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Mes de la Historia de los Negros, Cuarta parte

La opresión del pueblo negro y la lucha revolucionaria para acabar con toda la opresión -
Nuestra ideología es el marxismo-leninismo-maoísmo; nuestra meta es la emancipación de toda la humanidad

Nota de la Redacción: Esta es la cuarta y última parte de una serie de pasajes de escritos y charlas de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, que analizan la amarga realidad, y la fuente fundamental, de la opresión del pueblo negro a lo largo de la historia de Estados Unidos, desde la época de la esclavitud hasta hoy, y muestran el camino revolucionario para acabar con esa opresión, así como con todas las formas de opresión y explotación. Estos pasajes se publican con motivo del Mes de la Historia de los Negros, pero por supuesto son muy pertinentes e importantes para la lucha de todos los oprimidos y el futuro de la humanidad entera, aquí y en todo el mundo. Exhortamos a los lectores a estudiar los pasajes que saldrán este mes (y las obras que mencionan) y a sumergirse más en la obra de Bob Avakian. En particular recomendamos la charla (en DVD) "Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es", que empieza poniendo al descubierto los crímenes de este sistema contra los negros a lo largo de la historia de Estados Unidos y que demuestra que todo esto (y las demás infamias e injusticias que sufre el pueblo todos los días en este país y por todo el mundo) se desprende de la naturaleza del sistema capitalista-imperialista y solo se puede abolir por medio de una revolución cuya meta es eliminar el capitalismo-imperialismo y forjar un mundo comunista libre de las relaciones de esclavo y amo en todas sus formas. Las 7 Charlas que dio Bob Avakian el año pasado, junto con una sesión de preguntas y respuestas y la conclusión, abordan desde una gran diversidad de ángulos estos y otros temas fundamentales. Uno de esos temas es por qué estamos en la situación de hoy y cómo se relaciona con el reto histórico de emancipar a toda la humanidad de las cadenas de la opresión y la explotación. Las 7 Charlas, las preguntas y respuestas, y la conclusión están en el internet (en inglés) en BobAvakian.net y revcom.us.

 

Nuestra ideología es el marxismo-leninismo-maoísmo; nuestra meta es la emancipación de toda la humanidad

La última parte de esta serie empieza con el artículo "El comunismo no es una ideología ‘europea’, es la ideología del proletariado internacional", que se publicó en el Obrero Revolucionario #593, el 17 de febrero de 1991.

Después siguen pasajes de otro artículo de Bob Avakian titulado "El odio a la opresión -- no es solo algo personal", que se publicó en el Obrero Revolucionario #583, 2 de diciembre de 1990.

(Los artículos tienen leves cambios editoriales. Hemos agregado unas frases entre corchetes para aclarar y el autor ha agregado una nota de pie de página).

El comunismo no es una ideología "europea", es la ideología del proletariado internacional

(Del Obrero Revolucionario #593, 17 de febrero de 1991).

En ocasiones, los nacionalistas reclaman que el comunismo es una "ideología europea". Hace poco leí un informe sobre una discusión de unos compañeros nuestros con unos universitarios afroamericanos, quienes decían eso e insistían en que "el pueblo afroamericano no puede seguir una ideología europea, que tiene que seguir una ideología creada por nosotros mismos".

Primero que todo, como punto básico, el comunismo no es una ideología de una parte del mundo, de un pueblo ni de una nación (o raza) en particular. Es la ideología del proletariado, del que forman parte los pueblos de todas las regiones y de todas las naciones. En Estados Unidos el proletariado está compuesto por gente de muchas nacionalidades, que incluyen afroamericanos, latinoamericanos, asiáticos y aborígenes, como también blancos de ascendencia europea. Y más aún, el proletariado es una clase internacional; sus filas las integran los pueblos de todos los países, de los cuatro puntos cardinales del mundo, de todas las razas; y el comunismo es la ideología del proletariado internacional.

Pero veamos esta pregunta más detenidamente.

Desarrollo histórico de la ideología comunista

Es cierto que la ideología comunista fue desarrollada en Europa por Carlos Marx (junto con Federico Engels), a mediados del siglo 19. ¿A qué se debió esto?

En esos tiempos la revolución industrial asociada con el rápido desarrollo de la sociedad capitalista estaba en pleno apogeo en varias partes de Europa. Se estaban dando grandes avances tecnológicos y científicos, que fueron integrados al desarrollo de esa empresa capitalista. Junto al rápido desarrollo de la industrialización capitalista, las relaciones sociales del capitalismo también se estaban haciendo más patentes. En particular, se hacía más y más claro que los intereses de las dos principales clases de la sociedad capitalista—la burguesía (los explotadores capitalistas) y el proletariado (la clase trabajadora, explotada por los capitalistas)—estaban fundamentalmente en conflicto.

Partiendo de esta base, Marx fundó la ideología del comunismo, pero no sin antes hacer un amplio estudio: investigó extensamente diversos ángulos de la experiencia y el conocimiento de la humanidad, como la filosofía y las ciencias, la economía y la política. Examinó la historia del desarrollo de la sociedad humana y analizó el amplio campo de la experiencia humana internacional.

Marx no solo demostró que el capitalismo significaba la cruel explotación de los obreros por los capitalistas en Europa. También demostró que, desde sus inicios, el capitalismo se había alimentado con la esclavitud y el exterminio de muchos pueblos, desde África hasta América. Marx denunció y atacó la opresión de pueblos por todo el mundo—como Irlanda, Egipto, India y China—por las potencias coloniales de esos tiempos.

Es verdad que Marx esperaba que la revolución comunista estallara primero en Europa, donde el capitalismo había alcanzado su máximo desarrollo, y que creía que eso le mostraría el camino al resto del mundo. Pero, más adelante, al ver que la revolución no llegaba todavía a Europa, cambió algunos de sus puntos de vista. Por ejemplo, dijo que primero pensó que una revolución de los obreros para tumbar el capitalismo en Inglaterra llevaría a la liberación de Irlanda del dominio inglés. Pero después se dio cuenta de que era a la inversa: a no ser que los obreros ingleses lucharan por la liberación de las colonias británicas, como Irlanda, esos obreros nunca podrían emprender una revolución comunista. Marx tomó la misma posición con relación a la esclavitud en Estados Unidos: apoyó de todo corazón la lucha por la abolición de la esclavitud y, además, señaló que la clase obrera de Estados Unidos nunca podría emanciparse del sistema capitalista de esclavitud asalariada si la mitad de su población estaba encadenada a una atroz esclavitud.

La revolución rusa: Un puente hacia el Este

A pesar de las expectativas de Marx—y de su trabajo tanto teórico como práctico—en Europa no se dio la primera revolución comunista. Estalló en Rusia, o mejor dicho, en lo que había sido el imperio ruso, que cubría el vasto territorio de Rusia y muchas otras naciones. La mayor parte de dicho imperio no estaba en Europa sino en Asia y era como un puente entre el Oeste y el Este… como también lo fue la revolución proletaria que ocurrió allí, en octubre de 1917.

Esta revolución no solo produjo la emancipación de los obreros de la explotación capitalista. También produjo la liberación de más de cien naciones y minorías nacionales tras la cruel opresión a que habían sido sometidas por el imperio ruso. Antes de la revolución proletaria, al imperio ruso se le daba el nombre de "cárcel de pueblos", pero gracias a la revolución de octubre a esa "cárcel de pueblos" la remplazó la Unión Soviética. Por varias décadas, primero bajo la dirección de Lenin y luego de José Stalin, la Unión Soviética mantuvo una genuina unión revolucionaria entre los pueblos del país, basada en la igualdad y con el poder estatal en manos del proletariado.

