Revolución #136, 20 de julio de 2008


Cambios y grietas en la economía mundial y la rivalidad entre
las grandes potencias

Lo que está pasando y qué consecuencias podría traer

Parte 1

A continuación presento una síntesis altamente concentrada que sigue en desarrollo, de algunas tendencias importantes de la economía mundial y de las relaciones entre los imperialistas, y algunas formas en que se manifiestan en la estructura, el funcionamiento y la posición del imperialismo estadounidense. Entretejo algunos datos ilustrativos de referencia.

Es un ensayo de investigación sobre los cambios de la acumulación capitalista global, las nuevas relaciones emergentes de poder entre las potencias imperialistas y regionales, y la fuerza de las presiones y tensiones competitivas. Se trata de las rivalidades entre las grandes potencias en un sistema mundial basado en la explotación. Utilizo una analogía a los complejos movimientos de grandes extensiones de la corteza y el manto superior de la tierra para describir las cambiantes placas tectónicas de la economía mundial: algunos movimientos suyos a largo plazo y algunas irrupciones más inesperadas y repentinas.

El análisis parte del artículo “El derrumbe financiero y la locura del imperialismo”1 , y aplica, en torno a las cuestiones de la economía mundial, la concepción de este período que ha desarrollado Bob Avakian, como “una transición con el potencial de grandes trastornos”.

 

I. INTRODUCCIÓN:
EL SISTEMA MUNDIAL NO ESTÁ EN REPOSO

Estados Unidos sigue siendo la potencia dominante, aún hegemónica, en el mundo. Pero confronta mayores presiones económicas y mayores necesidades estratégicas. Se operan grandes transformaciones en el sistema imperialista mundial. De importancia central son los cambios de la distribución del poder económico global y el surgimiento de nacientes constelaciones de poder geopolítico y geoeconómico, o sea, potenciales bloques de países con una mayor capacidad de desafiar al dominio global estadounidense. China es un elemento altamente dinámico en esta ecuación.

Estos fenómenos compenetran con otras contradicciones y conflictos en el mundo, sobre todo la ofensiva militar post 11-S del imperialismo estadounidense y sus guerras en Irak y Afganistán, las dificultades con que se ha topado y las amenazas militares contra Irán.

No se reconocerá la importancia de los nuevos desafíos competitivos al imperialismo estadounidense midiendo el grado en que se constituyen en una “contra-hegemonía” contraria al imperialismo estadounidense en los frentes militar, económico e institucional. En estos momentos, esos desafíos no encierran eso. Si bien hay elementos emergentes de eso, no están concentrados en una sola potencia.

En la actual coyuntura, no hay nada que esté desafiando de cara al imperialismo estadounidense en el frente militar ni que lo esté confrontando de una manera importante. Pero la presencia de estos desafíos (y sus impulsores) quiere decir que con mayor frecuencia el imperialismo estadounidense tiene que estar cuidándose la espalda.

El imperialismo estadounidense busca conservar y extender su supremacía en el contexto de la erosión de su poder económico y una arquitectura financiera mundial más frágil e inestable basada en el lugar privilegiado del dólar. Es notable que todo eso esté ocurriendo en medio de un dinámico estado de cambio del sistema mundial, en que están naciendo nuevos polos de poder y se están ensanchando las grietas en la hegemonía global de Estados Unidos.

El colapso del bloque soviético socialimperialista en 1989-91 representó el cambio más importante de las relaciones entre los imperialistas desde el fin de la II Guerra Mundial. La formación de un marco geopolítico nuevo y más integrado para la acumulación del capital contribuyó a la aceleración de una arrolladora ola de globalización. Eso lo facilitaron las nuevas tecnologías, y se consolidó bajo el proyecto neoliberal encabezado por Estados Unidos: la privatización de las empresas paraestatales, la apertura de los mercados a capitales extranjeros, la disminución de la reglamentación de las empresas y los recortes de los programas sociales y prestaciones laborales.

