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Revolución #125, 6 de abril de 2008

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Tribunal de apelaciones federal ratifica condena injusta de Mumia

Filadelfia, 27 de marzo: Los tres jueces del tribunal federal de apelaciones del tercer circuito anunciaron su decisión en el caso del preso político Mumia Abu-Jamal. Por un voto de 2 a 1, los jueces ratificaron la condena original, pero también confirmaron la decisión de un tribunal inferior que anuló la sentencia de muerte.

La decisión es una continuación del ataque jurídico de 27 años contra el escritor y activista revolucionario negro, condenado injustamente por los tribunales racistas de Filadelfia. Mumia Abu-Jamal ha estado en aislamiento en el pabellón de la muerte de Pensilvania desde su farsa de juicio de 1982.

Poco antes del amanecer del 9 de diciembre de 1981, Mumia iba manejando su taxi en el centro de Filadelfia. Vio que un policía estaba golpeando a su hermano, William Cook, con una linterna metálica y corrió a ayudarlo. Hubo una pelea. Mumia quedó en la acera en un charco de su propia sangre. Un policía estaba en la calle muriendo de unos balazos. A pesar de la presencia de otras personas en el lugar del delito, la policía le echó la culpa inmediatamente a Mumia, a quien conocía muy bien por ser periodista revolucionario y ex Pantera Negra.

En el juicio de 1982, no lo permitieron representarse a sí mismo y lo excluyeron del tribunal durante la mitad del juicio. El fiscal dice que Mumia confesó, algo que “recordaron” unos policías meses después. Presionaron a los testigos a dar testimonio falso. El jurado nunca vio pruebas importantes. Una estenógrafa escuchó al juez decir que iba a ayudarle a la policía a “freír ese n***r”. Lo condenaron y sentenciaron a muerte.

En 1995 un poderoso movimiento impidió que lo ejecutaran. Sin embargo, se quedó en el pabellón de la muerte. Para el 2000, el caso de Mumia había adquirido importancia internacional. El Parlamento Europeo, Amnistía Internacional y otros pidieron un nuevo juicio. En el 2001, un juez federal confirmó su condena pero revocó la sentencia de muerte debido a un formulario engañoso que recibió el jurado.

La cuestión principal de la apelación fue la exclusión por el fiscal de los candidatos negros al jurado en el juicio de 1982. (Ambos lados pueden excluir a cierta cantidad de candidatos sin dar una razón). En 1986 la Suprema Corte federal prohibió el uso de estas exclusiones para eliminar a las minorías de los jurados. Pero Filadelfia es tristemente célebre por esta costumbre. La fiscalía hasta hizo un documental para explicarles a los nuevos fiscales cómo hacerlo.

En la nueva decisión, los jueces dicen que rechazaron la apelación de Mumia porque no mencionó la exclusión de los jurados negros en el juicio de 1982 y porque no existen estadísticas válidas sobre la composición del grupo de candidatos.

¡Pero esperen un momentito! ¿Por qué no mencionó este problema durante el juicio? Porque lo representó un abogado incompetente escogido por el tribunal que le pidió al juez que lo despidiera, y porque a Mumia lo sacaron del juicio por exigir el derecho de representarse a sí mismo. Pero en la actual apelación no le permitieron a Mumia mencionar lo del abogado incompetente. Ahí está el círculo vicioso: Mumia no puede apelar las exclusiones racistas porque su abogado no mencionó el problema durante el juicio, pero a Mumia no le permiten basar su apelación en los mismos fracasos del abogado que el tribunal de apelaciones está señalando.

En un disentimiento emocional, el juez Thomas I. Ambro dijo: “Excluir incluso a una sola persona de un jurado por su raza es una violación de la igualdad de protección que garantiza nuestra Constitución”. Señaló que parece que la mayoría ha inventado una nueva serie de reglas para el caso de Mumia porque el mismo tribunal ha permitido nuevos juicios en varios casos parecidos en que la defensa no mencionó el problema de las exclusiones de jurados durante el juicio.

La decisión le permitirá al estado de Pensilvania celebrar una nueva audiencia con un nuevo jurado sobre la sentencia (y posiblemente volver a sentenciar a Mumia a la muerte) o conmutar la pena de muerte por la cadena perpetua. El abogado de Mumia anunció que apelará la decisión a todos los jueces del tercer circuito.

Mumia se ha mantenido firme por 26 años, a pesar de estar incomunicado y las repetidas amenazas de ejecución. Sus libros, su columna semanal y sus comentarios radiales han inspirado a personas por todo el mundo. Hay que seguir exigiendo la libertad de este preso político revolucionario.

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