Irak: El "día del traspaso" y la realidad del neocolonialismo yanqui

Obrero Revolucionario #1245, 4 de julio, 2004, posted at http://rwor.org

El gobierno de Bush lleva meses preparando el terreno para el "día del traspaso" el 30 de junio, cuando supuestamente entregará el control de Irak a un gobierno iraquí "soberano". Dice que será un gran paso hacia la "liberación" y la "democracia", y que justificará la guerra. que en realidad fue una guerra de agresión y conquista.

Pero la verdad es que el "día del traspaso" se debe llamar el "día de apretar las clavijas al pueblo iraquí". No tiene nada que ver con la auténtica soberanía, sino todo lo contrario: atrincherará y legitimará el control yanqui y permitirá seguir transformando el país radicalmente en lo militar, político y económico, en aras de los objetivos regionales y globales del imperialismo yanqui.

El hecho de que el 15 de junio el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara unánimemente una resolución para legitimar la ocupación no cambia eso en lo más mínimo.

Instrumentos de control

La versión de Washington es que cuando le entregue el poder a un "gobierno iraquí de transición" el 30 de junio "la ocupación terminará". El nuevo gobierno supuestamente será "soberano", o sea, controlará el destino del país, y supuestamente celebrará elecciones (actualmente programadas para enero de 2005).

Pero los detalles del plan desmienten esa versión.

Primero, la ocupación por 138,000 soldados yanquis y 20,000 soldados de países aliados continuará, y el gobierno "soberano" no podrá ejercer ningún control sobre ellos ni mandarles irse. Se espera que el nuevo primer ministro iraquí, Iyad Allawi, pronto firme un tratado que permitirá que los ejércitos extranjeros se queden. Al fin y al cabo, por eso lo contrataron.

La resolución del Consejo de Seguridad le da a la fuerza multinacional dirigida por Estados Unidos "la autoridad para tomar las medidas necesarias" para mantener el orden. En cartas diplomáticas, Allawi habla de "coordinación", "asociación" y "consulta" entre las fuerzas armadas de Irak y Estados Unidos, pero el secretario de Estado, Colin Powell, le escribió que Estados Unidos "ejercerá control" sobre todas las fuerzas aliadas.

A comienzos de junio, el nuevo gobierno iraquí planteó la posibilidad de imponer la ley marcial para aplastar la resistencia. Pero el periódico londinense Financial Times informó el 22 de junio que Washington le contestó que "solo la coalición dirigida por Estados Unidos tendrá el derecho de adoptar medidas de emergencia tras la entrega de soberanía el 30 de junio".

El Washington Post informó el 24 de junio que el virrey yanqui, Paul Bremer, mantendrá en vigor la Orden 17, que le da a las fuerzas armadas yanquis "inmunidad ante los tribunales iraquíes por la muerte de ciudadanos iraquíes y la destrucción de su propiedad" y solo permite que los arreste el mando militar yanqui. ¡Eso a pesar de las torturas en el penal Abu Ghraib!

A partir del 30 de junio dirigirá la ocupación un nuevo capataz: el embajador John Negroponte, un tristemente célebre asesino que, durante el gobierno de Ronald Reagan de los años 1980, convirtió la embajada yanqui en Honduras en la sede de los escuadrones de la muerte que sembraron terror en Nicaragua, El Salvador y Honduras. Negroponte estará a cargo de 3,000 empleados y de la mayor embajada del mundo (en construcción).

Washington también está sentando precedentes, aprobando leyes, colocando asesores y títeres en el nuevo gobierno y creando instituciones que le permitirá seguir dominando el país y dictando su futuro. A pesar de la cortina de humo de "soberanía", el nuevo gobierno iraquí no podrá cambiar a ninguno de ellos.

El Consejo de Gobierno, un grupo de títeres nombrados por Estados Unidos, se disolvió el 1§ de junio, pero se nombraron a sí mismos al Consejo Nacional Interino. El Christian Science Monitor informó el 24 de junio que el Consejo "tendrá el poder de aprobar el presupuesto de 2005, vetar órdenes ejecutivas y reemplazar al presidente". Continuó: "Los miembros del Consejo de Gobierno también se garantizaron posiciones en una amplia gama de comités que elegirán a los demás miembros del Consejo Nacional".

La resolución de la ONU dice que el gobierno de Allawi "no debe tomar ninguna medida que afecte el destino del país más allá del período interino hasta que se elija un Gobierno de Transición y este tome las riendas".

Washington también ha creado mecanismos para controlar la economía nacional. En septiembre de 2003, Bremer privatizó las empresas paraestatales y permitió que las compañías extranjeras se adueñen del 100% de las empresas iraquíes en todos los sectores menos petróleo y extracción de minerales. Esa orden también permite que las compañías extranjeras saquen las ganancias del país sin restricciones y sin impuestos. El nuevo gobierno iraquí no podrá reconsiderar ninguno de los contratos de miles de millones de dólares que ha firmado Bremer con compañías yanquis.