Los saltos de la industrialización del sector agrícola mundial y la integración trasnacional de la producción y transporte de alimentos han acelerado la destrucción de los sistemas tradicionales de producción agrícola en el campo del tercer mundo. Todo eso ha impulsado un proceso de urbanización sin precedente histórico centrado en el tercer mundo: el desplazamiento de la población del campo a las ciudades, el desarrollo galopante de las ciudades nuevas y antiguas. Por primera vez en la historia universal, más de la mitad de la población del mundo vive en las ciudades; mil millón de personas viven en los barrios pobres de las ciudades del tercer mundo y alrededor de ellos. Es, como dijo acertadamente Mike Davis, un “planeta de ciudades miseria”2 .

Lo que surgió, de manera inesperada, de la resolución específica de las contradicciones concentradas en el colapso de la Unión Soviética, y de otros factores, es un reaccionario fundamentalismo islámico trasnacional que sigue siendo una fuerza ideológica y material real en el mundo.

“Apuntes sobre economía política” y “Los grandes retos de la nueva situación” (aparecidos en 2000 y 2002, respectivamente) contienen análisis de buena parte de todo eso3 .

Hoy, estos sucesos y los siguientes factores se compenetran y se influyen:

Estos fenómenos y dos sucesos estrechamente relacionados se compenetran y se influyen. Primero, se intensifica la competencia global por recursos, impulsada por la mayor demanda de energéticos de las grandes potencias industriales, recursos que están disminuyendo (tenga o no validez científica la idea del “petróleo pico”), y por la rivalidad en torno al control de estos recursos. Segundo, las tensiones ecológicas globales se están acercando a un punto de quiebre crítico, más allá del cual es posible que la sociedad humana no pueda contrarrestar los daños largoplacistas al clima y a los ecosistemas, a la vez que los efectos cortoplacistas se vayan agravando. Las tensiones ambientales están afectando la producción y los precios de los alimentos, el desplazamiento demográfico en respuesta a los desastres naturales y la estabilidad social, tal como en Somalia que ha padecido la combinación de la sequía y el menor rendimiento de los cultivos, la invasión por Etiopía respaldada por Estados Unidos y la desintegración de las instituciones y el caos urbano con la crisis humanitaria resultante.

Se están operando cambios geopolíticos y geoeconómicos en muchos diferentes niveles, junto con los factores históricos específicos. Pero estos sucesos y tendencias no se dan al azar. De fondo, detrás de estos cambios están la naturaleza y la lógica del sistema capitalista: la compulsión a expandirse y maximizar las ganancias a fin de tener ventajas competitivas; el crecimiento anárquico y ciego y los horizontes cortoplacistas del capitalismo; y la tensión inherente a un sistema en que la producción está altamente socializada y entretejida en el mundo, con la actividad colectiva y entrelazada de miles de millones de trabajadores asalariados, mientras que una pequeña clase capitalista controla y utiliza en beneficio propio los medios de producir las riquezas, las riquezas que se producen de manera social y los mismos conocimientos.

II. UNOS PUNTOS IMPORTANTES SOBRE LA NUEVA GEOGRAFÍA ECONÓMICA DE LA ECONOMÍA MUNDIAL

Tabla 1Al fin de la II Guerra Mundial, Estados Unidos tenía aproximadamente 50% del producto interno bruto (PIB) mundial, y un porcentaje aún más grande de la capacidad industrial mundial. Esto reflejó el resultado histórico específico de la II Guerra Mundial: el ascenso a una posición dominante del imperialismo estadounidense y la destrucción de buena parte de la capacidad productiva en los centros imperial-industriales de Europa occidental y Japón.

Para 1960, el porcentaje estadounidense del PIB global había caído a 30%; hoy es aproximadamente 21%. El relativo declive económico del imperialismo estadounidense data de hace algunas décadas; los años 1968-71 son un punto de viraje, caracterizado por el desafío europeo y el abandono del patrón oro-dólar. El surgimiento de Japón como rival industrial-financiero e importante exportador de capitales en los años 80 fue otra clase de punto de viraje.

Pero hay un factor hoy que tiene una magnitud y carácter inesperado aún más sísmicos: el ascenso de China en la economía imperialista mundial. En 1976 en China, el socialismo fue derrotado y se restauró el capitalismo, después de la muerte de Mao Tsetung y la detención de “banda de los cuatro”.

La frase “el ascenso de China” es a la vez descriptiva y analítica. China no es una potencia imperialista, pero es una creciente y competitiva potencia económica y geopolítica en el sistema imperialista mundial.

