Segmento de la película: Revolución: ¿Por qué es necesaria? ¿Por qué es posible? ¿Qué es?,

Superar las heridas y cicatrices del capitalismo

Obrero Revolucionario #1246, 18 de julio, 2004, posted at http://rwor.org

A continuación publicamos un pasaje de la charla de importancia histórica del presidente Bob Avakian "Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es", que ahora está a la venta en video y DVD la compañía productora Three Q Productions . La charla del año pasado, con una sesión de preguntas y respuestas, es toda una expedición revolucionaria que abarca muchos temas. Como dice Three Q del video: "Examina la naturaleza de la sociedad y plantea que la humanidad ha llegado a un momento histórico en que es posible crear una sociedad radicalmente distinta. Nos lleva a captar la profundidad de los horrores que vemos a nuestro alrededor: la opresión de pueblos enteros y vastas regiones del mundo; las fuerzas motrices de las brutales guerras de dominación; y por qué vemos miseria, hambre y explotación al lado de opulencia sin precedentes. Pone al descubierto la `pesadilla norteamericana' y brinda una gran visión de un nuevo mundo; analiza todo paso por paso, haciéndonos ver que es posible crear un mundo radicalmente diferente".

Este pasaje de la charla fue redactado por el OR/RW.

Para avanzar del socialismo a la meta final del comunismo mundial tenemos que superar las heridas y cicatrices que quedarán del capitalismo. Esa es una de nuestras misiones principales en la sociedad socialista y en la transición del socialismo al comunismo. O sea, hay que eliminar todas las desigualdades que forman parte esencial de una sociedad como la sociedad en que vivimos: desigualdades entre el hombre y la mujer, entre las distintas nacionalidades, y también entre el trabajo intelectual y el trabajo manual.

Veamos esto. El trabajo intelectual es el que realizan los que se sientan en un escritorio y hacen planes y trabajan principalmente con el intelecto, con el cerebro. El trabajo manual, como su nombre lo indica, es el que se hace con las manos, con el lomo, con los músculos. También se pueden llamar trabajo físico y trabajo mental, y en esta sociedad hay una brecha enorme y una gran división entre los que hacen uno y otro trabajo. En general, los que trabajan con el intelecto mangonean a los que trabajan con las manos y con el lomo. Esa es otra desigualdad que hay que superar; es una gran brecha que divide toda la sociedad.

Nos dicen que así es la vida: que unas personas tienen un cerebro superior y que les corresponde pensar cosas brillantes y trazar planes, y que otras personas tienen que contentarse con llevar esas ideas y planes a la práctica porque tienen un cerebro inferior o no estudiaron y ahora lo único que pueden hacer es cumplir órdenes; todo lo que pueden hacer es realizar trabajo físico mientras que otros piensan y hacen todo el trabajo intelectual. Esta es una gran división que hay que superar, al igual que la división entre hombres y mujeres, y todas las otras desigualdades que hemos visto. Me viene a la mente el ejemplo de China. Antes del triunfo de la revolución en 1949, era común que a las mujeres les vendaran los pies. No es que les pusieran vendas y punto; no, les doblaban los dedos, les quebraban los huesos y luego les ponían vendas apretadas para que tuvieran pies pequeños porque eso tenía atractivo sexual para los hombres. Era algo común... una mujer ni siquiera podía ser prostituta si no tenía los pies vendados, ni mucho menos casarse o considerarse atractiva. Y ese brutal tirano de Mao Tsetung va y alebresta a la gente para que mande a volar esa venerable tradición. (Risas y aplausos) ¡Háganme el favor: ir contra la naturaleza y quitarles a las mujeres el derecho a que les trituraran y les vendaran los pies!

Es increíble lo que alcanzaron a hacer en China en 25 años de socialismo con respecto a la mujer en todas las esferas de la sociedad. Veamos el ejemplo del arte: hicieron grandes avances en ballet. Dicen cosas terribles de Chiang Ching, ¿pero saben una cosa? Hicieron grandes innovaciones en el ballet, el ballet revolucionario: las mujeres hacían pasos y movimientos que no se habían visto nunca en la historia del ballet en todo el mundo, ¡y 25 años antes las mujeres de China tenían los pies vendados! Pero nos dicen que eso fue horrible; pobrecitas, las obligaron a quitarse las vendas de los pies y a bailar ballets revolucionarios.

