Revolución #170, 19 de julio de 2009


Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Irán: Sigue en llamas

29 junio de 2009. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar: A pesar de la brutalidad del régimen islámico de Irán, continuaron las protestas en Teherán y en muchas otras ciudades dos semanas después del comienzo del levantamiento. Aunque son de una escala mucho menor que en los primeros días, es extremadamente importante e inspirador que muchos jóvenes y otras personas persistan decididos, incluso ante los balazos, las golpizas, los arrestos y posiblemente la tortura. Estas protestas expresan una ira popular más amplia que no se apagará tan fácilmente.

Hubo informes de que la gente se reunió el 25 de junio en el cementerio Behsht-e Zahra, donde fueron enterradas Neda Agha-Soltan, la muchacha que murió balaceada por un miliciano Basij durante una manifestación, y otras personas asesinadas por las fuerzas de seguridad. Miles de personas se reunieron en la plaza Enghelab en la zona noreste del centro de Teherán el 27 de junio. Las familias de los arrestados y los asesinados durante los levantamientos recientes tenían planeado reunirse en el parque Laleh al norte de la plaza, pero las fuerzas de seguridad habían tomado el control del parque y de las calles de alrededor. Cuando los manifestantes en la plaza Enghelab fueron atacados, se dispersaron para luego reagruparse en el bulevar Keshavar-Tohid. Se dirigieron al parque Laleh, pero fueron atacados otra vez. Lucharon para reagruparse hasta muy noche. Algunos fueron golpeados y arrestados. El 28 de junio, después de un servicio conmemorativo, autorizado legalmente, para uno de los fundadores del régimen islámico, que murió hace muchos años, cuya familia es ahora un aliado del líder de oposición Mir Hosein Musavi, miles de personas volvieron a corear “Muerte al dictador”; como represalia fueron rociados con gas lacrimógeno.

Las varias organizaciones de seguridad de la República Islámica están actuando con un nivel de brutalidad que no se ha visto desde la masacre de presos políticos en 1988. Han movilizado a la milicia voluntaria Basij para irrumpir de noche en las casas particulares, en las vecindades y hasta en barrios enteros, para acosar a la gente, saquear sus apartamentos y hasta secuestrar a los jóvenes en algunas ocasiones. Algunos de esos ataques sirven para corretear a los manifestantes o a los que suben a los techos para corear consignas contra el régimen todas las noches a las 10 pm; otros simplemente sirven para intimidar a la gente.

Los testigos han grabado muchas escenas de la brutalidad con sus teléfonos celulares. Pero la represión es mucho peor de lo que el mundo ha presenciado. Se dice que han arrestado a más de mil manifestantes, entre ellos centenares de estudiantes. Sus familias no saben nada de ellos y temen que los estén torturando en la temida prisión Evin y otras.

Según se informa, han arrestado a muchos partidarios de Musavi y de otro candidato de oposición, Mehdi Karubi, así como varios periodistas de periódicos simpatizantes de estos candidatos. También detuvieron a personas que tenían altos puestos en el gobierno del ex presidente Mohammad Jatami o que han sido sus consejeros.

El 26 de junio, al final de los rezos de la tarde del viernes, el ayatolá Ahmad Jatami (sin parentesco con el ex presidente) dijo que los responsables de los “motines” “están en una guerra contra Dios”, lo cual es un delito capital en la República Islámica. Dijo: “Quiero que la judicatura castigue firmemente y sin piedad a los principales amotinados para escarmentar a todos”. La República Islámica ha hecho ejecuciones en masa a base de semejantes acusaciones anteriormente y palabras de ese tipo causan temor, con razón.

La intensificación de dos contradicciones importantes

Uno de los rasgos más importantes del reciente levantamiento popular en Irán es la intensificación aguda de dos contradicciones importantes, una entre el pueblo y la estructura del poder dominante y la otra entre las facciones dentro del poder político establecido.