El mero tamaño de la economía rápidamente creciente de China; su lugar central en el proceso de acumulación global, como recipiente del capital imperialista y eje del sector manufacturero mundial; sus enormes ingresos por concepto de exportaciones que han contribuido a que el banco central chino tenga las mayores reservas de dólares fuera de Estados Unidos; su impacto regional en Asia oriental y su alcance mundial (hacia África y Sudamérica, por ejemplo); y su capacidad militar en rápida expansión: todos esos elementos tienen efectos profundos en las relaciones económicas y geopolíticas del mundo. Y por razones que hay que explorar más, la batuta de mando de un desafío basado en Asia oriental al dominio estadounidense en la región parece haberse pasado de Japón a China.

A) La nueva geografía económica del planeta

La Tabla 1 mide un importante elemento de la nueva geografía económica del planeta: el porcentaje del producto interno bruto (PIB) global de distintos países. El PIB representa en términos de dinero la producción de bienes y servicios de un país dado, en un período dado, por lo común un año. Desde una perspectiva marxista, la medida del PIB tiene fallas y está incompleta: oculta la realidad de la explotación, la igualdad y la desigualdad, los costos ambientales de la producción, etc.

Pero esta medida es útil para tener una idea del funcionamiento de la economía, la distribución del poder económico en el mundo, cómo eso ha cambiado durante ciertos períodos y cómo puede afectar la competencia y la rivalidad.

La Tabla 1 da un portal útil a algunas tendencias importantes de la economía mundial.

Estados Unidos aún es la economía única más grande del sistema capitalista mundial. Pero se está erosionando su supremacía. A comienzos de este milenio, China eclipsó a Alemania como tercera economía del mundo. Ahora ha rebasado a Japón. Y entre las cinco economías más grandes, el índice de crecimiento de China, de 9 a 11% al año durante los últimos 20 años, está en primer lugar, e India no se queda muy atrás con 8% en los últimos años, mientras que Estados Unidos, Japón y Alemania han estado creciendo a un ritmo de 2 a 4%. El alto y sostenido índice de crecimiento de China no tiene precedente en la historia del capitalismo.

La participación de China en la producción manufacturera mundial aumentó de 4% en 1995 a 8% en 2005. En 2006, Alemania tenía la participación más grande de la exportación de manufactureras del mundo (9.2%), seguida de Estados Unidos (8.6%) y China en tercer lugar (8.0%)4 .

Otra medida importante del poder de la economía mundial es la exportación de capital, o el capital que las empresas de un país invierten en otro país. La Tabla 2 ilustra un componente muy grande e importante de la exportación de capital, las inversiones extranjeras directas (IED). Estas inversiones directas en el exterior son capitales que invierten las empresas de un país en los centros de producción (como fábricas y minas) en el país receptor.

Table 2Cinco países, Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania y Francia, tienen el 50% de la masa de inversiones directas en el exterior. En 1960, Estados Unidos solo tenía casi la mitad de la masa mundial de inversiones directas en el exterior; hoy su porcentaje es de aprox. 20%. Entre 1960 y 1985, Alemania y Japón aumentaron de manera sustancial su parte mundial de las inversiones acumuladas en el exterior. La parte de Japón siguió aumentando hasta 1990 pero después cayó bruscamente en respuesta a la disminución del crecimiento interno y la crisis financiera de Asia oriental de 1998.

Los países de la Unión Europea (UE) han conservado su parte de la masa mundial de inversiones directas en el exterior, pero la de Estados Unidos ha disminuido. Hoy, la UE es la mayor fuente de la exportación de capitales de inversión directa. Todo eso tiene mayor importancia en un contexto en que en los últimos años, la UE ha llegado a ser un bloque mucho más integrado y cohesionado con una moneda que compite con el dólar en el mundo. La UE ha rebasado a Estados Unidos como mayor inversionista en América Latina. Pero Estados Unidos aún es el mayor exportador único de IED y, con mucho, es el mayor país-inversionista único en América Latina. Con el TLCAN, ha forjado una red regional más estrecha que constituye una plataforma para hacer inversiones y contender en el mundo.

Estas son señales de una disminución de la brecha económica internacional entre Estados Unidos y las otras potencias imperialistas, y el posicionamiento competitivo.

