Revolución #185, 13 de diciembre de 2009


Emergencia global: ¡El mundo y la humanidad necesitan la revolución!

Los líderes de los gobiernos de todo el mundo están reunidos en Copenhague, Dinamarca, del 7 al 18 de diciembre de 2009 para discutir el calentamiento global. Eso ha elevado las esperanzas de mucha gente en todo el mundo. Pero los jugadores de peso en Copenhague están más preocupados por conservar el sistema capitalista que salvar el planeta. Y lo que no está en su agenda son las verdaderas dimensiones de esta crisis ambiental, las causas subyacentes y lo que se necesita para resolver este problema.

1

El planeta Tierra enfrenta una emergencia extrema y urgente. Una catástrofe inminente se avecina. Se están destruyendo, comprometiendo y cambiando para siempre los ecosistemas de plantas, animales, agua, suelo y aire: las mismas cosas de las cuales depende la vida en este planeta.

La atmósfera y los océanos se están calentando por el uso de carbón, petróleo y gas además de la destrucción de las selvas tropicales. Los glaciares y el hielo polar se están derritiendo cada vez más rápidamente. El crecimiento del calentamiento global ocasionará huracanes más poderosos y cambios en los patrones climáticos. En África donde grandes sectores de la humanidad ya padecen la guerra, la pobreza y el hambre, esto ocasionará sequías aún más devastadoras.

El mismo destino del planeta está en juego. Es un hecho científico: habrá destrucción aún más grande, dramática e irreversible de los ecosistemas del planeta a menos que se realicen monumentales cambios globales en la manera en que la humanidad interactúa con el medio ambiente.

2

Hoy día han desaparecido el 50% de los bosques del mundo. Las selvas tropicales que queden contienen la diversidad más rica de especies en la tierra (organismos que pueden reproducirse entre sí). Pero están viviendo un proceso de exterminio a un ritmo asombroso. La pérdida actual de especies se estima en mil veces más que el ritmo natural o normal de la extinción de las especies. El agua, el aire y el suelo en todo el mundo están severamente contaminados. Casi todas las personas del planeta tienen niveles detectables de sustancias tóxicas tales como pesticidas que se sabe causan cáncer, defectos congénitos y otros efectos nocivos para la salud. En los vastos océanos del mundo, la pesca en el 75% de las pesquerías ha llegado a su máxima capacidad o la ha rebasado. Los océanos mismos se están calentando y volviéndose más ácidos, por haber absorto las cada vez mayores cantidades del anhídrido carbónico que se están lanzando en el aire. Todo eso amenaza los arrecifes de coral en que vive parte de la variedad más rica de organismos marinos. Las zonas muertas donde la vida no existe se están expandiendo en los océanos.

Estados Unidos cuenta con el 5% de la población del mundo pero emite el 25% de las emisiones de CO2 del mundo. Los países capitalistas ricos del mundo son responsables de la gran mayoría de la destrucción del medio ambiente, pero aquellos que sufren las consecuencias más graves de esto son los pobres en el tercer mundo.

3

El planeta no vive esta destrucción debido a ningún “proceso natural” ni a la “naturaleza humana de avaricia” sino a la naturaleza y al funcionamiento de un sistema capitalista imperialista que trata a la naturaleza como simplemente otro recurso más al cual explotar y meter en la producción para sacar ganancias.

El capitalismo no puede tratar el medio ambiente de una manera sustentable o racional ni planificar para las futuras generaciones. Su lógica es la de las “ganancias al mando”, “expandirse o morir”. La competencia inexorable entre los capitalistas que constantemente buscan ventajas contra los competidores impulsa su economía. Por eso la “respuesta” capitalista al problema de que el 20% de la humanidad no tiene acceso al agua potable es privatizar el agua y venderla para sacar una ganancia.

La propia naturaleza de la producción capitalista es privada y la economía se compone de muchos “capitales” en competencia, en que cada uno se dedica exclusivamente a su propia expansión. Cuando los intereses capitalistas tumban las selvas tropicales en busca de madera y para hacer aceite de palma, ni las masivas cantidades de CO2 liberadas en el ambiente ni la destrucción del hábitat del orangután y el tigre sumatrano (y muchas otras especies) son parte de los cálculos.

