Revolución #161, 12 de abril de 2009


La batalla por justicia para Oscar Grant… el contraataque de los gobernantes

 

Obama envió un mensaje de condolencias al servicio conmemorativo para los cuatro policías recién muertos en Oakland. En conexión con esto, he aquí algunas preguntas pertinentes:
¿Qué mensaje dio Obama a la familia de Oscar Grant o a las familias de otras personas gratuitamente asesinadas por la policía en los meses desde que entró en funciones? ¿Y qué debemos aprender del hecho de que dio tal mensaje en el caso de los cuatro policías, mientras que en los demás casos no lo diera? Y para colmo, ¡su amonestación con motivo del vil veredicto que absolvió a los policías que asesinaron brutalmente a Sean Bell, de que había que respetar ese veredicto! ¿Qué nos enseña eso?


El mensaje de condolencias de Obama del 27 de marzo enviado al servicio conmemorativo de los cuatro policías muertos hace poco en Oakland:

Me entristecí profundamente al enterarme de la pérdida trágica del sargento Mark Dunakin, el oficial John Hege, el sargento Ervin Romans y el sargento Daniel Sakai. Michelle y yo mantenemos a sus familias y su comunidad en nuestros pensamientos y oraciones.

Nuestra Nación les está agradecida a los hombres y las mujeres de las fuerzas del orden público que trabajan incansablemente para asegurar la seguridad de nuestros ciudadanos y nuestros vecindarios. Se arriesgan la vida cada día por nosotros y piden poco a cambio. Y aunque se conoce bien el peligro de su trabajo, las palabras no logran explicar la violencia sin sentido que se lleva a tantos de ellos.

El sargento Dunakin, el oficial Hege, el sargento Romans y el sargento Sakai se nos fueron muy prematuramente, y la pérdida nos recuerda que el trabajo a que se dedicaron la vida queda sin cumplir.

Mientras honramos su memoria, espero que cada uno de ustedes encuentre consuelo al saber que su compromiso al prójimo jamás se olvidaría. Siempre los tendremos en nuestro corazón, y su legado de servicio nos inspirará mientras trabajamos juntos por un Oakland mejor, un mundo mejor.

Michelle y yo les ofrecemos nuestro más sentido pésame. Que sus sacrificios sean recompensados con la paz eterna.

El 1º de enero de 2009, la policía golpeó, tiró al andén de la estación del metro, le puso esposas y baleó por la espalda a Oscar Grant, un hombre negro de 22 años de edad. Este asesinato a sangre fría fue grabado en video por celulares y visto por millones. La gente de Oakland respondió con un justo levantamiento. Desde entonces, se ha convertido en una lucha “candente” en estos Estados Unidos supuestamente nuevos y supuestamente post-raciales. La resistencia ha continuado, con lo de la revolución en medio de todo, y se ha corrido la voz sobre la lucha aunque no de manera suficientemente rápida y amplia.

Como parte de la resistencia, durante la semana del 16 de marzo, revolucionarios y familias de las víctimas de asesinato policial organizaron el “Tribunal del Pueblo sobre el asesinato de Oscar Grant y la epidemia nacional de brutalidad y asesinato policiales” (vea el artículo sobre el Tribunal en este número). Se distribuyeron muchos ejemplares de Revolución #159 con el artículo “El asesinato a sangre fría de Oscar Grant entre la gente de Oakland y Hayward, la ciudad donde creció Oscar. También el artículo se publicó en muchos sitios en el internet. Y en varios programas de la radio de esa semana se discutió y se desenmascaró la brutalidad policial, y se promovió el Tribunal enérgicamente. Varias organizaciones políticas organizaron activamente las protestas para el lunes 23 de marzo, la fecha programada para el comienzo de la vista preliminar del asesino de Oscar, Johannes Mehserle.

Desde el principio, los gobernantes —funcionarios de BART, la estructura de poder local, políticos estatales y nacionales, la policía, los tribunales y los medios— se pusieron a proteger de muchas formas la capacidad de la policía de reprimir al pueblo con violencia, mientras atacaban y trataban de sofocar y frustrar la lucha por Justicia para Oscar Grant.

Estos esfuerzos reaccionarios dieron un nuevo salto el fin de semana del 21-22 de marzo. El sábado 21 de marzo, cuatro policías fueron baleados y muertos en East Oakland (después de detener a una persona por una infracción de tránsito de rutina, según se informa) supuestamente por Lovelle Mixon, un hombre negro joven en libertad condicional después de estar en la cárcel casi toda su vida de adulto. (Más tarde murió en un tiroteo con la policía, según se informa.)

