Dos años de guerra en Irak

Guerra, mentiras, hipocresía y amenazas sin fin

Obrero Revolucionario #1272, 27 de marzo, 2005, posted at rwor.org

La guerra contra Irak empezó hace dos años, el 19 de marzo de 2003, y continúa sin fin. La brutal invasión ha pasado a ser una cruel ocupación y guerra de contrainsurgencia.

Los pretextos de la guerra están hechos jirones. La Casa Blanca dijo que el gobierno de Saddam Hussein era una amenaza al mundo entero, y especialmente a Estados Unidos, que tenía montones de armas de destrucción masiva y que estaba dispuesto a compartirlas con Al Qaeda y grupos parecidos.

Con suma arrogancia, acusó a Hussein de mentir ante la ONU y tapar sus violaciones del derecho internacional, y clamó que no se podía permitir tal deshonestidad. El secretario de Estado, Colin Powell, declaró ante la ONU y el mundo que Estados Unidos tenía pruebas detalladas de las armas de Hussein y presentó una serie de fotos de satélites y grabaciones de comunicaciones militares iraquíes.

Pero era mentira de pe a pa, un falso pretexto confeccionado para justificar una guerra que llevaban diez años planeando. Ahora el mundo lo sabe, si bien un sector de estadounidenses religiosos y la cadena noticiera Fox News siguen negándolo.

El pueblo iraquí bajo la bota

Se calcula que más de 100,000 iraquíes han muerto desde que Estados Unidos inició el bombardeo del país, muchos de ellos después de la caída del gobierno de Hussein. En los medios árabes, los testigos presenciales del ataque contra Fallujah en noviembre describieron un infierno: la destrucción de barrios enteros con bombas y armas incendiarias (como napalm) y la matanza sistemática de todos los habitantes, hasta los niños.

Para los iraquíes que han sobrevivido, la vida está en ruinas y tienen que luchar para subsistir bajo la bota de las fuerzas de ocupación.

Las fuerzas yanquis llevan dos años allanando barrios y aldeas y arrestando a miles de iraquíes. Desde la reconquista de Fallujah, el ritmo de las redadas ha aumentado. Tienen a miles y miles de presos en los penales, como el tristemente célebre Abu Ghraib, y no los han acusado, juzgado ni sentenciado.

Viajar por carro en Irak es muy peligroso porque el ejército yanqui abre fuego contra cualquier vehículo que se le acerque. En los últimos meses ha matado a mucha gente en los caminos. Por ejemplo, el 15 de marzo soldados de la Primera Fuerza Expedicionaria de los Marines mataron a Ismail Swayed al-Obeid, un general proyanqui del ejército iraquí, cuando su carro se acercó a un retén en ruta a la provincia de al-Anbar de regreso de una reunión en Bagdad.

Las mujeres están presas en su propia casa. Si salen, corren el riesgo de que las ataques o violen. Además, las fuerzas fundamentalistas chiítas y sunitas las presionan a cubrirse el cuerpo y la cara.

No es sorprendente que la economía esté arruinada. La producción de electricidad y petróleo, el tratamiento de aguas negras, el comercio y el transporte están muy por debajo del nivel de antes de la guerra. Irak es uno de los principales productores de petróleo del mundo, pero la población tiene que esperar horas (¡o hasta días!) en filas para comprar gasolina. La reconstrucción se ha estancado. Millones de iraquíes buscan cualquier manera de subsistir. La tasa de desempleo es de 50%, y las autoridades de la ocupación aprovechan esa necesidad con ofertas de empleo.

Una elección bajo la bota

"Se habla de soberanía, ¿pero qué clase de soberanía se puede tener cuando los tanques estadounidenses patrullan las calles de Mosul?"

 

Un imán en el norte de Irak

Atascado en la guerra y condenado por muchos gobiernos por todo el mundo, ahora el gobierno yanqui anda alabando triunfalista las elecciones del 30 de enero.

Una y otra vez en la historia, los que detentan el poder han celebrado elecciones para legitimar su dominación. Las potencias coloniales han utilizado elecciones para embellecer a sus títeres. Estados Unidos lo hizo en Vietnam en los años 1960, y en Perú, Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Los dictadores celebran elecciones para decir que cuentan con la aprobación de los ciudadanos (como lo hizo Adolfo Hitler en la Alemania nazi).

