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Revolución #122, 9 de marzo de 2008

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Notas del juicio de Sean Bell:

Persecución de la víctima de un asesinato policial

De un corresponsal

El 27 de febrero empezó el supuesto juicio de cinco policías de Nueva York acusados de matar a Sean Bell. Al empezar el juicio, todavía perseguían a Sean Bell, la víctima del asesinato policial, aun en la muerte.

* * *

La madrugada del 25 de noviembre del 2006, cinco tiras rodearon y la dispararon a Sean Bell, que murió acribillado por 50 balas cuando salía de una fiesta de despedida de soltero con dos amigos. Iba a casarse ese mismo día. A los dos amigos, Joseph Guzmán, de 31 años, y Trent Benefield, de 23 años, los llevaron al hospital con múltiples heridas.

Solo acusaron a tres de los cinco policías que les dispararon a Sean y sus amigos. Eso solo ocurrió tres meses después del asesinato, y después de que miles de personas airadas se lanzaron a la calle en protesta. Desde el comienzo los agentes han estado libres, dos bajo fianza y uno bajo palabra.

Ahora, 15 meses después, ha empezado el juicio de los tres policías. A dos, Michael Oliver y Gescard Isnora, los han acusado de homicidio impremeditado, y al tercero, Marc Cooper, de un delito menor. El juicio podría durar varias semanas o incluso meses.

En enero, los abogados de los policías pidieron trasladar el juicio a otra ciudad para no tener un jurado de Nueva York. Esa es una vieja táctica para absolver a policías salvajes. A los cuatro policías que mataron a Amadou Diallo, de 23 años, en 1999 cuando sacó su billetera los absolvió un jurado de la ciudad de Albany, Nueva York. En su primer juicio, en 1992, a los policías que golpearon a Rodney King (en una paliza grabada) los absolvió un jurado del suburbio de Simi Valley, lo cual provocó la Rebelión de Los Ángeles.

Cuando el juez negó la solicitud de un cambio de lugar, los abogados pidieron y recibieron permiso para un juicio ante un juez en vez de un jurado.

La defensa de los policías: Mataron a un “elemento negativo”

¿De qué consta la “defensa” de estos policías asesinos que por milagro están procesando? El subfiscal, Testagrossa, dijo en su declaración de apertura que se trata de una “tragedia” causada por los delitos de “falta de atención al borde de la incompetencia” y los preparativos de una redada “muy inadecuados”.

Así y todo, el testimonio de una mujer que trabajaba en el club donde mataron a Sean Bell desmintió el cuento policial. Dijo que un tiras “se bajó de un van y empezó a disparar” sin identificarse. “Esto me causa mucho dolor, pero he decidido decir la verdad y hacer lo debido”, le dijo a los corresponsales. La mujer, que ahora trabaja en una clínica médica, llegó con su uniforme azul de trabajo. El informe de la agencia noticiosa Associated Press la atacó con un titular que decía: “Striptisera da testimonio en juicio de Nueva York”. La señora (que ahora trabaja en una clínica médica) refutó las declaraciones de los agentes de que la situación tensa del club justificó el asesinato de Sean Bell. Dijo que hubo mucha gente el club esa noche, pero que no hubo problemas y "todo mundo se estaba divirtiendo".

Los abogados defensores presentaron su argumento el 25 de febrero. En una declaración que duró dos horas, dijeron que los policías hicieron lo que “cualquier persona razonable” hubiera hecho en las mismas circunstancias. Veamos lo que dicen que fue razonable: Cinco policías dispararon 50 balas contra el carro en el que estaba Sean Bell. Uno de los policías acusados, Michael Oliver, disparó 16 balas, recargó la pistola y disparó 15 balas más. Gescard Isnora, quien disparó primero, disparó 11 balas. A Sean Bell, que ya estaba muerto, y sus dos amigos Trent Benefield y Joseph Guzmán, que estaban gravemente heridos, los esposaron y dejaron en el pavimento. A Benefield y Guzmán los esposaron a las camillas del hospital hasta que los visitantes enfurecidos intervinieran.

