Ofrecen a palestinos plan ("mapa de ruta") hacia la muerte

Obrero Revolucionario #1203, 15 de junio, 2003, posted at rwor.org

Recibimos lo siguiente del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:

26 de mayo de 2003. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar . Tras semanas de vacilación, el primer ministro israelí , Ariel Sharon anunció que su gobierno ha aceptado "el mapa de ruta para la paz en el Medio Oriente" anunciado por la Casa Blanca a finales de abril. Inmediatamente, George Bush declaró que viajará al Medio Oriente, para reunirse primero con varios jefes de Estado árabes y luego con Sharon y el primer ministro palestino Abu Mazen.

El mapa de ruta está siendo presentado como una rigurosa aplicación de ecuanimidad hacia ambos bandos. Pero no es cierto. Es un misil político dirigido contra un solo bando, los palestinos. Su propósito es alimentarles una ilusión a la vez que ayudar a Israel a aplastar su lucha. En este sentido, es paralelo al cañoneo israelí dirigido contra ellos diariamente, que ha matado 40 bebés, niños y adultos, desde que fuera publicado el mapa de ruta, y al encerramiento que ha mantenido a los palestinos prisioneros en Cisjordania y en la Gaza desde el 19 de mayo.

Veamos lo que se le exige a Israel. Los medios occidentales dicen que una de las "más duras demandas" que se hace a los israelíes en la primera fase del mapa de ruta es la de "congelar la actividad de colonización" en los territorios ocupados (es decir ocupados a partir de 1967, y no de 1948), y al mundo se le ha hablado repetidas veces de la disposición de Sharon a hacer "sacrificios dolorosos" a este respecto. Sin embargo, la colonización israelí de estas tierras en primer lugar es una violación del derecho internacional y de las resoluciones de la ONU (242), y la construcción de asentamientos en ellas, como lo ha venido haciendo Israel durante décadas tanto bajo gobiernos "liberales" como de "extrema derecha", constituye una más grave violación del derecho internacional. Así que Estados Unidos y sus medios de comunicación están trabajando horas extras para hacer parecer el acuerdo de congelación de esta colonización como un "sacrificio doloroso" del gobierno de Sharon, ¡aunque es una vieja exigencia de las resoluciones de la ONU y de la ley internacional que en primer término Israel no construya un solo asentamiento! Incluso más descaradamente, al aceptar el mapa de ruta, Sharon se negó a decir que aceptaría sus disposiciones y que desmantelaría todo asentamiento, incluso los más recientes, que hasta ahora son asentamientos deshabitados.

Punto por punto, éste es el enfoque supuestamente ecuánime del mapa de ruta: exigirle concesiones menores a los israelíes sobre políticas injustas que desde hace tiempo los han puesto en contra del derecho internacional y de la opinión pública mundial, a la vez que le exige al liderato palestino renunciar a sus justas demandas y reprimir toda resistencia a Israel y sus amos yanquis. Por ejemplo, la Autoridad Palestina ya ha hecho mucho para implementar sus exigencias de la primera fase (instalación del primer ministro Abbas escogido por Bush y Sharon, para dejar a un lado al electo Arafat, replantear sus finanzas, etc.), mientras que los israelíes no han hecho nada en absoluto. De hecho, Sharon ha planteado públicamente que tiene 15 objeciones que le presentará a Bush, aunque una de las características básicas del proceso del mapa de ruta es que es "no negociable". Nadie en la administración Bush le ha frenado.Además, en varias ocasiones Israel ha dejado en claro que considera el que los palestinos pongan fin a la violencia como una "precondición" de cualquier avance, aunque esto también contradice directamente el principio de "simultaneidad" del mapa de ruta. En vez de increparlos por esto, los políticos estadounidenses le dieron amplio apoyo a la posición israelí.

El plan establece un esquema en tres fases que apunta finalmente a establecer alguna forma de Estado palestino para 2005, a cambio de que los palestinos acepten la existencia de Israel y que todos los Estados árabes garanticen que éste gozará de una posición estable y segura en el Medio Oriente. De hecho, éste es su verdadero propósito. Uno de los principales puntos que Sharon está exigiendo a cambio para aceptar el plan es que los palestinos desistan de sus exigencias del "derecho de retorno": el derecho de los 4.5 millones de palestinos desterrados de Israel y de sus hijos a vivir de nuevo en sus aldeas y pueblos natales que ahora son parte de Israel, además de casi un millón de palestinos que son ciudadanos israelíes de segunda clase. Sharon objeta que el retorno de un gran número de refugiados pondría en peligro el carácter de Israel como Estado judío, dado que hay solo poco más de cinco millones de habitantes judíos en este país robado a los palestinos. La lógica de Sharon es indiscutible. Ésta es la lógica que está detrás de las acciones del gobierno israelí en los últimos tres años, en los que han asesinado a 2,300 palestinos y herido otros 22,000, y han destruido 12.000 viviendas palestinas con sus bulldozers asesinos.

Estos hechos dejan en claro que no puede haber una verdadera solución para los palestinos, ni paz y seguridad para nadie, mientras esta tierra sea gobernada por un Estado religioso que beneficia a los colonos y no por un Estado plurinacional y laico, para beneficio de todos.


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