De inmediato el sistema aprovechó este incidente para desatar una contraofensiva dirigida al pueblo para perdonar e incluso justificar el asesinato despiadado de Oscar Grant, para desacreditar la justa furia y resistencia a este crimen monstruoso y a la epidemia generalizada de la cual es parte y para perseguir a los que han estado luchando por Justicia para Oscar Grant.

Este incluyó una gran cobertura informativa y comentarios oficiales sobre los “héroes caídos” (haciendo eco de la retórica del régimen de Bush después del 11 de septiembre de 2001) con el propósito de cambiar la imagen del Departamento de Policía de Oakland (DPO), que tiene fama de ser brutal y plagada de escándalos, a una imagen heroica y a enterrar la cobertura de Oscar Grant bajo una avalancha de cobertura de los policías muertos.

La semana culminó en un enorme entierro-tributo a los policías con una asistencia de más de 15.000 policías traídos a Oakland de todo el país y transmitido en vivo por la televisión local. La senadora Dianne Feinstein, el procurador general de California Jerry Brown, la senadora Barbara Boxer y el gobernador Arnold Schwarzenegger acudieron para elogiar a los policías y el presidente Obama y su esposa mandaron un mensaje de condolencias. El evento al estilo militar culminó con un desfile aéreo de 20 helicópteros de la policía.

Este feo espectáculo tiene el propósito de crear opinión pública para nuevos ataques contra el pueblo, para poner a la defensiva a la gente que luche contra la injusticia y dejar que el agente asesino Mehserle quede en libertad o se salga con la suya con un castigo menor (el abogado de Mehserle y el juez aprovechó el tiroteo para aplazar por dos meses la vista preliminar del policía asesino; vea un artículo al respecto en línea en revcom.us).

DPO: Podrido hasta el tuétano y ejemplo sobresaliente del verdadero papel de la policía

Tomando el centro del escenario del teatro Oracle, el jefe interino de policía sintetizó el momento con la siguiente perogrullada chocante: “Esta será la última vez que estén con nosotros en nuestro deber”, dijo. “Sabemos que descansan en paz, porque eran hombres de paz”. ¿Hombres de paz?

Sin embargo, ni siquiera todas las mentiras, propaganda y grandes escándalos en los medios pueden cambiar la realidad del terror policial violento que las masas, en particular las masas negras y latinas, soportan en Oakland, la que fue descrita de manera muy poderosa en el Tribunal del Pueblo por las familias de las víctimas del terror policial.

Desde 2003, Oakland ha pagado un promedio de $2.403.877 al año en litigios de demandas contra la policía y para mantener en las calles a esta fuerza asesina. Los policías de Oakland mataron a seis personas en 2008 y a cinco en 2007. El policía de Oakland que baleó a Andrew Moppin el 31 de diciembre de 2007 luego mató a Jody Fox en julio de 2008. El que le disparó a Gary King con una pistola eléctrica y luego le baleó en la espalda, ya había matado a otro joven y baleó y paralizó a un tercero.

Durante el entierro, el capitán Edward Tracy, jefe de la unidad de motociclistas, dijo que los oficiales murieron mientras “hacían lo que más les gustaba, conducir las motos, abrir puertas a patadas, ser Equipo Especial de Armas y Tácticas (SWAT)”. ¿¿Así que dar patadas a puertas y ser SWAT es lo que constituye “la paz”??

Todo esto, y se podría documentar mucho más, demuestra que los policías de Oakland no son héroes sino un brutal ejército ocupante de matones responsables de muchas vidas robadas, cuyo deber es proteger el sistema de explotación y opresión y reprimir al pueblo con la violencia.

Las declaraciones fascistas de Jerry Brown

Un componente bien serio del contraataque del sistema contra el pueblo ha sido dirigido por el procurador del estado Jerry Brown, un demócrata (y antes el gobernador del estado y alcalde de Oakland y quien de nuevo está postulándose para gobernador). Inmediatamente después del tiroteo de 21 de marzo, Brown hizo una serie de declaraciones fascistas que vilipendiaron y atacaron a las masas y singularizaron a los activistas políticos y los revolucionarios, mientras defendió a la policía, incluidos sus asesinatos y brutalidad.

Brown declaró:

“El quid del asunto es... tenemos a terroristas urbanos, no cientos sino miles y hay que mantenerlos bajo control y aquellos en libertad condicional requieren control de más. Y los policías cuando están en combate a veces cometen errores y la gente no debería ser tan negativa y criticona como si estuvieran haciendo algo malo, cuando realmente estaban haciendo algo bueno”.