Los abogados de los policías repitieron el cuento del sistema de que Sean Bell y sus amigos tenían la culpa de que los policías les dispararon 50 balas. El abogado de Isnora le dijo al juez que Sean y sus amigos eran parte del “elemento negativo” en el club la noche de la fiesta de despedida de soltero. Porque tomaban. Porque tal vez tenían una discrepancia con otra persona en el club. Porque los policías “pensaron” que uno de ellos tenía una pistola (que nunca encontraron).

¿Qué significa que el abogado de los policías le dijera al juez que Sean Bell era parte del “elemento negativo”?

Cuando se formó Estados Unidos, este sistema aniquiló a la mayoría de los amerindios y secuestró a gente de África para esclavizarlos. En ese entonces, los esclavos que se rebelaron o se fugaron eran parte del “elemento negativo”, a quienes los castigaban con latigazos para que nadie más se atreviera a hacer lo mismo. Después de la guerra de Secesión, los negros siguieron viviendo en condiciones muy parecidas a la esclavitud y trabajaban de aparceros. A esos “elementos negativos” a quienes acusaban de mirar a una mujer blanca o de no bajarse de la acera muy rápido cuando pasaba un blanco los linchaban (más de 3,000 linchamientos). Hoy, los trabajos peligrosos que pagan poco que los negros hacían en las ciudades ya no existen, y el capital ha encontrado sangre fresca en otras partes del mundo. A toda una generación de jóvenes negros la califican de “elementos negativos” porque este sistema explotador no los necesita.

Es este sistema que es inútil. No ofrece ningún futuro a la juventud de las ciudades y solo lleva opresión y sufrimiento a otras partes del mundo. En lo fundamental, no se puede hacer nada bueno hasta que se haga una revolución. Pero no se puede permitir que el sistema se salga con las suyas en el juicio de los asesinos de Sean Bell. El primer día del juicio hubo una protesta militante frente al tribunal, pero se necesita protestas mayores. Tenemos que desarrollar la resistencia contra la brutalidad y los asesinatos policiales, y tenemos que demandar que se haga justicia para Sean Bell, como parte de desarrollar un movimiento revolucionario.

Al hacer eso, tenemos que romper también las cadenas mentales del sistema que mantienen a la gente esclavizada, como esa cháchara de esclavos de arrodillarnos y decir que el asesinato de Sean Bell fue la “voluntad de dios”. Hay que dejar de rezar y esperar que haga justicia un dios que no existe, y que nunca impide los asesinatos policiales. Dios no existe y no va a hacer justicia en este caso.

Como decía la declaración de la rama de Nueva York del Partido Comunista Revolucionario poco después del asesinato de Sean Bell:

“Los esclavos pueden oponer resistencia y rebelarse. Los imperios pueden perder guerras y los imperios pueden caer. La historia ha demostrado que la situación de millones de negros y otros oprimidos es como un volcán en los cimientos del imperio estadounidense. ¿De dónde surgirá la liberación? No de arrodillarnos ante dioses imaginarios. Tenemos que alzar la cabeza. Necesitamos la resistencia política masiva contra todas las infamias de este sistema, tenemos que preparar mentes y organizar fuerzas políticamente. De esa manera se prepararía el terreno para una revolución proletaria que tenga una seria posibilidad de salir victoriosa, una revolución que tiene como columna vertebral millones de personas, de todas las nacionalidades, que no tienen nada que perder—una revolución que tiene una repuesta a todas esta opresión milenaria, tan profundamente odiada, que este sistema nunca puede ofrecer”.


Los oprimidos que no son capaces ni están dispuestos a hacer frente a la realidad tal como es son condenados a permanecer esclavizados y oprimidos.

Bob Avakian, del libro pronto a salir
AWAY WITH ALL GODS! Unchaining the Mind and
Radically Changing the World
(¡ABAJO TODOS LOS DIOSES! Desencadenar la mente y cambiar radicalmente el mundo)

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