Issue and Date


Revolución #71, 3 de diciembre de 2006

Abogados entablan queja formal por crímenes de guerra contra Rumsfeld y otros en tribunal alemán

Entrevista de Revolución al abogado Michael Ratner acerca de las acusaciones contra Rumsfeld

La entrevista de Revolución: Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en Revolución o en nuestra página web.

Michael Ratner recibe premio de Asociación Europea de Abogados pro Democracia y Derechos Humanos Mundiales

El 10 de noviembre, los Abogados Democráticos de Alemania y la Asociación Europea de Abogados pro Democracia y Derechos Humanos Mundiales le dieron el Premio Hans Litten a Michael Rattner, presidente del Centro pro Derechos Constitucionales, por su trabajo en defensa de los derechos humanos internacionales.
En 1931 Litten, un abogado alemán, representó a dos trabajadores apuñalados por las tropas de asalto (SS) de Adolfo Hitler. Sin temor, le hizo preguntas directamente a Hitler y logró condenar a sus secuaces. Por supuesto Hitler no olvidó esa vergüenza y la noche del incendio que destruyó el Reichstag (parlamento) en 1933, la SS arrestó a Litten. Lo declararon enemigo del estado, lo metieron a la cárcel sin acusación y durante cuatro años lo trasladaron de un campo de concentración a otro, lo torturaron y lo sometieron a simulacros de ejecución.
Entre el juicio de 1931 y el arresto, su madre le pidió muchas veces que huyera debido al peligro, pero respondió que como los trabajadores pobres no podían huir tampoco lo iba a hacer él. Tras cinco años de torturas sin ceder, Litten se suicidó en 1939.
Al aceptar el premio, Ratner dijo que lo que le pasó a Litten subraya “los peligros de la dirección en que está encaminado el gobierno de Bush. En varios sentidos, en Estados Unidos ya no imperan las leyes y se ha debilitado el derecho como guardián de la justicia. Se están desvaneciendo las limitaciones a la rama ejecutiva que requieren que respete el derecho, en particular con respecto a la detención y la tortura. Si el estado puede llevar a cabo detenciones sin acusación, como en Alemania, no hay libertad”. Ratner concluyó: “Lo que le pasó a Hans Litten debe ser una advertencia a todos nosotros”.

El 14 de noviembre el Centro pro Derechos Constitucionales (Center for Constitucional Rights —CCR), la Federación Internacional pro Derechos Humanos, la Asociación de Abogados de la República Alemana, así como otros grupos e individuos, entablaron una queja formal en Alemania y solicitaron una investigación del ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld y otros altos funcionarios. La queja dice que Rumsfeld y otros altos funcionarios civiles y oficiales militares han cometido crímenes de guerra, y en particular tortura, contra presos en Irak, Afganistán y Guantánamo. A continuación publicamos una entrevista a Michael Ratner, presidente del CCR, quien estuvo en Alemania el 14 de noviembre para entablar la queja.

Revolución: Hablemos de la esencia de esta queja y de lo quiere lograr, porque si bien se enfoca en Rumsfeld abarca mucho más.

Michael Ratner: Los países europeos tienen medios judiciales en casos penales que son desconocidos en Estados Unidos. Por ejemplo, los grupos pro derechos humanos, los individuos y las víctimas pueden pedirle a un procurador que investigue a una persona para determinar su responsabilidad penal. En Estados Unidos si vas y le pides a un fiscal que investigue a un tipo, te cierra la puerta en la cara. En Alemania y otros países europeos si te cierran la puerta en la cara, puedes demandarlo para se explique, para que diga por qué no quiere realizar la investigación. Esa es una gran diferencia. Alemania también tiene una ley, que otros países europeos están adoptando, que permite juzgar ciertos delitos, sin importar dónde se hayan cometido, y aunque no haya una conexión entre ese país y el supuesto delito. Y hay ciertos delitos tan graves, tan horrorosos, que se supone que todos los países deberían juzgarlos. Uno de ellos es el incumplimiento de los Convenios de Ginebra. Estos países tienen jurisdicción universal, lo cual quiere decir que pueden procesar a una persona, no importa dónde haya cometido el delito. Alemania tiene una buena ley sobre eso y por eso fuimos allá a iniciar una investigación de funcionarios del gobierno por establecer lo que yo llamo el programa de tortura post 11 de septiembre.

Normalmente uno se quedaría en Estados Unidos a hacer eso si se pudiera, pero ahora es imposible. El secretario de Justicia, Alberto Gonzales, sería quien tendría que entablar cargos penales contra un individuo, pero él está muy asociado con el programa de tortura. También tenemos a Rumsfeld, que aunque ha renunciado sigue en su puesto y también está muy asociado con ese programa. El Congreso no ha hecho nada, ni los republicanos ni los demócratas han entablado quejas. Luego está Bush, quien afirma que necesita el derecho a torturar. A mi manera de ver, y ese también es el parecer de los otros que han entablado la queja, los que han respaldado la tortura tienen que rendir cuentas. Ese programa sigue vigente y tenemos que hacer algo.

Revolución: ¿Quiénes son los demandantes y quiénes los demandados?

Michael Ratner: Decidimos apuntar contra personas de alto nivel en la cadena de mando, empezando por Donald Rumsfeld, de quien decimos que cometió crímenes de guerra y aprobó una variedad de técnicas de interrogatorio. Así es como él y otros llaman a la tortura, dicen que son técnicas de interrogatorio, pero en realidad es tortura, ya sean las posiciones para causar estrés, el desnudarlos, la humillación sexual, los perros, la hipotermia, la privación del sueño, etc. Nosotros vamos a comprobar que Rumsfeld aprobó todo eso, y tenemos pruebas de su puño y letra, y que estuvo involucrado en lo que sucedió en Guantánamo, Irak y la prisión Baghram de Afganistán.

Los otros demandados son el general Ricardo Sánchez, quien estuvo a cargo de la guerra cuando empezó y aprobó las técnicas de tortura. También acusamos a George Tenet, quien era director de la CIA, y eso naturalmente incluye los centros de detención secretos por todo el mundo, donde se llevaron a cabo técnicas como el submarino. Esas son las tres principales personas que hemos demandado. También hemos demandado a unos abogados, especialmente al ex subsecretario de Justicia Jay Bybee y al ex subsecretario adjunto de Justicia John Yoo, que son los que establecieron las bases judiciales para la tortura. En Alemania, durante los juicios de Nuremberg, después de la II Guerra Mundial, se enjuició a unos abogados porque implementaron el programa nazi de genocidio. Bybee y Yoo dicen que solo son abogados que dieron su opinión judicial, pero en realidad si vemos el contexto en el que esto sucedió, vemos que tanto en la CIA como en las fuerzas armadas hubo oposición a la tortura. Unos dijeron que temían que los enjuiciaran y pidieron amparo judicial, pidieron que les dieran algo por escrito, y ese fue el trabajo de abogados como Bybee y Yoo.

Esos son los principales demandados, aunque hay otros, como los que llevaron a cabo las órdenes en Irak, por ejemplo el coronel Thomas Pappas. También hay subalternos de Rumsfeld, como Stephen Cambone, quien fue subsecretario de Defensa para Inteligencia, y un par de subalternos de Cheney. En total son 12 los acusados. Como demandantes tenemos a 11 presos iraquíes y uno de Guantánamo. Los iraquíes estuvieron en Abu Ghraib y otras prisiones, y tienen cosas espantosas que decir. Por ejemplo, en un pueblo había insurgentes y el ejército estadounidense bombardeó la casa de uno de los demandantes y mató a balazos a su papá. A él se lo llevaron y lo torturaron por una semana hasta que le dijeron que no era el que buscaban. Jamás pidieron disculpas, simplemente dijeron que no era el que buscaban.