Chris Shumway informó el 24 de junio en el website Antiwar.com: "Dos elementos limitarán el control que podrá ejercer el gobierno interino sobre los ingresos del petróleo. Al último momento la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA), dirigida por Estados Unidos, firmó contratos como un loco. Según unos documentos del website de la CPA, los contratos obligan al nuevo gobierno a gastar miles de millones de dólares de los ingresos del petróleo en proyectos que enriquecerán a las corporaciones estadounidenses e inglesas, y limitan la cantidad de dinero a disposición del nuevo gobierno cuando tome las riendas el 30 de junio. El Program Review Board de la CPA, la entidad que firmó los contratos sin publicidad, tiene 12 miembros con derecho a voto, todos nombrados por Paul Bremer, el administrador de la CPA. Solo dos representan al gobierno iraquí. Hay representantes de Australia y Gran Bretaña; un miembro de Consejo de Cooperación Internacional; un representante de USAID; y seis representantes de las varias divisiones de la CPA".

En un artículo de primera plana titulado "Entre bastidores, Estados Unidos controla el futuro de Irak" el 13 de mayo, el Wall Street Journal admitió: "El nuevo gobierno iraquí ejercerá poco control de sus fuerzas armadas, no podrá aprobar ni cambiar las leyes y no podrá tomar decisiones importantes sin aprobación estadounidense".

El artículo explicó que Estados Unidos seguirá controlando los medios de comunicación: "Haider al-Abadi dirige el nuevo Ministerio de Comunicaciones, pero no tomará las decisiones. Hace poco transfirieron el poder de regular emisoras, periódicos y teléfonos celulares a una comisión seleccionada por Washington, que nombró comisionados por cinco años, o sea, mucho más que los 18 meses del gobierno interino que tomará las riendas el 30 de junio".

Washington espera que el "traspaso" apacigüe la resistencia a la ocupación y haga capitular a ciertos elementos de la oposición. También busca convencer a algunos sectores de Estados Unidos de que la guerra y la ocupación son justas y de que "no debemos parar". Dirán: Hemos entregado la soberanía a los iraquíes, así que ahora no es una ocupación. Pero tenemos que quedarnos porque el nuevo gobierno iraquí necesita nuestra ayuda para combatir a los terroristas.

Otra meta del "traspaso" es ganar más apoyo (tropas y dinero) de los demás países imperialistas, pero no está del todo claro si tendrá éxito. Hay fuertes divisiones y conflictos entre las varias potencias imperialistas (especialmente entre Estados Unidos, por un lado, y Francia, Alemania y Rusia, por el otro). Las potencias europeas están aprovechando los problemas que tiene Estados Unidos en Irak para obligarlo a darles un mayor papel en la toma de decisiones en Irak y por todo el mundo. Pero Washington está resuelto a mantener el control económico, político y militar en Irak.

Esas potencias imperialistas también tienen una meta en común: controlar la situación volátil en Irak y seguir explotando el petróleo del golfo Pérsico. En la resolución del Consejo de Seguridad, endosaron el gobierno interino controlado por Washington, dijeron que es un "gobierno soberano" y que la fuerza de ocupación yanqui es una "fuerza multinacional". Dieron el sello de aprobación a la guerra de Estados Unidos contra Irak y tildaron de "terroristas" a la resistencia a esta guerra y ocupación injustas. Así legitimaron la afirmación de Bush de que está "combatiendo el terrorismo" en Irak.

Este sello de aprobación a los monstruosos crímenes de Estados Unidos contra Irak desenmascara la realidad de la ONU: es un foro donde se pulsean las rivalidades interimperialistas, una institución para reprimir y explotar conjuntamente a los países oprimidos y un instrumento para engañar a los pueblos del mundo con declaraciones de "paz" y "derechos humanos". O sea, es una herramienta de los imperialistas y una organización reaccionaria y criminal.

Un montón de problemas y contradicciones

Estados Unidos tiene un montón de problemas y contradicciones en Irak, sobre todo el intenso odio del pueblo iraquí por la ocupación. En la primera encuesta de opinión pública después de que salió la noticia de las torturas en Abu Ghraib (comisionada por la CPA), el 80% de los entrevistados dijeron que "no tienen confianza" en Estados Unidos ni en el gobierno títere que nombró. La Associated Press dijo que "demuestra lo profunda que es la oposición a Estados Unidos".

El periódico londinense Independent entrevistó a unos iraquíes el 10 de junio. Un vendedor de computadoras dijo: "No creo que vayan a traspasar el poder. Solo quieren engañar a la comunidad internacional". Un tendero añadió: "Los iraquíes rechazamos esta decisión porque es como la ocupación inglesa y el gobierno títere que instaló".