Pero sería difícil encontrar un ejemplo más descarado y vergonzoso de elecciones para justificar la agresión y la amenaza de más agresiones. Washington dice que las elecciones de enero justifican la invasión (que no tiene más justificación), muestran que el pueblo iraquí ha acogido a los conquistadores y prueban que se ha convertido de país ocupado en país "soberano".

Hasta dice que las elecciones justifican las nuevas amenazas contra otros países de la región.que demuestran que Estados Unidos ha llevado la "democracia" al Medio Oriente, así que tiene el derecho de intimidar a países vecinos como Siria e Irán.

En realidad, la voluntad del pueblo iraquí no se ejerció (y no se podía ejercer) en esas elecciones. Ni se mencionaron los temas de mayor importancia. Las fuerzas de ocupación organizaron las elecciones para legitimar y reforzar su dominación. No fue ejemplo de autodeterminación, sino una farsa para justificar el robo de la independencia nacional a punta de fusil.

No permitieron que la mayoría de las fuerzas que se oponen a la ocupación participaran; al contrario, las atacaron, arrestaron y ejecutaron. No hablaron del futuro de los recursos petroleros, dado que el plan de Estados Unidos es que el gobierno "iraquí" los entregue a corporaciones yanquis. Casi no se debatió nada: nunca se publicó la lista de candidatos y hubo muy pocos discursos. Se votó por toda la lista de candidatos de un partido, que representaba una nacionalidad o grupo religioso.

Estados Unidos tramó acuerdos con varias fuerzas políticas iraquíes. A las fuerzas chiítas conservadoras del sur les ofreció los principales puestos del gobierno. A los partidos nacionalistas curdos les ofreció el poder de vetar las decisiones del gobierno, o sea, garantizó una forma de independencia de las regiones curdas del norte. La meta era atraer a esas fuerzas, polarizar más la política por religión y nacionalidad, y confinar la resistencia contra la ocupación a las regiones sunitas del centro del país.

Es una estrategia colonial clásica: dividir para conquistar. Washington convirtió las elecciones en una especie de competencia entre las facciones, lo que aumentó la posibilidad de una guerra civil. Casi inmediatamente estallaron ataques de los fundamentalistas sunitas contra los chiítas, y aumentaron las tensiones entre las fuerzas chiítas y curdas en Kirkuk, un centro de la industria petrolera en el norte.

Ahora las negociaciones sobre el futuro gobierno solo se pueden llevar a cabo en la "Zona verde", el cuartel fortificado yanqui en Bagdad que es una mezcla de palacios presidenciales de Saddam Hussein y casas al estilo suburbano estadounidense recién construidas.

Los futuros colaboradores iraquíes se reúnen protegidos por soldados yanquis, muros y alambre de púas. Ahí debaten hasta qué punto el nuevo sistema judicial seguirá el Corán y quiénes tendrán el privilegio de vender el petróleo iraquí a las corporaciones extranjeras.

Los "asesores" y agentes yanquis rondan las salas de reunión para garantizar que los resultados respondan a los dictados de Estados Unidos.

Esta asquerosa farsa de intriga, engaño, corrupción y colaboración es un buen ejemplo del estilo de "democracia" neocolonial que Washington sueña con imponer por todo el Medio Oriente. No tiene nada que ver con la voluntad del pueblo. Su objetivo es reconfigurar la región para beneficio del imperialismo yanqui.

Se busca: Títeres estables

Lo más importante para los estrategas de esta guerra es si los partidos iraquíes aliados con Estados Unidos podrán crear una fuerza militar estable para controlar a la población.

Los comandantes yanquis quieren retirar sus fuerzas a bases fortificadas y entregar la responsabilidad de patrullar el país a las fuerzas armadas iraquíes. Hace dos años derrotaron muy rápidamente el viejo ejército iraquí, pero desde ese entonces solo han logrado reclutar a unos pocos miles de soldados y policías iraquíes (con montones de dólares) y, cuando los mandan atacar a la población, desaparecen. En algunos casos los policías han desertado con las armas y los vehículos, y se han unido a la insurgencia.

En esta esfera también, las fuerzas de ocupación han atizado la guerra civil. Por ejemplo, varias veces el alto mando yanqui ha despachado fuerzas curdas del norte a reprimir a los sunitas.

Las fuerzas armadas iraquíes que ha creado Estados Unidos son muy brutales. Colin Freeman, corresponsal del Scotsman,informó el 19 de marzo:

"Con palabrotas y Kalishnikovs, los soldados enmascarados manejan su camión por el embotellamiento del centro de Bagdad, disparando para dispersar a los que no les den paso. `Estos hijueputas mataron a mi primo hace unas semanas porque no les dio paso', dice gruñendo un chofer encima del ruido de los carros. `¿Quién les dio el derecho de hacer esto?'