El marxismo nos enseña que la teoría se desarrolla en el furor de la práctica y basada en ella. La experiencia acumulada por la revolución de octubre, y la situación general en que se desarrolló, llevó a un desarrollo más profundo de la teoría del comunismo. Esa revolución ocurrió a finales de la I Guerra Mundial, que a su vez surgió como resultado del desarrollo del capitalismo en pos de un sistema de explotación y opresión a través del mundo, el imperialismo. Lenin fue el artífice del análisis de estas nuevas tendencias del desarrollo del capitalismo, y tomó las riendas de la situación con el fin de romper las cadenas del imperialismo y hacer una revolución proletaria. Lenin no solo se concentró en dirigir la revolución en el imperio ruso; además, hizo lo posible por extender esa misma lucha revolucionaria a otros países de Europa y de todo el mundo. Así Lenin llevó el marxismo a un nivel más alto de desarrollo. El marxismo se convirtió en marxismo-leninismo.

A pesar de que algunos brotes de revolución proletaria en otros países no triunfaron—ya sea porque fueron descaminados o violentamente aplastados—la revolución dirigida por Lenin en Rusia cambió por completo la faz de la Tierra. Una de sus más importantes contribuciones fue la propagación del comunismo hacia el Este y su vinculación con la lucha de los pueblos colonizados por su emancipación del imperialismo. Así, como Mao Tsetung manifestó sólidamente, los salvos de la revolución de octubre trajeron el marxismo-leninismo a China, y una vez que los revolucionarios chinos descubrieron y asumieron esta ideología, fueron finalmente capaces de emprender el camino en dirección a una liberación total.

Desde entonces, el comunismo ha sido aún más un movimiento internacional. Se ha ligado con las luchas de liberación de los pueblos oprimidos (que hoy reciben el nombre de países del tercer mundo) y se ha colocado en su vanguardia. Cuando estas luchas son dirigidas por comunistas revolucionarios, se abre la posibilidad de dar el gran primer paso—derrotar la dominación imperialista y las fuerzas reaccionarias locales títeres del imperialismo—y es posible dar un paso aún mayor: continuar la lucha revolucionaria hasta alcanzar el socialismo. El socialismo es un sistema político-económico regido por el proletariado, como transición al comunismo, que será la erradicación de las clases sociales y con ellas el fin de toda opresión y explotación.

Marxismo-leninismo-maoísmo

Fue en China, un país del tercer mundo con la cuarta parte de la población mundial, que esta revolución alcanzó su cima más alta bajo la dirección del Partido Comunista, con Mao Tsetung a la cabeza. Bajo la dirección de Mao las masas populares de China, además de lograr su liberación en 1949, avanzaron al socialismo; y después, ya en la etapa socialista, hicieron otra revolución: la Gran Revolución Cultural Proletaria.

Esta revolución buscaba cambios radicales en las relaciones entre el pueblo y en su manera de pensar. A la vez, trató de prevenir que tomaran el poder nuevas fuerzas capitalistas, que se hacían pasar por comunistas pero que en realidad buscaban restaurar el capitalismo: imponer otra vez el antiguo sistema de explotación y opresión. Dicha restauración del capitalismo se dio en la Unión Soviética a mediados de la década de 1950. La Gran Revolución Cultural Proletaria, desatada y dirigida por Mao a mediados de la década de 1960, recogió las experiencias negativas de la Unión Soviética, como también un cuidadoso análisis de la situación mundial. Por 10 años la Gran Revolución Cultural Proletaria combatió los intentos de los falsos comunistas de llevar a China de nuevo al capitalismo. Sin embargo, después de la muerte de Mao en 1976, esos “seguidores del camino capitalista”, dirigidos por Deng Xiaoping, finalmente le quitaron el poder al proletariado y pusieron en marcha atrás la revolución china.

A pesar de este retroceso, la revolución china, y especialmente la Gran Revolución Cultural Proletaria, es el más alto baluarte que ha alcanzado el proletariado—y la humanidad en general—en el camino a una sociedad comunista donde no exista la división de clases. Las contribuciones de Mao Tsetung como líder de esa lucha revolucionaria a través de muchas etapas, a la vez que prestaba mucha atención e hizo muchas contribuciones a las luchas del mundo entero, llevaron la ideología comunista a un nuevo nivel de desarrollo: el marxismo-leninismo hoy es el marxismo-leninismo-maoísmo.