4

Ya existen enormes fuerzas productivas y tecnología que se podrían usar para solucionar la crisis ambiental, y de más importancia se podría movilizar, dirigir y desencadenar a los miles de millones de personas por todo el mundo con sus vastos conocimientos y creatividad potencial para encontrar la manera de poner un fin a la manera en que se destruye el planeta.

Para salvar el mismo destino del planeta, necesitamos la revolución para crear sociedades socialistas que tengan por objetivo llegar a un mundo comunista. Bajo el socialismo la humanidad puede interactuar con el medio ambiente de una manera racional y sustentable, regular la producción conscientemente y detener y transformar la devastación ambiental. En una sociedad socialista se socializa la propiedad y el control de la producción y hay una economía planificada cuyo objetivo es servir las necesidades del pueblo y no las ganancias. La preservación de los ecosistemas sería integrada como prioridad central en la planificación económica y el desarrollo, y se educaría e imbuiría al pueblo con un sentido de aprecio y responsabilidad para proteger el medio ambiente.

Bajo el socialismo, las masas son el recurso más importante y podríamos movilizar al pueblo con toda su energía creativa, conocimiento e interés para bregar, discutir, argumentar y debatir y trabajar juntos para ver cómo construir una sociedad que salvaguarde la humanidad y la propia vida del planeta mismo. De esta manera la sociedad humana puede apreciar la belleza y complejidad asombrosa y fabulosa de la naturaleza y puede actuar conscientemente como guardianes del planeta.

Las sociedades socialistas del pasado ya han avanzado en desarrollar la economía de una manera racional y más ecológicamente sólida, pero se necesita mucho más y también es posible mucho más. Bob Avakian, el líder del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, ha venido desarrollando una nueva concepción del socialismo y del comunismo — un comunismo más vibrante y científico que sienta bases sólidas para ir mucho más adelante y hacerlo mucho mejor la construcción de una sociedad verdaderamente emancipadora, incluyendo en el frente ecológico.

Si usted quiere un mundo donde las personas vivan y florezcan… donde actuemos juntos como guardianes del globo… donde preservemos y realcemos el mundo salvaje y natural…, enchúfese con esta revolución y difúndala ahora mismo. El propio destino del planeta y de la humanidad está en juego… y tenemos un mundo entero que ganar.

El medio ambiente y el propio destino humano están siendo llevados al borde del desastre.

Todo eso ocurre a causa de los dictados de este sistema — a causa de su peso asfixiante sobre la humanidad. Todo eso ocurre a pesar de que existen la tecnología y la riqueza a una escala y en formas nunca antes imaginadas — tecnología y riqueza producidas por millones, por miles de millones de personas por todo el mundo quienes no tienen nombre ni rostro para los que mandan — tecnología y riqueza que se podrían y se deberían constituir un recurso perteneciente a la humanidad en conjunto y que se podrían y se deberían utilizar para satisfacer las necesidades de la gente de todas partes para tener una vida cultural, intelectual y material digna y cada vez más enriquecida.

De: La revolución que necesitamos…La dirección que tenemos — Un mensaje, y un llamamiento, del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

Referencias en línea:

The Bridge at the Edge of the World-Capitalism, the Environment and Crossing from Crisis to Sustainability, James Gustave Speth, Yale University Press 2008

The End of the Wild, Stephen Meyer, The MIT Press 2006

The Empty Ocean, Richard Ellis, Island Press 2003

Del G8 a la tierra: Que te mueras”, Revolución #171, 2 de agosto de 2009

El capitalismo, el medio ambiente y la ecología del socialismo”, de Raymond Lotta, Revolución #52, 26 de junio de 2006

“How the Palm Oil Industry is Cooking the Climate”, Greenpeace (www.greenpeace.org), noviembre de 2007

Reflexiones, notas y provocaciones, Bob Avakian, libro inédito en español, texto 9, “En última instancia el problema de la tierra es una cuestión global, o para qué sirve contemplar el globo terráqueo”, en Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #173, 24 de septiembre de 1982

Global Warming: The Earth Cries Out for Revolution”, Revolution #108, 11 de noviembre de 2007, en inglés.

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond