Revolución #175, 6 de septiembre de 2009


Un verdadero comienzo

Hace unas seis semanas, nuestro Partido lanzó una campaña sin precedentes.

¿Los objetivos?

Hacer que millones de personas en este país y alrededor del mundo sepan de esta revolución, y lo que abarca...

Hacer que Bob Avakian, cuya dirección nos da muchas más posibilidades reales de hacer tal revolución, llegue a ser un punto de referencia de gran influencia en la sociedad...

Y atraer y formar un núcleo de personas dispuestas a luchar por esta línea, a construir las fuerzas organizadas alrededor de ella y a prepararse para una situación, y hasta acelerar su llegada, en la cual es verdaderamente posible hacer esa revolución.

¿Los medios principales?

Un mensaje, un llamamiento, a millones de personas, que de manera concisa y poderosa condena al sistema que es la raíz del sufrimiento de la humanidad... plantea la visión de la revolución que hay que hacer para librarnos de él... y comunica a la gente una idea de la dirección que tenemos para hacer esa revolución. Ese mensaje, ese llamamiento, salió por primera vez en el número 170 de nuestro periódico. Es el eje de una campaña de muchas dimensiones, que alcanzará a todo el país y repercutirá alrededor del mundo.

Por qué estamos haciendo esto, lo mucho que está en juego

¿Por qué estamos haciendo esto? Porque el mundo, tal como es, es intolerable... porque cada vez más personas captan que no es posible continuar así y que la humanidad necesita una salida... pero en todos lados se les ofrecen soluciones falsas. Solo hay una salida real, que emancipa a la humanidad: la revolución, una revolución comunista. Y existe una dirección que hace que las posibilidades de esta revolución sean reales. Pero la gente no sabe eso.

Para captar la importancia de esta campaña, tenemos que ver en qué momento estamos en la historia.

En 1976, un golpe de estado militar y contrarrevolucionario en la China revolucionaria mató y encarceló a miles de comunistas revolucionarios. Se restauró el capitalismo en lo que antes fue un país socialista en camino al comunismo (aunque los líderes actuales de China todavía afirman ser “comunistas”).

Después de esa amarga derrota, la clase capitalista imperialista de todo el mundo ha lanzado un implacable ataque ideológico y político contra el comunismo.

Como dice El comunismo: el comienzo de una nueva etapa. Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos:

“La derrota temporal del socialismo y el fin de la primera etapa de la revolución comunista... [e]ntre otras cosas, ha conducido a tener las miras bajas y los sueños reducidos: aun en las personas que antes sí conocían mejor y que habían aspirado a mayores cosas, a corto plazo ha suscitado la aceptación de la idea de que, en realidad y al menos en el futuro inmediato, no puede haber ninguna alternativa al mundo tal como es, bajo la dominación de los imperialistas y otros explotadores. Que lo más a que se puede aspirar, y por lo que se puede trabajar, son ajustes secundarios en el marco de acomodarse al sistema. Que lo demás —sobre todo la tentativa de lograr que se haga una ruptura revolucionaria con los confines del sistema a fin de alcanzar un mundo comunista radicalmente diferente— no es realista y va a traer el desastre.

A su vez, en el “vacío” suscitado por la pérdida del socialismo y los reveses acompañantes para el comunismo, y con las depredaciones constantes y aún mayores del imperialismo —con los trastornos, caos y opresión que todo eso trae para literalmente miles de millones de personas en todo el mundo—, han crecido de manera importante el fundamentalismo religioso y sus expresiones organizadas en muchas partes del mundo, inclusive en los sectores sociales más oprimidos. Tantos los saqueadores y asesinos múltiples imperialistas, como los fundamentalistas religiosos fanáticos —siendo los primeros más poderosos y quienes hacen más daño y quienes al hacer eso, dan más impulso a los segundos— representan un velo oscuro, y cadenas muy reales, de esclavización e ignorancia obligatoria, y se refuerzan aunque se oponen mutuamente.” [Revolución #143, 21 de septiembre de 2008]

Como plantea el Manifiesto más adelante, el comunismo está en una encrucijada. El movimiento comunista revolucionario, en todo el mundo, está frente al problema muy real y agudamente planteado de ser o “una vanguardia del futuro o un residuo del pasado”. A eso, ser una vanguardia del futuro es la única respuesta aceptable. Hacer que la revolución y el comunismo vuelvan a ser una opción real, no simplemente que sobrevivan sino que estén en contienda como una fuerza real en todo el planeta: esa tiene que llegar a ser la misión de esta generación.