Los pueblos del mundo tenemos un denominador común

Con todo esto debe quedar bien claro que hoy, más que nunca, es absurdo considerar el comunismo como una "ideología europea". Hoy, más que nunca, la ideología comunista, el marxismo-leninismo-maoísmo, es una ideología internacional e internacionalista: es la ideología del proletariado internacional en su lucha histórico-mundial por su liberación y la liberación de la humanidad de toda explotación, opresión y la división de la sociedad en clases.

Pero fuera de eso, es imposible para el marxismo ser una "ideología europea" en un sentido "puro". Lo que quiero decir es que Europa y la gente de ascendencia europea son el producto de diferentes mezclas e influencias, tanto biológicas como culturales. De hecho, los pueblos africanos han jugado un importante papel en ese desarrollo, como han demostrado muchos intelectuales negros: sus civilizaciones e imperios, del antiguo Egipto a los moros más recientemente, han influido, interactuado y en ocasiones dominado a Europa, o partes de ella. Sería muy difícil, si no imposible, identificar ideas "europeas" que no tengan influencias africanas, así como de otras partes del mundo.

Por otra parte, no hay, y no puede haber, "una ideología africana pura". África también ha estado bajo la influencia directa o indirecta de muchos pueblos y culturas. Por supuesto, mucho de esto ha sucedido a través de las conquistas y la dominación del imperio islámico, como también de colonizadores europeos y otros. La religión cristiana, como la islámica, fueron impuestas al pueblo africano con la espada (y a punta de fusil). O para tomar otro ejemplo, algunos de los productos básicos de la alimentación del pueblo africano en la actualidad (como los cacahuetes, el maíz y la mandioca) proceden de las Américas. Los conquistadores y colonizadores europeos tomaron muchos productos alimenticios de los pueblos que encontraron en América y los llevaron a Europa y a muchas otras partes del mundo, como Asia y África. (A su vez, parece que los "aborígenes" de las Américas son originarios de Asia que emigraron a las Américas miles de años atrás a través de un estrecho que una vez unió a los dos continentes y ahora está cubierto por mar).

¿Cuál es la fuente de las ideas?

Aun si en una parte aislada de África (u otra parte del mundo) se descubrieran personas que nunca han tenido contacto con extranjeros, algunas partes de su manera de pensar serían comunes a todos los seres humanos—serían un reflejo de la experiencia humana en general—y otras partes serían el reflejo de su experiencia local y particular. Pero esa experiencia local y particular, por definición, no puede ser la base de una ideología universal: de una ideología que reflejara la experiencia de todo el pueblo africano (o del mundo) en general. La fuente del conocimiento es la experiencia misma, ya sea directa o indirecta; es decir, la experiencia de una persona o grupo de personas o las experiencias de otros que les han sido comunicadas. Entre más estrecha la experiencia, más limitado será el conocimiento; entre más amplia la experiencia, más rica la fuente de conocimiento.

En el mundo de hoy, especialmente, una ideología que ejerce una influencia en grandes multitudes no puede ser "puramente" propia de ninguna nación (o raza). Y si una ideología dice ser el reflejo de la experiencia particular de una nación (o raza), entonces, la pregunta fundamental es: ¿Cómo refleja esa experiencia? ¿Cómo y qué tan precisa y completamente refleja esa experiencia y qué tan correctamente se relaciona esa experiencia con la experiencia de los seres humanos y su sociedad en términos generales, histórica e internacionalmente?