La resistencia armada continúa y Estados Unidos responde con brutales campañas militares. Bombardeó la ciudad de Fallujah, supuestamente para matar a Abu Musab Al-Zarqawi (a pesar de la ausencia de pruebas, dicen que es un alto funcionario de Al Qaeda). Pero los habitantes de Fallujah informaron que las bombas cayeron en zonas residenciales y mataron a muchos civiles.

El 24 de junio, en vísperas del "traspaso", la resistencia lanzó una serie de ataques coordinados contra las fuerzas yanquis e iraquíes en Bagdad, Mosul, Ramadi y Baquba. Las fuerzas yanquis tuvieron que retirarse de Baquba, una pequeña ciudad a 50 km al noreste de Bagdad.

El Washington Post informó el 25: "Los soldados de la Primera División de la Infantería abandonaron el campo de batalla el jueves, agotados por la ferocidad del combate y el calor del verano sin igual en los tres meses que llevan en Irak. Pelearon de sol a sol contra 100 combatientes, que invadieron barrios y edificios del centro con tácticas que los comandantes estadounidenses dijeron que se parecen a las del viejo ejército iraquí. Bien dotados y coordinados, la fuerza y habilidad de los combatientes inquietaron a los soldados".

Estados Unidos y sus aliados no controlan Fallujah ni Najaf y se "asombraron" ante el colapso de las fuerzas militares y policiales iraquíes durante los últimos combates en el sur del país. El Baltimore Sun informó el 23 de junio que incluso con 158,000 soldados, la coalición "no controla las fronteras, ha sufrido muchas bajas a lo largo de los caminos y las carreteras, y no entra a ciudades clave como Fallujah".

Otra gran contradicción es la debilidad y desprestigio de los sectores iraquíes con que trabaja Estados Unidos. Son fuerzas burguesas y feudales que aspiran a ser una nueva clase dominante compradora, pero están tan aisladas de la población que temen salir de los complejos protegidos por las fuerzas de ocupación. Dilip Hiro escribió que "dos tercios de los 36 miembros del gobierno interino tienen pasaportes extranjeros (principalmente ingleses y estadounidenses)" y "la mayoría de los exilados del Consejo de Gobierno ni siquiera llevaron a su familia de regreso a Irak". Desde que empezó la ocupación, la resistencia ha asesinado a unos cien funcionarios iraquíes, entre ellos dos miembros del Consejo de Gobierno.

Esas fuerzas no representan a las masas iraquíes y no son capaces de superar las divisiones religiosas y nacionales. Por eso las rivalidades de esas fuerzas aumentan (a pesar de que todos son totalmente dependientes de Estados Unidos para protegerlos).

Esas rivalidades saltaron a primera plana a comienzos de junio cuando los dirigentes de los dos principales grupos curdos amenazaron con retirarse del nuevo gobierno. Condenaron el hecho de que Estados Unidos (en respuesta a presiones de los clérigos chiítas) no quiso garantizar la autonomía curda en la resolución de la ONU. Allawi los apaciguó prometiendo respetar la garantía por lo menos hasta enero de 2005, pero la opresión nacional del pueblo curdo sigue sin resolver.

Hace un año Bremer declaró que Estados Unidos solo entregaría soberanía a "un gobierno estable, independiente y elegido". Pero el nuevo gobierno no es estable, independiente ni elegido.

Pero de todos modos la clase dominante yanqui opina que crear un estado cliente estable en Irak es un elemento esencial de su programa imperial, así que tanto los republicanos como los demócratas están resueltos a "seguir adelante" con la fuerza de las armas. El senador Joseph Biden, un demócrata de peso, lo dijo así hace poco: "Esto va más allá de Bush y más allá de Kerry".

Estados Unidos espera aplastar la resistencia y convencer a unos sectores de la oposición a capitular y participar en el nuevo gobierno. Hace poco el clérigo chiíta Moqtada Al-Sadr (cuya milicia lleva meses peleando contra las fuerzas yanquis e iraquíes) ofreció apoyar el nuevo gobierno y mantener la "seguridad" de su zona, y Bush dijo que podrían permitirle participar en el proceso político.

Por su parte, el nuevo gobierno promete redoblar la guerra de contrainsurgencia (con dirección yanqui) y hay informes de que Estados Unidos contempla despachar más tropas tras las elecciones de noviembre. El Baltimore Sun informó el 23 de junio que el Mando Central estadounidense "ha pedido otras cinco brigadas, o sea 25,000 soldados, para reforzar a los 138,000 solados y marines que actualmente están en Irak".

La situación sigue siendo sumamente volátil y no se puede descartar la posibilidad de un importante revés o derrota yanqui. Como escribió el presidente del PCR, Bob Avakian, en "Los grandes retos de la nueva situación", en la campaña global de dominación de la clase dominante yanqui "existe el potencial de que las cosas se les salgan de las manos por completo. los imperialistas han puesto en marcha cosas que no retrocederán, y será difícil controlarlas".