Deténgase un momento y piense en esta declaración. Brown no solo está desconociendo la violencia y terror de la policía patrocinados por el estado y desatados contra el pueblo sino también está tachando de “terroristas” a grandes sectores del pueblo, en particular a aquellos que el funcionamiento de este sistema ha abandonado en el desempleo y sí, a veces en el crimen, que son insignificantes en comparación con los enormes crímenes y el terror que este sistema desata a diario contra la gente a través del globo y en Estados Unidos. Sus palabras invocan a propósito la “guerra contra el terror” estadounidense de 8 años de duración, llamando en efecto a tomar medidas militares contra el pueblo.

Segundo, Brown dice que lo que haga la policía, sea aporrear, hostigar, incluso asesinar, es “bueno” y por ende se le debería perdonar como errores bienintencionados. Y nótese bien: como procurador general, Jerry Brown tiene a los fiscales de California a su cargo, incluyendo al fiscal del condado de Alameda quien supuestamente está “llevando la acusación” contra el asesino de Oscar Grant. ¿Qué enseña la declaración de Brown sobre lo enérgico que va a ser ese proceso contra el agente asesino?

La pura verdad es que es la policía la que aterroriza al pueblo, no al contrario. Es la policía la que mata y brutaliza a cientos y miles de personas. La propia oficina de Brown tiene una lista de los asesinatos de civiles por policías de aproximadamente 100 por año. En contraste, el número de policías que han muerto a manos de civiles al año en California es solo un puñado.

Singularizando a las fuerzas organizadas, y revolucionarias

Brown también hizo lo que pudiera para atacar a varias fuerzas organizadas, en particular a los comunistas revolucionarios, que han estado dirigiendo la batalla sobre Oscar Grant. En una entrevista con la CBS-TV5, en referencia sutil a la lucha política contra la brutalidad policial y a los grupos a que singularizaba, Brown señaló a los que llamó “contrincantes ideológicos” de la policía. Afirmó que “a la enorme mayoría de la gente le gusta la policía” y que esa mayoría “quiere su protección”, pero estos “contrincantes ideológicos de la policía” tienen “una convicción tan rígida de que la policía es el problema”. Son “un grupúsculo de personas”, dijo Brown, “que creo que se puede controlar”.

Esta declaración trae algo que se debe entender y tomar en serio. Primero, a pesar de las mentiras de Brown en sentido contrario, hay miles y miles de personas con una experiencia amarga y de primera mano con la brutalidad policial y con un odio profundo a esta. (Consideren, por ejemplo, la experiencia de Oscar Grant y su familia y amigos, tal como confirma el testimonio en el Tribunal del Pueblo o la evidencia documental recogida por el Proyecto Vidas Robadas. Hasta los informes de los medios grandes se han dado cuenta de la enorme “brecha” entre la policía y la gente del este de Oakland.)

Segundo, aunque las fuerzas políticas organizadas, en particular los comunistas revolucionarios, quizás sean relativamente pocas ahora mismo, la declaración de Brown manifiesta preocupaciones subyacentes en los niveles más altos del estado sobre las posibilidades de que una mayor cantidad de los que se han indignado por las acciones de este sistema se conecten a la conciencia y organización revolucionarias, y que tomen parte en el movimiento revolucionario.

Tercero, su comentario sobre “controlar a los contrincantes ideológicos” es una clara amenaza de que usara la violencia del estado y otros medios contra los revolucionarios y oponentes radicales del sistema. Se debe tomar en cuenta con extrema seriedad, pues existe una larga historia de tal represión en California contra los que se unen con la gente para ponerse de pie y desafiar el orden establecido y que propagan la necesidad de la revolución o del cambio radical. Ahora mismo en el curso de la importante batalla por justicia para Oscar Grant, la policía, el sistema de justicia y los medios han tenido en la mira a los comunistas revolucionarios, incluidos miembros del Club Revolución y Libros Revolución de Berkeley. Y hoy el máximo oficial del orden público de California se ha sumado a este ataque. Es una situación ominosa. Luchar en contra de todo esto y defender a los revolucionarios y otros que caigan bajo el ataque contrarrevolucionario de diversas formas es una parte fundamental de la lucha. En particular, instamos a leer la declaración sobre David, integrante del Club Revolución, en las páginas centrales de este número.

Es justo, y urgente, continuar la lucha por justicia para Oscar Grant y para parar la brutalidad y asesinato policiales

Los sucesos del 21 de marzo no cambian la amarga realidad de la brutalidad y asesinato policiales que viven miles de personas. No justifican en absoluto el asesinato a sangre fría de Oscar Grant, ni los miles de otras vidas robadas por la policía. Y no se permite que se aprovechen como excusa para desbaratar, sofocar o reprimir la justa lucha por Justicia para Oscar Grant y para poner fin a esta epidemia nacional de brutalidad y asesinato policiales.

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