Revolución #173, 16 de agosto de 2009


Escena #2

¿Qué es lo que necesitamos? ¡REVOLUCIÓN!

¿Quién es el nuestro líder? ¡BOB AVAKIAN!

Mientras una docena de revolucionarios caminaban en la calle, un grupo de hombres veintiañeros sentados en su porche nos preguntaron: “¿Qué es lo que están diciendo sobre la revolución?” Un joven estaba cortando el pelo de su amigo mientras escuchaba, cuando otro miraba el periódico y me preguntó: “¿Qué es lo que no te gusta sobre la dirección de este sistema?” Le mostré las fotos y me dijo que la que muestra la brutalidad policíaca era algo que conocía bien, pero señaló a la del hombre en una capucha que sufría la tortura. “¿El gobierno nuestro realmente le hace eso a la gente?” Compró el periódico. “Me enseñaste algo que no sabía”. Y luego me dijo: “Nunca antes hemos tenido una manifestación en nuestra calle”. Algunos tocaron el claxon y levantaron el puño mientras pasaban en su coche. Algunos pararon el coche a mitad de la calle y gritaron por la ventana: “¡Revolución!” Y luego: “¿Cómo dijiste que se llamaba su líder?” A veces, dos o tres coches se pararon en una fila en una calle residencial, y la gente extendió el brazo por la ventana gritando: “Yo quiero uno de esos periódicos”. Unos jóvenes más pequeños se acercaron a las exposiciones en nuestro carrito, hablando de Oscar Grant, y luego de otros asesinados por la policía. Luego preguntaron sobre todos los otros retratos en la exhibición, los que desenmascaran este sistema capitalista y lo que hace alrededor del mundo. Mientras explicamos cada uno, un joven un poco mayor se acercó en bicicleta, y alguien le explicó cada una de las fotos. “¿Ustedes son revolucionarios?” Una mujer negra joven paró su coche y dijo que teníamos razón acerca del sistema. Dijo que había tenido mucha esperanza en Obama pero ahora estaba empezando a ver que aunque él quisiera, no pudiera hacer nada porque es parte del sistema. Miró las fotos de los niños asesinados por Estados Unidos y dijo: “Eso es terrible, y he empezado a preocuparme acerca de mi propio hijo que es solo un bebé, las cosas tienen que cambiar”. Cuando se enteró de la formación política de Bob Avakian, dijo: “Ya sé algo sobre los Panteras. Pero solo he oído de ellos y nunca he visto a gente marchando en la calle gritando ‘revolución’”.

A algunos no les gustó lo que hicimos, y nos dijeron que fue la gente y no el sistema la que había puesto todo en desorden, y que deberíamos hablar de Jesucristo y no de la revolución. “Oración”, dijo una mujer, “oración, oración, oración”. Al mismo tiempo, nuestra marcha y coros atrajeron a algunas personas que también son religiosas. Un hombre negro joven que vio la bandea roja y oyó la palabra “revolución” se apresuró a reunirse con nosotros y tomó parte en luchar con la gente que conocimos acerca de Obama y sobre la necesidad de participar en la política y ser parte de cambiar el mundo. Este joven había trabajado con reformistas y organizaciones sin fines de lucro y vio claramente que lo que estábamos haciendo era distinto, y esto le gustó. Hicimos planes de reunirnos y discutir las cosas más profundamente.

Cada cuadra era diferente. En algunas, la gente se quedó detrás de la puerta. Otras casas fueron incendiadas y estaban cerradas con tablas. Algunas cuadras estaban vivas, otras desoladas. Algunas veces, la gente asomó la cabeza por la ventana y abrió la puerta. Un hombre descendió del porche aplaudiéndonos, otra mujer mayor se asomó por la escalera y dijo: “¿Revolución? ¡Alabado sea Dios!” Unas cuantas personas grandes nos pidieron vehementemente que habláramos con los jóvenes. Uno de ellos contribuyó más dinero para que pudiéramos distribuir el periódico a los jóvenes. Dijo que en su juventud era presidente de la Unión de Estudiantes Negros y todavía quería la revolución. Una mujer de Camboya miraba las fotos de los niños de Irak y le embargó la emoción. Puso unos dólares en nuestras manos diciendo: “Los yanquis bombardearon a mi país también”.

