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Revolución #120, 17 de febrero de 2008

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Una cuestión de orientación básica -- Un comunicado del Partido Comunista Revolucionario

“Los oí, abuchearon”.

Bob Dylan, en un concierto hace tiempo, respondió con sarcasmo desdeñoso a los que le gritaron por usar una guitarra eléctrica en vez de quedarse en los confines ortodoxos de la “música folk”.

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Hay quienes no tienen nada mejor que hacer que criticar a los que buscan plasmar en realidad algo radicalmente diferente.

El único propósito de nuestro partido es dirigir a las masas a realizar sus intereses más elevados y fundamentales, hacer la revolución y contribuir a la causa del comunismo por todo el mundo—ser emancipadores de la humanidad. Por eso, nosotros mantenemos, y mantendremos, la mirada puesta en promover y llevar a cabo sistemáticamente —entre las masas básicas que necesitan la revolución objetivamente con la mayor urgencia, tanto como entre todos los demás sectores del pueblo— el análisis más avanzado que tenemos de la revolución y el comunismo, como programa y estrategia político y como teoría científica viviente, en particular en la forma en que esto está encarnado en la línea de nuestro partido y la obra y método y enfoque de nuestro presidente, Bob Avakian.

Pero en este país actualmente hay algunas personas que han caído tan bajo que no pueden hacer nada más que servir de “críticos parasíticos” con relación a nuestro papel y trabajo revolucionarios—ya que ellos mismos no tienen nada positivo que ofrecer a la meta de realizar una alternativa radical al sistema monstruoso en que vivimos, y ya que no tienen ninguna misión que los defina o unifique que no es tratar de sabotear nuestros esfuerzos para plasmar en realidad tal alternativa radical.

Por supuesto, hay quienes tienen diferencias honestas con nuestro punto de vista y objetivos—y esta es una cosa. Nuestra orientación en ese caso es dar la bienvenida a esas diferencias y buscar diálogo y lucha de principios sobre ellas. Pero es otra cosa muy distinta cuando se trata de ataques totalmente deshonestos y sin principios, y tergiversaciones burdas de nuestras opiniones, metas y métodos. Reconocemos que cuanto más llevamos a cabo nuestra labor revolucionaria, y cuanto más logramos avances en el camino revolucionario, tanto más seremos blancos de tales ataques, no solo de abiertos reaccionarios sino también de otros que se llaman progresistas, o en algunos casos hasta dicen que son “comunistas” pero que por lo visto no soportan el hecho de que estamos resueltos a ser, y cumplir con nuestras responsabilidades como, un partido comunista revolucionario de vanguardia y no degenerar en otro partido revisionista (falso comunista) más que traicione a los oprimidos. Esperamos tales ataques de quienes hayan rechazado —o que en realidad hayan abandonado— la meta de rehacer el mundo de manera radical, y por eso se sientan obligados a tratar de tirar abajo nuestro partido, ya que seguimos actuando conforme a la orientación científica de que tal transformación radical del mundo es necesaria y posible.

Reconocemos que algunas personas ven a nuestro partido como un obstáculo porque temen que sus propias metas y preocupaciones mezquinas sean puestas al descubierto y socavadas por la realidad de que no aceptamos abandonar la meta de la revolución, y que seguimos —no solo en nombre sino en los hechos— abordando todo desde el punto de vista de cómo finalmente hacer la revolución y avanzar en realidad hacia un mundo comunista, en vez de aceptar el mundo tal como es y buscar, a lo máximo, hacer unas pocas reformas míseras dentro de los confines del sistema existente—un sistema de horrores para las masas populares de este país y la abrumadora mayoría de la humanidad. Incluso —o mejor dicho especialmente— cuando doblegarse ante la “realidad existente” se hace bajo capa (y como una tergiversación grotesca) del “comunismo”, o en nombre de “las masas” y postrados a la zaga de las masas, no viene a ser menos que acomodarse —y de hecho capitular— ante el imperialismo, con todos sus horrores, y traicionar a las masas populares quienes son las víctimas de esos horrores.

De acuerdo con nuestros principios y métodos básicos, examinaremos y buscaremos sacar las lecciones que sean posibles incluso de los ataques más oportunistas y sin principios. En algunos casos, podríamos responder a un ataque así—especialmente si creemos que podría ser un “maestro por ejemplo negativo”, y que refutarlo podría posibilitar comprender más clara y profundamente la línea correcta ideológica y política, revolucionaria y comunista, en oposición a las líneas oportunistas de varios tipos, y comprender más claramente donde esas líneas opuestas llevarán y las consecuencias que tendrán para las masas populares. Pero no permitiremos que tales ataques nos disuaden ni nos desvíen de nuestras metas y propósitos fundamentales, ni tampoco creemos que sea necesario responder a cada uno de estos ataques para aclarar lo que es, en realidad, la línea y la labor de nuestro partido. A quienes tienen un interés auténtico en conocer a nuestro partido, los invitamos y de hecho los alentamos a leer Revolución y otras publicaciones de nuestro partido, a estudiar a fondo la obra de Bob Avakian, a asistir a las presentaciones y discusiones públicas sobre nuestra línea y en general a examinar a nuestro partido y su punto de vista, metas y práctica.

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