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Revolución #108, 11 de noviembre de 2007
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Los 6 de Jena: Orden de mordaza y bloqueo informativo
Recibimos la siguiente carta de una lectora:
Antes de hablar de cómo han recurrido al sistema de “justicia” de menores para perseguir a Mychal Bell, uno de los 6 de Jena, quiero empezar con una historia personal. Mi hijo es de piel oscura y la policía lo para constantemente cuando va al barrio blanco, suburbano y de clase media donde viven sus abuelos, cerca de donde se crió. Una vez el cajero de una tienda 7-11 llamó a la policía porque temía que no iba a pagar. Esto indignó tanto a mi hijo que no cooperó con los agentes, quienes se lo llevaron y lo acusaron de resistirse a la autoridad.
Cuando lo llevaron al tribunal para la audiencia preliminar, el juez le echó un vistazo al historial del arresto y se lanzó a una diatriba acerca de que mi hijo fue una amenaza a la sociedad y obviamente un criminal reincidente, y de que se debió meterlo a la cárcel un mínimo de seis meses. El juez dijo que iba a sentenciarlo ahí mismo, en la audiencia preliminar, ¡cuando supuestamente al acusado le dicen cuáles son las acusaciones, y no lo condenan y sentencian! Por fin le permitieron a su abogado decir: “Mi cliente se declara no culpable”. El juez pareció escandalizado. El abogado habló de sus vínculos a la comunidad y dijo que se le debió dejar salir bajo fianza; dijo que su madre estaba en el tribunal. El juez me miró –blanca, por lo visto de clase media— y dijo: “¿Esta es su madre?”. Luego, como una escena de la película “Exorcista”, dio la vuelta y dio un discurso reservado para la clase media: “Hijo, eres un gran desengaño para tus padres”… y lo puso en libertad bajo fianza.
Después, el joven abogado estaba fuera de sí; no podía creer lo que había visto. Desafortunadamente, la mayoría de los acusados nunca oyen el segundo discurso, sino solamente el sonido de cerrar la puerta de la celda. La mayoría de mis familiares blancos y liberales no entienden ni creen que esto pasa todos los días.
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He leído de cerca los informes de Revolución sobre los 6 de Jena, que han sido excelentes, tanto las noticias sobre el caso y las protestas como los análisis de los mayores interrogantes que provoca: ¿por qué ocurre esto; qué relación tiene con la historia de la opresión de los negros en este país; por qué le tocó la fibra sensible para tantos negros; por qué no participa más gente en las protestas, especialmente los blancos?
Al crecer la indignación popular, un tribunal de apelaciones de Louisiana anuló la condena de Mychal Bell en septiembre y falló que el fiscal Reed Walters y el juez J.P. Mauffrey lo juzgaron indebidamente en un tribunal de menores. El 27 de septiembre, lo pusieron en libertad por un breve tiempo. Pero como informó Revolución #105 (“El sistema contraataca — Mychal Bell está preso otra vez”, en revcom.us), después de las históricas protestas del 20 de septiembre en Jena, el mismo fiscal y juez lo metieron preso de nuevo, esta vez en una cárcel para menores de edad.
En vista de todo el interés en el caso, ¿cómo puede ser que no se puede examinar los motivos y la base jurídica de la decisión de volver a meter a Mychal Bell a la cárcel? Ha habido un bloqueo informativo total. No permitieron que la prensa asistiera a la audiencia y a todos los participantes, los abogados y los familiares les impuso una orden de mordaza el mismo juez que ya lo juzgó INDEBIDAMENTE como adulto, por el cual ya ha pasado 10 meses en la cárcel DE ADULTOS en vez de asistir a la preparatoria. ¡Ese mismo juez ahora lo acusa como menor! (Las cárceles de menores en Louisiana fueron tema de varias investigaciones del grupo de derechos humanos Human Rights Watch en los años 90 debido al maltrato de los niños).
Recurrir al tribunal de menores para bloquear las noticias
El fiscal y el juez han demostrado que están resueltos a condenar y castigar a Mychal Bell y los 6 de Jena. Walters escribió una columna del New York Times en defensa de su decisión de acusar a los 6 de Jena de delitos graves. Celebró una rueda de prensa después de las protestas del 20 de septiembre para darle las gracias a dios por haber “protegido” a Jena de los manifestantes negros.
Después de todo esto, ese MISMO juez y ese MISMO fiscal lo van a enjuiciar en el tribunal de menores. Además, han aprovechado el hecho de que el tribunal superior falló que nunca hubieran debido juzgar a Bell como adulto para volver a juzgarlo como menor y como PRETEXTO para imponer un bloque informativo.
Supuestamente establecieron los tribunales de menores para prestarle atención especial a los menores, la protección de sus intereses y su rehabilitación (lo que incluye proteger su derecho a la privacidad). Pero millones de padres saben que realmente no funcionan así.
En el 2004, la Suprema Corte de Louisiana falló que hay que celebrar todos los trámites para menores en el caso de ciertas categorías de delitos de violencia —entre ellos lesiones agravadas en segundo grado, la acusación contra Mychal Bell— en público.
