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Revolución #131, 1 de junio de 2008
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Entrevista de Revolución
Neil Shubin
Jornada para descubrir la historia de la vida de la tierra
Parte 1
Neil Shubin es uno de los paleontólogos más reputados del mundo. Los paleontólogos son científicos que estudian los fósiles a fin de aprender de la evolución de la vida en el planeta. Es asimismo un profesor y decano asociado de Biología y Anatomía de Organismos en la Universidad de Chicago y provost del Museo Field. En 2004 Shubin y su equipo descubrieron un fósil en el Ártico canadiense que acaparó la atención del mundo cuando fue dado a conocer dos años más tarde. Este fósil es Tiktaalik roseae, tiene 375 millones de años, y es una criatura que fue un intermediario entre el pez y los animales terrestres.
A comienzos del año, Neil Shubin publicó su libro Your Inner Fish: A Journey Into the 3.5-Billion-Year History of the Human Body (Tu pez interior: Una jornada de 3.5 mil millones de años en la historia del cuerpo humano) (Pantheon Books), que es un trabajo vivaz y accesible que está lleno de ciencia fascinante y es tremendamente entretenido!
Revolución entrevistó a Neil Shubin en su laboratorio en la Universidad de Chicago, donde dedica sus investigaciones a los genes y el desarrollo de los embriones junto con los fósiles. Esta es la primera parte de la entrevista.
REVOLUCIÓN: ¿Podrías dar a los lectores una corta descripción general del significado del fósil Tiktaalik que has descubierto, y de qué se trata el libro Tu pez interior?
NEIL SHUBIN: Tiktaalik, junto con otros fósiles del pez sarcopterigio (de aletas lobulares) y los anfibios, representan una época crucial en la evolución. Lo que vemos es cómo los descendientes del pez con aletas evolucionaron para vivir en tierra firme. Este es un hito en la historia del planeta y en nuestra propia historia humana. Muchas características que evolucionaron por primera vez en los peces como Tiktaalik son partes de nuestros propios cuerpos y nuestra propia historia. El cuello que vemos por primera vez en el Tiktaalik es algo que llegó a ser nuestro propio cuello. La muñeca funcional del Tiktaalik es el antecesor de nuestra propia muñeca. Este es el tema general de Tu pez interior. Cada uno de nosotros lleva adentro una historia de 3.5 mil millones de años. Cada órgano, cada célula y cada gen de nuestro cuerpo es una conexión profunda al resto de la vida en este planeta. Además la historia de nuestro cuerpo está escrita en los fósiles, los cuerpos y los ADN de criaturas tan disímiles como los gusanos, los peces y las esponjas. Este es el contenido del libro.
REVOLUCIÓN: Tú te estás preparando para la sesión de campo en el Ártico canadiense para este verano. ¿Vas a ir a la misma área donde el fósil Tiktaalik fue descubierto? ¿Hay un tipo específico de fósil que estás buscando?
NEIL SHUBIN: Tenemos dos objetivos este verano: el primero es el de retornar al lugar donde encontramos al Tiktaalik. Este es un lugar que tiene una longitud de aproximadamente 20 pies que hemos despejado un poco, y que contiene una ruma de esqueletos de peces. De manera que creemos que hay más Tiktaalik por encontrar. Estaremos allí un par de semanas. La sesión entera durará unas cinco semanas. De modo que el resto del tiempo, habremos seis individuos, nos organizaremos en dos equipos muy móviles de tres miembros cada uno, algo así como equipos de reconocimiento. La meta será la de identificar nuevos sitios.
REVOLUCIÓN: Dijiste que esperas encontrar más Tiktaalik. ¿Qué otros tipos de fósiles piensas encontrar?
NEIL SHUBIN: Lo que es fascinante acerca del sitio del Tiktaalik es que hay muchas clases de peces allí, no solamente el Tiktaalik. De manera que tendremos la oportunidad de trabajar el sitio con más detalle, estudiando la geología del lugar, y esto incluye las rocas por debajo y por encima del mismo, tendremos un mejor sentido del medio en el que el Tiktaalik vivió. ¿Era pantanoso? ¿Cómo fue el ecosistema? Lo que queremos hacer en un lapso de unos años es establecer con cierto grado de certidumbre en qué tipo de ecosistema vivió el Tiktaalik. La única manera de obtener esta información es trabajando asiduamente, mancomunadamente con otras personas que tienen otro tipo de conocimiento que el mío, como en el campo de la geología y otros. De manera que vamos a pasar una cuantas semanas en esto.
Estamos siempre curiosos por conocer más. De manera que la idea es la de trabajar en dos equipos muy móviles de tres, en dos campamentos, como ya lo dije, e ir a explorar nuevas rocas, más jóvenes. Tiktaalik tiene 375 millones de años. Las rocas que estamos explorando son de 365 a 370 millones, o cinco millones de años más jóvenes. La idea es encontrar algo que sea más parecido a los tetrápodos que el Tiktaalik. [Nota de la redacción: Los tetrápodos son animales con cuatro extremidades.] En cierto modo esta búsqueda parece no tener fin. Cada vez que encontramos una respuesta surgen nuevas preguntas. Esto es lo que hace el proyecto tan interesante (esto es mejor que divertido). Y hay todavía tanto que descubrir en el Ártico. En cierta medida somos las propias víctimas de nuestro éxito. Cuando encuentras un lugar, ese es el lugar donde trabajas, como el lugar del Tiktaalik. Pero existe todavía este vasto continente ártico que todavía no hemos explorado. De manera que tendremos que meternos un poco en esto este verano.
