Revolución #177, 27 de septiembre de 2009


Carta de Chicago:

Las masas se levantan contra un asesinato policial en Rockford, Illinois

10 de septiembre. Durantes los últimos 10 días, centenares de negros de Rockford, Illinois, han llenado las calles en repetidas marchas y mítines, denuncias y vigilias, reuniones comunitarias y servicios de iglesia, para expresar su indignación y demandas de justicia por el asesinato policial de Mark Anthony Barmore, un afroestadounidense de 23 años asesinado el 24 de agosto de 2009 por dos policías blancos. Los dos agentes lo balearon en la espalda después de perseguirlo a una iglesia local, matándolo frente a 10 ó 12 niños que estaban en la guardería de niños en el sótano de la iglesia.

De acuerdo a Sheila Brown, esposa del ministro y también directora de la guardería, ese día después del mediodía Barmore estaba caminando cerca de la iglesia. Barmore le había pedido consejo a Brown, porque lo buscaban en conexión con una llamada al 911 que su novia había hecho en una disputa doméstica. Brown dice que volvió y caminó hacia la guardería y, antes de que la puerta siquiera se cerrara, Barmore entró corriendo y gritando: “Me están siguiendo”. Brown dice que estaba tratando de proteger al grupo de niños, de cinco a diez años de edad, cuando los policías Oda Poole y Stan North le mandaron a Barmore que saliera de la sala de calderas. De acuerdo a Brown, Barmore acató esa orden: “Barmore tenía las manos arriba y la cabeza abajo. Estaba completamente sumiso”. Sin embargo, los agentes le dispararon varias veces, a pesar de que estaba boca abajo en el suelo, lo que ponía en peligro la vida de los niños, pues los policías tenían bloqueada la salida. Brown y su hija de 17 años, que también presenció el incidente, desmienten la versión policial de que Barmore había agarrado la pistola del agente e insisten en que tal lucha no ocurrió. Una autopsia independiente, hecha a petición de la familia de Barmore, demuestra que le pegaron tres balas a la espalda, lo que confirma la versión de las Brown y desmiente las mentiras de la policía.

Al correr la voz sobre el asesinato, la familia y los amigos de Barmore y otros de la comunidad se convergieron en la iglesia y se pusieron a denunciar las mentiras y demandar que se les escuchara; les enojaba en particular que el jefe de policías de Rockford estaba diciendo a los noticieros que la versión de los agentes demostraba “los hechos”.

Esos dos policías tienen fama por su brutalidad. En 2003, el agente North le baleó a Lataurean Brown en una parada del tránsito, y alegó que Brown había tratado de arrollarlo con el vehículo en marcha atrás. En enero de 2007, su colega Oda Poole baleó a dos hombres en un carro, y también afirmó que habían tratado de arrollarlo. Unos meses más tarde, Poole mató a balazos a Louis Henderson, Jr., de 66 años, y dijo que este se le había acercado con una pistola, la cual resultó ser un martillo dentro de un calcetín. Las autoridades del condado Winnebago determinaron que los tiroteos y el asesinato a manos de esos agentes fueron “justificados y apropiados”, así como han decidido en cada incidente en que la policía de Rockford usara la fuerza mortal contra la gente desde el año 1992. En respuesta a los medios informativos de la localidad, el jefe de policía Chet Epperson admitió que se le entrena al cuerpo de agentes a tirar para matar: “Disparar contra la masa central [del cuerpo]. Enseñamos a los agentes que cuando usan la fuerza mortal, deben continuar hasta que la amenaza se elimine o se disminuya”.

En una de las marchas, cientos de personas bloquearon el tráfico y, caminando tres millas, cruzaron el puente del lado oeste de la ciudad, un barrio principalmente de gente de minorías, para llegar al ayuntamiento y el cuartel general de la policía, cantando “La sangre está en la chapa” y “Tenía las manos arriba”. Una mujer expresó el sentimiento de muchos: “Simplemente creo que ya basta, y hay que hacer algo”. Ella viajó una hora y medio para estar en la protesta, que contó con una presencia principalmente negra, pero a la cual se les unieron blancos y latinos también, y miembros de decenas de iglesias de Rockford. Dijo: “Esta es una causa muy justa. Yo creía que una iglesia iba a ser un refugio, que uno estaría seguro en una iglesia. [Barmore] fue a una iglesia y perdió la vida”. De acuerdo con el obispo John Senter de la iglesia Faith Walkers Assembly, la tradición de refugiarse remonta al Antiguo Testamento. Como un hombre dijo en el mitin: “¡No se dio ninguna maldita refriega, pues Barmore estaba entregándose! ¿Cuándo se va a parar todo eso? ¡Están matando a los chicos!”

En respuesta a esa expresión de rabia, las autoridades de Rockford, por primera vez en su historia, llamaron por una investigación supuestamente “independiente” a cargo de un equipo de trabajo compuesto de investigadores de la Policía Estatal de Illinois y la Fiscalía Estatal del condado de Cook. Esto de por sí es una burla al público y un crimen, en vista de los hechos: pues la Fiscalía Estatal del condado de Cook ha justificado un montón de asesinatos policiales en el condado, ha condenado injustamente a muchas personas inocentes por otros tipos de incidentes y las ha dejado pudrirse por décadas en el pabellón de la muerte hasta que estas lograron exonerarse; y ayudó a desatar y encubrir la tortura abierta del infame equipo de tortura del Área Dos para después galardonar a su comandante, el teniente Jon Burge.

