El castigo de Fallujah a manos de los Marines

Obrero Revolucionario #1236, 11 de abril, 2004, posted at http://rwor.org

"Sufrimos por lo que los estadounidenses nos están haciendo, pero eso no le resta nada a nuestro orgullo de la resistencia".

Saadi Hamadi, de 24 años, recién graduado de la universidad, a la agencia AP

"A pesar de rebrotes locales, el ámbito de operaciones es relativamente estable y el impacto en la habilidad de la coalición para seguir gobernando e impulsando el desarrollo económico y la recuperación de servicios es mínimo".

General Mark Kimmitt, vocero del comando militar estadounidense, 31 de marzo

El 31 de marzo, un convoy de estadounidenses fuertemente armados entró a Fallujah, pero esta vez unos no salieron. Una emboscada con granadas propulsadas atacó tres vehículos; uno logró escaparse, pero los demás fueron acribillados. Enseguida hubo celebraciones en las calles de Fallujah que se vieron en todo el mundo.

Las cámaras captaron a un pueblo ocupado celebrando una victoria ante las fuerzas de ocupación y el desafío de un pueblo pobre sitiado por una división armada de la principal superpotencia del mundo.

Una vez más se desmiente el cuento de la Casa Blanca de que las tropas son "libertadores", así como el discurso de Bush en mayo del año pasado, cuando dijo a bordo de un portaaviones, bajo un letrero de "misión cumplida", que la guerra había terminado. La cantidad de bajas que Estados Unidos sufrió en marzo fue el doble de las de febrero; es la segunda cantidad mensual desde que empezó la ocupación.

Tras el lente que transmitía las imágenes de Fallujah, la voz de la prensa nos decía qué pensar: los estadounidenses caídos eran "civiles" y "contratistas", y estaban cumpliendo una misión de "entrega de alimentos". Un "experto militar" nos dice que como la resistencia no ha podido ante las fuerzas armadas, "ahora ataca contratistas civiles y misioneros, blancos fáciles".

La prensa pintó un cuadro de "blancos fáciles", de "civiles", de muchachos buenos que reparten alimentos a los necesitados. Pero al poco rato nos enteramos de que eran comandos de unidades especiales contratados como mercenarios, cuya misión todavía no está del todo clara.

Y a la multitud que bailaba en torno a los vehículos quemados en las calles de Fallujah, la prensa la pintó como "una chusma bárbara", "animales". Cuando los vecinos de Fallujah explicaban que esos estadounidenses son una bola de asesinos y "agentes de la CIA", la prensa decía que son paranóicos y mentirosos.

Luego, todo eso se combinó con el tema de resolución militar y venganza violenta.

El senador republicano John McCain dijo: "Somalia fue terrible, pero podíamos retirarnos. En ese entonces la seguridad de América, la seguridad nacional, no estaba en peligro. Pero esta vez no podemos retirarnos".

"Hay mucho en juego, no vamos a dejarnos intimidar", dijo el vocero de la Casa Blanca, Scott McClellan.

El candidato presidencial por los demócratas, John Kerry, secundó el clamor bélico de la Casa Blanca: "Unidos por la tristeza y unidos por la resolución de que estos enemigos no prevalecerán".

Lo que quiere decir todo eso es que están planeando un castigo colectivo de la gente de Fallujah que sea una lección para el resto del mundo.

Ante un desfile de nuevos policías iraquíes, el administrador yanqui de Irak, Paul Bremer III, dijo: "Esto no quedará impune".

Por su parte, el brigadier general Mark Kimmitt, subdirector de operaciones de las fuerzas de ocupación, dijo: "Regresaremos a Fallujah, pero será en el momento y lugar que nosotros escojamos. Cazaremos a los criminales y los mataremos o capturaremos, pero vamos a pacificar a Fallujah".

La mano de hierro de los marines

"No hay escape y no tienen donde esconderse".

Volante de los marines distribuido antes del 31 de marzo en Fallujah

"¡Viva la honorable resistencia!"

Pinta en un muro de Al Askari, Fallujah

La prensa grande oculta mucho sobre la situación de Fallujah. Por ejemplo, no ha dicho casi nada sobre el hecho de que los barrios de Fallujah han sufrido fuertes ataques recientes de los marines.

El 26 de marzo, cuatro días antes de la emboscada, la 1¦ Fuerza de Expedición de los Marines invadió con tanques y carros blindados.

Esa división acababa de reemplazar a la Aerotransportada 82 del Ejército que desde noviembre del año pasado no se atrevía a entrar a Fallujah y que antes, en abril, masacró a docenas de personas desarmadas.

El comandante de la nueva división quería cambiar todo eso e intentó sembrar terror con mano dura.

Los marines cercaron dos comunidades "vedadas" y tumbaron puertas a patadas para efectuar arrestos. En cierto momento empezó un tiroteo y los marines contestaron con artillería pesada. El bombardeo duró casi todo el día, y a la prensa la tuvieron lejos. Ese día mataron a un camarógrafo, tres niños y cinco civiles.

El Washington Post entrevistó a unos vevinos heridos. Ahmed Yusuf, a quien le dispararon cuando iba en el carro, dijo: "¿Así piensan controlar la ciudad? Se equivocan, lo que van a hacer es convertirla en una zona de guerra".

En el carro que iba detrás de Ahmed murió una persona de un tiro a la cabeza. Un hospital atendió a docenas de heridos, muchos de ellos niños.

En los cuatro días siguientes, las fuerzas de ocupación bloquearon las carreteras de Fallujah y apuntaron los cañones al barrio obrero de Al Askari.

El lunes 29 de marzo, la agencia AP informó que un convoy de marines entró al barrio y, por medio de altoparlantes y en árabe, amenazó con convertir toda la ciudad en campo de batalla a no ser que cesara la resistencia. Luego realizó más redadas y más arrestos.

Khaled Jamaili, de 26 años de edad, le dijo a AP: "Si en un hogar hay más de dos hombres, se llevan a uno. Esos marines nos están destruyendo, le están dando duro a Fallujah".

Esa era la situación la víspera del 31 de marzo. La gente de Fallujah ya estaba bajo la bota de una intensa campaña de las fuerzas de ocupación.

La promesa de Bremer de "castigar" a la población no es nada nuevo; ya lo vienen haciendo desde hace rato con medidas de "pacificación" para que la población acepte el gobierno que le impongan. La diferencia es que ahora esperan apoyo de la opinión pública tras sembrar cuentos de que "chusmas bárbaras" que atacan "blancos fáciles de civiles".

Pero hasta la fecha las amenazas y la brutalidad han fracasado. Hay que oponerse y denunciar los castigos que Estados Unidos promete para sembrar terror en Irak.