Revolutionary Worker #1224, 28 de diciembre, 2003, posted at rwor.org
En estos meses, al volver a leer ¿Qué hacer?, y al estudiar y reflexionar sobre la campaña de divulgar y popularizar a nuestro presidente y otras cuestiones, me he dado más cuenta de la enorme fuerza de la espontaneidad, que por cierto es muy parecida a la fuerza de la gravedad. Por muy alto que uno quiera volar, si no se esfuerza en todo momento, caerá a tierra. ¡Fíjense cuántos revolucionarios, tanto partidos como individuos, se han estrellado contra el suelo! Casi todos empezaron con convicciones revolucionarias genuinas, pero un buen día, después de años o incluso décadas de lucha, terminaron claudicando o vendiéndose, quizá sin querer o sin siquiera saber cómo llegaron a ese punto. Ahí vemos la fuerza de la espontaneidad; por fuertes que sean nuestras convicciones, si no encontramos la manera de zafarnos de la corriente de la espontaneidad, nos llevará adonde juramos nunca ir.
A mi ver, un aspecto fundamental del método de Bob Avakian, el presidente de nuestro partido, es no dormirse sobre los laureles e interrogar constantemente al partido y a sí mismo: ¿estamos haciendo lo máximo para hacer la revolución?; ¿nos estamos concentrando en los asuntos debidos?; ¿luchamos con toda nuestra energía, y correctamente, para rebasar los límites de hoy?; ¿estamos analizando todo con las miras puestas en la meta final y forjando las conexiones más fuertes entre dicha meta y las tareas apremiantes del momento?; ¿es nuestra orientación completamente internacionalista y colocamos siempre nuestro trabajo en el contexto de las necesidades y las luchas de los pueblos del mundo?; ¿estamos examinando rigurosamente las críticas de los que nos pueden enseñar algo importante, aunque no coinciden con nosotros sobre estrategia (como en los escritos sobre George Jackson1 hace unos años)?; ¿nos contentamos con respuestas fáciles o superficiales a cuestiones complejas?; ¿estamos haciendo todo lo que debemos para movilizar a sectores clave de las masas, para capacitar y aprender de los jóvenes que apoyan al partido y para unirnos con quienes luchan por algo positivo?
Esta orientación del presidente es un factor decisivo que ha permitido a nuestro partido mantenerse firme y, más que eso, avanzar por el camino revolucionario en este país.
En cierto momento, tuve la oportunidad de intercambiar ideas con nuestro presidente sobre la cuestión de Stalin. Es notable (y es un problema para nuestro movimiento) que del núcleo dirigente de los bolcheviques solo Stalin tuvo la capacidad de asumir el liderazgo de la sociedad socialista y muchos se opusieron directamente al avance del socialismo. Varios, como Bukharin, se desviaron mucho del marxismo, e incluso Stalin, como hemos señalado, tuvo serias deficiencias en el método dialéctico.
Octubre de 1917 concentró esta contradicción. Básicamente, Lenin tuvo que amenazar con renunciar para que la mayoría del núcleo dirigente bolchevique aprobara la insurrección de octubre, a pesar de presentar argumentos muy fundamentados y responder contundentemente a todas las objeciones. Finalmente, se ganó a la mayoría, quizá por una combinación de la fuerza de sus argumentos políticos, su autoridad en el partido, los acontecimientos del momento, las acciones de un sector de las masas y el sentir de que sin Lenin, el partido jamás iba a dirigir una revolución. Pero no es bueno que la situación llegara a tal extremo ni que otros no pudieran captar lo que Lenin captó (no digo que necesariamente hubieran captado tan clara o profundamente las contradicciones, pero da la impresión de que las veían desde otra óptica).
Reflexionando sobre ese problema, me pareció importante el hecho de que Lenin volvió a estudiar la dialéctica de Hegel poco después de que estalló la I Guerra Mundial. Asombrado, más por la capitulación del 90% de los partidos socialdemócratas de Europa en ese momento que por la guerra, sintió la necesidad de "volver nuevamente a los clásicos". Sus cuadernos sobre Hegel, que se encuentran en el tomo 38 de las Obras completas,representan una nueva perspectiva y, hasta cierto punto, una reinterpretación de la filosofía marxista y el método dialéctico que se conocía hasta entonces (vea la nota al pie de página 2). A lo mejor tal perspectiva llevó a la muy radical e inesperada "Tesis de abril" de 1917, con que Lenin sacudió al partido bolchevique al instar a hacer preparativos más o menos inmediatos para la revolución socialista (no a un período prolongado de trabajo político para consolidar la revolución democrático-burguesa por la cual pasaba Rusia en ese momento).