Es bien sabido en Irán que la confrontación dentro del régimen no se limita al debate entre el presidente Mahmoud Ahmadinejad y su principal rival electoral Musavi sobre los resultados de la votación, sino que abarca la contienda entre Ali Akbar Rafsanjani y el “Líder Supremo” oficial del régimen, Ali Jamenei, los dos hombres más poderosos del régimen islámico. Sigue desde hace años y ahora está que arde. Hay rumores de que se han muerto comandantes de los Guardianes de la Revolución y otros peces gordos en combates de facciones en el transcurso de los años. En vísperas de los comicios, durante los debates televisados entre Ahmadinejad y Musavi, apoyados por Jamenei y Rafsanjani respectivamente, los dos dejaron de limitarse a las promesas y generalidades de siempre y desenmascararon algunos de sus crímenes el uno al otro. Ahmadinejad incluso criticó a Rafsanjani por corrupto, mientras Musavi se abstuvo de criticar ni siquiera indirectamente a Jamenei, hasta una semana después de las elecciones, cuando Jamenei dejó de disimular que era neutral. Si bien no tienen nada de nuevo las fuertes riñas intestinas, es muy insólito que las hayan destapado tanto ante a las masas.

Eso es un factor importante que ha permitido que estallaran el descontento y la ira que en muchos sectores de la gente han venido hirviendo por debajo de la superficie desde hace mucho. Por su parte, la furia y la iniciativa populares han impactado en las rivalidades intestinas del régimen y han creado una situación que cobra vida propia. Posiblemente ni un lado ni el otro pueda dar marcha atrás o ponerle fin a la crisis.

Es especialmente compleja esta rivalidad porque realmente no hay dos lados bien definidos sino coaliciones movedizas de camarillas, con intereses económicos, visiones políticas y rasgos ideológicos que están tanto encontrados como convergentes. Hay dos puntos principales al respecto que hay que captar. Uno es que Rafsanjani y Musavi, al igual que Jamenei y Ahmadinejad, y todos los personajes políticos importantes sin excepción, luchan por conservar el régimen islámico y restaurar su legitimidad ante por lo menos ciertos sectores de la población. El otro punto es que Estados Unidos ha estado y sigue estando decidido a derrocar la República Islámica o a reconfigurarla con cambios dramáticos, y cómo lidiar con eso y quién saldrá ganando en ese proceso inevitablemente sangriento son factores que impulsan las disputas intestinas del régimen.

Los dos lados son más que dispuestos a llegar a un acuerdo con Estados Unidos si es que el gobierno estadounidense lo acepte al mismo tiempo que logre salvar su dominio político propio. Irónicamente, al pelear los dos lados por apropiarse de la legitimidad ideológica y política del régimen y luchar por lo que cada uno piensa que la conservará, la confluencia de sus riñas internas con los sentimientos populares y las protestas a veces incontenibles, ha destrozado esa misma legitimidad.

La interpenetración de la contradicción entre el pueblo y el régimen y las propias contradicciones internas del régimen trae ventajas para los intereses revolucionarios del pueblo, pero también desventajas. Un peligro importante es que el pueblo se haga nuevas ilusiones al mismo tiempo que se deshace de otras.

Hay muchos factores poderosos, tanto en la propaganda de la Voz de América y la televisora BBC y la del régimen, como en el funcionamiento de la vida misma, que fortalecen la idea de que se trata de un conflicto entre el fundamentalismo islámico y la democracia electoral al estilo occidental, y especialmente varias mezclas y tonos de los dos bandos. La democracia burguesa, en la cual las elecciones disfrazan la dictadura de la clase capitalista monopolista en los países imperialistas, por muchas razones logra engañar aún más en países dominados por el imperialismo como Irán. Por ejemplo, las potencias imperialistas siempre han usado la fuerza y la amenaza de la fuerza para proteger sus intereses allí, junto con el poderío abrumador de su capital. Pero de todos modos esas ilusiones tienen bastante fuerza, especialmente porque corresponden a la perspectiva de la mayor integración de Irán en la economía mundial capitalista y los planes agresivos del presidente estadounidense Barack Obama de lograr reconfigurar el Medio Oriente donde no pudo su predecesor George Bush.

Entonces, el enmarañamiento de diferentes contradicciones es un rasgo importante de la crisis actual y del levantamiento popular actual. Pero lo que empezó como una disputa entre rivales reaccionarios no tiene que terminar dentro del mismo marco. Un factor es que el levantamiento popular inesperado ha trastornado los planes de todos esos reaccionarios. Otro es que esta situación crea las condiciones en que puedan intervenir los comunistas y dirigir a las masas para que entiendan mejor sus intereses revolucionarios y rompan con todos los caminos reaccionarios que ahora se disputan su lealtad o porque creen en dichos caminos o por ideas aparentemente más pragmáticas —pero iguales de incorrectas y sofocantes— sobre lo que sea posible. Una gran cantidad de personas han demostrado que están dispuestas a ir mucho más allá de lo que quiera la oposición islámica y hasta dónde los imperialistas les aconsejan que vayan.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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