"La respuesta oficial es que son el nuevo ejército iraquí, una parte de las fuerzas de seguridad que Estados Unidos quiere responsabilizar de la seguridad del país tan pronto como sea posible".

Aislados y atrincherados

"El viaje de regreso pasa por Bagdad".

General David Petraeus, comandante de la División Aerotransportada 101, marzo de 2003, al comienzo de la invasión

"El combate ha terminado. En la batalla de Irak, Estados Unidos y nuestros aliados hemos triunfado".

George Bush, en un buque de la Marina cerca de San Diego,
1° de mayo de 2003

"No era lo que esperaba. Sí me alisté, pero lo hice con la esperanza de hacer algo bueno y defender mi país. Matar por una causa en que no creo solo porque firmé un contrato no me parece justo".

Brandon Hughey, quien se alistó a la edad de 17 años y desertó del fuerte Hood, New York Times, 18 de marzo

"Me quedo despierto pensando en cómo será esta fuerza voluntaria en el 2007".

General Richard A. Cody, vicejefe del estado mayor del ejército, en una audiencia del Senado, marzo de 2005

La Casa Blanca habla de la posibilidad de retirar sus fuerzas de Irak, quizás en un año o dos, y reemplazarlas con la "guardia nacional iraquí" o fuerzas de otros países.

Pero la realidad es que las fuerzas yanquis están atrincheradas en Irak y no hay salida. A pesar de la labia de retirar tropas, están convirtiendo los cuarteles en bases militares permanentes para controlar una región de gran importancia estratégica.

Las fuerzas yanquis e inglesas no son "liberadores" y ni siquiera los iraquíes que colaboran con ellas las ven así. Para los soldados es obvio que el grueso de los iraquíes los odian y quieren que se vayan, y que la resistencia armada tiene apoyo popular. No es sorprendente que teman todo carro y bache en la carretera.

Cada día se abre otra brecha más en la "coalición de los dispuestos" de Bush. España retiró sus fuerzas; Bulgaria, Italia, Ucrania y Polonia están en el proceso de hacerlo.

Para el Pentágono se está volviendo muy difícil mantener a los 150,000 soldados que tiene en Irak. El ejército y las Reservas son fuerzas voluntarias y no han podido encontrar suficientes reclutas. Menos jóvenes están dispuestos a alistarse cuando tendrán que pelear en una guerra en Irak u otro país.

El gobierno prohibió fotografiar los ataúdes de los soldados muertos en Irak, pero no ha podido tapar el hecho de que han muerto 1,700 soldados, y que la gran mayoría murió después de que Bush anunció el fin del combate. Hasta la fecha el ejército ha perdido 79 aviones y docenas de tanques y vehículos blindados Bradley (Washington Post, 19 de marzo).

Desde el año 2001, el Pentágono ha despachado más de un millón de soldados a Afganistán e Irak, un tercio de ellos (341,000) más de una vez. Se ha impuesto una especie de servicio militar obligatorio extraoficial de las Reservas y la Guardia Nacional: han despachado a muchos de ellos a la zona de guerra una y otra vez a pesar de que eso es una violación del contrato y de sus derechos.

Miles de soldados han desertado; la mayoría salió de permiso y no regresó. Un grupo de ex soldados creó un website (peace-out.com) para explicar cómo solicitar el status de objetor de conciencia y 3,000 personas lo visitaron nada más el primer día.

El Washington Post informó el 19 de marzo: "Los problemas de reclutamiento ponen en peligro la fuerza voluntaria. Pero volver a imponer el servicio militar obligatorio no es defendible económica ni políticamente, así que los jefes militares dicen que la seguridad nacional depende de crear más apoyo público al servicio militar".

¿Y qué piensan hacer para "crear más apoyo público"?

El teniente general Roger C. Schultz, director de la Guardia Nacional del ejército, dijo: "Si no lo hacemos bien, el riesgo es incalculable".

Tienen todo el mundo en las miras

A pesar de toda la cháchara de "democracia", la realidad es que Estados Unidos ha desatado la guerra y el terror en el Medio Oriente, y amenaza con iniciar nuevas guerras en el futuro.