En 2007, 167 de las 500 compañías más grandes del mundo tenían su sede en América del Norte, 184 en la UE y 64 en Japón. En los últimos años, la proporción estadounidense del total ha disminuido5 .

Alrededor del 15% de la masa acumulada de inversiones extranjeras directas ya está en el tercer mundo. Pero las salidas anuales de las IED al tercer mundo han aumentado como proporción del total de las salidas anuales: del 25% al 35% del total mundial en los últimos 10 años. Además, las salidas de capitales al tercer mundo a veces han estado muy volátiles, como los flujos de capital imperialista que precedieron a la crisis de Asia oriental de 1997-98, y que respondieron a la misma.

Más inversiones extranjeras directas van de unos países imperialistas a otros países imperialistas, debido a varios factores: las fuerzas productivas y los mercados internos de los países imperialistas están más altamente desarrollados y tienen un abanico más amplio de opciones de inversión que en muchos países del tercer mundo; con frecuencia las inversiones implican costosas fusiones, adquisiciones y compras del control o acciones de grandes empresas; la rivalidad entre las corporaciones y potencias imperialistas por obtener fuertes posiciones al interior de los mercados continentales y nacionales imperialistas altamente desarrollados y, a su vez, una parte de estas inversiones, como en las refinerías del petróleo, está vinculada a inversiones afines en los países del tercer mundo.

Por otro lado, una creciente proporción de las IED en el sector manufacturero va al tercer mundo, sobre todo China. La tasa de rendimiento de las IED en este sector del tercer mundo en general es más alta que en los países capitalistas desarrollados, y muchas veces es considerablemente más alta. Las redes de subcontratación que prosperan debido a la intensa superexplotación afectan la rentabilidad general de las inversiones en el tercer mundo, por ejemplo, en las maquiladoras de prendas de vestir, refacciones y otros productos.

Otro suceso llamativo: los países oprimidos hoy, tal como ilustra la Tabla 1, representan el 41% de la producción del mundo, o un aumento desde el 36% en 2000 (y menos del 30% en 1990). Principalmente esto se debe al crecimiento rápido de China (y en segundo lugar India) como centros de acumulación encabezada por el imperialismo. Una gran cantidad de producción material se está trasladando al tercer mundo, y el 80% del valor de la exportación de mercancías del tercer mundo ya consta de productos fabricados, o sea, un cambio radical desde previos períodos del imperialismo6 .

Los “países BRIC” (Brasil, Rusia, India y China) representan el 21% de la economía mundial. Pero ni es un bloque de países económicamente integrado como la UE, ni una alianza de estados (y uno de los países BRIC, Rusia, es una potencia imperialista). En verdad, la frase la inventó la comunidad occidental financiera e inversionista en referencia a los grandes mercados de alto crecimiento y altas ganancias.

No obstante, tiene alguna validez analítica limitada agrupar a estos países: son “mercados emergentes” rápidamente crecientes para las inversiones productivas y financieras; juegan un papel cada vez más importante en la economía mundial; son importantes productores o consumidores de energéticos; y se colaboran de manera variada y significativa, especialmente Rusia y China.

Al fin de la primera guerra del Golfo en 1991, de las 20 compañías más grandes de la industria energética, 55% fueron estadounidenses y 45% europeos. Pero en 2007, según un estudio de la empresa financiera Goldman Sachs, 35% fueron de los países BRIC (en su mayoría propiedad del estado), aprox. 35% europeos y 30% estadounidenses. Rusia y Brasil son productores importantes de energéticos7 .

China e India, por otro lado, dependen mucho de importaciones para sus necesidades energéticas. Pero las compañías paraestatales energéticas chinas están empezando a ser jugadores internacionales importantes, tal como ocurrió en 2005 cuando la petrolera china CNOOC trató de adquirir la corporación Unocal con sede en Estados Unidos (que tenía las mayores reservas de petróleo en América del Norte y Asia).

B) Sigue la división entre el imperialismo y las naciones oprimidas… pero hay nuevo espacio de maniobra para algunos regímenes del tercer mundo

Los países productores de energéticos del tercer mundo como Brasil, Venezuela, Arabia Saudita, Nigeria e Irán no se han zafado de la dependencia estructural del mercado mundial imperialista, en cuanto a su dependencia de la tecnología extranjera; la refinación, el marketing y el transporte, etc.; la vulnerabilidad extrema a las fluctuaciones de precios; etcétera.