En el mundo de hoy todas las ideologías son ideologías de clase

En la actualidad, las sociedades en que vive el pueblo africano están divididas en clases sociales. (Y así fue en las grandes civilizaciones africanas del pasado, tales como la antigua civilización egipcia, que era una sociedad esclavista).1 Como Mao Tsetung claramente resumió: "En la sociedad de clases, cada persona existe como miembro de una determinada clase, y todas las ideas, sin excepción, llevan su sello de clase". ("El libro rojo", Citas del Presidente Mao Tsetung, p. 9) Mao también explicó que como la clase proletaria es la única clase de la historia que solo puede liberarse mediante la emancipación de todos los seres humanos—la única clase cuya meta histórica es borrar de la faz de la Tierra la división de la sociedad en clases—la ideología del proletariado es la única ideología que tiene el sello de una clase determinada y a la vez es científica.

Regresemos a la idea de que el pueblo negro "tiene que seguir una ideología creada por nosotros mismos". Esta manera de pensar lleva claramente "el sello de una clase", pero no es el proletariado. Lleva el sello de la clase media (o pequeña burguesía), como también de la burguesía negra, que es la burguesía de una nación oprimida.

La clase media precisamente está en el medio, entre las dos principales clases rivales en la sociedad de hoy: la burguesía y el proletariado. La pequeña burguesía lucha a toda costa por no dejarse absorber por ninguna de las dos. Siempre trata de moldear una posición "independiente" entre estas dos clases. Pero en realidad termina balanceándose entre la burguesía y el proletariado, y tiende a dividirse; algunos sectores terminan con la burguesía y otros con el proletariado. Y especialmente en tiempos de un levantamiento revolucionario de las masas populares, algunos de la pequeña burguesía se unen al proletariado de una manera firme y con gran espíritu combativo, y se transforman en revolucionarios proletarios.

La pequeña burguesía como clase es incapaz de gobernar una sociedad y de hacer que sus ideas sean las ideas dominantes de la sociedad. Pero es típico de esta clase confundir sus propios y limitados intereses de clase con los intereses generales de la sociedad. Así es como los intelectuales de esta clase muy a menudo tratan de crear una ideología "independiente u original"… que, sin embargo, es la misma vieja y trillada ideología de la pequeña burguesía, o en ocasiones de la gran burguesía. Esto se expresa de diferentes formas, dependiendo de su posición concreta y función en la sociedad.

Entre los pueblos oprimidos, tales como los afroamericanos, muy a menudo toma la forma de un nacionalismo que se opone militantemente a las estructuras e ideas gubernamentales, pero que rehúsa tomar la posición del grupo de la sociedad que se opone fundamentalmente a esas ideas y estructuras gubernamentales: el proletariado. La noción de crear una ideología "negra" o "africana" diferente y opuesta a la ideología del proletariado, es un ejemplo de cómo tal nacionalismo refleja la posición y la cosmovisión de la pequeña burguesía del pueblo negro.

Pero, como se anotó antes, también es un reflejo de la posición y la cosmovisión de la burguesía negra. Una de las preocupaciones principales de cualquier burguesía es tener control sobre los asuntos de "su" nación. Fundamentalmente, esto significa control económico, pero también control político, ideológico y cultural. Cuando la burguesía de una nación oprimida presenta la demanda de independencia para su nación, quiere decir independencia bajo el liderazgo de la burguesía con el ánimo de servir sus propios intereses de clase. La idea de crear una "ideología nacional independiente"—como la idea de que "los negros tienen que seguir una ideología creada por nosotros mismos"—corresponde a los intereses y puntos de vista de la burguesía negra, como la burguesía de una nación oprimida.

Por supuesto, ideas como estas, que llevan el sello de la pequeña burguesía y de la burguesía negra, ejercen influencia en personas de otras clases, por ejemplo de la clase proletaria. El nacionalismo de este tipo ejerce influencia en los proletarios afroamericanos especialmente porque ellos sufren opresión por ser negros y confrontan el extendido nacionalismo reaccionario de la nación europea-americana, que es la nación dominante en Estados Unidos. Este reaccionario chovinismo blanco (racismo) ejerce una gran influencia en el pueblo blanco, de la que no escapan los proletarios blancos, y es el problema contra el que sin duda más se tiene que luchar. Es necesario unirse a la pequeña burguesía negra y tanto como sea posible a la burguesía negra, en la lucha contra el opresor común: la clase dominante imperialista. Al mismo tiempo es importante luchar contra toda forma de ideología nacionalista y defender firmemente la ideología internacionalista del proletariado.