Todo el mundo vio las asquerosas fotos de Abu Ghraib, y el maltrato y humillación a presos iraquíes. Cada día salen nuevos informes de horrores parecidos que se han cometido por todo el mundo con la aprobación de los más altos niveles del gobierno.

Hace poco un comité del Senado le preguntó repetidas veces al director de la CIA, Porter Goss, si la CIA utilizó tortura en los interrogatorios. Nunca lo negó. Es otra confirmación más de que el gobierno ha expandido la red de tortura de presos en Irak y otros lugares.

Por su parte el Pentágono ha admitido que las fuerzas yanquis (entre ellas agentes de la CIA) en Afganistán e Irak asesinaron a por lo menos 26 presos. Por supuesto no mencionó los casos que ha logrado tapar. y son muchos. En el escándalo de Abu Ghraib se supo que los interrogadores de las fuerzas armadas y la CIA rutinariamente enviaban a iraquíes al penal sin anotarlos oficialmente, para luego poder tapar su muerte.

A pesar de la debilidad de su posición en Irak, la Casa Blanca y el alto mando militar la están aprovechando para "reestructurar" toda la región. La lógica del imperio los empujó a invadir el golfo Pérsico y ahora los empuja a amenazar a los países vecinos.

¿Preocupado por la posibilidad de un gobierno chiíta fundamentalista que no obedece las órdenes yanquis en Irak? Poner a la defensiva al gobierno chiíta fundamentalista de Irán.

¿Problemas con la resistencia iraquí? Amenazar con atacar a los países vecinos si permiten que pasen por su territorio armas y combatientes.

Ahora le están haciendo muchas demandas al gobierno de Siria, especialmente que reprima la resistencia palestina a Israel y obligue a los palestinos a aceptar la derrota. Desde las bases militares en Irak, despachan aviones sin tripulación a espiar a Irán y Bush dice que no descartará la "opción militar".

Dos años de una guerra injusta

Esta guerra intolerable y las mentiras que la rodean continúan sin fin.

Al comienzo prometieron que sería rápida y ahora, tras dos años de combate, dicen que es justa y que podría terminar pronto.

Pero el optimismo oficial acerca de las elecciones, las fuerzas iraquíes y la posibilidad de retirar los soldados yanquis son otras mentiras más cuyo fin es crear apoyo popular para una larga y dura guerra de contrainsurgencia.

La guerra de Irak no terminará pronto. de hecho, es un escalón para llegar a otros blancos: Siria, Irán, Corea del Norte y (más solapadamente) China.

Los que detentan el poder en la Casa Blanca y el Pentágono tienen planes para enviar a toda una nueva generación a pelear por su imperio por todo el mundo, y a reconfigurar otros países y las relaciones económicas, políticas y culturales internacionales al servicio de sus intereses imperialistas.

Estos son sus planes y el futuro que tienen en mente.

Hace dos años, cuando los imperialistas iniciaron la guerra a pesar de la resistencia en Estados Unidos y por todo el mundo, Bob Avakian habló de lo que la situación demandaba. y sus palabras siguen siendo importantes hoy:

"Para parar esta guerra de destrucción y apartarse de ese curso se necesita elevar el nivel de oposición, no reducirlo. Se necesita movilizar olas más enormes de protesta y resistencia, de muchas formas, en unidad con la gente de todo el mundo que se opone y opone resistencia a la guerra, con el objetivo de transformar el terreno político y la sociedad de modo que continuar la guerra y seguir en esta dirección lleve a la clase dominante a una profunda crisis política.

"Con ese fin hay que ganar para la causa a mucha más gente. Pero precisamente se trata de ganársela. El movimiento no será más amplio y a la vez más potente suavizando su oposición ni tratando de `no ofender a nadie'. Tiene que hacer que la gente se cuestione: tenderle la mano, sí, pero también luchar con ella en forma positiva. Tiene que explicar lo que está pasando, con hechos concretos y análisis elocuente; destapar las mentiras que el gobierno y la prensa nos repiten constantemente; mostrar por qué están librando esta guerra contra Irak, por qué están arrastrando a Estados Unidos, y a todo el mundo, en esta dirección, a quiénes beneficia y a quiénes no beneficia, y por qué es vital oponerse firmemente a todo esto. Y si la gran cantidad de gente que ya se opone a la guerra sigue desplegando una fuerte y resuelta resistencia, será más fácil ganar para la causa a mucha más gente.

"Ante la determinación del `estado pirata' de Washington a seguir la guerra y a seguir en esta dirección, el movimiento tiene que ser lúcido y mucho más resuelto".