Revolución #181, 1 de noviembre de 2009


Una carta

Testimonio presencial de las protestas contra el G20

Esta carta es de un ex combatiente del Ejército de Pittsburgh quien estuvo en varias protestas contra el G20, en la que cuenta lo que pasó en Oakland, Pensilvania la noche del 24 de septiembre.

Sobre los sucesos fuertemente propagados en la televisión durante las protestas y ataques del jueves 24 de septiembre en Oakland en el recinto de la Universidad de Pittsburgh. Si usted accede a YouTube, ahí hay videos de esta situación a los que han visitado miles de personas. Había cuando menos 300 policías vestidos de equipo antimotín con macanas. Además, había vehículos blindados. Probablemente había unos 400 manifestantes. Estábamos a menos de 0.8 km de distancia de donde los dirigentes del mundo se reunían. La multitud coreaba varias cosas, como: "Esto es cómo se ve la democracia". A veces simplemente decían: "Ahí nos vamos, Acereros, ahí nos vamos". Había un tipo que estaba parado a medio metro de mí que simplemente se ocupaba de sus propios asuntos, completamente indefenso. Los policías se le acercaban a hurtadillas, forcejearon con él y lo arrestaron sin razón aparente. Les pregunté a las personas que estaban paradas ahí: "¿Qué hizo?" Respondieron: "Nada".

Luego la multitud empezó a corear: "Déjenlo ir, déjenlo ir, déjenlo ir". Parece que había alguna gente de la India, con tambores y campanas. Empezaron a tocarlos y todo el mundo formó un círculo y un montón de personas empezaron a bailar. Todo el mundo se divertía y la multitud estaba muy tranquila. Pero de repente, de la nada, sin razón aparente, se oyó una fuerte y fría voz mecánica robótica que empezó a repetir: "Esto se considera un mitin ilegal. Dispérsense de inmediato. Si no se dispersan, tal vez los arresten o los sometan por otros medios". Entendían lo que querían decir los policías, a saber gas lacrimógeno, balas de caucho y palizas con macanas. En un instante a todo el mundo le entró el pánico. Gritaban, chillaban y corrían. Empecé a irme caminando. Dispararon gas lacrimógeno desde un cañón. Lo vio volar por los aires, y pensaba, vaya, viene derechito hacia mí. Qué bueno que lo vi y que me quité de su trayectoria; si no, me hubiera pegado. Luego, nos persiguieron fuera del parque y por la calle. Arrestaron a cuanta gente pudieran. Muchas personas no hicieron nada violento pero las arrestaron simplemente por estar ahí. Con el tiempo, dejaron de corretearnos y simplemente levantaron una barricada en la calle. Muchos de nosotros aprovecharon ese momento para valernos de nuestros derechos de primera enmienda. Empecé a gritar: "Eso era débil, eso era débil". Y me di vuelta. Vi a dos agentes encubiertos que se acercaron a hurtadillas a un tipo, lo persiguieron, lo taclearon y lo arrestaron. Por ahí había dos calles laterales. En ese momento me di cuenta de que estaba rodeado desde los cuatro costados. Y ahí mismo me di cuenta de que me tocaría en seguida si no me apartara del lugar luego luego. Corrí justo al lado de los agentes encubiertos, pero por fortuna  éstos estaban muy ocupados arrestando al otro tipo como para percatarse de mi presencia. De alguna manera logré llegar a casa sin ser arrestado. Al día siguiente vi a este tipo grande que había estado en la protesta conmigo. Tenía toda la cara hinchada y magullada con moretones. La policía lo jodió bien gacho pero no obstante salió a la protesta al día siguiente. Esa noche muchos estudiantes de la universidad fueron arrestados porque la policía entró corriendo hasta el edificio donde están las residencias estudiantiles. Eso estuvo a cuando menos 0.4 km de donde se realizaron las protestas iniciales. Los estudiantes ya no estaban en la calle y simplemente trataban de salir de la zona de combate para llegar a casa. Supongo que esto se podría considerar un incidente tipo estado policial. Esperemos que fuera simplemente un incidente aislado y no el comienzo de algo mucho mayor.

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