Mientras estábamos pasando por una casa, una mujer joven abrió la puerta. Cuando le dijimos que estábamos construyendo un movimiento revolucionario para derrocar al sistema y llegar a un mundo completamente nuevo, nos preguntó: “¿Cómo puedo participar?” Le respondí que primero debería obtener este nuevo llamamiento, pero me interrumpió y dijo: “¡Quiero hacer más que eso!”

Otra mujer, al escuchar qué apoyamos, nos preguntó: “¿Qué puede hacer una madre soltera para esta revolución?” Mientras discutimos eso con ella, compró el periódico con entusiasmo. Más tarde en el día, volvió con sus preguntas e ideas después de haber leído el llamamiento. Un coche repleto de personas se acercó y nos dijeron: “Nos encantan ustedes”, y donaron dinero para el periódico. Recorríamos rápidamente un barrio y al pasar por las casas, las conversaciones y la gente que chequeaba la revolución nos seguían por la calle. Se podía oír personas diciendo: “¿Oíste lo que dijeron? ¡Dijeron Revolución!”

La tarde en una zona donde viven muchos inmigrantes latinos:

Nos acampamos con fotos de color de los periódicos y una exposición sobre los libros de Bob Avakian, y una mesa pequeña de libros. Entonces ya sabíamos que muchas personas que encontramos ya sienten fuertemente que el mundo está jodido y se necesita mucho el cambio, pero no saben mucho de nuestro movimiento, de nuestro líder ni de las posibilidades de la revolución. Así fuimos directamente al grano y les decimos que tenemos un partido, un líder, un plan y una estrategia, y que si quieres el cambio real, tienes que unirse a este movimiento revolucionario y llegar a conocer a Bob Avakian. Muchos hispanohablantes de varios países latinoamericanos se detuvieron para comprar el periódico, algunos obtuvieron paquetes pequeños. La gente quería hablar sobre la diferencia entre esta revolución y la de Cuba y Venezuela. Una mujer nos preguntó si fuera posible una solución que era una mezcla de socialismo y capitalismo, tal como lo que decía Hugo Chávez. Nos dijo que su hijo sostenía esto, pero ella creía que él no tenía razón y que nosotros sí.

“¿De qué clase de revolución hablan ustedes, y cuál es su plan?”, nos preguntó un hombre alto y bien vestido. “¿Qué dice su líder que es tan importante?” Le dijimos que él tenía todo un conjunto de obras y le mostramos la literatura. Alcanzó al DVD Revolución: por qué es necesario, por qué es posible, qué es de Avakian. Dijo que iba a Paraguay y que lo llevaría consigo, junto con el periódico. También compró el Manifiesto cuando se enteró que contenía cosas importantes sobre el movimiento comunista internacional, especialmente su tratamiento del análisis de Bob Avakian que defiende y aprende de las revoluciones del pasado en Rusia y China pero que también evalúa críticamente sus puntos fuertes y débiles, y así forja una nueva síntesis para la revolución en el mundo de hoy.

Un joven nos oyó coreando y se nos acercó para ver la exposición, y señaló las fotos de soldados estadounidenses en Irak: “Ya sé de eso. Soy jordano. Es terrible, pero ¿qué dicen ustedes que se puede hacer?” En pocas palabras le dijimos por qué estábamos allí, llevando no solo el llamamiento a la revolución sino también dando a conocer a la gente que tenemos a un líder que se ha dedicado la vida al pueblo y ha estudiado profundamente el proceso de la primera ola de revoluciones y tiene repuestas científicas sobre cómo seguir adelante. Y que llamamos a todos los que quieren el cambio a aprender acerca de lo que está diciendo Bob Avakian. Y que existe una salida concreta de este horror, no una “elección” falsa entre los imperialistas estadounidenses y los movimientos islámicos, sino un movimiento laico, revolucionario y comunista por la liberación auténtica. Le mostramos la literatura del PCR y de Bob Avakian. Inmediatamente tomó ¡Fuera con todos los dioses! También compró Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos y el número del periódico con el Llamamiento.

Unos minutos después, otro joven latino también compró el mismo folleto. Nos dijo que su nombre estaba en la lista de correo electrónico de la librería y había leído varias cosas a fin de elevar su conciencia, como el libro de Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo, que pensaba que fue muy actual. Aceptamos que la crisis de este sistema era global y profunda y que es una parte del potencial para el desarrollo de una crisis revolucionaria en Estados Unidos. Él había leído algunos artículos de Bob Avakian en el periódico y quería entrar más profundamente en la teoría, en especial quería saber cómo sería posible hacer una revolución en ESTE país en la época actual.

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Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
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