Esta campaña propone dar un paso gigantesco hacia la realización de esa misión. Debido a su importancia primordial, es de particular importancia sacar un balance del progreso que hemos tenido hasta ahora y aplicar las lecciones aprendidas para trazar unos objetivos centrales para los próximos meses. En este editorial, estamos hablando a los que han emprendido el trabajo de esta campaña, mientras invitamos a otros a unirse con nosotros para bregar con los retos a los cuales el movimiento revolucionario está haciendo frente.

“Aquí vienen los revolucionarios”

“Hablamos en serio y no retrocederemos ni le daremos la espalda a lo que hemos iniciado, a la gente que necesita esta revolución. Seguiremos persistiendo y echando raíces para fortalecer este movimiento para la revolución, para forjar las bases, ampliar la influencia y organizar las fuerzas que necesitamos para hacer la revolución. No seremos intimidados, obligados a retroceder ni ahuyentados”. [“La revolución que necesitamos... La dirección que tenemos”, Revolución #170, 19 de julio de 2009]

Hay una nueva audacia en el estilo que los revolucionarios han llevado a su trabajo en estas últimas semanas: no solamente en cómo actúan al llegar a una zona, sino en la claridad con la cual plantean sus metas, su dirección y lo que ellos mismos representan. No le dan bombo, sino enjundia... y una audacia que corresponde a esa enjundia.

Como parte de eso, los revolucionarios están yendo a la gente con un “estilo de trabajo” basado en escucharle más atentamente y abordar más a fondo sus preguntas y puntos de vista. Están empezando a incorporar a la gente en apoyar el movimiento en diferentes formas y en diferentes niveles, con un pleno aprecio incluso de formas muy iniciales como una base para el futuro. Además, han ocurrido importantes ejemplos, de Oakland a Akron, de combinar todo eso con unirse a la gente y dirigirla a luchar contra el poder.

Todo eso es bueno; pero en realidad, es solo un comienzo. Le falta llegar a ser toda una campaña. Los revolucionarios quieren forjar formas de llevar todo eso a un nivel más alto, de lograr realizar esos objetivos y no simplemente “hacer unas cosas buenas”. Como una parte clave en eso, queremos continuar descubriendo las maneras en que gente de todo tipo pueda ser parte de esta misión revolucionaria; es por eso, en parte, que estamos planteando aquí lo que hemos aprendido.

Unas lecciones clave hasta la fecha:

Hacer que la gente llegue a familiarizarse con la dirección de Bob Avakian, en sus diferentes dimensiones, y centrarse realmente en ella, es una forma poderosa de despejar la niebla y el derrotismo y darle esperanza a la gente... sobre una base sólida y científica.

Hay que aprovechar y desarrollar más las formas adicionales que ya se han descubierto para hacer que este mensaje le llegue al corazón de la gente, por ejemplo usar las fotos del número especial en que se publicó el mensaje/llamamiento o leer el mensaje en voz alta en grupo y detenerse para explicar y examinar cada idea. En particular, el afiche publicado en la contraportada del número 171, con la declaración de Bob Avakian sobre la muerte de Willie “Mobile” Shaw, puede servir como una puerta importante para que la gente chequee el mensaje, y el movimiento revolucionario... a la vez que provee un poderoso modelo de vida que debemos popularizar más. El Manifiesto de nuestro Partido, sus poderosas declaraciones recientes sobre la opresión del pueblo negro y la opresión de la mujer: debemos aprovecharlos más y usarlos, y otros también.

Para repetir, a pesar de los avances iniciales de integrar a la gente en el trabajo, esta tiene que ser mucho más una “campaña de las masas”, emprendida por centenares de personas en formas diversas, seguidos por miles y luego decenas de miles más.

Lo cual lleva a nuestro próximo tema:

Se debe organizar al pueblo

“Debemos correr la voz acerca de todo esto en los cuatro puntos cardinales del país... dándole a la gente los medios de formar parte de este movimiento revolucionario y organizando a todos los que quieran hacer una contribución al mismo, que quieran trabajar y resistir, luchar y sacrificar, para crear un mundo mejor y no para mantener la pesadilla que es este mundo”.