Esto nos da una idea de las enormes desigualdades que existen. En esta sociedad no se vendan los pies, pero sí se usan los zapatos de tacón alto y eso es ridículo. (Aplausos) ¿Y para qué? Para que la cola se pare y las nalgas luzcan más. Es para eso. De fondo es lo mismo que los pies vendados, aunque no sea tan extremo.

Esos son símbolos externos de una profunda opresión que hay que extirpar completamente... no por imposición sino por la participación consciente y voluntaria de la gente para cambiar las viejas ideas y costumbres.

También existen desigualdades y diferencias entre nacionalidades profundamente arraigadas en todo el mundo y especialmente en esta sociedad. Todos sabemos, y no nos engañemos, que no va a ser fácil superar los largos años de opresión y racismo tan profundamente arraigados en esta sociedad y, francamente, en la gente. Para superar esa gran desigualdad se necesitará una lucha enorme.

También hay desigualdades entre diferentes partes del país y, en particular, entre la ciudad y el campo. El campo tiende a vivir en el atraso, aislado. La cultura del campo es más atrasada. Eso se filtra en ciertas expresiones, como cuando uno dice: es naco o es jíbaro o es pueblerino. Es una forma de decir que es retrógrado, que es ignorante, que no sabe qué onda. Bueno, es cierto: los medios de la cultura, del arte, de la educación no se distribuyen por parejo en el campo y en la ciudad en la sociedad capitalista. Las ciudades tienen sus propios problemas y el campo cumple una función muy importante: alimentar a la población. Así que vamos a tener que trabajar en esto desde ambos lados para superar las desigualdades, para cambiar la situación de modo que la ciudad cuente con cosas valiosas del campo y que el campo cuente con cosas valiosas de la ciudad, para superar esas desigualdades desde ambos lados a medida que se va gestando un nuevo conjunto de relaciones sociales, con su correspondiente cultura.

Tenemos que superar todas esas desigualdades, y no solo en una sociedad sino en todo el mundo, para llegar al comunismo.

Hay que superar en todo el mundo este desequilibrio de que he hablado de modo que uno o unos pocos países no le chupen la vida al resto. Ese es uno de los problemas que confrontaremos en la nueva sociedad. No vamos a organizar una sociedad que avanzará por medio de la explotación de gente de todo el mundo que gana unos pocos centavos por hora, de niños que se matan trabajando. Vamos a tener que organizarnos por nuestra cuenta sin explotación. (Aplausos)

Hay que superar esas desigualdades, repito, pero no se pueden superar de la noche a la mañana. No nos podemos despertar un día y decir: bueno, todos somos iguales en todo y se acabó. ¿Por qué no? Bueno, porque ciertos trabajos requieren más educación y capacitación pues son especializados y, mientras que persista esa división, hay que pagarle más a la gente que dedicó tiempo y estudio a adquirir los conocimientos para realizarlos. Sería injusto no hacerlo; además, el mayor problema es que no hacerlo trastornaría la sociedad. Recordemos lo que dije antes de que la base de todo lo que ocurre en el mundo es el intercambio de trabajo entre los seres humanos. Si trastornamos el intercambio de trabajo, si una persona pasa años aprendiendo una tarea y se le paga lo mismo que a otra persona que no tuvo que pasar años aprendiendo a hacer su trabajo, entonces se desperdiciará la cantidad de trabajo que la primera persona dedicó a aprender. La economía se desfasará y se trastornará.

Es un problema que hay que confrontar porque, si dejamos esas desigualdades como están, volveremos corriendo al capitalismo. Hay que ver cómo superar estas desigualdades paso a paso, y a pasos agigantados en ciertos momentos. Hay que llegar al punto en que haya mucha gente que puede hacer toda clase de trabajos. Pero eso no se puede hacer de un brochazo pues se necesitará comida, se necesitarán servicios médicos, se necesitará vivienda. Habrá que satisfacer todas las necesidades humanas y, como no vamos a explotar a nadie aquí ni en el resto del mundo, la gente se tendrá que organizar y hacer esos oficios. Bueno, cuando uno está haciendo un trabajo, no puede ir a estudiar medicina. Se necesitará cierto tiempo para superar esas divisiones de modo que todos puedan pasar parte del día aprendiendo muchas esferas del conocimiento y parte del día trabajando para producir lo necesario para satisfacer las necesidades de la sociedad.