El preso de Guantánamo es el que nos da la conexión más directa entre la tortura y Rumsfeld, aunque todos tienen esa relación. Pero en el caso de Mohammed al-Qahtani, el que estuvo en Guantánamo, tenemos los diarios, escritos con cierta banalidad, que describen un período de 48 días en que lo privaron de sueño, lo tuvieron encadenado a una silla, le administraron agua por una jeringa para que se orinara, lo desnudaron y una mujer se le montaba para abusar de él. Le hicieron cosas peores de las cuales todavía no estamos seguros. Por ejemplo, le hicieron pensar que lo llevaban en avión a otro lugar como Egipto para seguir torturándolo, cuando en realidad lo regresaban a Guantánamo. En este caso tenemos a Rumsfeld autorizando y/o supervisando ese interrogatorio. Está en los documentos del gobierno. Así que Rumsfeld estaba claramente ligado a esa gente y al programa de tortura. En Alemania, el 14 de noviembre cuando entablamos la queja, incluso la prensa ya ni siquiera disputaba que Estados Unidos cometió crímenes de guerra, inclusive tortura.

Entre los demandantes también están varios grupos pro derechos humanos y organizaciones como el CCR, así como un par de premios Nóbel. Otro factor importante fue que Janis Karpinski fue uno de nuestros testigos el 14 de noviembre. [Karpinski era comandante de las prisiones estadounidenses en Irak cuando se dieron a conocer las fotos de la tortura en Abu Ghraib]. La primera vez que entablamos esta queja en el 2004 Karpinski constaba entre los demandados, pero esta vez vino con nosotros a Alemania y habló de que era necesario entablar acusaciones de alto mando. Ella dijo que vio instrucciones de las técnicas de interrogatorio y que Rumsfeld las había aprobado. En ese entonces la prisión de Abu Ghraib ya no estaba bajo su jurisdicción, pero dice que vio las instrucciones pegadas en una pared y que sin lugar a dudas fueron aprobadas por Rumsfeld. Aunque ella fue la persona de más alto rango que degradaron por lo de Abu Ghraib, está claro que hay otros en posiciones más altas que tienen responsabilidad. No es que estemos adivinando lo que hicieron; buena parte de eso está escrito.

Ese es el contexto de entablar la queja en Alemania, ya que, desde un punto de vista judicial, todas las puertas estaban cerradas en Estados Unidos. Entre otras cosas, aquí no hay Tribunal Penal Internacional, cuya jurisdicción Estados Unidos no reconoce; por eso tuvimos que ir a Alemania y presionar a la procuradora general federal para que investigue.

Revolución: Con respecto a que las puertas están cerradas en Estados Unidos, la reciente aprobación de la Ley de Comisiones Militares, que permite torturar y pisotea el hábeas corpus, también debe de ser otra razón importante.

Michael Ratner: Correcto, eso fue clave. La Ley de Comisiones Militares que el presidente firmó el 17 de octubre tiene muchas implicaciones. Una es que da una nueva definición de crímenes de guerra para dar amnistía o perdonar a todos los que cometieron crímenes de guerra después del 11 de septiembre por medio de esas técnicas coactivas e inhumanas de interrogar. Lo que pasó es que a principios del 2002, el secretario de Justicia Alberto Gonzales y otros escribieron memorandos que dicen que si interrogamos de una manera agresiva nos podrían acusar de crímenes de guerra y no queremos correr ese riesgo. Por tanto, debido a que en Estados Unidos los crímenes de guerra están definidos por lo que dicen los Convenios de Ginebra, la mejor manera de evitar que los acusen es diciendo que los Convenios no se aplican a presuntos militantes de al Qaeda o del Talibán. Y así procedieron. Pero en junio de este año, la Suprema Corte declara en el caso Hamden que el Artículo 3 Común de los Convenios de Ginebra, y en particular sus estipulaciones humanitarias, se aplican a todos los detenidos. Así que tipos como Rumsfeld y Gonzales, así como los otros que llevaron a cabo las torturas ahora se dicen: pues parece que al fin de cuentas sí nos podrían enjuiciar porque no hemos estado cumpliendo con los Convenios de Ginebra desde hace cinco años.

