Revolución #226, 8 de marzo de 2011


La siguiente declaración es de la Campaña por la abolición de toda legislación y leyes punitivas islámicas misóginas basadas en el género en Irán.

Con motivo del centenario del Día Internacional de la Mujer

¡El derrocamiento de la República Islámica de Irán es el primer paso hacia la emancipación de la mujer en nuestro país!

Hace cien años el 8 de marzo de 1911, se celebró el Día Internacional de la Mujer por primera vez. Desde ese entonces, cada año con motivo de este día, las mujeres de todo el mundo se toman las calles en protesta contra las desigualdades económicas, políticas y sociales y en resistencia a las condiciones injustas impuestas en su contra. Los sistemas capitalistas patriarcales en todo el mundo se han opuesto constantemente a las luchas de la mujer porque consideran que la conciencia y autoorganización de las mujeres amenazan a su propia existencia.

Nosotras las mujeres debemos defender nuestros logros y celebrar los avances hasta ahora en muchos aspectos de nuestra vida. No obstante, estamos muy conscientes de que las mujeres todavía viven variadas formas de opresión de género. La violencia estatal organizada y la violencia doméstica son guerras en gran escala libradas por la burguesía contra la mujer a fin de reforzar la obediencia a las normas existentes en la sociedad y coartar la protesta y potencial revolucionario. El pago desigual, la cosificación del cuerpo de la mujer, la aplicación de leyes antimujer y el reforzamiento de la cultura patriarcal en la sociedad, la intervención de la religión en la política, las violaciones en las prisiones o durante las guerras, la presión del quehacer doméstico y la ausencia de toda forma de beneficios o seguro de desempleo y jubilación constituyen ejemplos contundentes de injusticias basadas en el género en el siglo 21.

Este año, la crisis financiera global del sistema capitalista ha suscitado una enorme ola de protestas contra el capital internacional. De una parte, el despotismo, las leyes discriminatorias, las dictaduras, el mayor desempleo y pobreza y de otra, las visiones de una vida más digna y expectativas básicas, especialmente de la juventud (demandas de empleo, libertad, igualdad, libertad de decidir) han generado una ola de protestas en las calles en todo el mundo, inclusive en el Medio Oriente y el norte de África. Estas protestas se están extendiendo a diario a más países. Algunos las llaman motines “causados por el hambre”, pero estas masas no solo pasan hambre. Se han vuelto conscientes de sus derechos como seres humanos y ya no quieren soportar la esclavitud y despotismo, y por ende se están levantando en unidad para apoyar las demandas de las masas trabajadoras de decir NO a un sistema que permite montones de opresiones y explotaciones en la sociedad. La mujer en estas sociedades es la capa más oprimida. La cultura patriarcal, la religión y el capital, juntos, ha creado condiciones intolerables y dolorosas para la mujer en estas sociedades.

Los levantamientos populares en Túnez y Egipto, sobre todo la importante presencia de la mujer en los mismos, auguran cambios históricos en el Medio Oriente y el mundo. La continuación de estos levantamientos podría cambiar todas las ecuaciones a nivel mundial. Las mujeres en Egipto y Túnez están conscientes de las causas de su opresión debido a las mujeres como Nawal Al-sa’dawi en Egipto y las activistas laicas en Túnez. En estos dos países, las luchas colectivas e individuales de las mujeres conscientes laicas han jugado un papel importante en las luchas en marcha y sus avances. Las mujeres en Túnez han declarado su oposición al gobierno teológico y han protestado contra la nueva constitución propuesta que favorecería al hombre con una estructura patriarcal. Un importante indicador que señala el rumbo de estas luchas es en qué medida está representados los intereses y demandas de la mujer.

Durante más de 30 años, las mujeres han experimentado condiciones esclavizantes bajo el dominio de la República Islámica. Un régimen apoyado por los estados capitalistas y los imperialistas. Nuestro mensaje a las fuerzas progresistas y amantes de la libertad de todo el mundo y sobre todo en el Medio Oriente donde las masas se han levantado en contra de los sistemas políticos es: ponerse de pie contra cualquier intervención de la religión en los asuntos del estado y decimos eso para que nuestras hermanas eviten lo que aflige a las mujeres de Irán que han sufrido esta intervención durante tres décadas. No podemos dejar que las fuerzas capitalistas del mundo reemplacen las alternativas revolucionarias con sus propias alternativas reaccionarias en estos países. Estas masas en protesta no deben dejar que los imperialistas interfieran en sus asuntos internos y no puede dejar que las fuerzas fundamentalistas de la Edad de Piedra controlen el desenlace de su levantamiento.

Nosotras las mujeres de Irán no formulamos con claridad nuestras demandas durante la revolución de 1979 que derrocó al régimen de Sha. Simplemente formamos parte de un movimiento popular más amplio sin nuestras propias demandas o consignas. No tuvimos nuestras propias organizaciones. Ni nosotras ni las fuerzas progresistas participantes en la revolución nos dimos cuenta de que no bastaba simplemente tumbar al régimen de Sha, no prestamos suficiente atención al tipo de gobierno que lo reemplazó. Después del colapso del régimen de Sha, las demandas e intereses de la mujer quedaron en el olvido y de hecho se volvió peor la situación de la mujer en la sociedad iraní. Las mujeres eran las primeras víctimas del régimen islámico cuando éste subió al poder. La consecuencia: 32 años de brutal supresión de nuestro género en Irán. Las mujeres mesoorientales deben tomar conciencia de esto de modo que no repitan nuestro error. Durante los últimos 32 años, las mujeres iraníes han estado luchando por la separación entre la religión y el estado, contra la jihab y contra todas las leyes misóginas y castigos islámicos. Continuaremos nuestras luchas hasta el derrocamiento de la República Islámica como el primer paso hacia nuestra emancipación.

No dejemos que los imperialistas y los reaccionarios de la región desvíen los levantamientos revolucionarios de modo que puedan imponer sus alternativas antimujer retrógradas sobre los habitantes de la región so pretexto del “cambio”.

Las mujeres iraníes están decididas a que después de derrocar la República Islámica, continuarán sus luchas junto con los demás movimiento radicales en la sociedad a fin de forjar un sistema en que sea una prioridad la emancipación de la mujer, un sistema en que queden erradicadas la opresión y la explotación.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, felicitamos a todas las mujeres y personas amantes de la libertad quienes están luchando por la igualdad de género y los derechos de la mujer.

Campaña por la abolición de toda legislación y leyes punitivas islámicas misóginas basadas en el género en Irán

8 de marzo de 2011

www.harzar-zanan.com

harzar2005@yahoo.com

 

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