Es muy importante —y es una meta crucial de toda la campaña— forjar un núcleo de comunistas revolucionarios convencidos y dedicados. Pero este núcleo no puede ser forjado en un invernadero. Este núcleo debe ser parte y estar al centro de un proceso más grande incorporando a diferentes tipos de personas, con niveles muy diferentes de comprensión y compromiso, todas las cuales apoyan y en grados diferentes participan en este movimiento. El aglutinador y el eje de todo esto serán el mensaje/llamamiento. Pero este trabajo revolucionario tomará muchas diferentes formas: juntar pequeños grupos para hablar de esto... librar diferentes luchas contra el sistema el próximo año... levantar fondos para sostener y expandir este movimiento... y otras. Todos estos son elementos cruciales que requieren de los esfuerzos de muchas personas, y su trabajo a diferentes niveles. Y todas esas son potenciales entradas para participar más profundamente en el movimiento revolucionario.

He aquí lo importante: el movimiento que estamos creando requiere de diferentes tipos de personas con diferentes niveles de comprensión que hacen muchas cosas diferentes... desde hoy en adelante. Nosotros deberíamos esforzarnos en todo lo que hacemos para construir relaciones permanentes de trabajo con la gente.

Con la visión de un movimiento revolucionario vibrante y multifacético, con toda clase de disparidades y elasticidad, usted también puede ver más claramente qué tan decisivo es un núcleo dirigente y qué tan urgente es ahora mismo que el núcleo se expanda, eche raíces más profundas, tenga más claridad acerca de las metas, los medios y los objetivos de hacer la revolución. Y las personas también podrán ver en el trabajo y la lucha del presente el bosquejo de una futura sociedad y podrán palpar algo de esta.

“Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”

Nos toca a nosotros: despertarnos... sacudirnos lo que nos imponen, las formas en que nos tienen pensando para que puedan mantenernos sometidos y atrapados en el mismo ajetreo cotidiano de siempre... levantarnos, como Emancipadores de la Humanidad conscientes. Los días en que este sistema simplemente puede seguir haciendo lo que le hace a la gente en este país y en todo el mundo... en que la gente no tiene la inspiración ni la organización para hacerle frente a estas barbaridades y acumular las fuerzas para poner fin a esta locura... esos días deben TERMINAR. Y esto SE PUEDE hacer.

Dos cosas que han quedado aun más claras mediante lo que la gente nos ha dicho mientras que hemos difundido este mensaje: su profundo interés por el futuro enfrentado por la juventud; y su furia y odio hacia las formas en que la policía hostiga, brutaliza y mata a esos jóvenes. Esto resalta la importancia de forjar un muy poderoso día de protesta en contra de todo eso el 22 de octubre de este año, de manera que desafíe el brutal peso asfixiante de las autoridades.

Este mensaje es el aglutinador y el eje de una campaña más grande. Y esa campaña en gran medida incluye “luchar contra el poder” como un elemento central. Como se anotó antes, ya habido una buena experiencia en integrar el mensaje y otras herramientas ideológicas como el DVD, mientras que se lucha contra la opresión. Esto debe ser redoblado y convertido en un rasgo característico de lo que sucede cuando los revolucionarios salen a la escena. Ha habido también ejemplos importantes como defender el derecho de las mujeres al aborto y protestas combativas contra el promotor de la tortura del régimen de Bush, John Yoo... y en octubre habrá acciones importantes contra la guerra, el reclutamiento en las secundarias y por los derechos de la gente gay, incluyendo el derecho a casarse. El mensaje/llamamiento debe estar en todo esto, como parte de la inspiración y la organización de la gente para hacerle frente a estas cosas.

Todos los elementos de la consigna, Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución, deben estar en marcha cuando los revolucionarios salgan la próxima semana con el número especial dirigido a las escuelas intermedias y secundarias.

Levantar fondos es un trabajo revolucionario esencial

Un elemento crucial de esto es la recolección de fondos. Contribuir y recolectar fondos es una forma clave en que muy amplios sectores de la gente pueden participar y apoyar este movimiento. A la vez, sin un salto en la recolección de fondos, tanto la cantidad como la manera en que se integra a toda fase del trabajo revolucionario, el movimiento no podrá avanzar.

Veamos solo un ejemplo: hoy existen más de 150 prisioneros en la lista de espera para una suscripción de Revolución. Estos prisioneros, todos y cada uno, podrían jugar un rol importante en propagar las ideas de este periódico entre aquellos que el sistema ha desechado, cambiando a las personas de desechables a “emancipadores de la humanidad”, pero ellos no pueden hacer eso porque no hay dinero suficiente para enviar el periódico a todos los que lo quieran. Y esos prisioneros son solo la punta del iceberg en términos del potencial. Y es difícil de dormir con eso en la mente. Y es una situación intolerable y completamente inaceptable. ¿Pero no es posible ganar a muchas más personas para que apoyen el derecho de esos prisioneros de conectarse con esta línea vital importante a la revolución y a la vida misma?

Por supuesto, existen necesidades financieras más grandes que esta: el apoyo a las librerías que durante estos difíciles y cambiantes tiempos económicos promueven y difunden la literatura del Partido así como otros libros y publicaciones radicales; el apoyo financiero para los oradores que pueden darle vida a la línea del Partido y conectarla a miles y sí, millones; la publicidad para difundir el DVD de la charla de Bob Avakian Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es; la publicación y la expansión de este periódico; y mucho más.

Cada una de estas cosas es un desafío al cual hay que responder... y cada una es también una oportunidad para traer nuevos niveles y capas de gente al apoyo del Partido y para cultivar ahora mismo un espíritu entre miles y decenas de miles de que la gente necesita apoyar su dirección.

Pero seamos claros de lo que está en juego: esto no es solo “algo bueno para hacer”. Se trata realmente de responder al desafío, como dijimos antes, de ser una vanguardia del futuro. Se trata de si nosotros saldremos de esta encrucijada para la humanidad con una auténtica revolución en las mentes de millones y como el propósito en la vida de un creciente núcleo, especialmente de jóvenes. Se trata de una ruptura revolucionaria hacia adelante, que surge como una nueva fuerza en el mundo y se trata de zafarse del círculo vicioso de las “bajas aspiraciones y bajas expectativas” y la aceptación generalizada de ESTO como el “mejor mundo de todos los mundos posibles”. Se trata de empezar una nueva etapa de la revolución comunista en el mundo.

Ahora es el momento.

Marchando adelante

Aquellos que han empezado, y se enlistaron, alrededor de esta campaña “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos” deben sentirse orgullosos de ser parte de iniciar un intento tan audaz y absolutamente necesario. Serán parte de iniciar una nueva ola de comunismo.

Nosotros hemos empezado. Ahora debemos perseverar, no sin rumbo, sino trabajando de manera consecuente y concreta hacia los tres objetivos de la campaña basándonos en la línea del Partido sintetizada poderosamente en este mensaje.

Debemos perseverar con los principios y métodos correctos al mando y como una expresión concentrada de eso, y tener siempre presentes los tres objetivos de la campaña, y la necesidad de estar constantemente aprendiendo, y desarrollando y forjando los medios de avanzar hacia la verdadera realización de esos objetivos, y como una norma y medida en todas las cosas que se hacen en esta campaña.

Nosotros debemos perseverar de modo que cumplamos con lo que se promete al final del mensaje, no como alguna especie de “posición” abstracta divorciada de la línea y los objetivos estratégicos plasmados y sintetizados en el mensaje y la campaña (y por lo tanto una posición opuesta a dicha línea y objetivos), sino precisamente con el propósito inquebrantable de convertir en una realidad política y material lo que se plantea en el mensaje y de lo que se trata la campaña:

UN MUNDO COMPLETAMENTE DIFERENTE, UN FUTURO MUCHO MEJOR, ES POSIBLE. TENEMOS LO QUE NECESITAMOS PARA LUCHAR POR ESE MUNDO, POR ESE FUTURO.

NOS TOCA A NOSOTROS ENTRARLE Y ASUMIR EL RETO DE HACER QUE ESTO OCURRA.

Como dice la Constitución de nuestro Partido: “La emancipación de toda la humanidad: esa, y nada menos, es nuestra meta. No existe ninguna causa mayor, ningún objetivo mayor a que dedicarnos la vida”.

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