Luego el gobierno de Bush acude al Congreso y pide una nueva definición de la ley sobre crímenes de guerra para que no incluya el Artículo 3 Común y, además, que sea válida para el futuro, o sea para seguir torturando, y que sea retroactiva al 11 de septiembre de 2001. Así que lo que han hecho es lo que toda dictadura siempre hace: darse amnistía y, naturalmente, eso es ilegal, no se puede dar amnistía por crímenes de guerra. Quién sabe, tal vez un tribunal estadounidense ratifique la amnistía que se han dado, pero eso no ocurrirá en Europa y, es más, presionará a la procuradora general federal para que tome esta queja en serio. La vez pasada que quisimos entablar la queja, en el 2004, no la aceptaron porque había una investigación en trámites en Estados Unidos y era posible que acusara al alto mando. Pero ya no se puede decir eso porque el gobierno de Estados Unidos ha dicho: vamos a dar amnistía a todos nuestros criminales de guerra. Eso, naturalmente, es una obvia prueba de culpa, y pase lo que pase en Alemania (porque entre otras cosas hay asuntos políticos de por medio y no sabemos qué va a pasar) creo que estamos iniciando un proceso legal que desenmascarará plenamente los crímenes de guerra, en Europa en particular. De ser necesario podríamos ir a otro país, como España, después de Alemania….

Revolución: ¿O sea que el procurador general federal alemán rechazó la queja la vez pasada en parte por asuntos políticos? No me sorprendería.

Michael Ratner: Correcto. Como cuando Rumsfeld dijo que no participaría en una conferencia de seguridad en Munich si el caso estaba pendiente. Lo interesante es que esta vez ya no tienen ese pretexto. Además, una de nuestras metas con esta nueva queja es que haya más oposición en las calles de Alemania, para presionar a la procuradora a que haga algo.

Revolución: Parece que la queja esta vez es más fuerte, en vista de todo lo que se ha dado a conocer en los últimos dos años.

Michael Ratner: Exactamente. Y la reacción esta vez, comparada con el 2004, me sorprendió. Por ejemplo, tuvimos una llamada telefónica con 40 reporteros, e hicieron preguntas serias sobre la queja, como por ejemplo qué pasaría si Rumsfeld viajara, y cosas así. Unos cuantos no lo tomaron en serio, diciendo que lo hacíamos para llamar la atención. Mi respuesta a ellos es, desde un punto de vista judicial y obviamente desde un punto de vista de protestas, si tienen una mejor alternativa díganmela, porque nadie debe estar de brazos cruzados. El debate no debe ser sobre lo que yo estoy haciendo con esta queja sino sobre lo que ustedes NO están haciendo. Para mí, esa es la clave. Desde el punto de vista de un abogado, hay que recurrir a todo y eso es lo que hicimos el 14 de noviembre. Pero también sé, por ser abogado político, que se necesita la fuerza de mucha gente.

Revolución: ¿Cómo ves la relación entre la queja que el CCR y otros han entablado en Alemania y otras iniciativas como el Tribunal sobre Crímenes de Guerra de Bush?

Michael Ratner: El Tribunal sobre Crímenes de Guerra de Bush es muy importante y es similar a lo que hicimos en Alemania, y por eso apoyo mucho el trabajo del Tribunal, debido a que las vías judiciales en este país están cerradas, y seguirán cerradas, si la gente no se moviliza, si la gente no demanda que se abran. Es sumamente importante que por lo menos hagamos constar en este momento lo que este gobierno ha hecho, los terribles crímenes de guerra que ha cometido. Y cosas como el Tribunal y la queja que hemos entablado en Alemania contribuyen a todo lo que se está haciendo. Mira, hace dos años, qué va, hace un año, en Estados Unidos la mayoría de la gente no hubiera dicho que Rumsfeld es un criminal de guerra, pero ahora muchos así lo consideran y eso se basa en buena parte en el trabajo del Tribunal y de las quejas entabladas en Alemania. Ya que no tenemos el poder, esas son las cosas que podemos hacer, y son muy importantes.

Revolución: Eso también se relaciona con la resistencia masiva que se necesita.

Michael Ratner: De acuerdo. Hay que desarrollar una resistencia masiva contra este gobierno y los crímenes que está cometiendo. De eso no hay duda alguna.

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond