De Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo

El torbellino intelectual en el partido

Conversación con Bob Avakian

Obrero Revolucionario #1273, 3 de abril, 2005, posted at rwor.org

Nota de la redacción: A continuación publicamos una parte de las preguntas y respuestas que siguieron a la charla titulada "Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo". Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, dio esta charla a un grupo de partidarios que están investigando la experiencia histórica del socialismo y la dictadura del proletariado a fin de prepararse para popularizarla mediante discusiones y debates, especialmente en universidades.

Estas preguntas son de una parte editada de la charla. La charla está en la internet en rwor.org.

P: ¿Podrías hablar un poco de cómo se desenvuelve el partido en el torbellino de ideas sin violar el centralismo democrático? Cuando fuiste a China, hablaste con miembros del partido sobre la apertura al Occidente y el ensalzamiento de Marcos, pero no te dieron respuestas. ¿No tenían las respuestas o tenían dudas pero no podían hablar de eso porque había debate interno? ¿Cómo zambullirse en el torbellino de las cuestiones políticas e ideológicas que se están debatiendo en la esfera intelectual sin violar el centralismo democrático? ¿Cómo abordar esa esfera, participar en el debate y a veces embarcarse en la dirección equivocada y luego volver en la dirección correcta, sin provocar una escisión?

BA: Sí. En China, a mi parecer obraban las dos cosas. Las personas con que platicamos no estaban en posición de responder libremente; de haberlo hecho, habrían violado los principios del centralismo democrático. Pero podían haber comunicado nuestras dudas a la dirección superior y regresado con una respuesta, aunque fuera reafirmar la posición oficial. Echaron un rollo general, pero poco concreto e insignificante en ese contexto. No queríamos pasar por alto el principio del centralismo democrático, pero alguien, de algún nivel, debiera haber analizado lo que decíamos nosotros y darnos una respuesta. Pero no lo hicieron.

En general, este es uno de los grandes problemas del socialismo. Vivimos en este pudridero de los imperialistas y el enemigo saca provecho de todo lo que hacemos. Estudian todo lo que decimos en busca de debilidades. Por eso, en la sociedad socialista es difícil discutir abiertamente muchas cosas. Francamente, es probable que la decisión sobre la "apertura al Occidente" la tomó un pequeño puñado de personas. No se tomó mediante un proceso de discusión de las amplias masas. Lo hicieron así por una cuestión de "secretos de estado", no porque Mao rechazara el amplio debate. Analicemos el contexto concreto: si estaban preocupados por un inminente ataque soviético y hubieran dado a conocer un plan para contrarrestarlo entrando en negociaciones con Estados Unidos, tal vez eso habría acelerado el ataque soviético antes de que pudieran haber obtenido resultados de las negociaciones.

Tenían muchas presiones: ante una amenaza muy real, precipitar un ataque antes de que se prepararan lo más que pudieran, habría sido muy malo. Por estas razones, un grupo de personas muy restringido discutió, debatió y luchó sobre este problema, y francamente se pelearon. El rompimiento de la dirección del partido con Lin Piao tuvo mucho que ver con ese debate. Él no tenía una buena línea; en ese contexto medio se inclinaba hacia los soviéticos; no sostenía que la Unión Soviética fuera una maravilla sino que para superar el conflicto con ella más valía acercarse y no "provocarla". Este es el problema: en esa sociedad querían que gobernaran las masas populares pero una de las principales decisiones la tomó un pequeño puñado de personas, no las masas populares, debido a las razones que describí y no a que algunos líderes no querían que las masas participaran en la discusión. Como conocemos su manera global de abordar las cosas, si Mao hubiera tenido la libertad de hacerlo, sin duda hubiera organizado primero enormes debates por un par de años. Pero, mientras tanto se pudo haber dado un ataque.

Bien, ese es el problema que enfrentaron, ese es un nivel de la contradicción. Es un problema muy espinoso, muy persistente, que desvela toda la noche. Yo mismo, sin exageración, llevo 30 años rompiéndome la cabeza sobre este asunto. [risas]Aún no tengo una respuesta satisfactoria. Es fácil ver que cometieron errores, pero no me refiero a eso. No estoy satisfecho con la manera de manejar correctamente este problema, porque no tiene una respuesta fácil. Literalmente, llevo 30 años pensando y rompiéndome la cabeza sobre este problema y aún no me parece que he logrado acercarme significativamente a la respuesta. En la medida en que podían y sobre los problemas y asuntos que podían, bajo la dirección de Mao integraron a las amplias masas. No lo hicieron en algunas esferas porque aún no habían ganado la libertad de hacerlo. En el momento en que nos toque acabar con los últimos pequeños enclaves de los imperialistas que queden en el mundo, es probable que podamos fomentar mucho debate al respecto. Pero estamos lejos de ese momento y es muy difícil en esta etapa en que estamos luchando constantemente cuesta arriba. Sorprende lo que lograron en las circunstancias de entonces, pero nosotros tendremos que hacerlo mejor. No basta decir: "Bien, ¿qué esperas? Tenían esa necesidad, así que no podían hacer más".

No hay una respuesta fácil. Aparte de romperme yo la cabeza por 30 años, otras personas lo han hecho y aún no tenemos una respuesta satisfactoria. Tenemos que seguir buscando una solución al problema, porque aún estamos donde estamos en el proceso. Como señalé, el que las masas sean los amos de la sociedad socialista es relativo, no absoluto. He aquí una de las expresiones más agudas de eso: algunos representantes que actúan, se espera, en pro de los intereses de las masas debaten y toman decisiones en círculos muy reducidos, que luego llevan a las bases del partido y del ejército y en alguna forma a las grandes masas. Ese es un aspecto.

El otro aspecto es la orientación del "núcleo sólido con mucha elasticidad" y la capacidad de determinar y distinguir las cosas en que hay que tener una posición firme y seguir muy de cerca, y las cosas en que no se tiene que hacer ni se debe hacer eso. Hasta en la vida política e ideológica del partido es importante aplicar este principio, es necesario distinguir esas cosas. Si queremos que la gente que el partido dirige e influencia y la sociedad en general (cuando la dirija) se zambullan en el torbellino intelectual, también tiene que hacerlo el núcleo dirigente, la vanguardia. ¿En qué situaciones puede haber efervescencia y en qué situaciones no? En medio de las contradicciones de la sociedad socialista, ¿el partido estará indeciso sobre el socialismo y la dictadura del proletariado? (¡Ni modo! Si eso ocurriera, no podríamos hacer nada.

De otro lado, ¿qué quiere decir aplicar estos principios en las esferas del arte, los servicios médicos y las ciencias? Podríamos generar mucho debate y fermento sobre esas cosas, dentro y fuera del partido.

Pero a veces eso generará enormes tensiones, sobre todo en el núcleo dirigente. En la sociedad feudal, un castigo era descuartizar con cuatro caballos en cuatro direcciones hasta que el cuerpo se despedazaba. Si uno está en la posición de dirigir un proceso tal como he descrito, a veces se va a sentir como si lo descuartizaran. En el proceso de mantener ese núcleo sólido y, simultáneamente, permitir, alentar y estimular mucha discusión, diálogo y lucha, es decir mucha elasticidad, será extremadamente difícil mantener el núcleo intacto. Pero si no se hace eso, si no estamos dispuestos a arriesgar eso, no será posible movilizar a las masas como se debe. El "nosotros" que debate y decide estas cosas no se expandirá, ni siquiera al interior del partido, ni hablar de la sociedad, y no surgirá la riqueza y diversidad de las cuales se puede aprender mucho más.

Pero todo eso requiere mucho trabajo. Por eso, Mao dijo que los dogmáticos son flojos, porque solo repiten unas cuantas fórmulas de memoria, corean unas cuantas consignas y convierten la ciencia en religión, y continúan en ese plan hasta que la realidad se les impone. Pero hacerlo de la manera que vengo describiendo y subrayando requiere mucho trabajo y un constante forcejeo con "qué es este punto de vista y metodología y cómo se aplica correctamente ahora en esta situación, ahora en aquella situación", con tres o cuatro cosas en marcha al mismo tiempo. Hace unos años salió un comercial con Martina Navratilova. No me acuerdo de qué producto. Ella estaba quieta y le pasaban volando de todos lados muchas pelotas. De repente, ella levanta la mano y agarra una. En otras palabras, es importante mantener la concentración en esas situaciones, tener el premio en la mira y dejar pasar algunas cosas. Eso es lo que tenemos que hacer. Hay muchas cosas volando en muchas direcciones a nuestro alrededor y hay muchas cosas que bullen vigorosamente en la sociedad. ¿Cómo aferrarse al núcleo y a la vez dejar pasar volando todas esas cosas a nuestro alrededor? Hay que trabajar y luchar mucho, tener mucha interpenetración entre la práctica y la teoría, ir conociendo con mayor profundidad a las masas populares y atrayéndolas en mayor cantidad de modo que se cree la base para hacerlo bien aplicando este punto de vista y metodología. Y es necesario sacar buenas lecciones y aprender rápidamente de los errores. Quizá de vez en cuando una pelota nos pegue en la cara y tengamos que ver eso.

Pero si no vemos así el socialismo y hasta la vida de un partido de vanguardia, no me parece que estaremos en la posición de responder a los retos que se presentarán ni de integrarnos con las masas, en el partido y en la sociedad, a fin de encontrar las respuestas a estos problemas.

Algunos elementos de lo que digo provienen de la experiencia histórica y algunos son nuevos, pues he analizado dicha experiencia desde otro ángulo y he tratado de ver qué aspectos o ángulos nuevos serían correctos y deben ponerse a prueba. Aunque no tenemos sociedades socialistas ni dictaduras del proletariado hoy, sí tenemos un partido aquí y en otros países, y tenemos un movimiento internacional, y muchas de las mismas cuestiones metodológicas están a la orden del día. Y la experiencia que acumulemos al manejar bien estas cosas y la medida en que más masas aprendan a hacerlo... y como dijo Lenin, "las masas" significan diferentes cosas en distintas circunstancias. Por ejemplo, sin una situación revolucionaria, puede que las masas sean unos cientos o unos miles de personas en una región. En un gran auge popular en la sociedad, las masas serán decenas o cientos de miles, hasta millones de personas. En una situación revolucionaria, serán una gran parte de la sociedad convocada a la vida política. Cuando hablamos de "masas" hoy, no hablamos de millones y millones de personas; hablamos de una cantidad relativamente pequeña, de los miles de personas que es posible atraer hacia estos procesos. Pero eso constituye un paso muy importante en preparación para cuando millones de personas entren a la lucha.

Así que tenemos que aprender algunas cosas sobre todo esto, pero el principio de que jamás es bueno no tener fermento también se aplica a los partidos. El fermento intelectual e ideológico es parte de lo que necesitamos para mantener el vigor del partido y para reforzar su capacidad de profundizar sus lazos con las masas y atraer a las masas sin perder nuestra brújula y sin perder nuestro núcleo básico.

RL: Con esas palabras, quisiéramos levantar la sesión.