REVOLUCIÓN: En tu libro señalas que este mundo está tan “altamente organizado” que es posible predecir el tipo de fósiles que yacen en diferentes capas de roca alrededor del planeta y que esas predicciones pueden dar lugar a descubrimientos sobre acontecimientos de la historia de la vida del planeta. Al mismo tiempo hablas del rol que juega la suerte y el hallazgo fortuito en tu trabajo. ¿Qué papel jugaron esos dos factores en el descubrimiento del Tiktaalik?
NEIL SHUBIN: Nos llevó un montón de planeamiento para localizar el Tiklaalik. En primer lugar tuvimos que estar seguros que queríamos trabajar en el Ártico. En segundo lugar en qué parte del Ártico. Encontrar un fósil en el Ártico es como encontrar una aguja en un pajar. El Ártico es un lugar inmenso y los fósiles son pequeños. ¿Cómo lograrlo? Necesitamos un montón de planeamiento. Tuvimos que conocer la geología del área. Había dos elementos esenciales obviamente. Aprender del excelente trabajo de Ashton Embry y su equipo de geólogos del Canadá, en los anos 70, que mapearon esos lugares minuciosamente. Pero no hay nada como la experiencia directa de mirar las rocas por ti mismo. Nos tomó mucho tiempo conocer la geología local desde nuestra perspectiva, y eso nos permitió focalizar una área concreta que fuera la más productiva para nuestro trabajo. Sabíamos que los mejores lugares son aquellos que están situados en antiguos arroyos. De manera que básicamente buscábamos rocas que tenían las características de antiguos arroyos. Esto era parte del plan. Planeamos esto como locos para poder llegar allí. Además hay un montón de trabajo administrativo, obtener permisos, trabajar con los gobiernos locales, tratar de obtener fondos, pues esas expediciones no son baratas y vivimos en tiempos en que están muy pedidos los fondos para las ciencias, sobre todo las ciencias básicas. Como puedes ver tomó mucho planeamiento.
Pero muchas veces el momento mismo del descubrimiento es algo tonto, un acto de suerte, de veras. Un buen día tú estas caminando, ves un espejeo o algo que parece no pertenecer al terreno. Lo recoges y ¡vaya sorpresa, es un hueso! ¿Qué hubiera pasado si en lugar de un día soleado, hubiera sido un día nublado? ¿Qué tal si la luz hubiera venido de un ángulo diferente? ¿O qué tal si tú no estabas mirando en esa dirección o estabas pensando en tu casa o algo así, entiendes lo que te digo? Hay un montón de serendipia en ese momento final. De hecho, el momento en que descubrimos el sitio del Tiktaalik fue un hecho en cierto grado fortuito. Jason Downs fue el que lo descubrió. Jason era un estudiante universitario que se sumó a nosotros. Sucedió que estaba en el sitio un poco embobado (o en la Luna). Si él hubiera caminado 10 pies en otra dirección, ni siquiera se hubiera percatado. Unos trabajan como locos para encontrar el lugar. Pero en muchas ocasiones el acto mismo de descubrir el sitio preciso es un acto de azar [se ríe]. Esto es gracioso, a veces hilarante.
REVOLUCIÓN: ¿Cómo?
NEIL SHUBIN: Por ejemplo, cuando me gradué, allá en los años 80, yo estaba trabajando en Nueva Escocia. Habíamos planificado como locos. En esos tiempos yo estaba interesado en el origen de los mamíferos, un acontecimiento evolutivo que ocurrió alrededor de 200 millones de años atrás. De manera que habíamos hecho toda clase de planes para ir a la bahía de Fundy en Nueva Escocia. Ese sitio era excelente para encontrar fósiles, pero no estábamos encontrando lo que buscábamos. Resulta que en ese lugar había una marea extremadamente alta. Si no planeas tu exploración para ir a la playa en el momento indicado, te vas a meter en problemas. No era necesariamente un peligro mortal, pero tú te encuentras allá sentado en un pináculo de rocas por un par de horas, haciendo rebotar piedras sobre la superficie del mar, o algo así. A un punto decidimos una noche aceptar la invitación de ser jueces en un concurso de belleza en el pueblo donde estábamos. Nos quedamos hasta altas horas de la noche y nos despertamos tarde la mañana siguiente. Debido a esto perdimos la marea, y estuvimos atrapados en ese pináculo por dos horas y los planes de trabajar al otro lado del pináculo se esfumaron. Estábamos aburridos allí, en ese pináculo, y empezamos a mirar las rocas, unas rocas en las cuales nunca buscarías fósiles, pues más bien parecían volcánicas. Pero resulta que ¡había fósiles en ellas! Y zas, si no hubiéramos estado en ese concurso de belleza, ¡nunca hubiéramos estado atrapados y nunca hubiéramos descubierto estos fósiles magníficos en el pináculo de rocas!
