Revolución #158, 8 de marzo de 2009


Carta de un lector

Injusticia racista en el Dollar Tree

Era el deseo de Taneka Talley de ver a Larry, su hijo de 8 años de edad, ir a la universidad cuando creciera. Por eso trabajó turnos extras en la tienda Dollar Tree en Fairfield, California, ganando $220 a la semana. Pero en la mañana del 29 de marzo de 2006, un poco después de entrar a trabajar, su sueño se terminó. Fue brutalmente asesinada, apuñalada a muerte por un hombre blanco al que nunca antes había conocido o visto – un racista quien después declaró que se levantó por la mañana pensando, “Voy a matar a un negro”. Taneka fue la primera persona negra que vio.

Como si este asesinato premeditado a sangre fría no fuese suficientemente criminal, la familia de Taneka es nuevamente víctima de otro crimen despiadado.  Las tiendas Dollar Tree y su portador de seguros, Specialty Risk Services (SRS), están negando la solicitud de prestación de defunción para Larry, que ahora tiene 11 años de edad. Carol, la madre de Taneka, quien ahora está al cuidado de Larry, dijo a Revolución: “Este joven ha pasado por mucho. Una batalla de custodia, estuvo en un accidente de automóvil, todavía llora por su madre. La quería mucho y ella a él.”

Las leyes de compensación al trabajador en California indican que se puede negar la prestación de defunción si hay una “conexión personal” entre el atacante y su víctima, eximiendo al empleador de toda responsabilidad. SRS argumenta que el hecho de que el asesino escogió a Taneka por ser negra, estableció una “conexión personal” entre ellos y exime a Dollar Tree de responsabilidad y a SRS de pagar. En su carta al abogado de la familia, ellos indican que el apuñalamiento de Taneka Talley fue “de motivo puramente racial. Como tal, es nuestra opinión que nuestro rechazo es apropiado en este caso”.

Taneka trabajó arduamente en el Dollar Tree por su hijo, Carol dijo, “…para sobresalir y para conseguirle las cosas que quería y que no deberían ser negadas por el simple hecho del color de la piel. El racismo tuvo que haberse acabado hace mucho tiempo. No debería de haber racismo. No debería de haber discriminación. Pero en este caso, mi nieto y yo estamos siendo discriminados y negados por el color de nuestra piel”.

Un trabajador del Dollar Tree que conocía a Taneka dijo, “a Dollar Tree no se preocupa por sus empleados. Tú puedes dar el 120% y ellos no lo reconocen, todo lo que les interesa es el dólar. Me enfurece que hagan esto. Ella no se merece esto”. 

Tomemos un momento para ubicar esos sucesos en un contexto más amplio.  Dollar Tree is una compañía grande y lucrativa. El año pasado la compañía registró $4,6 mil millones de ingresos. Los productos en sus estantes son de manera abrumadora hechos por gente proletaria en todas las regiones del mundo, quienes solo reciben centavos por su trabajo esclavizado en las maquilas. Los clientes de Dollar Tree también son aquellos en este país que no les alcanza el dinero para comprar en otro lado. Y el número de pobres aumenta al mismo tiempo que las ganancias de Dollar Tree subieron en un 20% en el último trimestre.

Y detrás de Dollar Tree, el que toma las decisiones en última instancia en el caso de Taneka es Hartford Insurance Group (quien reportó ingresos de $25,9 mil millones en el 2007), empresa matriz de SRS. Hartford es uno de los grupos en la cumbre del capitalismo estadounidense: grandes bancos y compañías de seguros que se han expandido grotescamente durante las últimas dos décadas y han extendido sus tentáculos financieros y su búsqueda de mayores ganancias más altas hasta cada rincón de un sistema mundial de explotación y miseria.

La riqueza de estas empresas financieras se fundó históricamente en una economía estadounidense basada en gran parte en la esclavitud y la venta del pueblo negro como propiedad. Se fundó Hartford Insurance (Seguro de Hartford) en el año 1810 en Connecticut, un estado donde, en aquel tiempo, la esclavitud se permitía. Además, desde aquel entonces un pilar clave de este sistema ha sido la explotación y opresión constante del pueblo negro aunque las formas han cambiado de cadenas literales a chusmas de linchamiento y Jim Crow, hasta el encarcelamiento de casi un millón de negros hoy en día. Negando a dar préstamos o vender seguro en zonas donde viven los negros, empresas de seguro como Hartford desempeñaron un papel importante en el desarrollo de comunidades segregadas, y a través de todo eso han fomentado viles ideas racistas entre los blancos para servir su dominio. Ahora Hartford afirma que el asesinato de Taneka fue solamente un “asunto personal”.

Desde los tiempos de la esclavitud hasta la globalización de hoy, estos capitalistas ven su sistema como lo mejor de los mundos y justifican sus actos tal como morales y apropiadas. De hecho, Hartford fue nombrado una de “Las Empresas Más Éticas del Mundo” en 2008.

La negación de prestaciones del Dollar Tree al hijo de Taneka provocó mucho interés e indignación. Un blanco que se mudó recientemente a Fairfield se enfureció cuando supo de la decisión inhumana del Dollar Tree y aunque no conocía la familia de Taneka era resuelto a no permitir que el Dollar Tree se saliera con la suya. Solito organizó una manifestación en frente de la tienda y llamó a los medios de comunicación locales.

Cuando le preguntó Revolución si anteriormente había hecho algo semejante, su respuesta fue, “No, nunca. Realmente soy una persona tranquila.” Y luego agregó, “Si fuera yo quien andaba trabajando duro y algo me pasara en el trabajo, claro que quisiera que alguien estuviera aquí haciendo lo mismo para mis hijos”.

Aunque por la mañana de la manifestación empezó solito con los 100 volantes que escribió y copió (pues dijo que se dio cuenta la noche anterior que debía tener algo para repartir), pronto lo acompañaron unos jóvenes primos y sobrinas de Taneka quienes llevaban puestas camisetas estampadas a mano en memoria de ella. Otros parientes políticos y después su hermana y últimamente su padre y madre llegaron para acompañarlos.

Cuando ellos le contaron la historia de Taneka a la gente, muchos al oír de que la empresa negó la prestación por defunción se dieron la vuelta y regresaron al carro rehusando hacer compras en el Dollar Tree.

Relató su hermana que Taneka andaba trabajando de modelo y tuvo la esperanza de ser modista un día, andaba comprando diseños y juntas planearon empezar un pequeño negocio de modas. También relató el cuñado que Taneka extendía la mano a todos y que fue una “persona bastante amable”. Su padre lamentó de no regresarle una llamada en que pedía prestado el carro — tal vez Taneka hubiera perdido el trabajo ese día y se le salvara la vida.

Aunque la manifestación era pequeña, sí reunió a la familia de una joven  —otra vida preciosa robada prematuramente— con un desconocido quien les llegó desde otro lugar, motivado a actuar al ver una injusticia. ¡Necesitamos mucho más de esto!

Taneya Talley (segunda de  la derecha, hermana de Taneka) y Javon Ezell (extrema derecha, cuñado de Taneka) con unas sobrinas y un sobrino de Taneka. Están en frente de la tienda Dollar Tree donde un hombre racista blanco asesinó a Taneka en Fairfield, CA.

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