Revolución #195, 14 de marzo de 2010


UC-San Diego: "¿No ven el racismo?"

Más de mil estudiantes, con maestros y trabajadores de la universidad, celebraron una poderosa y desafiante marcha y mitin en la Universidad de California en San Diego (UCSD) el 4 de marzo. La protesta fue parte de las protestas en varias partes del estado y del país en contra de los ataques a la educación en la forma de aumentos dramáticos de la matrícula y recortes de clases y programas. Pero las acciones del día se intensificaron por la ira e indignación que se había desatado en las últimas semanas en respuesta a un unos feos incidentes en la universidad por parte de fuerzas abiertamente partidarias de la supremacía blanca (el racismo) y de la supremacía masculina (la misoginia).

Antecedentes del 4 de marzo

Ha habido mucho revuelo en la UCSD desde el 15 de febrero cuando unos estudiantes blancos de las fraternidades estudiantiles organizaron una fiesta fuera de la universidad para los estudiantes de UCSD con la invitación "Barbacoa en Compton". La invitación trae caricaturas degradantes, racistas y misóginas de personas negras de los barrios pobres y un odio muy vitriólico contra las mujeres negras.

La fiesta no sólo tenía el objetivo de humillar a los estudiantes negros y de otras minorías, sino de burlarse abiertamente del Mes de la Historia del Pueblo Negro. Más de 200 personas se apuntaron para la fiesta en Facebook. La noticia de esa celebración del racismo rápidamente suscitó la indignación entre los estudiantes y maestros, pero tres días fue seguida del programa de la Televisión Dirigida por Estudiantes (SRTV) en que estudiantes defendieron la "Barbacoa" con comentarios racistas que difamaron la comunidad negra.

Al ocurrir esto después de una larga serie de ataques similares contra varios sectores de los estudiantes de las minorías, esta intensificación del racismo abierto fue el colmo: un sector de la comunidad universitaria de todas las nacionalidades irrumpió en protestas.

Su rechazo de la abierta intimidación de la supremacía blanca y la supremacía masculina contra los estudiantes negros y de otras minorías y contra los estudiantes gays, lesbianas y transgéneros es muy esperado un soplo de aire fresco bienvenido. Esta resistencia audaz y decidida ha estado cobrando fuerza y encontrando resonancia entre cada vez más estudiantes y la comunidad universitaria en general ante cada provocación nueva.

La Unión de Estudiantes Negros (BSU) de UCSD protestó al día siguiente y declaró un "Estado de Emergencia: Dolor Real, Acción Real". Los intentos de la dirección de atenuar el conflicto con una asamblea del plantel titulado "Respeto Mutuo" provocó que la mayoría de los estudiantes abandonaron el salón y organizaron una contra-acción en las afueras.

Cuando el 25 de febrero se encontró colgado en la biblioteca Geisel de UCSD un dogal, símbolo amenazador de la época de linchamientos de personas negras, 300 estudiantes reaccionaron ocupando la oficina del rector mientras cientos más se concentraron afuera coreando: "Les tenemos cubiertos". Dos días antes de la protesta del 4 se encontró una capucha al estilo del Ku Klux Klan sobre una estatua en la universidad, lo que generó mucha furia en las protestas del 4 de marzo.

"¿No ven el racismo?"

La protesta del 4 de marzo comenzó con una marcha por la universidad, seguida de un mitin frente a la biblioteca. Había mucha gente, bulliciosa y muy multinacional: el ambiente cargado y combativo. Los estudiantes llevaban letreros y camisetas que decían: "¿No ven el racismo?" (en inglés, un juego de palabras: "Don’t You See Racism?"). Corearon: "Estamos prendidos, ya no aguantamos más". Un letrero relacionó el aumento de matrículas y los recortes presupuestarios con el ascenso de incidentes racistas: "Está muriendo nuestra educación y está aumentando el racismo" y la palabra "educación" colgaba de un dogal.

Los estudiantes escucharon atentamente y gritaron o vitorearon en respuesta a los oradores y las representaciones artísticas. Orador tras orador habló con pasión sobre los ataques a la educación y los vincularon con la situación amenazadora en la universidad sacada a la luz por los ataques racistas. Hablaron de su determinación de no dar marcha atrás. Un profesor habló sobre el daño que causarán los aumentos de matrículas y los recortes y sobre la necesidad de una rebelión contra la privatización de la universidad. Describió el ambiente en la escuela como "frío, hostil e insensible" y habló de esfuerzos de "volver a segregar" la universidad. Los estudiantes gays y transgéneros describieron su temor de ser agredidos.

La columnista del Los Angeles Times, Sandy Banks, escribió en su columna del 6 de marzo que tantos estudiantes dejaron las clases o se fueron a casa que la administración de la universidad ha decidido no aplicarles castigos académicos. Habló con la cabeza de la Unión de Estudiantes Negros, un egresado de una escuela especial de mayoría negra del sur de Los Ángeles, quien es uno de los estudiantes que dejaron de asistir a clases. "Es difícil estar sentado en clases pensando que una de esas personas en la fiesta pudiera estar sentado a su lado". Llamó el ambiente "tóxico". Banks habló con otra estudiante de UCSD que había crecido con un grupo diverso de amigos. La estudiante dijo que le dan vergüenza no sólo las cosas viles que decían sus compañeros de clase blancos "sino que lo dicen abiertamente; no les importa quién lo escuche".

