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Revolución #126, 13 de abril de 2008

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Nuevos peligros a la universidad Antioch College

El futuro de la universidad Antioch College está nuevamente en peligro. Anteriormente este año, la junta de administración de Antioch rechazó una propuesta de la Corporación para la Continuación de la Universidad Antioch —un grupo de ex alumnos, ex administradores y donantes— de comprar la universidad. Después, la Corporación ofreció contribuir $10 millones directamente a cambio de 10 posiciones en la junta de administración; eso tampoco rechazó la junta.

Antioch es una pequeña universidad particular en Yellow Springs, Ohio. A pesar de su pequeño tamaño físico y pequeña cantidad de estudiantes, por más de 150 años Antioch ha sido un excepcional centro de educación progresista. Desde su fundación por abolicionistas [que querían abolir la esclavitud —traductor], ha combinado estudios académicos con trabajo y servicio comunitario. La consigna de la universidad ha sido: “Teme morir antes de que hayas ganado una pequeña victoria para la humanidad”.

En los años 60 y 70, Antioch era un hormiguero de activismo y pensamiento radical. El movimiento radical de esos tiempos está en reflujo, pero en Antioch continuó, en su programa académico, una cultura de resistencia así como una tradición de pensamiento crítico, junto con su compromiso de involucrar a los estudiantes en el trabajo con la comunidad.

Muchos de los que quieren que la universidad permanezca abierta consideran el rechazo de la junta de administración una gran traición. Aumenta la posibilidad de que cierren la universidad.

En junio del año pasado, la junta sorprendió a todos con el anuncio de que en junio del 2008 la universidad cerraría sus puertas. Basó su decisión en la escasez de alumnos, falta de donaciones y la creciente deuda.

Desde ese entonces, los ex alumnos iniciaron una campaña enérgica que recaudó $18 millones en fondos y promesas. La principal meta de la campaña para mantener abierta a la universidad ha sido lograr la independencia con respecto al gobierno, control financiero y el programa académico. Ellen Borgersen, vicepresidenta de la Asociación de Ex Alumnos de Antioch, dijo justo antes del rechazo de la oferta que si los negociadores logran ganar independencia para la universidad, “estaremos listos para manejar la universidad en este lugar sin interrupciones. Pero si no, encontraremos otro lugar en Yellow Springs para seguir funcionando, y seguiremos luchando para recuperar este lugar y los otros bienes de la universidad de una administración que parece comprometida a destruir todo lo que Antioch ha representado”. [ antiochians.org/2008/03/03/antioch-college-alumni-commit-to-non-stop-antioch/]

El rechazo de la oferta de los ex alumnos de sacar a la universidad de los apuros en que está hace resaltar la cuestión de qué hay detrás de maniobra de cerrar Antioch.

En los últimos años, la administración ha sido descaradamente hostil al espíritu de la comunidad de Antioch. Un administrador hasta acusó a los estudiantes de fomentar una “cultura tóxica”. Pero la oposición y la negligencia económica de la junta de administración no surgió de la nada. Hasta que las conversaciones, documentos y consultas secretos de la junta se hagan conocer, no se puede tener una explicación a fondo, pero dos procesos relacionados sin lugar a dudas han influenciado la decisión. Uno son las necesidades actuales del capital que dificultan los esfuerzos de una pequeña universidad de solicitar donaciones y fondos. Entrelazado con eso es el clima actual que quiere suprimir el pensamiento crítico y el disentimiento en las universidades.

Además está la posición específica de Antioch. En la última década, una fuerza poderosa a favor del desarrollo económico de la región de Yellow Springs ha sido el matrimonio entre las compañías de bienes raíces y las fuerzas armadas. Los procedimientos para reconfigurar las bases militares (o BRAC, por sus siglas en inglés) los inició el Pentágono en el 2005 para racionalizar los gastos militares e incorporar a las industrias locales a las investigaciones y al desarrollo militares. Antioch se encuentra cerca de la enorme base aérea Wright-Patterson y cerca de Dayton, una ciudad deprimida económicamente. En 1994 se formó la Corporación para el Desarrollo de Dayton para idear cómo atraer nuevas inversiones de capital a Dayton, que últimamente recibió un aliento de parte del Pentágono. El año pasado el Congreso dio $50 millones en préstamos y dinero de inversión a una docena de compañías de investigación y desarrollo y empresarios militares y otras en el corredor Wright-Patterson/Dayton/Yellow Springs.

La Universidad Antioch (la entidad corporativista que es dueña de la universidad, pero que no es idéntica a la universidad) tiene una rama distinta en Yellow Springs que se llama McGregor, que hasta hace poco ha usado edificios universitarios. Pero a fines del 2007, McGregor inauguró un nuevo edificio de $30 millones fuera de la universidad, que sus defensores llaman “el componente educacional” un parque de negocios e investigación que se establecerá en el lugar. Para muchos, el crecimiento de McGregor y sus vínculos a la junta de administración están estrechamente ligados a la hostilidad contra los valores y la existencia física de Antioch. [Ver blazenews.org/30/closing-antioch-college-cui-bono para más sobre la conexión entre la junta y BRAC].

Dos actuales y un ex miembro de la junta de Antioch dirigen importantes compañías de investigación y manufactura militares. Cómo es que gente así llegó a puestos en la junta de administración de Antioch, de todos los lugares posibles, sigue siendo un misterio. Pero eso plantea otras preguntas sobre la relación entre la junta y BRAC. Es sabido que la junta y la Corporación para el Desarrollo de Dayton han pedido del consejo municipal de Yellow Springs coopere con los planes para el desarrollo industrial-militar. Los negocios de Yellow Springs formaron un grupo para atraer esas inversiones y para que Yellow Springs saque tajada.

Esos factores económicos crean presiones para integrar a Antioch y Yellow Springs en la investigación y desarrollo militar.

Al cierre de esta edición, los estudiantes, profesores, personal, ex alumnos y los residentes de Yellow Springs se están preparando estrujando los sesos y planean una campaña de “No paren a Antioch”: una consigna que ha surgido para impedir que cierren a Antioch. Según el comunicado de prensa de College Revival Fund, Inc. (una de las entidades de ex alumnos para recaudar fondos): “No paren a Antioch es lo que los ex alumnos, estudiantes, personal y profesores denominaron al movimiento para conseguir que Antioch permanezca abierto en Yellow Springs… Incluye apoyo para los estudiantes, profesores y personal que se han comprometido a quedarse aquí para enseñar, aprender, y mantener vivo el espíritu de Antioch. Esto también incluye planes para seguir recaudando fondos, tomar acción directa y apelar a los tribunales”.

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