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Revolución #117, 27 de enero de 2008

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Acciones contra la tortura en la prepa Leadership de San Francisco

“Cambiar las cosas depende de nosotros

En preparación para la protesta del 11 de enero, de oposición a la política de tortura del gobierno de Bush y para demandar que cerraran el campo de detención de Guantánamo, estudiantes de prepa de la Bahía de San Francisco se organizaron para vestirse de color naranja e ir a la marcha.

Invitaron a Larry Everest, autor de Oil, Power and Empire (Petróleo, poder e imperio) y corresponsal de Revolución, a hablar en la prepa Leadership, una escuela chárter de San Francisco que tiene un estudiantado mayormente proletario, sobre la tortura, Guantánamo y la necesidad urgente de acción política. Hemos estado distribuyendo el periódico y discutiendo toda clase de tema (la tortura, los 6 de Jena, la necesidad de revolución y el comunismo), y hemos luchado por ser 100% científicos en todo lo que hacemos. Cuatro clases decidieron asistir al programa.

Para unos estudiantes, el programa significaba enterarse por primera vez del campo de detención de Guantánamo, la tortura y los crímenes de guerra de que el gobierno de Bush es culpable. Larry Everest comenzó su presentación con una pregunta sencilla: “¿Piensan que la vida de los estadounidenses vale más que la vida de gente de otras partes del mundo?” Invitó subir a unos voluntarios. A uno tras otro, los “detuvieron” y les pusieron el mono y la capucha. Tenían que juntar las manos, como si los tenían encadenados. Luego Larry habló de cómo seria si tenían las piernas encadenadas a la pared para que no pudieran dormir, o si la música estaba bien recia o si los guardias los maltrataban y golpeaban. Uno de los "detenidos" se echó en una mesa y describió cómo es el submarino.

Los voluntarios quitaron las capuchas y hablaron de cómo fue. Una estudiante dijo que sentía una mierda. Otro necesitaba que un amigo le abrazara. El último respondió: “Me da mucha pena. Y parte de eso es que no sabía de esto... y por eso me siento un poco culpable. Me gustaría hacer algo”. Hablamos del color naranja y la protesta del 11 de enero, y que cambiar las cosas depende de nosotros, pues no podemos esperar a que el gobierno lo haga, porque ellos son quienes empezaron todo esto.

Al final de la presentación, todos hablamos de cómo oponer resistencia a la tortura. Casi todos los estudiantes que estaban en la sala tomaron listones y brazaletes de color naranja, y ejemplares de Revolución.

Después de la presentación hubo mucho debate en la escuela. Un maestro preguntó: “Y si de 100 detenidos en Guantánamo, 98 eran culpables, ¿estaría bien torturar también a los dos inocentes?”. Un estudiante leyó la hoja informativa de la ACLU sobre Guantánamo que señala que de los 700 presos, a ninguno se le ha enjuiciado.

El 11 de enero, 50 de los 200 estudiantes de la prepa Leadership se vistieron de naranja, con sudaderas, zapatos y listones. Las autoridades dijeron a varios estudiantes que si no quitaran los paliacates de naranja, los confiscarían. Les dijeron que parecían “gángsteres”. Los estudiantes se negaron a hacerlo, y en cambio cada vez más estudiantes empezaron a lucir el color naranja. La contraportada de Revolución –que dice “Alto a la tortura” y exhorta a vestirse de naranja y protestar el 11 de enero— se pegó a armarios estudiantiles por toda la prepa. Después de las clases, varios estudiantes de la prepa se sumaron a los 200 manifestantes contra la tortura que marcharon por la calle Market.

La semana siguiente, la directora mandó una carta a las familias de todos los estudiantes que fueron al programa que decía: “Sabemos que la información presentada no se compensó con puntos de vista alternativos. Además, el orador aprovechó la oportunidad para propugnar una perspectiva personal extrema sobre el clima política del país y el gobierno actual...”. Esta y la manera en que la administración trataba de justificar la tortura provocaron la indignación de los estudiantes. Un estudiante respondió: “La tortura no tiene ningún argumento bueno. No importa de qué ángulo se la mira, es injusta”.

Una carta de un organizador de El Mundo no Puede Esperar a los profesores dice: “El debate y la argumentación son buenas maneras de llegar a la verdad. Pero a fin de cuentas, lo que buscamos no es simplemente el 'balance equilibrado', sino la verdad... Larry describió cómo sería si le separan de la familia personas que no hablan su idioma, no le permiten ver a un abogado, no le informan de las acusaciones en su contra, lo torturan, etc. Eso no es propaganda, es la realidad... Ni siquiera George Bush niega que eso está pasando... pero quiere justificarlo y legalizarlo. Antes de esa presentación muy pocos... sabían que nuestro gobierno tortura...”.

Los estudiantes están escribiendo una petición de apoyo al mensaje de la presentación: la tortura es injusta e inmoral, hay que cerrar Guantánamo y debido a esos crímenes hay que sacar del poder al gobierno de Bush. Van a vestirse de naranja y lucir ese color en todas partes. Hay que apoyar a estos estudiantes y no permitir que la administración escolar los aísle en un intento de desmoralizarlos en el contexto de organizar la resistencia masiva que El Mundo no Puede Esperar ha convocado para el 31 de enero.

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