El reverendo Jesse Jackson pronto entró en la brecha de esta ciudad de 150.000 habitantes, que está 130 kilómetros al noroeste de Chicago y tiene el mayor nivel de desempleo de todo el estado (15%). La presencia de Jackson ha atraído más atención a ese asesinato horrible y le ha llevado a sentir a mucha gente de Rockford que sus demandas por justicia tienen algún respaldo. Sin embargo, el mensaje global de Jackson (al estilo de Obama) de que los dos lados tienen que unirse para lograr una “cicatrización positiva de las divisiones” (además de trabajos y que la gente negra asume una responsabilidad personal) ha tenido el efecto de encauzar la indignación y la determinación popular de luchar contra el crimen de brutalidad policial por canales que no señalen el sistema como raíz y ejecutor de ese crimen y todas las penurias de las masas de Rockford y del planeta.

Jackson está pidiendo una investigación federal a cargo del Departamento de Justicia (DOJ). Pero hasta ahora, el gobierno federal, mediante el Servicio de Relaciones Comunitarias del DOJ, se ha metido en el asunto solo para —¡imagínese!— proveer servicios de relaciones públicas a la municipalidad de Rockford. También está ofreciendo “mediación, conciliación, capacitación y ayuda técnica”. No obstante, hace tiempo se sacó a la luz que el Servicio de Relaciones Comunitarias y las relaciones que cultivaba con personas de la comunidad negra, para “mediar las tensiones raciales”, eran una fuente de inteligencia para las operaciones gubernamentales de contraespionaje, y parte de operaciones mayores de intervenir teléfonos, rastrear archivos bancarios e impositivos, chantajear, golpear y acusar injustamente a las personas, con el fin de desbaratar, destruir y a veces asesinar a los que se atrevieron a alzar la voz durante los movimientos de oposición de los años 60, entre los cuales los asesinatos de Malcolm X y Fred Hampton son solo dos ejemplos1.

Parece que en estos momentos muchas fuerzas progresistas están dejándose embaucar por esta porquería de reconciliación, etc., y están diciendo que ahora tienen confianza en que todo va a tener una resolución positiva y que se hará justicia. Pero esa idea es equivocada y peligrosa también, ¡pues los perros andan sueltos! Eso sí, los policías ahora están montando su propio mitin con la demanda de que los dos agentes regresen a patrullar en vez de hacer tareas administrativas. (Eso es lo que la policía de Rockford hace normalmente en casos de asesinato policial: a los agentes les hace trabajar en la oficina, haciendo tareas administrativas, mientras esperan la determinación usual de que el asesinato “se justificó”.) Ahora están levantando un revuelo, diciendo que incluso ese castigo es persecutorio. Y eso no es lo peor, pues unos reaccionarios derechistas, llenos de intensidad apasionada e intenciones genocidas contra los negros, están llamando a los programas de radio y lanzando su basura racista de que ¡es bueno que le tiraron en la espalda a Barmore y una lástima que no mataran a más de ellos (o sea, a gente negra)!

Por supuesto, muchos negros del oeste de Rockford no han quedado satisfechos con la dizque solución de “cicatrización”. Steve Muhammad de New Life National dice: “Es una cuestión de confianza. Los negros de la ciudad de Rockford estamos teniendo problemas de confianza”. Y muchos quieren seguir recogiendo el guante que se ha arrojado. Unas personas, por ejemplo unos familiares de Barmore, prometen que van a luchar hasta el último suspiro para que estos policías matones paguen sus culpas.

Otra marcha está programada para el sábado 12 de septiembre; irá por el oeste de Rockford, atrayendo a otras personas, y luego se dirigirá al centro de la ciudad, a los corredores del poder. Revolución estará de nuevo, para unirnos a las masas en esta batalla importante y entablar conversaciones con ellas sobre la declaración “La revolución que necesitamos... La dirección que tenemos”. Empezamos el pasado fin de semana con la exhibición de fotos de vidas robadas a manos de la policía en la parte trasera de nuestro camión, y la gente se aglomeró por alrededor, agarrando periódicos y copias de la declaración. Todos querían hablarnos del mensaje y enterarse del 22 de octubre, el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación: sean jóvenes de los multifamiliares, o ministros y trabajadores y feligreses de iglesias de la comunidad, o familiares y vecinos de Barmore, la dueña de un salón de belleza que andaba en un carro de último modelo, o proletarios blancos que caminaban hacia un concierto a la orilla del río. Vamos a ir a la marcha con la exhibición de fotos, que incluye la convocatoria al Día Nacional de Protesta y estas palabras de la declaración:

“Nos toca a nosotros: despertarnos... sacudirnos lo que nos imponen, las formas en que nos tienen pensando para que puedan mantenernos sometidos y atrapados en el mismo ajetreo cotidiano de siempre... levantarnos, como Emancipadores de la Humanidad conscientes. Los días en que este sistema simplemente puede seguir haciendo lo que le hace a la gente en este país y en todo el mundo... en que la gente no tiene la inspiración ni la organización para hacerle frente a estas barbaridades y acumular las fuerzas para poner fin a esta locura... esos días deben TERMINAR. Y esto SE PUEDE hacer”.

Les mantendremos al tanto de los nuevos acontecimientos.

Nota

1. The Age of Surveillance, The Aims and Methods of America’s Political Intelligence System, Frank J. Donner, Alfred A. Knopf, Nueva York, 1980. [regresa]

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