Esta es una parte importante de la lucha ideológica general que debe librarse al mismo tiempo que se lucha contra la clase dominante en la esfera práctica. Es crucial atraer a las masas a la ideología del proletariado, en oposición a la ideología de la clase dominante, y en oposición a la ideología de todas las otras clases. Solo de esta manera el proletariado y las masas populares pueden librar una lucha revolucionaria conforme a sus propios intereses más altos para así finalmente obtener su propia emancipación.

La conclusión es esta: la pregunta más básica sobre una determinada manera de pensar, una ideología, es ¿a qué clase representa? Solo hay una ideología que nos puede dirigir a una liberación total. Solo hay una ideología que tiene un claro carácter de clase—que toma partido abiertamente con un solo lado de la lucha—y es verdadera, que puede reflejar correctamente la realidad y hacer un balance de la experiencia de la manera más amplia y profunda. Es la ideología que representa a la clase más revolucionaria del mundo: la clase cuyo interés radica en la transformación de la sociedad, en el exterminio de toda forma de explotación y opresión, todas las formas retrógradas de pensar, en el mundo entero. Esa clase es el proletariado internacional y su ideología es el marxismo-leninismo-maoísmo.

 

Obrero Revolucionario #583, 2 de diciembre de 1990

(Pasajes de “El odio a la opresión — no es solo algo personal”, del Obrero Revolucionario #583, 2 de diciembre de 1990).

He estado leyendo informes sobre la campaña de la gira de Carl Dix, y una de las cosas que me impresionó fueron los comentarios de un par de chavos de base que entraron a la Brigada [de la Juventud Comunista Revolucionaria]. En palabras un tanto diferentes pero con el mismo significado, ambos hablaron de la venganza, especialmente de vengarse por lo que hace la policía, porque la policía les ha pegado, porque la policía ha matado a familiares o amigos, porque han visto a la policía desbocarse por su barrio sin ningún respeto por la gente. Y ellos mismos han estado pensando sobre la relación entre ese deseo de venganza y la revolución.

Bueno, primero que todo, es justo odiar al opresor, es absolutamente necesario y sin ese odio es imposible pensar en acabar con la opresión. Además, la forma en que el sistema nos trata y lo que nos hacen sus capataces no es solo algo personal. La forma en que nos trata la policía, el departamento de welfare, los jueces, los administradores de las escuelas…etc., etc.,… todo eso es producto de cómo funciona el sistema. Este sistema explota, oprime y degrada a sectores enteros de la población. Es más, esa explotación, opresión y degradación es la esencia de este sistema; así es cómo opera y cómo se mantiene en pie.

El odio a cómo nos tratan puede y debe ser una base, un punto de partida, para avanzar a la revolución a acabar con este sistema. Pero para llegar a esa posición revolucionaria hay que ir más allá del deseo de venganza, más allá de pensar cómo uno puede acabar con su propia opresión; significa dar un salto y desear sacar y arrancar las raíces de la opresión no solo en un lugar, en un país o región, y no solo para un grupo o nación, sino en todo el mundo y para toda la humanidad. Esa es la posición del proletariado internacional y su ideología, el marxismo-leninismo-maoísmo.

Leyendo un informe sobre la descripción que dio un chavo que vio a la policía matar a un amigo a sangre fría, se me vinieron a la cabeza muchas imágenes: imágenes de otros asesinatos salvajes de la policía e imágenes de los actos de salvajismo que cometen los secuaces del mismo sistema en muchas partes del mundo. Algo que me vino a la memoria fue el incidente sobre el que escribí al comienzo del libro Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?:

". . .en Guatemala, numerosos testimonios han documentado en los últimos años una y otra vez que cuando las tropas del gobierno toman un pueblo, ejecutan a todos los que tengan edad de combatir y después se ocupan de asesinar brutalmente a los ancianos, violar y matar a las mujeres y rajarles la cabeza a los niños".

Pensemos en esto: los soldados responsables de este salvajismo no solo son los "primos" de la policía de Estados Unidos. De hecho, tienen los mismos jefes: el gobierno del imperialismo estadounidense, que es responsable de esas atrocidades en Guatemala y de monstruosidades similares por todo el mundo. Por otro lado, las víctimas de esas atrocidades—por todo el mundo—son nuestra gente: sufrimos la misma explotación y opresión y tenemos el mismo destino: alzarnos para acabar con todo esto.

Si la gente de un país pudiera sentarse a platicar con gente de otras partes de ese país—y si pudiera sentarse a platicar con gente de otros países—se daría cuenta de que las masas populares viven en las mismas condiciones en todas partes. Y la verdad es que eso es posible: las fuerzas de vanguardia de la revolución proletaria—en Estados Unidos el PCR,EU—deben ser el medio por el cual los oprimidos pueden "sentarse a platicar". O sea, por medio de su vanguardia (y el periódico y otras publicaciones del partido son indispensables para esto) las masas llegan a conocer la situación de otros como ellos mismos, no solo en su país sino por todo el mundo. Llegan a entender que tienen un problema en común—el sistema imperialista y las relaciones de explotación y opresión—y una solución común: la revolución proletaria para arrancar de raíz todos esos sistemas y todas esas relaciones por todo el mundo.

Para terminar quiero volver al punto con que empecé: la venganza y su relación con la revolución. Me parece que lo que sigue puede servir como resumen del punto de vista marxista-leninista-maoísta sobre este asunto:

"Lo que necesitamos no es simplemente devolverle golpes al opresor, no únicamente tomar un poco de revancha, sino más que todo eso, levantarnos completamente, perseverar y hacer la revolución".

(BALAS, de los escritos, charlas y entrevistas de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, RCP Publications, 1985, p. 22)

"Si no tuviéramos el deseo candente de acabar con todo esto y enterrarlo de una vez para siempre, no tendríamos el derecho de llamarnos revolucionarios y nunca seríamos capaces de guiar a nadie a la revolución. Pero con ese espíritu solo, jamás se hará la revolución. Tiene que ser templado con una teoría revolucionaria y un método científico para poder lidiar con las complejidades intrínsecas a una revolución y para poder atraer la fuerza que en realidad puede hacer la revolución, los millones de masas populares".

(Balas, p. 210)

"El único que no necesita justificar, de una forma u otra, la explotación, la opresión de la mujer y de naciones y minorías nacionales, la guerra y enemil monstruosidades más, es el proletariado internacional; solo el proletariado revolucionario consciente de clase sostiene que se pueden eliminar y se eliminarán todas estas cosas de la faz del planeta. Cuando se combina este punto de vista y dirección con la ira y deseo ardiente de las masas oprimidas de ponerle fin a todo esto, se forja una fuerza invencible".

(Reflexiones, notas y retos, Bob Avakian, RCP Publications, 1990, p. 133)

Tercera parte  Indice

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NOTAS:

1. NOTA DEL AUTOR PARA LA PUBLICACIÓN DE ESTE ARTÍCULO EN REVOLUCIÓN, FEBRERO DEL 2007: En cuanto a la esclavitud en Egipto en la época de los faraones, existen puntos de vista contradictorios y habrá que hacer más investigación y análisis para determinar mejor el papel social preciso de la esclavitud. Pero ya se sabe que la esclavitud, y la esclavización de los pueblos conquistados y subyugados por el estado egipcio (como los nubios del sur de Egipto), fue un fenómeno importante (a pesar de que, en otros momentos, los nubios conquistaron a Egipto y pasaron a ser el grupo dominante); y se sabe en general que, además de la esclavitud directa, la fundación de la sociedad y el estado egipcios eran la explotación y la opresión de las masas populares, en varias formas, por la élite de los faraones. [volver]