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Revolución #80, 4 de marzo de 2007

Parte del operativo nacional

Redadas fascistas en el Área de la Bahía de San Francisco

Protest in Richmond

Protesta en reunión del consejo municipal de Richmond, California, contra las redadas de migrantes, 6 de febrero
Foto: Revolución

“A los extranjeros delincuentes que han eludido la captura, les advertimos: los agentes del ICE los buscarán, los detendrán y los sacarán de Estados Unidos”.

Michael García,
subsecretario de Inmigración y Aduanas,
de una hoja informativa
del Programa Nacional de Operaciones contra Fugitivos

“Estamos viviendo operativos fascistas en nuestras comunidades. Lo siento profundamente en el corazón”.

Reverendo Filiberto Barrera,
de la Iglesia San Cornelius de Richmond

Durante los últimos dos meses los migrantes del Área de la Bahía de San Francisco han sido víctimas de una racha de redadas. A cientos los han detenido y deportado como parte del operativo de la policía del Servicio de Inmigración y Aduanas (Immigration and Customs Enforcement--ICE) llamado “Devuélvase al remitente”. Las redadas empezaron en los barrios pobres latinos de las ciudades de Richmond, San Pablo y Concord, y de ahí se han extendido a otras partes.

Se informa que los agentes armados han ido a estacionamientos de la tienda Home Depot, donde los jornaleros se congregan para esperar trabajo, a los supermercados, a las esquinas, a casas y apartamentos, así como a las estaciones del metro, y agarran a los que no tienen identificación. Los llevaron a centros de detención no identificados, a veces en otros estados.

El reverendo Ramiro Flores dijo: “Los agentes dicen que son la policía, rompen ventanas y asustan. Si no encuentran a la persona que buscan, se llevan a cualquier otro que no tenga papeles”. (San Francisco Chronicle, 29 de enero)

En Concord, los agentes del ICE fueron a un barrio cerca de la escuela primaria Meadow Homes. Los niños se quedaron traumatizados al ver a agentes armados llevarse a los migrantes. Muchos no sabían si sus padres los iban a recoger después de clases. El director dijo que al día siguiente de la redada, 106 niños faltaron.

Las redadas han causado separaciones familiares devastadoras. Se han llevado a mujeres cuyos hijos han tenido que quedar a cargo de amigos o vecinos. A veces, los detenidos han estado desaparecidos durante días sin poder comunicarse con familiares, amigos o abogados.

En Richmond, Fernando, que tiene 10 años, dijo ante el consejo municipal: “Mi tía preparaba el desayuno, pero al darse cuenta de que no tenía leche se fue a la tienda. En eso los agentes se la llevaron. Mi tío tuvo suerte: se escapó. Mis primos estaban tristes y mi prima se puso a llorar porque ¿quién la va a cuidar?”.

Están sembrado temor en las comunidades latinas. La calle 23 de Richmond, siempre llena, parece un desierto. Las tiendas, los salones de belleza, las panaderías y las carnicerías están vacíos. Una tienda perdió el 60% de las ventas en cuatro semanas.

Indignación y protesta

El 28 de enero, más de 1,000 personas acudieron al gimnasio de la iglesia San Mark de Richmond para protestar, convocadas por la Organización Comunitaria de Apoyo Interfé de Contra Costa. Aunque muchos temían que el ICE arrestara a los participantes, se hicieron presentes y tomaron la palabra para condenar las redadas. El alcalde de Richmond, Gayle McLaughlin dijo: "Como alcalde, estoy aquí para solidarizarme con y dar mi apoyo a las familias que en las últimas semanas han vivido un reino de terror". Unos miembros del Consejo Municipal, personal escolar, maestros y abogados expresaron apoyo a los migrantes y pidieron que pararan las redadas. También hubo reuniones en Concord, Redwood City y Santa Cruz con la participación de cientos.

El 6 de febrero, 300 migrantes con niños, estudiantes latinos y organizadores comunitarios fueron a una reunión del consejo municipal de Richmond para protestar contra las redadas. El Consejo Municipal votó unánimemente a favor de que el Departamento de Seguridad de la Patria ponga un alto a las redadas y acató una ordenanza que establece que ningún empleado público ayude o coopere con el ICE sin autorización especificada.

Se distribuyó buena cantidad de ejemplares de Revolución con el titular “¡Esto tiene que PARAR!” (#77: pagina 1, 2, 3, 4 ), en oposición a la escalada de la guerra contra Irak, y muchos los mostraban junto con otras pancartas.

Hablamos con José, un sacerdote católico mayor de Richmond que estaba leyendo el afiche “Se busca: El gobierno de Bush”. Estaba molesto por la caracterización de las redadas como parte de la guerra contra el terror. Dijo: “Para nosotros Bush es el terrorista número uno. La mayoría de las escuelas de terrorismo donde preparan a terroristas están aquí, como la Escuela de las Américas”. [La Escuela de las Américas es un centro de entrenamiento militar en el fuerte Benning, Georgia, donde capacitan a militares de América Latina en tortura, asesinato, contrainsurgencia y operaciones clandestinas contra los movimientos antigubernamentales].

“Estados Unidos dice ‘con justicia para todos’. Para mí no hay justicia porque los atacan aunque no han hecho nada malo... porque no tienen documentos. Me parece una injusticia. Son muy atrevidos y alevosos, se meten en las casas usando palabras fuertes, gritan ‘open the fucking door’. Les ponen la pistola en la cara”.

Una maestra de inglés dijo: “¿Qué se está volviendo este país?”. Ella hablaba con los estudiantes sobre la Constitución y la Carta de Derechos, pero cuando las repasaron punto por punto, a la mayoría les pareció que no tienen esos derechos.

El San Francisco Chronicle publicó una declaración firmada por 29 maestros de inglés como segundo idioma (ESL) que condena las redadas. Dice: “Ya antes de estas redadas, nuestros alumnos nos contaban que vivían separados de sus hijos, a quienes les toca dejar con los abuelos, que cuando los padres enferman o mueren no pueden regresar a verlos o de ir al entierro, y muchas otras cosas. Nos han contado que en México trabajan por $2 al día y por eso se vieron obligados a venir a este país, que trabajaban en las procesadoras de aguacates para exportar a Estados Unidos. Vienen a trabajar y mantener a la familia y a veces tienen dos trabajos. Son seres humanos, no criminales. Decimos: ¡Alto a las redadas, arrestos y deportaciones!”.

Un aspecto importante de las protestas ha sido la participación de activistas negros. Leonard McNeal, de Alianza Negra en pro de Inmigración Justa, que también es miembro del consejo municipal de San Pablo, condenó las redadas. Barbara Bechnel, escritora, periodista, cineasta y amiga y defensora de Stanley “Tookie” Williams (el ex pandillero que promovió la paz entre las pandillas ejecutado en el 2005), dijo: “Como negra, tomaré posición hombro a hombro con mis hermanos y hermanas latinos. Lo hago por lo que he oído, por lo que he visto y por lo que sé... este comportamiento es discriminatorio e injusto. Como negra, que en mayo cumplirá 57 años, he vivido en carne propia la injusticia y el comportamiento discriminatorio. No deseo lo mismo para mis hermanos y hermanas latinos, y me mantendré hombro a hombro con ellos hasta el fin”.

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