Revolución #233, 22 de mayo de 2011


50º aniversario

Los Viajeros por la Libertad: Un legado de desafío

Imagínate que estés tomando un pequeño viaje de vuelta al pasado. No hace mucho tiempo, hace 50 ó 60 años. Y no muy lejos. Imagínate que aún estás en Estados Unidos, en un estado sureño como Misisipí, Alabama o Georgia.

Mucho de lo que ves es familiar; pero al mismo tiempo espantosa y grotescamente diferente. Los espacios públicos, como los restaurantes, terminales de autobuses, parques, salas de cine, bibliotecas, incluso los bebederos y baños, tienen letreros, o "Sólo para blancos" o "Sólo para gente de color". Los espacios con los letreros "sólo para blancos" siempre son más limpios, más modernos, más espaciosos. Las áreas "sólo para gente de color" tienen entradas por atrás, en callejones, bebederos oxidados, quizás un letrero "Sanitarios" que te dirige a un pastizal.

Han pasado cien años desde que la guerra de Secesión puso fin a la esclavitud en Estados Unidos. Pero las relaciones económicas y sociales a tu alrededor lleva las llagas de la vergonzosa historia en que los negros eran propiedad de los blancos y producían una buena parte de la riqueza para los cimientos del capitalismo estadounidense. Supuestamente, el fin de la esclavitud "liberó" a los negros, pero, al contrario, los negros siguen siendo sometidos como un pueblo, de formas no menos explotadoras y opresivas. Bajo el sistema de aparcería, de nuevo estaban encadenados a la tierra y trabajaban como esclavos, para producir las ganancias de los capitalistas. Y nació toda una sarta de leyes y "tradiciones" para codificar todo eso, y que fueron reforzadas mediante la violencia de la policía y el KKK.

Pasamos a 1960 cuando los negros llevan casi cien años sin ser la propiedad directa de los blancos. Pero al caminar por el campo del Sur en 1960, ves a los agricultores negros pobres que aún trabajan las tierras, casi sin poder dar de comer a sus familias. Las banderas de la Confederación todavía siguen ondeando "con orgullo". Por todos lados donde mires, puedes palpar los hilos de una historia en que la supremacía blanca y la sistemática opresión del pueblo negro han estado y siguen estando empotradas en todo aspecto de la vida social estadounidense. Desde el fin de la guerra de Secesión.

Estados Unidos se proclama un bastión de la libertad y la igualdad. Pero todo lo que está a tu alrededor pone en claro que han privado a un grupo entero de personas sus derechos más básicos, el que es el blanco de la violencia oficial y de turbas y está sujeto a incontables humillaciones a diario, por el color de la piel.

Eso es la pesadilla de los Estados Unidos del Jim Crow.

"En los once estados de la Antigua Confederación, regularon la separación de las razas desde la cuna hasta la tumba. Los negros nacían en hospitales segregados y fueron enterrados en cementerios segregados… La segregación fue una idea llevada hasta el absurdo. En los juzgados del sur, los blancos y negros dieron juramento en Biblias separadas, y en la mayoría de los estados del Sur, en las ambulancias para blancos no se permitía transportar negros a los hospitales, por grave que fuera su condición. En Carolina del Norte, era ilegal para los estudiantes de escuelas blancas usar los textos que fueron tocados por manos negras; en Georgia, era ilegal para un equipo blanco de béisbol jugar en una cancha a menos que dos cuadras de distancia de donde jugaban los equipos negros"1.

Después de escuchar que un blanco racista asesinó a un joven negro de 14 años por haberle silbado a una mujer blanca, Ann Moody dijo: "Antes del asesinato de Emmett Till, yo conocía el temor al hambre, el infierno, el Diablo. Pero ahora existía un nuevo temor para mí: el temor de ser asesinada sólo porque yo era negra"2.

Viajeros por la Libertad

En 1961, 13 personas valientes, siete negros y seis blancos, se negaron a aceptar todo esto como "pues, así son las cosas". Se negaron a contentarse, a "mirar para otro lado", a "ser pacientes". Entendían los peligros y las amenazas que iban a caer sobre ellos. A ellos les importó un comino lo que la "respetable sociedad" pensara de ellos.

Al contrario, se adentraron en una situación peligrosa y volátil y empezaron un recorrido que cambiaría el curso de la historia. El 4 de mayo, abordaron dos autobuses en Washington, D.C. Planearon un viaje que los llevaría a través del Sur, para terminar en Nueva Orleáns el 17 de mayo. Cada kilómetro de ese recorrido, estarían violando la ley y "las costumbres" de la "forma de vida del Sur". Se sentarían, blancos y negros, lado a lado en el autobús, con personas negras en la parte delantera. Unas personas negras entrarían a los vestíbulos, los restaurantes y los baños "sólo par blancos".

Esos fueron los primeros Viajeros por la Libertad.

A pesar de algunas decisiones de los tribunales que afectaban los bordes de la segregación y a pesar de las luchas, a veces heroicas, con grandes sacrificios personales y hasta la muerte, libradas por los negros y por algunos blancos durante las décadas anteriores, el Jim Crow se había vuelto más afianzado en el Sur, incluso en los pasillos de los estamentos del poder. Un artículo de la revista Time de 1959 dijo que el gobernador demócrata de Misisipí, Ross Barnett, había declarado: "El negro es diferente porque Dios lo hizo diferente para castigarlo. Su frente se inclina hacia atrás. Su nariz es diferente. Sus labios son diferentes y su color definitivamente es diferente".

A principios de los años 1960, una ola de plantones en las barras de los restaurantes, para desafiar y romper el Jim Crow, se extendió a través de 100 ciudades y pueblos del Sur. Para el fin del año, los líderes estudiantiles de las universidades negras en el Sur y algunas establecidas organizaciones de derechos civiles, en particular el Congreso de la Igualdad Racial (CORE), buscaban una manera de enfrentar y desafiar la segregación del Jim Crow a través de todo el Sur. Nació la idea de los Viajeros por la Libertad.

El primer Viaje por la Libertad se convirtió en un drama de dos semanas de una escalada de violencia racista, y de heroísmo por cambiar el mundo. Estos Viajeros por la Libertad iniciales estaban profundamente comprometidos con la no violencia. Para algunos de ellos, unirse a Viajeros por la Libertad significó dejar la escuela, aunque fueran los primeros en la familia en ir a la universidad. Y todos sabían que estaban arriesgando la vida al desafiar y meterse en las mandíbulas de la violencia del Jim Crow.

A lo largo del camino, después de enfrentar la violencia de turbas, una y otra vez, decidieron continuar, incluso más decididos para tomar posición contra la injusticia, aun si eso significara arriesgarse la vida.

Turbas racistas en Alabama

Al comienzo del viaje, varios viajeros fueron agredidos y golpeados en Rock Hill, Carolina del Sur cuando entraron a una "sala de espera para blancos". Algunos fueron arrestados y detenidos brevemente en Charlotte, Carolina del Norte y Winnsboro, Carolina del Sur. Pero la amenaza de la violencia en masa irrumpió como una fea realidad cuando los Viajeros por la Libertad llegaron a Alabama.

Los Viajeros por la Libertad estaban en dos autobuses y cuando el grupo dirigente llegó a la central de autobuses en Anniston, Alabama, más de 200 hombres blancos furiosos rodearon el autobús. La muchedumbre racista golpeó las puertas y ventanas con tubos de hierro y acuchillaron los neumáticos del autobús. El conductor aceleró con la turba en persecución. Una vez fuera del pueblo, el conductor se detuvo para reparar los neumáticos. En ese momento, alguien lanzó una bomba incendiaria a través de la puerta trasera del autobús. En peligro de ser quemados vivos, los Viajeros por la Libertad se salieron del autobús tosiendo y vomitando por el denso humo negro. La turba volvió a atacar con garrotes y barras de hierro.

Cuando llegó el segundo autobús de los Viajeros por la Libertad a Anniston una hora más tarde, este también estuvo bajo ataque. La turba arrastró a las personas de sus asientos, golpeándolas hasta dejarlas inconscientes. Varias personas que necesitaban intervención médica de urgencia después de las agresiones brutales fueron expulsadas del hospital de Anniston cuando una turba de blancos cayó sobre él.

