta de licencia de manejo la tratan como ciudadana de segunda categoría, que ni siquiera puede alquilar películas. Me dijo: "Cuando voy con mis hijos a la tienda, me preguntan si les puedo alquilar una película. Yo tengo que decirles que no; me preguntan que por qué no y tengo que decirles que no puedo; cómo se le puede explicar eso a un niño. Ella (Elvira) está harta de eso y por eso está haciendo esto; por eso estamos aquí con ella, porque nosotros también estamos hartos".

Un joven latino me contó que ha demandado a los dueños de una tienda de refacciones de carros porque amenazaron con correrlo y lo hostigan porque habla español con los clientes y los quiere ayudar. Dice que cuando van nigerianos a pedir refacciones les dicen que no hay.

Los planes del gobierno de Bush para la inmigración son despachar la Guardia Nacional a la frontera, construir centros de detención en varias partes del país, hacer deportaciones en masa e imponer tarjetas de identificación biométricas. Los inmigrantes ya sufren feroz represión, violación y muerte en la frontera, y discriminación a diario. Todo eso está aumentando de una manera alarmante. En el New York Times, un miembro de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) afirmó que "nunca en la vida he visto este tipo de deportaciones". Hay que parar los ataques contra los inmigrantes.

Vientos de verano y tormentas de otoño

Cuando pienso en el mundo en que esto se está dando, en el contexto en que esta mujer ha tomado esta posición desafiante, se me acelera el pulso de expectativa y urgencia. Esto ocurre tras un enorme auge de lucha de millones de inmigrantes en todo el país, que son parte de un creciente movimiento, y tras una amplia lucha de masas en México por las elecciones fraudulentas.

Ocurre en un contexto en que el gobierno de Bush está llevando la sociedad en una dirección muy peligrosa: libra una guerra contra Irak, invade Líbano con Israel, espía a la ciudadanía, ataca a los gays, abandona a los negros tras el huracán Katrina. La gente está indignada pero paralizada, sin ver cómo actuar.

Elvira Arellano ha tomado esta valiente posición en momentos en que lo que se haga aquí y en el mundo para oponerse al gobierno de Bush es sumamente importante. Indica que hay un enorme potencial para que el movimiento en pro de los derechos de los inmigrantes continúe y crezca. Representa un llamamiento y un desafío para quienes ven las injusticias que se cometen contra los que tienen que "vivir en las sombras" y todos los que están hartos de los atropellos actuales.

Cuando pienso en lo que he aprendido, visto y escuchado, veo el potencial palpable de que miles de personas se junten para construir un movimiento para sacar corriendo al gobierno de Bush; veo el potencial de la "enorme represa" de millones de personas, como dice la declaración de El Mundo No Puede Esperar para el 5 de octubre. Si miles de esa represa, representada frente a la iglesia Adalberto, salieran ese día a oponerse a la dirección por la que Bush lleva a la sociedad, imagínense no más el impacto: miles movilizando a millones.

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