Así que en el caso de Mychal Bell, aprovechar el hecho de que es un tribunal de menores para imponer un bloqueo informativo –mientras el fiscal y el juez llevan a cabo su versión de “justicia”— es un incumplimiento de las leyes del estado y una farsa total. Mientras han impuesto una orden de mordaza a los abogados y familiares de Mychal Bell, los detalles de sus arrestos como menor se saben por todas partes. ¿Cómo concuerda esto con los intereses del menor?
El mensaje de la orden de mordaza y el bloqueo informativo es: NO VAN A CONVERTIR A NUESTRO PUEBLO EN CENTRO DE ATENCIÓN. TENEMOS EL PODER DE APAGAR LAS LUCES Y NO PODRÁN VER LO QUE HAGAMOS. SI PROTESTAN Y DEMANDAN LOS DERECHOS, VAN A PAGAR.
Una coalición de compañías de los medios grandes ha entablado una demanda en el tribunal del condado LaSalle contra la decisión de Mauffrey de cerrar las puertas e imponer una orden de mordaza. El Chicago Tribune es el principal demandante, junto con Los Angeles Times, New York Times Company, Associated Press, Hearst Corporation, Belo Corporation, Gannett Corporation, CNN y ABC News.
La demanda menciona varios temas jurídicos importantes, como los derechos de Primera Enmienda (que supuestamente garantiza la libertad de expresión) de los participantes del juicio de hablar del caso; la libertad de la prensa de informar sobre el caso y ver los documentos pertinentes; y el derecho del público de saber lo que está pasando.
El Chicago Tribune informó: “No se sabe por qué Mauffrey volvió a meter preso a Bell porque el juez mandó celebrar el caso del tribunal de menores a puertas cerradas”. La demanda de los medios dice que Mauffrey impuso la orden de mordaza indebidamente a los abogados: “Se han informado sobre los hechos básicos del caso en los periódicos, emisoras, editoriales y blogs y son tema de discusión por todo el país y el mundo. No hay ninguna razón para no permitir que los participantes del juicio hagan comentarios también”. Mauffrey ha decidido no ver la demanda y otro juez ha programado una audiencia para el 21 de noviembre.
Volver a criminalizar a los 6 de Jena
Por un lado, hay una orden de mordaza y un bloqueo informativo, y Mychal Bell está preso. Por el otro, hay una contraofensiva. Un redactor del periódico Jena Times escribió una columna en el Christian Science Monitor el 24 de octubre titulada “Mitos de la prensa sobre los 6 de Jena”. Se ha publicado en muchos otros periódicos y en la internet. Mientras los defensores de Bell están sujetos a una orden de mordaza, este redactor está libre de hablar de sus “arrestos por delitos violentos” como menor y sentencia de libertad condicional.
Después del 20 de septiembre, los que quieren castigar a los 6 de Jena por oponer resistencia al racismo han intentado volver a tomar la iniciativa, incluso en los tribunales. Volver a meter preso a Mychal Bell tiene la meta de influenciar a quienes no ven –o no quieren ver— el tratamiento sumamente desigual de los jóvenes negros y decirles: “Miren, en realidad es delincuente múltiple. No se preocupen por una ‘injusticia’; de hecho, ponerlo en libertad sería una injusticia”. La meta de mencionar por todas partes sus antecedentes penales (mientras amordazan a los abogados y celebran el juicio a puertas cerradas) es aislar a los 6 de Jena de sus partidarios y sembrar confusión cambiando el enfoque de por qué acusaron a los 6 de Jena desde el comienzo: como represalia por los estudiantes negros que se sentaron debajo del árbol “solo para blancos” y luego se pararon debajo del árbol en respuesta a los dogales.
¡Mychal Bell ya ha pasado 10 meses en la cárcel de adultos a pesar de que los tribunales de Louisiana han fallado que no hubieran debido juzgarlo como adulto! Al fiscal en el caso de la violación de los jugadores de lacrosse de la Universidad Duke lo han inhabilitado para el ejercicio de la abogacía por procesar tan fuertemente a los estudiantes blancos, pero el fiscal en el caso de los 6 de Jena tiene una página del New York Times para defender sus acciones.
Hace poco vi la película “Mississippi Burning”. Dejando a un lado que dice que el FBI desempeñó un papel positivo en la lucha de derechos civiles (que no concuerda con los hechos históricos), vale la pena ver la película en vista de la lucha en torno a los 6 de Jena, y especialmente para quienes no están familiarizados (o están confundidos) con lo que significa el dogal históricamente y en la vida actual del pueblo negro. Los racistas de Mississippi que se ven en la película que son miembros del KKK, linchan a los negros y golpean a los niños para mantenerlos “en su lugar”, son los mismos “buenos ciudadanos” que dicen que son las “personas de fuera”, como los militantes de derechos civiles, que causan todos los problemas y que sin ellas todo estaría bien. Los sheriffs y los tribunales desempeñan un papel esencial: dan protección oficial a todo el sistema de supremacía blanca.
Este mismo sistema de supremacía blanca ha metido preso a Mychal Bell para decirles a los negros que deben quedarse “en su lugar”. Hay que denunciar esto como parte de la lucha de libertad para los 6 de Jena.
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