Dos días antes de las protestas se celebró un foro en apoyo a los estudiantes en una iglesia en la comunidad negra de San Diego. Mil personas llenaron la iglesia y cuando el presidente de la BSU se puso de pie, se pusieron de pie para aplaudirlo. Les dijo que el asunto más apremiante para los estudiantes negros y de otras minorías era la seguridad; que a muchos de ellos no les agradaba estar en una universidad que a menudo parece intolerante. "En el ambiente de esta universidad, es difícil sentarse en clase... andar por la escuela, caminar por el plantel". Banks citó al pastor de una iglesia negra de la localidad que asistió al foro: "Crecí aquí. San Diego nunca ha sido amable hacia el pueblo negro".

Reflexiónese sobre lo que quiere decir que los estudiantes tengan miedo de amenazas racistas, misóginas y antigays en una universidad donde esperarían tener una sensación de seguridad. Un profesor de estudios étnicos dijo que lo que pasaba en el plantel "no es una crisis presupuestaria sino una crisis de la moral".

Pero la resistencia decidida de estos estudiantes está desafiando y cambiando todo eso. Un tema común en el mitin del 4 de marzo fue que la universidad ha experimentado un cambio dramático en unas pocas semanas. Antes una universidad aletargada, ahora está hirviendo y bullendo. Mucha gente en la protesta hacía comentarios al respecto diciendo: "No puedo creer que sea la misma escuela", y que les gustaba. Un trabajador que ha trabajado ahí 30 años dijo que nunca ha visto nada parecido en la universidad.

Extendiendo la resistencia

La tormenta que está rugiendo en UCSD saca a la superficie lo que ha estado ocurriendo en las universidades públicas por todo el estado de California. Las acciones de los estudiantes de UCSD han inspirado y despertado a los estudiantes de los otros planteles de la UC y escuelas públicas para que realicen acciones de solidaridad y a desafiar el ambiente cada vez más amenazador para los estudiantes negros, latinos y de otras minorías, los gays y las personas cuya religión está bajo ataque en las universidades.

El 24 de febrero en la UC de Irvine, 20 estudiantes y empleados se atrincheraron en rectoría para demostrar su apoyo a las protestas en UCSD. Presentaron 15 demandas, entre ellas un aumento de fondos para el departamento de estudios étnicos. Después, se realizó un "mitin de agravios y solidaridad estudiantil" para condenar los incidentes racistas en UCSD y otro incidente en UC-Davis contra un estudiante judío.

Dos días después, en la Universidad de California-Los Ángeles, cien manifestantes ocuparon la oficina del rector angelino Gene Block con la demanda de que éste presionara al de San Diego para tomar medidas resueltas contra el racismo ahí. El martes 2 de marzo un grupo de estudiantes de diversas nacionalidades pero principalmente negros formó una fila por ambos lados del Camino Bruin, el camino principal de la universidad, para que los estudiantes tuvieran que pasar de en medio de las filas que estrechaba hasta que sus compañeros de clase pudieran pasar solamente uno a uno mientras se coreaba: "¡Aquí estamos, acostúmbrense!"

El 1º de marzo, 200 estudiantes negros en la Universidad de California-Berkeley organizaron "Apagón 2010", una protesta silenciosa contra el clima académico cada vez más amenazador para los estudiantes negros y en apoyo a sus compañeros de clase en la UCSD. Vestidos de negro con las bocas cubiertas de pañuelos negros, por dos horas bloquearon el Portal Sather, la entrada principal de la universidad.

El número de estudiantes negros y latinos ha caído dramáticamente en el sistema universitario de California desde la aprobación de la Proposición 209 en noviembre de 1996 que eliminó la acción afirmativa prohibiendo que las instituciones públicas consideraran la raza, el género o el origen étnico para determinar las admisiones. Como resultado, la tasa de inscripciones de estudiantes negros, latinos y amerindios en la Universidad de California es de entre las más bajas del país. En 2006 la UC-Los Ángeles sólo tenía 96 estudiantes negros de primer año y la cantidad de estudiantes negros de la UCSD es solamente el 1,3% de la población estudiantil. El ataque a la acción afirmativa ha contribuido a alentar y envalentonar la defensa del privilegio blanco.

* * * * *

Es muy importante no subestimar la importancia de lo que hicieron los estudiantes de la UCSD. Están sacudiendo todo el sistema universitario de California y más allá y muestra el potencial de tener resonancia entre las capas medias ampliamente además de en los barrios y ghettos, entre todos los que están asqueados por la intimidación abierta, el racismo y el chovinismo masculino que están creciendo en esta sociedad. Le están dando voz a un sector valiente de jóvenes que aspiran a vivir en un mundo diferente, que no quieren vivir en un mundo donde crece la brecha entre los negros y los blancos, donde las mujeres son objetivo de desprecio y donde la educación no es derecho sino un privilegio solamente para aquellos que la pueden pagar. Al rechazar todo eso, están asestando un golpe a un talón de Aquiles de esta sociedad, cuyo racismo y dominación masculina le son integrales y fundamentales.

La pregunta que está en el aire es, ¿adónde va esta lucha? Es importante que estos estudiantes cuenten con mucho apoyo y ánimo para que continúen su resistencia. Es necesario profundizar las lecciones y estimular el debate acerca de qué es el origen de todo esto, por qué se necesita una solución radical y por qué es posible.

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