Revolución #215, 31 de octubre de 2010


¿Qué es un gran jurado y qué amenazas presenta para los activistas?:

El gran jurado: La gran inquisición

"Un gran jurado es un panel de ciudadanos reunidos para investigar delitos y emitir acusaciones… Hoy, un procurador presenta todos los casos ante un gran jurado. El procurador escoge a los jurados y hace las preguntas. No se permite que los testigos tengan a un abogado presente. No está presente ningún juez. El procurador redacta los cargos y los lee ante el gran jurado. No existe ningún requerimiento de instruir a los integrantes del gran jurado acerca de la ley en cuestión. Además, a diferencia de otros jurados, los integrantes del gran jurado no son seleccionados tomando en cuenta sus perjuicios"*.

"Dado que el procurador orquestra exclusivamente los procedimientos, no es de sorprenderse que el gran jurado casi siempre sirva de sello de aprobación para la fiscalía. Un ex juez superior de Nueva York una vez hizo el famoso señalamiento de que ‘cualquier procurador que quisiera podría levantar cargos contra una torta de jamón"*.

"En los casos políticos, el gran jurado ha sido usado para llevar a cambio cacerías contra activistas. Los procuradores presentarán a testigos que son activistas y mediante amenazas de pasar un tiempo en la cárcel si se niegan a cooperar con el gran jurado, pretenderán que estos activistas delaten a otros activistas"*.

"…los testigos ante el gran jurado no tienen derecho a la representación de un abogado y ningún derecho a un proceso con jurado en caso de ser amenazados con pasar tiempo en la cárcel. Los testigos del gran jurado sí conservan el derecho de no autoinculparse pero no obstante pueden ser obligados a delatar a sí mismos y a otros a cambio de una inmunidad limitada de procesos y penas"*.

En la actualidad, si una persona hecha comparecer ante un gran jurado recibe una inmunidad limitada de un juez y que esa persona se niega a rendir testimonio, podría ser encarcelada. Margaret Ratner Kunstler, en el programa radial Ley y desorden, lo explicó así: "La inmunidad es tan minúscula que protege únicamente lo que usted dijo: no se permitiría usar sus propias palabras ni el producto de sus palabras en su contra. Pero era tan fácil burlar eso, pues el procurador simplemente tendría que decir: ‘Bueno, esto no vino de esto, vino de ese otro’. Y si usted se niega a rendir testimonio, una vez que le hayan concedido este tipo de inmunidad leve, usted podría estar sometido al encarcelamiento" (trascripción de Revolución).

Se permite mandar comparecer de nuevo ante un juez al individuo que se haya negado a rendir testimonio, y detenerlo en lo que se llama "desacato civil" de la corte. Sin un juicio, el juez puede encarcelar al individuo por la duración del gran jurado, que por lo normal es de 18 meses, pero en casos especiales, el gran jurado dura 36 meses y se puede ampliar el plazo porque es "especial".

En la historia, el Departamento de Justicia y el FBI han usado los poderes de citar del gran jurado federal, junto con la inmunidad obligatoria, para apresar a los activistas que se niegan a cooperar con las investigaciones del gobierno. En los años 60 y muy entrados los 80, en muchos casos individuos valientes se negaron a dar testimonio ante este tipo de jurado.

En tiempos recientes, Josh Wolf se negó a entregarle vídeos a un gran jurado federal en San Francisco que investigaba una manifestación anti-globalización de junio de 2005. Por negarse a cooperar, lo apresaron siete meses y medio, más que cualquier otro periodista acusado de no revelar información. Activistas de derechos ambientales y de la liberación de animales han estado sometidos a investigaciones de gran jurado en varios estados y apresados por no cooperar. En 2005 cinco ex miembros del Partido Pantera Negra fueron apresados por no cooperar y luego fueron arrestados y acusados sobre la base de evidencia obtenida en torturas de parte de la policía en 1973.

Según el abogado Michael Deutsch en The Improper Use of the Federal Grand Jury: An Instrument for the Internment of Political Activists (1984): "…muchos testigos citados admitieron que la única manera de responder al gran jurado era negarse a contestar sus preguntas y persistir en tal negativa a pesar de la inmunidad y desacato. Una vez que un testigo empezaba a contestar las preguntas, quedó abierta la puerta, dejando sin recursos efectivos de elegir cuáles preguntas contestar".

Deutsch discute más esa historia: "Por eso, se estableció la posición de ‘no colaborar’ con el gran jurado político. La teoría que en que se basa la no colaboración era que los testigos podrían privarles de la información que buscaban a las cacerías del gran jurado, y así subvertir su misión únicamente con una posición unificada de negación. Numerosos testigos observaron el principio de no colaborar. Algunos se libraron de las citaciones de desacato y la cárcel, pero muchos otros pasaron meses en la cárcel sin cargos en su contra, hasta que terminara el gran jurado".

Luego, Deutsch señala: "Una interpretación imparcial de los orígenes y propósitos de la V Enmienda, junto con los derechos de libertad política contenidos en la I Enmienda, debería producir un derecho al ‘silencio político’, excluyendo cualquier testimonio bajo presión ante el gran jurado respecto a la actividad y afiliaciones políticas del testigo. Los activistas políticos no deberían ser obligados a elegir entre darle al gobierno inteligencia política sobre su movimiento o ir a dar a la cárcel".

* Citas tomadas del folleto del Centro Pro Derechos Constitucionales, If an Agent Knocks.

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