Issue and Date


Revolución #75, 7 de enero de 2007

Ecos de la Alemania nazi: Brutales redadas contra migrantes

Imagínese: Por un minuto, póngase en el lugar de un migrante. Se ve en la necesidad de venir a Estados Unidos para sostener a la familia porque el imperialismo estadounidense lo ha hecho imposible en su país. Se endeuda profundamente por el privilegio de arriesgar la vida cruzando la frontera, con alambre de púas y tramos de muerte donde más 400 personas perecen al año. Cuando llega tiene que trabajar en el infierno de un matadero, donde siente que se le desgasta la vida poco a poco. Todos los días vive con el temor de que no regresará al hogar o de que por una pequeña infracción de tránsito nunca más volverá a ver a sus hijos. Eso es precisamente lo que les pasó a casi 1,300 personas en diciembre.

El 12 de diciembre, en Greeley, Colorado; Marshalltown, Iowa; Worthington, Minnesota; Grand Island, Nebraska; Cactus, Texas; y Hyrum, Utah, agentes de Immigration and Customs Enforcement (ICE) llevaron a cabo las mayores redadas en lugares de trabajo contra una compañía en la historia de Estados Unidos.

Ese día detuvieron a 1,280 trabajadores de la empacadora Swift, una gigante de la industria agropecuaria. Vestidos en uniforme de motín y armados con fusiles de guerra, invadieron las fábricas, cerraron las puertas y se pusieron a cazar a los migrantes como si fueran animales; unos trabajadores huyeron y se escondieron en las pocilgas.

Un trabajador describió la redada al periódico Union-Tribune de Salt Lake City. Dijo que le hizo pensar en la Alemania nazi: a los trabajadores de tez blanca y otros que parecían blancos les dieron pulseras azules y los mandaron a otra parte, y a los que “parecían” indocumentados, o sea de tez oscura, los interrogaron y a muchos los detuvieron.

Los pusieron en camiones, mientras sus seres queridos, llorando, los buscaban para despedirse. A unos, todavía esposados, los obligaron a firmar partidas “voluntarias”. Kim Salinas, abogada de migración, dijo en el programa Democracy Now ! que a los abogados no les permitieron hablar con los trabajadores antes de firmar los documentos de deportación. A los que no firmaron los llevaron a cárceles federales y estatales en diferentes partes del país, y en muchos casos ni los abogados ni los familiares saben adónde. Un abogado cree que a unos los llevaron a Atlanta, Georgia, a más de 1,440 kilómetros de distancia.

En unos casos, los padres no pudieron recoger a sus hijos de la escuela o guardería. En otros, los familiares los escondieron por temor de que los deportaran. El Salt Lake Tribune informó:

“Ahora los niños se preguntan si alguna vez regresarán la mamá y el papá, y qué será de ellos. Es un sentimiento que se ha generalizado en todo el valle, dicen los maestros. En la primaria Adams, los niños no quieren salir al patio por temor de que se los lleven, dijo una asistente. Otros estudiantes no regresaron a la escuela. En la primaria Bridger, los niños no querían almorzar. Les dolía el estómago, dijo una maestra. Janey Stoddard es maestra de primer grado en Bridger, donde las redadas afectaron a dos docenas de estudiantes. Recuerda que le preguntó a una chiquilla latina cómo se sentía. Contestó que estaba bien pero al rato le dijo: ‘Sra. Stoddard, no estoy bien’. Se puso a llorar y preguntó: ‘¿Volveré a ver a mi mamá alguna vez?’”.

Elizabeth Barnhill, directora ejecutiva de la Coalición contra la Agresión Sexual de Iowa, y Laurie Schipper, directora ejecutiva de la Coalición contra la Violencia Doméstica de Iowa, enviaron un correo electrónico que dice: “Están surgiendo relatos terribles… de un hogar de 35 niños sin padres y de unos vecinos que se encargan de ellos; de un cura que busca a una madre que amamanta a su bebé que no quiere comer, pero no le permiten hablar con ella; del mismo cura que busca al papá de un niño asmático para obtener información sobre cómo cuidarlo, pero tampoco se lo permiten”. El correo dice que las redadas continuaron, y que los agentes de ICE fueron a hogares particulares después del 12 de diciembre y arrestaron a seis personas en Marshalltown, Iowa.

Informaron que las redadas de Swift eran por “robo de identidad”, aunque al 95% de los detenidos los acusaron de delitos menores de migración y a menos de 60 los acusaron de “robo de identidad”.

Si piensa que las redadas fueron rutinarias o incidentes aislados por razones de seguridad, piénselo mejor. Son parte de una ola de represión fascista. En un artículo sobre las redadas del estado de Nueva York, el New York Times informó que en el año fiscal que terminó el 30 de septiembre, el gobierno deportó a 189,924 migrantes (una cantidad sin precedente y 12% más del año pasado). Docenas de migrantes desaparecieron de las granjas donde trabajan desde hace muchos años en redadas que no recibieron publicidad. El artículo dice: "Familias enteras están escondidas, como por ejemplo la pareja que pasó la noche con su hijo en una caja de plástico". Los dueños y familiares viven con preocupación. Muchos se oponen a las redadas pero temen que si expresan oposición, los vecinos los entreguen. Las redadas siembran terror entre docenas de miles, y quizás millones, de personas.

Estas redadas se están dando en el contexto de una mayor represión por todo el país, y no solo contra los migrantes. Es un ambiente represivo con nuevas leyes, espionaje gubernamental y la destrucción de los derechos constitucionales fundamentales.

Ninguno de los programas de migración que la clase dominante está debatiendo es bueno para los migrantes. Tampoco es bueno para las masas en general que haya redadas y otras medidas contra los migrantes, violación de los derechos humanos fundamentales y maniobras fascistas en nombre de la “seguridad de la frontera”.

¿Por qué la gente se ve obligada a cruzar la frontera? Por las condiciones creadas por la dominación y explotación imperialistas. Millones de personas que ya no pueden vivir de la tierra se ven obligadas a cruzar la frontera para sobrevivir y sostener a la familia. Encuentran trabajos que son de los más peligrosos y agobiantes, como los de los mataderos y el campo. Ahora el gobierno de Estados Unidos los está atacando de una manera despiadada, les echa la culpa y los arresta en redadas que a mucha gente les hacen pensar en las redadas nazis.

Thomas Hodge, dueño de la Real Trading Co. Inc. del sudeste de Greeley, Colorado, vende y repara productos de cuero y artículos católicos como Biblias y estatuas. Casi la mitad de sus clientes son latinos. Hablando con el Denver Post sobre las redadas, Hodge dijo: “Me pareció una atrocidad. Se me hizo como que los estaban llevando a las cámaras de gas en esos camiones. No creo que estemos resolviendo esto de la manera correcta… Al final, creo que deben abrir la frontera y dejar que vivan donde quieran".

Revolución pide a los lectores dar a conocer lo que sepan de las redadas en la Swift y otros ataques contra los migrantes. Si usted o algún familiar fue afectado por las redadas, o si es defensor o abogado de migración, por favor envíenos información sobre lo que está sucediendo. No publicaremos su nombre o información que lo identifique sin su permiso. Puede ponerse en contacto con nosotros en línea en revcom.us (haga clic en "Envíenos sus comentarios"), por correo electrónico en rcppubs@hotmail.com o escribiendo a: Revolution, Box 3486, Merchandise Mart, Chicago IL 60654.

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond