Revolución #202, 30 de mayo de 2010


Prisiones de California:

La brutalidad y el racismo de la "Unidad de Modificación Conductual"

Existe una poco conocida unidad en el sistema carcelario de California llamada la unidad de modificación conductual, que se estableció en 2005 para aislar a los presos que el estado considera "que causan problemas", por acciones como negarse a aceptar tener un compañero de celda. Hoy, se ha le rebautizado la unidad de manejo conductual (BMU por sus siglas en inglés), que supuestamente es un paso intermedio entre las celdas de seguridad máxima (el "hoyo") y la población general. Una parte del argumento oficial era proporcionar "destrezas para la vida", como cursos en "el manejo de la ira".

Pero en realidad, tales cursos, sin importar su valor, tienen poco que ver con estas unidades. Un reportaje reciente de dos partes en el Sacramento Bee1 puso al descubierto que en la prisión Corcoran, ninguno de los presos en la unidad conductual ha tomado ni un curso. Al contrario, la unidad entera estaba bajo encierro total casi las 24 horas al día. Además, descubrió que mediante estas unidades (originalmente en seis prisiones, ahora en tres), de costumbre han sometido a los presos a humillantes registros corporales, gas pimienta y otras brutalidades físicas así como el aislamiento extremo y privación sensorial en que encierran a los presos en celdas por muchos meses sin televisión, radio, ejercicio ni contacto con otras personas salvo los carceleros.

Según el Sacramento Bee, los registros de las cortes indican que "típicamente" se hallan en estas unidades a los presos con tendencias suicidas o que reciben fuertes medicamentos contra la psicosis y otros desórdenes mentales.

Además, el racismo es descarnado y generalizado. Los carceleros de la prisión High Desert llaman la unidad conductual ahí la "unidad de monos negros" y se bromean que los "monos" "siempre andan colgados por ahí", lo que constituye una asquerosa referencia a los intentos de suicidarse de los presos negros. Un ex preso de la unidad recordó cómo le rociaron con gas pimienta en la celda, por no devolver la bandeja de comida dentro de los dos a tres minutos exigidos, y que luego lo desfilaron en cueros por el pabellón, con grilletes en las manos y pies. "Me tenían caminando en grilletes y me sentía como… estar de nuevo en la esclavitud", dijo. "Al igual que bajar de la plataforma de subastas de esclavos".

A nombre de la "modificación conductual", lo que hace el estado con estos presos no es sino procurar quebrar su propia humanidad. ¿Quiénes son los verdaderos criminales?

1. "Probe Uncovers Strip Searches, Chains and Racism in California Prisons", Charles Piller, Sacramento Bee, 9 y 10 de mayo de 2010. [regresa]

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