También vamos a necesitar un ejército, como dije. ¿Qué tal si hacemos la revolución, con todo lo que eso implica, y después decimos: bueno, ahora nos toca descansar? Ya basta de lucha y sacrificio; vamos a deponer las armas a ver qué pasa. Sabemos qué pasará: los imperialistas y otros explotadores nos aplastarán en un minuto y volverán a imponer sin misericordia toda la pesadilla que tanto luchamos por acabar. Así que se necesita un ejército. Un ejército es un grupo profesional que se dedica a los asuntos militares; se especializa en eso y mientras que hace eso no puede hacer otras cosas. Superar las desigualdades y divisiones de la sociedad para llegar al punto en que todos puedan hacer muchas cosas y ya no se necesite un ejército es un proceso a largo plazo.

También tenemos que sobrepasar las mercancías y el dinero. Sí, tenemos que dejar atrás el dinero. Hay que hacerlo porque mientras que exista la producción de mercancías, mientras que el dinero sea el medio de circulación, perdurarán todos los efectos del capitalismo y el dinero se podrá usar para volver a contratar y volver a explotar a los trabajadores. Dejar atrás el dinero y las mercancías no va a ser fácil; va a ser toda una lucha. A fin de lograrlo hay que producir suficientes cosas y con suficiente abundancia para distribuirlas no en un solo país sino por todo el mundo sin necesidad de usar el dinero como medio de contabilidad. Para hacer eso hay que llegar a un nivel totalmente nuevo en que podamos producir los artículos necesarios en mucho menos tiempo, y producirlos y distribuirlos por todo el mundo. Cuando lleguemos a ese nivel, la gente no tendrá que trabajar haciendo uno cosa nada más y podrá hacer muchas cosas. También podremos dejar atrás la situación de que una persona recibe más por cierta clase de trabajo de lo que recibe otra por otra clase de trabajo, porque el trabajo ya no se medirá con dinero como las mercancías. Será lo que cada uno contribuye a la sociedad, y recibirá lo que necesita para vivir y desarrollarse. Es una lucha a largo plazo, llena de contradicciones, llena de problemas. Estas desigualdades no se pueden eliminar de la noche a la mañana, pero esa tiene que ser la meta y jamás debemos olvidarla. Tenemos que avanzar hacia esa meta lo más que se pueda a cada momento cuando demos el primer paso enorme de tomar el poder.

Vamos a aclarar algo: esto no quiere decir que en la sociedad del futuro todos serán iguales, todos harán lo mismo y todos tendrán el mismo cepillo de dientes, como dicen. Estoy completamente seguro de que habrá suficientes cepillos de dientes para todos. (Risas) Lo que quiere decir es que se satisfarán las necesidades de todos y que la diversidad se celebrará como parte de la unidad del pueblo... las diferencias, las distintas necesidades, no se convertirán en relaciones de opresión y explotación de una persona a otra, de una parte de la sociedad a otra, de una parte del mundo a otra.

Hasta que podamos eliminar todas estas desigualdades, hasta que podamos rebasar el dinero y las mercancías, y todo lo que lleva el sello del capitalismo, hasta que todo eso quede atrás completamente en todo el mundo, necesitaremos la dictadura del proletariado.

La dictadura del proletariado es crucial para que sea posible superar las mercancías, el dinero y todas las grandes desigualdades que han dejado el capitalismo y todas las formas de sociedad basadas en la opresión. Esa es la gran herencia que nos han dejado: una herencia que no queremos ni necesitamos, que tenemos que rechazar, que tenemos que superar y eliminar cabalmente. La dictadura revolucionaria del proletariado es un instrumento clave para lograr esto. Es el instrumento del proletariado y de las masas populares para lograr todo esto hasta que finalmente se eliminen las desigualdades y todas las heridas y las cicatrices del pasado, se satisfagan a un nivel superior las necesidades humanas, y el concepto de que unos son superiores y otros inferiores no tenga sentido ni base y todo el mundo lo considere ridículo, infame y desquiciado. (Aplausos)