GLOSSARY:

Acumulación de capital:
La producción de plusvalía (la fuente de las ganancias) basada en la explotación del trabajo asalariado y la inversión y reinversión de las ganancias por capitales en competencia sobre una base de expansión, reducción de costos y tecnologías más avanzadas (y mayor productividad). Es un proceso, como dijo Marx, que acumula riquezas en un polo y la miseria y agonía del trabajo en el otro.

 

Exportación de capital:
La salida del capital de inversión de un país a otro a fin de generar ganancias basadas en la explotación del trabajo asalariado. Consta de inversiones extranjeras directas en las empresas del país anfitrión o en la construcción de nuevas instalaciones (p.e., cuando la GM establece una fábrica en China); y otras formas, como préstamos de la banca, inversiones en acciones y bonos, etc.

 

Producto Interno Bruto (PIB): Una medida de la producción de una economía dada en un plazo dado, por lo común un año. El PIB incluye los bienes y servicios. Con diversos métodos para calcular los precios, es posible hacer comparaciones internacionales del PIB.

 

Hegemonía:
El poder sobre la economía mundial ejercida por un estado en un período histórico específico con medios culturales, financieros, militares, políticos y económicos.

 

Imperialismo:
La fase del desarrollo del capitalismo en un sistema mundial de explotación alcanzada a fines de los años 1880. Vivimos en la época del imperialismo. El imperialismo tiene cinco rasgos principales: a) el dominio de los monopolios (grandes unidades poderosas y altamente centralizadas de propiedad y control) sobre la organización de la producción y distribución; b) la fusión de capitales de la banca y la industria en enormes bloques financieros; c) la importancia central de la exportación de capital para la rentabilidad general; d) la división económica del mundo entre las grandes corporaciones, cárteles y grandes potencias en esferas de influencia; y e) el reparto territorial de todo el mundo por las potencias imperialistas en colonias, neocolonias y zonas de influencia, de modo que la lucha entre las principales potencias imperialistas implicará el nuevo reparto del mundo.

 

Trasnacional:
Se refiere a las actividades, movimientos y organizaciones que traspasan fronteras internacionales. General Electric es una corporación trasnacional: con una sede en Estados Unidos, opera en muchos países.

El desarrollo impulsado por el petróleo y los energéticos todavía tiene efectos profundamente deformadores en la agricultura, las relaciones entre ciudad y campo y la estructura social, y causa mucho sufrimiento humano. Venezuela bajo Chávez importa aprox. 70% de sus alimentos, mientras que la oligarquía terrateniente sigue básicamente sin tocar. En las ciudades miseria de Caracas todavía viven enormes concentraciones de pobres, muchos excluidos de la economía formal8 . El “otro lado” del auge brasileño del etanol son los cientos de muertos y decenas de miles de heridos entre los trabajadores de los cañaverales de donde proviene la caña de azúcar de la cual se fabrica el biocombustible (y las compañías estadounidenses como ADM y Cargill son grandes inversionistas en el sector agro-energético de Brasil).

Pero para las elites gobernantes locales, el poder económico real se concentra en estas esferas de producción del petróleo, gas natural y biocombustibles. Por medio de una confluencia específica de acontecimientos, algunos regímenes dependientes del tercer mundo tienen más margen de maniobra. El imperialismo estadounidense se ha puesto a librar guerras por un imperio mayor en Irak y Afganistán. El fuerte aumento, aunque de ningún modo permanente, de los precios de materias primas ha generado altas ganancias y algún poder financiero. El hecho de que una emergente potencia económica como China persiga su propia agenda competitiva global y haya acumulado importantes recursos financieros para ello quiere decir que un país como Venezuela puede contrarrestar algunas presiones estadounidenses pidiendo préstamos y créditos a China.

