Revolución #183, 15 de noviembre de 2009


Carta de un preso:

Los años del terror policial por fin parieron dolorosamente a un revolucionario

Agradecemos muchísimo el haber recibido estas cartas de presos y alentamos a las y los presas/os a seguir enviándonos cartas. Los puntos de vista que se expresan en estas páginas son de los autores y no del periódico Revolución.

Estimado PCR:

Felicitaciones y un saludo de puño cerrado de un camarada a todos mis hermanos y hermanas. Les escribo desde una mazmorra conocida como “Pelican Bay”, la prisión supermax de California. Este país está experimentando un “estiramiento facial” dramático en su arena política, la indiferencia descarada hacia la humanidad que Bush II mostró obligó a la clase dominante a buscar en su arcón de trucos para que otra vez pueda acorralar a la gente en su política burguesa con todas las falsas esperanzas y promesas vacías que la acompañan. Así que la necesidad de sacar a la luz la pura verdad es aún más urgente que nunca.

Primero, yo hablo desde el centro interno de la nación de prisión, desde lo profundo de las entrañas rancias de la bestia en la Unidad Habitacional Segura (Security Housing Unit o S.H.U.). Yo conozco de primera mano el lado oscuro del imperialismo estadounidense opresivo, el estado me ha criado desde la edad de 11 años. Prisiones juveniles, campamentos penales para los jóvenes, reformatorios, luego la prisión y ahora la unidad de control. Las calles del barrio eran todo para mí y la vida en una familia de padres divorciados era la fuerza motriz para la ira que yo siempre sentía al crecer con las manos vacías y el hostigamiento constante de la policía por ser latino en un barrio pobre, vestido de cierta manera, pasando el tiempo con otros niños pobres de mi edad, sin rumbo y tan hambriento como siempre. Estas son las condiciones de millones de jóvenes en todo este país que se meten en el crimen menor porque no entienden por qué sus circunstancias son tan funestas ni que existe otra alternativa para cambiar estas condiciones.

Mientras yo empezaba a entremeterme en la trampa de la prisión, el tiempo que yo pasaba en incomunicación se convirtió en tiempo para leer, aprender y estudiar. Empecé a leer mi propia historia de América Latina y las muchas revoluciones y luchas; eso me llevó a apoyar las revoluciones por todo el mundo y darme cuenta que cada lucha de liberación en su mayor parte se libró contra regímenes respaldados por Estados Unidos. ¡Eso me hizo abrir los ojos! Yo pensaba: “Yo nunca leí de esto en la escuela media o primaria”. Empezó a querer más porque me di cuenta que no me habían dejado conocer esta historia había toda la vida, como dice Bob Avakian me habían “excluido de la política” ¡y así naturalmente yo quería aprender más! ¡Fue en ese momento que me di cuenta de que mi estilo de vida lumpen era tiempo perdido con ira despistada y fue en este momento que los años del terror policial de porras, gas lacrimógeno y el tacón de la bota por fin parieron dolorosamente a un revolucionario! Al empezar a estudiar las obras de Marx, Lenin y Mao y desarrollar mi conocimiento del materialismo dialéctico, me di cuenta de que mi situación de ser criado en gulags y en incomunicación padeciendo de la degradación y humillación de ser dejado en celdas de hormigón sin alfombrar a veces con nada más que el papel higiénico, encadenado cada vez que saliera de mi celda como si yo fuera un animal salvaje, haciéndome desnudar y registrándome luego y dejándome en jaulas de malla del tamaño de una caseta telefónica por horas sin fin, fue por haber llevado una vida torturada en los gulags estadounidenses y que en lugar de dejar que mi tratamiento me aplastara el espíritu y cualquier concepto de por qué esto ocurre o de un mundo mejor, de elegir no luchar y convertirme en el criminal que se interioriza el odio, el “peor de los peores”, ¡empecé a desarrollarme conscientemente! Empecé a estudiar y hacer todo lo que pudiera para conseguir materiales de lectura, periódicos, libros, literatura de mi jaula de hormigón para estudiar intensamente, ¡un aula revolucionaria que estaba abierta 24 horas al día! En ese momento me di cuenta de que lo que yo veía desarrollarse en mí mismo y en otros internos en las mazmorras represivas, incomunicación y unidades de control (supermax) era el marxismo, ¡era el materialismo dialéctico en la práctica! ¡Yo estaba usando las propias herramientas de represión del estado para alimentarme psicológica e ideológicamente para fortalecer mi resistencia y profundizar mi línea política! Así que vi la belleza del materialismo dialéctico y fue en ese momento cuando yo supe que las ideas planteadas por Marx eran de hecho aplicables a todas las capas sociales, incluso a los presos.

Mi despertar a la revolución me ha llevado a desafiar al estado con varios pleitos, protestas y otras acciones mientras estoy encarcelado. Esto ha desatado al estado para que me sacara de la población general y me mantuviera indefinidamente en una unidad de control (S.H.U.) ¡Esto solamente ha fortalecido mi entendimiento de la naturaleza represiva de esta sociedad y mi creencia que otro mundo es necesario!

