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Revolución #68, 5 de noviembre de 2006

El vicepresidente de la tortura defiende el “submarino”

El 24 de octubre, en una entrevista del locutor derechista Scott Hennen de la emisora WDAY de Dakota del Norte, el vicepresidente, Dick Cheney, dijo, desde su oficina de la Casa Blanca, que está a favor del método de interrogación conocido como “el submarino”, que lleva al prisionero al punto de ahogarse. Human Rights Watch dice que es “un método que hace a la víctima pensar que va a morir, como un simulacro de ejecución” y que “sin duda alguna es tortura”. De hecho, a veces causa la muerte.

Hennen le preguntó: “He recibido llamadas telefónicas y me dicen, por favor hágale saber al vicepresidente que si para salvar a los americanos es necesario darle un remojón a los terroristas, estamos a favor. Repito, esta discusión me parece un tanto ridícula en vista de la amenaza que encaramos, ¿está de acuerdo?”. “Estoy de acuerdo”, respondió Cheney, y habló de la Ley de Comisiones Militares que el Congreso aprobó y que George Bush promulgó el 17 de octubre: “Vamos a permitir que la rama ejecutiva tenga la autorización concedida por el Congreso para seguir acumulando la inteligencia que necesitamos para defender la nación”.

Luego vino este diálogo:

Hennen: “¿Está de acuerdo con que un remojón es lógico si se trata de salvar vidas?”

Cheney: “Claro que sí, pero me han dicho el vicepresidente ‘de la tortura’. Nosotros no torturamos. No hacemos eso. Nosotros cumplimos las obligaciones de los pactos internacionales que hemos firmado. Lo que sí es cierto es que se puede llevar a cabo un programa de interrogación enérgico sin torturar, y eso lo tenemos que hacer.

“Gracias a la dirección del presidente y a las medidas del Congreso, tenemos esa autorización y podemos continuar ese programa”.

Tres días después, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Tony Snow, tuvo que contestar una serie de preguntas inusualmente combativas de reporteros sobre los comentarios de Cheney. Después de que Snow dijo que “el vicepresidente estaba hablando en términos generales sobre un programa de interrogación que es legal para salvar a los americanos y que no estaba hablando del submarino”, siguió este intercambio de preguntas y respuestas con la prensa, según las actas de la Casa Blanca:

P: ¿A qué más se podría referir “remojón” si no al submarino?

Snow: Le estoy diciendo, le estoy diciendo la posición del vicepresidente. Usted puede sacar su propia conclusión, porque obviamente eso es lo que ha hecho. Él dice que estaba hablando de…

P: Yo no he sacado ninguna conclusión, le estoy pidiendo una explicación de qué quiere decir con “remojón”.

Snow: ¿Qué tal remojón?

P: Un momento, ¿entonces “remojón” quiere decir que en Guantánamo hay una piscina, que les permiten nadar?…

Las preguntas continuaron unos minutos más y Snow persistió en que 1) Cheney nunca usó la palabra “submarino” y 2) que Estados Unidos no tortura.

Pero está claro que Cheney estaba hablando del submarino y lo estaba defendiendo como un método de tortura. Como dijo el reportero: “¿A qué más se podría referir ‘remojón’ si no al submarino?”.

Con la promulgación de la Ley de Comisiones Militares, se ha legitimado y legalizado el programa mundial de tortura de Estados Unidos [ver “Puntos de la Ley de Comisiones Militares (ley de tortura)” en Revolución #64, en revcom.us]. Si bien la ley prohíbe ciertos métodos de tortura, no menciona y por tanto legaliza otros métodos, como privación de sueño, exposición a las inclemencias del frío y el submarino. En el idioma orwelliano del gobierno de Bush y sus secuaces, esos salvajes métodos solo son parte de un “programa enérgico de interrogación”.

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