Pero al parecer Lenin no animó a los demás líderes del partido a abordar esas cuestiones de método y filosofía (que yo sepa; por ejemplo, no se menciona en los escritos de Krupskaya 3 ni en la Historia del Partido Comunista de la URSS ). Quizá no tenía la libertad de hacerlo, pero en todo caso parece que no les llevó esa nueva perspectiva y reinterpretación del método marxista, que (en mi opinión) elaboró tras volver a estudiar a Hegel ni que ellos, a su vez, la llevaran a los militantes del partido. (Como sabemos, en medio de una embestida contra el materialismo, Lenin escribió Materialismo y empiriocriticismo , una obra muy completa sobre el materialismo, que asumo tuvo un impacto enorme y, repito, dada la realidad de la guerra y el colapso de la Segunda Internacional y las tareas que suscitaron esos sucesos monumentales, a lo mejor Lenin y los bolcheviques no lograron sacar el tiempo para que todo mundo estudiara a fondo a Hegel. Pero en todo caso, se creó un vacío, sobre todo en cuanto a la dialéctica, y las consecuencias fueron funestas. 4)
Pensando en el diálogo que mencioné con nuestro presidente sobre Stalin y los bolcheviques, me acordé del comentario de una camarada hace unos años. Debido a problemas objetivos, tuvo que limitar su participación en la vida del partido y en las reuniones, lo cual era muy duro para ella. Un día estábamos platicando sobre una charla del presidente y dijo que cuando leía sus charlas sentía que la invitaba a explorar los problemas y cuestiones que planteaba, y a ayudar a resolverlos. Eso me parece muy cierto. Es parte de "su método" y, además, diría que nos "lleva con él", nos da la oportunidad de explorar el método que viene desarrollando, de valernos de él y adoptarlo (y profundizarlo). Esto se ha mencionado antes, pero quiero elaborarlo un poco más aquí porque me parece que esta "praxis" de nuestro presidente es sumamente importante a la luz de la historia de nuestro movimiento, y especialmente de ciertas deficiencias.
Yo diría que nuestro presidente ha ampliado los aportes filosóficos de Mao y los ha llevado a una síntesis más profunda. Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung integró y sintetizó por primera vez muchas de las ideas filosóficas más polémicas de Mao de después de 1949 (de recopilaciones extraoficiales de charlas y comentarios), además de explorar las implicaciones filosóficas de sus innovadores análisis políticos y las lecciones del Gran Salto Adelante y la Gran Revolución Cultural Proletaria (como la lucha de clases en el socialismo, continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado, el papel de la conciencia y la superestructura, superar el derecho burgués, el papel del partido en el socialismo, etc.).
Eso por sí solo sería un aporte de mucho peso. Pero, además, al resumir todo eso, desarrollarlo y aplicarlo, ha hecho nuevos aportes a la filosofía marxista: Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung ; el ensayo de 1981 "Conquistar el mundo" sobre la "base filosófica del internacionalismo proletario"; diversas charlas sobre cuestiones de dialéctica y metodología; la charla "Empeñarse en la revolución, promover la producción" de hace poco, en la cual parte de ese concepto que se aplicó a la economía en la China socialista y examina las implicaciones filosóficas y metodológicas para la relación entre contingencia y causalidad, necesidad y casualidad, el método universal del marxismo y ramas específicas del empeño humano, aprender y dirigir, dirigir y desatar, economía y política, etc., etc., ubicando todo en el marco de la lucha monumental de la humanidad por comprender y transformar el mundo. ¡Es magnífico... y de verdad es algo nuevo!
Volviendo al comentario de la camarada, y al problema (o la contradicción) de las deficiencias del núcleo dirigente bolchevique, es preciso que "aceptemos la invitación" de nuestro presidente de adoptar y explorar ese método y enfoque y luchar por hacerlo propiedad (¡colectiva!) de la gente que dirigimos para que todos sigamos a la par con los nuevos avances y avancemos juntos.
Si entiendes algo a medias o tienes una duda o discrepancia, si estás pensando en voz alta sobre una nueva idea, nuestro presidente te escuchará con toda atención. Te exigirá desarrollar tu idea lo más que puedas y te animará a explorar todas las implicaciones y a dedicar el tiempo (y asumir la responsabilidad) para examinarla con todo rigor.