Hoy día se usa a Obama por un lado para acorralar a los negros en la política burguesa mientras por otro lado están llevando a los latinos a la política burguesa mediante el nombramiento de Sotomayor a la Corte Suprema, la verdad es que Sotomayor continuará defendiendo las leyes de la clase dominante y enterrando a latinos, negros y otros en la vasta red de festín penal. ¿Si Sotomayor u Obama fuese verdadero “representante de su etnia” o aun tuviese una pizca de interés por las personas de color, ¿por qué no habría hablado acerca del número desproporcionado de latinos y negros en el sistema penitenciario? ¿Por qué el asunto de las leyes de tres strikes y fuera no ha sido uno que vale la pena tratar? ¡Porque apoyan y defienden este sistema podrido! Estos son los “representantes” de los cuales el pueblo tiene que escoger en los Estados Unidos capitalista, estos “representantes” que no dicen nada cuando grupos fascistas de milicianos tumban a patadas la puerta de familias proletarias y las balean a sangre fría como hicieron los MinuteMen el 30 de mayo de 2009 en Arivaca, Arizona, segando la vida a Raúl Flores y su hija de nueve años, Brisenia Flores. ¡Pero estos “representantes” no pronuncian ni una palabra al respecto! ¡Cuando los policías al estilo de la Gestapo ejecutaron a Oscar Grant en Oakland, California, otra vez no pronunciaron ni una palabra! ¡Estos no son los “representantes” del pueblo, son los lacayos del imperialismo como solía decir Mao! La verdad es que los miembros del gobierno yanqui en realidad nunca desafiarán en serio las partes que componen la sociedad capitalista de Estados Unidos como la represión de los latinos y los NEGROS. Le toca exclusivamente al pueblo construir y fortalecer estas contradicciones. La cultura capitalista alimenta al auge de prisiones y de la encarcelación de vastas multitudes de latinos y negros; trabajan de la mano para unirse y alimentarse unos de otros. Por un lado el gobierno se queja del hacinamiento de las prisiones mientras que a la vez aumenta las penas y las leyes represivas severísimas como la de tres strikes. ¿¡Pero no es que lo que agrave el hacinamiento de las cárceles lo de aumentar la duración de las penas de prisión para delitos menores (por ejemplo, condena de vida en prisión por haber robado un caramelo!? El fenómeno penal que estamos presenciando les está haciendo mucho más a los latinos y los negros que no sentiremos totalmente por generaciones por venir.

La encarcelación de grandes números de personas de color no es simplemente un asunto de robar la libertad a la gente sino que también afecta a comunidades enteras en general y las familias particularmente. Este arrebatamiento de los padres a su familia hace recordar los días de la esclavitud cuando se dividían unos de otros miembros de las familias y se destruían hogares, ¡la unidad de la familia fue destruida entonces y se le está destruyendo de nuevo! Este arma de la encarcelación crónica desatada contra el pueblo, esta guerra de baja intensidad librada contra las masas es peor que inundar a los barrios, ghettos y multifamiliares de interés público con vastas cantidades de drogas porque no todos en estas áreas económicamente deprimidas usan o venden drogas pero muchos cometen delitos menores para poder dar de comer y mantener a sus familias cuando no hay ningún otro recurso disponible y así estas leyes represivas y racistas obran para hacer un blanco de estos otros elementos en las comunidades pobres. Los niños y las niñas dejado/as dejados/as atrás sin ser nada salvo residuos en la mente de la clase dominante capitalista servirán como el futuro ejército de reserva de los encarcelados, esto hace la misma cosa que inundar los barrios pobres en los años 1980 salvo que esto es “legal”, y no habrá ningún Escándalo Irán-Contras. Las cortes apoyarán todo esto. Esta encarcelación en masa causa estragos en las comunidades oprimidas y los millones de personas potencialmente revolucionarias están almacenadas en prisiones y quebradas más lo que conduce al suicidio, la drogadicción, la religión o el coma político.

La lucha por un mundo mejor no debe ser exclusiva a una lucha de personas pobres. Yo escribo desde el punto de vista de los oprimidos porque esta es la condición en que yo nací y crecí, pero también hay una necesidad de que aquellos con vidas muy opuestas que nunca han sentido el dolor de tener un amigo de la niñez balaceado en la calle o el dolor de ser un niña y mirar mientras la policía allane su casa y se lleva a sus familiares a la cárcel, algunos han experimentado una vida diferente o hasta protegida pero por las circunstancias de la vida han llegado a identificarse con las luchas del pueblo y han visto que el racismo ha plagado a Estados Unidos desde la llegada del primer colono, estas son las personas que también necesitamos que estén con el pueblo y apoyen lo que es moralmente correcto.

Al crear la opinión pública se necesita crear una nueva cultura fuera de las esferas de la sociedad capitalista. Tenemos que darles una nueva cultura o más bien volver a darles una nueva cultura en algunos casos a las personas para que experimenten el mundo desde un punto de vista revolucionario en todos los niveles de la sociedad, desde el arte, la música, la literatura, la poesía, los medios, etcétera. Esto requerirá que personas de todos los sectores sociales para entrarle a la cultura y el modo de pensar en esta sociedad y alterarlos radicalmente. Los periódicos como Revolución son un vehículo semejante para enseñarle al pueblo la verdad. Yo he estado recibiendo Revolución/Obrero Revolucionario por alrededor de 8 años ahora y el Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos y las donaciones del pueblo han facilitado esto: ¡Todo el poder para el pueblo! Así que el pueblo mismo ha posibilitado mi suscripción de nutrientes revolucionarios. A la vez, yo he compartido mis periódicos durante años con todos los reclusos con que he tenido contacto en las prisiones, en la incomunicación y las unidades de control y he sembrado cientos si no miles de semillas revolucionarias, así que por favor no se sientan como si sus esfuerzos y donaciones fuesen en absoluto un desperdicio porque ¡los brotes revolucionarios están creciendo, aunque esporádicos, son consecuentes! ¡Yo soy ejemplo vivo de este crecimiento!

Dicho eso les dejo con la famosa cita de Mao: ¡“una sola chispa puede incendiar toda la pradera”!

La lucha continúa

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