La cambiante geografía económica del plane

ta supone una gran dispersión (globalización) de la capacidad productiva. Pero “el mundo no es plano”, ni se está aplanando. Las fuerzas productivas avanzadas aún tienen una concentración desequilibrada en los países ricos. El PIB per cápita de los países ricos es más de cinco veces mayor que lo es en lo que el Fondo Monetario Internacional llama los “países de ingresos medianos”, como Brasil, México y Turquía. El PIB per cápita de los países ricos es más de 19 veces mayor que lo es en los países de bajos ingresos, como la mayor parte del África subsahariana9 . Las enormes diferencias de niveles salariales y los grandes sectores de la humanidad sujetos a condiciones brutales de superexplotación manifiestan y subrayan la brecha entre las naciones opresores y oprimidas.

La globalización tiene efectos contradictorios. Causa mayores niveles de industrialización en el tercer mundo y mayores ingresos para sectores de las clases medias. Pero esto no representa una nivelación generalizada de ingresos. Esta etapa de la globalización imperialista ha tenido un efecto diferencial muy importante: el de aumentar el desarrollo desigual entre los países del tercer mundoy las desigualdades de riquezas al interior de los mismos. La distribución de ingresos de China es de las más desiguales del mundo, al lado de aquella de Estados Unidos y Brasil.

La cambiante geografía económica del planeta también afecta la agricultura mundial, sobre todo los efectos devastadores y desiguales en el tercer mundo. El imperialismo está transformando los sistemas de agricultura nacionales en componentes globalizados de producción trasnacional y cadenas de marketing desligados de las necesidades de estos países del tercer mundo, es decir, se cultivan más alimentos para exportar, y no para alimentar a la población de estos países, o se deja de destinar las tierras a la producción de alimentos.

Históricamente, donde la producción de alimentos ha sido la base de las economías de la mayoría de esos países, la agricultura ha ido perdiendo su papel “fundamental” en muchas economías nacionales del tercer mundo. Se ha arrastrado la producción de alimentos al vórtice de los mercados especulativos de mercancías y finanzas al mismo tiempo que el cultivo agro-industrial de biocombustibles encabezado por el imperialismo desplaza el cultivo de alimentos. Ya no se producen suficientes alimentos básicos en muchas partes del tercer mundo, mientras que las fuerzas de la competencia mundial, el control imperialista sobre las nuevas tecnologías agrícolas y las fluctuaciones de precios mundiales minan aún más la seguridad alimentaria.

Así que a comienzos de 2008, una crisis global alimentaria inédita en la historia moderna económica causa, y sigue causando, un atroz sufrimiento humano en grandes partes de África, Asia y América Latina. Esta también refleja la profunda brecha entre las naciones opresoras y oprimidas.

 

NOTAS:

1. Raymond Lotta, “El derrumbe financiero y la locura del imperialismo”, Revolución #127, 20 de abril de 2008, revcom.us/a/127/EconomyMeltdown-es.html[back].

2. Mike Davis, Planeta de ciudades miseria (Madrid: Editorial Foca, 2007).[back]

3. Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, Apuntes sobre economía política: Nuestro análisis de los años 80, cuestiones de metodología y la actual situación mundial (Chicago: 2000, RCP Publications); Bob Avakian, “Los grandes retos de la nueva situación”, Revolución #1256, rwor.org/a/1256/ba-newsituation-s.htm.[back]

4. U.S.-China Business Council, “U.S. Manufacturing: Dying… Or Still Going Strong”, http://uschin.org; Organización Mundial de Comercio, International Trade and Tariff Data, Statistics Database, stat.wto.org/Home/WSDBHome.aspx?Language=E.[back]

5. Fortune, “Global 500 2008,” money.cnn.com/magazines/fortune/global500/2008/index.html.[back]

6. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, “Dificultades en el sector manufacturero: En el informe de la UNCTAD se examinan las tensiones emergentes en el sistema de comercio”, 2002. www.unctad.org.[back]

7. Ver “New economic tigers Brazil, Russia, India and China overtake U.S. in dominating global energy industry, new study says”, International Herald Tribune, 25 de junio de 2007. www.iht.com.[back]

8. Ver Raymond Lotta, “Hugo Chávez tiene una estrategia petrolera… pero ¿conducirá a la emancipación?”, Revolución #94, 1º de junio de 2007, revcom.us/a/094/chavez-es.html.[back]

9. Banco Mundial, “Indicadores del desarrollo mundial, 2008”. www.worldbank.org.[back]

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