No acepta la superficialidad ni la autocomplacencia. Cuando uno analiza un fenómeno o hace una crítica o plantea algo, le exige lo que se exige a sí mismo: analizar a fondo, descubrir y examinar las contradicciones centrales, adentrarse en ellas y analizarlas rigurosamente. No le interesa el rigor o la "excelencia" por sí mismos, aparte de las clases y la lucha de clases, pues parte de esta orientación fundamental: hacer lo que tenemos que hacer, resolver las cuestiones que se nos plantean, no es un simple ejercicio intelectual; mucho está en juego para el futuro del mundo y hay que tenerlo muy presente y asumir plenamente esa responsabilidad.
Otro punto de método: nuestro presidente es un pensador exhaustivo y trascendental ; abarca muy diversos temas, analiza todo y está muy abierto a lo nuevo y lo inesperado. Tiene una orientación elevada y también muy concreta, basada cien por cien en la realidad, de abarcar muchísimas cosas y trazar conexiones (que a veces parecen improbables a primera vista), y de hacerle frente a los problemas más difíciles.
Tal orientación es una parte indispensable del método dialéctico (trazar conexiones inesperadas y captar más a fondo un proceso dado) y del materialismo (las ideas -- incluso las ideas erróneas o parcialmente correctas-- retratan la realidad material, y analizarlas, sobre todo "adentrarse en ellas" y examinarlas detenidamente, como hace nuestro presidente, lleva a una síntesis más elevada y a un conocimiento más completo de la realidad) y es un método muy importante).
Por otra parte, nuestro presidente siempre se basa en la práctica más avanzada de la lucha de clases: cuestiona, analiza y saca lecciones de ella desde la perspectiva del avance de la humanidad al comunismo, con un firme conocimiento del contexto de la experiencia del proletariado internacional y en especial de los estados socialistas que ha forjado la revolución proletaria (de las necesidades concretas que se les plantearon y las respuestas que dieron).
Esta orientación exhaustiva, que busca analizar todo, no es muy común en la historia de nuestro movimiento. Una infinidad de cosas nos jalan en la dirección contraria (sucesos apremiantes, la necesidad de concentrarnos en ciertas cosas, etc.), pero es muy importante para avanzar al máximo en aras de nuestra clase, de nuestra causa. y de la humanidad, cuyos intereses más elevados representa nuestra clase en este momento de la historia.
Lenny Wolff es el autor de La ciencia de la revolución, una introducción a los principios básicos, análisis y métodos del marxismo-leninismo- maoísmo.
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NOTAS:
1 Vea "Vencer las dos grandes cuestas: Más acerca de conquistar el mundo; Otro vistazo a George Jackson", OR No. 968, 9 de agosto de 1998.
2 N.K. Krupskaya, Reminiscences of Lenin,International Publishers, 1970.
3 La Historia del Partido Comunista de la URSS (HPCUS)de Stalin destaca el impacto de la batalla de Lenin contra el empiriocriticismo; también sirve de introducción a lo que posteriormente se publicó como Sobre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico de Stalin. Nuestro presidente caracterizó así esa obra en Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung : "en su mayor parte correcta... [pero] sufre de cierta cantidad de metafísica", por ejemplo, "no se concentra en la contradicción como la ley fundamental del materialismo dialéctico" (p. 151), a pesar de que Stalin cita el tomo 38 de las obras de Lenin. Que yo sepa la HPCUS no menciona los cuadernos de Lenin sobre Hegel. Aunque no he vuelto a estudiar detenidamente Los fundamentos del leninismo de Stalin, al repasar la parte en que codifica el método de Lenin se ve que tiende a reducirlo a una serie de normas (ciertas y muy importantes, hay que reconocerlo) para los partidos de la Tercera Internacional, en contraste con la Segunda Internacional (vea "II. El método" en Cuestiones del leninismo ), y (en cuanto al método filosófico y la dialéctica) a la necesidad de comprobar la teoría "en el fuego de la lucha revolucionaria de las masas" y de juzgar a un partido de acuerdo a lo que hace, no lo que dice. En una parte de la obra, Stalin refuta explícitamente y hasta ridiculiza la noción de que, ante acontecimientos inesperados y situaciones nuevas, Lenin desarrolló sus ideas sobre la relación entre las etapas burguesa y proletaria de la revolución. A lo mejor quiso desmentir la afirmación de Trotsky de que Lenin se unió a él al formular las Tesis de abril, pero en todo caso no justifica el hecho de que Stalin no captó que Lenin profundizó aspectos importantes de su análisis.