REVOLUCIÓN: En tu libro Tu pez interior escribes acerca de la “ley biológica de todo”, que consiste en que “cada ser viviente en este planeta tiene padres”, y escribes que esta ley es “tan profunda que muchos de nosotros la damos por sentada”. ¿Por qué es tan importante el hecho de que cada ser viviente tiene padres?
NEIL SHUBIN: Lo que quiere decir es que cada uno de nosotros como individuos puede rastrear una estirpe biológica. Tenemos familias biológicas. Se puede construir un árbol genealógico biológico. Mis hijos son adoptados. Ellos son parte de mi familia, pero tienen un linaje biológico que es diferente de su linaje social. Independientemente de eso, todos tenemos un linaje biológico que podemos trazar desde mis padres a mis abuelos, mis tatarabuelos biológicos, y así sucesivamente. Y eso es verdad debido a que soy un descendiente modificado de mi padre y mi madre. Mis padres son descendientes modificados de sus padres. Bueno, sucede que nosotros podemos usar las mismas técnicas que se usan en biología para descifrar nuestro propio árbol genealógico; por ejemplo los proyectos del mapeo del ADN de los que se lee en estos días, o los métodos forenses que determinan a quién meter preso, cosas así. Podemos usar esos métodos para hallar árboles genealógicos más grandes, literalmente para extendernos hasta el árbol genealógico de nuestra especie y mostrar que nosotros, como miembros de una especie, somos descendientes modificados de otras especies, etcétera. De manera que este concepto del árbol de la vida, del cual conocemos en nuestra propia vida personal, tiene un significado más profundo, porque significa que hay un árbol más profundo que nos relaciona a todo, desde los monos que hoy día están caminando en este mundo, hasta la medusa y el calamar… y dejo el resto a tu imaginación. Lo que es interesante es que muchas veces las técnicas para estudiar esto son idénticas. La belleza de todo esto es que estamos íntimamente conectados al resto de la vida. Y no solamente eso, somos parte del árbol genealógico de la vida en general. Somos parientes. Este árbol familiar se puede conocer. Esta es la parte divertida. Lo podemos descifrar. Lo podemos hacer mirando a las moléculas, el ADN, o estudiando los huesos o los fósiles.
REVOLUCIÓN: Algunos animales solo tienen un padre en lugar de dos.
NEIL SHUBIN: Sí, algunos son clones. Pero aun así se puede rastrear su historia genética. De manera que por el momento apartémonos del concepto paternal/maternal y pensemos en linajes genéticos. Haciéndolo así se puede trazar la continuidad genética. Se puede inclusive hacer esto con cosas que ya no viven, de muy atrás en el tiempo. Quiero decir, las moléculas ADN, ARN mismas tienen un linaje que empieza en una molécula muy simple. De manera que el linaje o estirpe es algo muy importante, me refiero al linaje genético. Esto no quiere decir que la crianza o cómo nos crían no son importantes. Dentro de cada uno de nosotros existe un linaje interno, todo un árbol familiar.
REVOLUCIÓN: En los años 1800, el anatomista Richard Owen hizo, como lo has descrito “un descubrimiento sorprendente”, que las extremidades de criaturas tan disímiles como ranas y seres humanos eran muy similares, básicamente eran “variaciones del mismo tema”. Para Owen, estas similitudes demostraban el plan de un Creador. Un poco más tarde vino Darwin con una “explicación elegante” de dichas similitudes. ¿Cuál fue el salto del conocimiento que dio Darwin? ¿Por qué lo describes como “elegante”?
NEIL SHUBIN: El salto consiste en que, el plan de Owen —el patrón de un hueso, dos huesos, huesos pequeños y extremidades, que pertenecen al brazo de un murciélago, al ala de un pájaro o al brazo del hombre— representó para Darwin evidencia de un antecesor común. Las criaturas no tenían un patrón similar debido a la existencia de un creador altamente organizado. Este patrón similar es evidencia material del hecho de que esas criaturas comparten un antecesor común en el pasado distante, y que por lo tanto están relacionados. Ahora bien, digo que es elegante porque no solo explicaba el patrón de Owen, sino porque hizo predicciones que podían ser objeto de corroboración. Esa es la belleza del asunto. Desde la perspectiva de Owen, se queda allí. Claro, el Creador lo hizo, muy bien, sigamos adelante, busquemos el siguiente plan. Este plan es diferente: partamos de la evidencia material. Conocida esta, deberás saber que tienes que ser capaz de averiguar. Cómo ese plan se aplicó a los peces, o aun antes que eso, a las criaturas que llamamos gusanos hoy en día, y así sucesivamente. Debe haber una historia. Esa historia tú deberías de ser capaz de encontrarla. Eso es lo que nos llevó a Tiktaalik.
Parte 2 en el siguiente número: nuestro “microbio interior”; cómo nuestra historia evolutiva afecta a nuestra vida de hoy y del futuro; la importancia de la verdad científica… y más.
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