Una banda de klanistas armados requisó el segundo autobús, forzó a los viajeros negros a la parte trasera del autobús y le dijo al conductor que continuara a Birmingham. Cuando llegaron a la central de autobuses, los Viajeros por la Libertad no tenían idea que se les había tendido una trampa. El Comisionado de Seguridad Pública de Birmingham, Bull Connor, había prometido al KKK (Ku Klux Klan) que podían tener 15 minutos para cometer cualquier cosa que les diera la gana sobre los pasajeros. Y esto fue lo que hicieron, y sin clemencia.

La policía de Birmingham estaba trabajando directamente con el Klan, y el FBI tenía varios agentes e informantes insertados en el Klan, a menudo como líderes e instigadores de las turbas de linchamiento que atacaron a los Viajeros por la Libertad. El FBI sabía con anterioridad que los dos autobuses iban a ser atacados en Anniston y Birmingham, pero no hizo nada para impedir la violencia3.

Mientras que Viajeros por la Libertad estaban en Alabama, al asistente del procurador general Robert F. Kennedy se le había dicho que detuviera a los Viajeros. Suplicó por teléfono a Diane Nash, una de los líderes estudiantiles de CORE, para que llamara a retirada a los Viajeros por la Libertad, diciendo: "Jovencita, ¿entiende usted lo que está haciendo? Usted va a hacer que alguien… ¿Entiende usted que va a hacer que alguien resulte asesinado?" Nash respondió: "Que sepa usted: todos nosotros firmamos nuestra última voluntad y testamento la noche pasada antes de que saliéramos. Sabemos que alguien resultará asesinado".

Un grupo de estudiantes de Nashville se apuró a unirse a sus camaradas en las líneas del frente en Alabama. En Birmingham, fueron arrestados y durante la noche fueron llevados en carro a la línea estatal a Tennessee y dejados en medio del campo. Los Viajeros no pudieron salir a Birmingham hasta el 20 de mayo, cuando finalmente consiguieron un autobús y un conductor que los llevara en un viaje de 150 km a Montgomery. Una escolta de la policía de Alabama acompañaba el autobús, supuestamente para la "protección" de los Viajeros.

Pero cuando el autobús llegó a los límites de la ciudad de Montgomery, la escolta de la policía, incluyendo un avión, de repente desapareció. En la central de autobuses, al principio, había solamente unas pocas personas sentadas alrededor, además de algunos reporteros. Había un silencio espeluznante y de repente aparece una turba de cientos de racistas furiosos, y con toda clase de armas, que cayeron sobre los Viajeros por la Libertad, gritando: "Agarren a esos malditos negros, agarren a esos malditos negros". Una persona resultó paralizada de por vida debido a las golpizas que recibió en la central de autobuses en Montgomery. Jim Zwerg, un miembro blanco del Comité Coordinador Estudiantil de la No Violencia (SNCC), fue golpeado hasta quedar inconsciente y sangrando, sus dientes destruidos. Luego habló de cómo un hombre negro intervino: "No había nada muy heroico en lo que hice. Si usted quiere hablar de heroísmo, considere al hombre negro quien probablemente me salvó la vida. Ese hombre en overol acababa de salir del trabajo, pasaba cuando me estaban golpeando y dijo: ‘Paren de golpear a ese muchacho. Si usted quieren golpear a alguien, que golpéenme a mí’. Y sí lo hicieron. Él aún estaba inconsciente cuando dejé el hospital. No sé si vivió o murió"4.

Zwerg no obtuvo atención médica inmediata porque no hubo ambulancias blancas disponibles para transportarlo, y bajo las leyes de segregación los taxistas negros no podían aceptar a pasajeros blancos.

Las noticias sobre este ataque recorrieron el mundo y esa noche cerca de mil negros de Montgomery, incluyendo a muchos niños, se reunieron en una iglesia para escuchar a un defensor de los Viajeros por la Libertad y de la lucha que habían iniciado. La iglesia pronto fue sitiada por una turba frenética de más de 3.000 blancos que quemaron carros, destruyeron ventanas y trataron de ingresar a la iglesia. Uno de los Viajeros por la Libertad, James Farmer, relató: "En las calles rondaban bandas de hombres blancos en camisas de manga corta gritando obscenidades… Las turbas se compactaron cuando nos acercábamos a la iglesia… Cuando estábamos cerca, bloquearon todos los caminos, ondeando banderas de la Confederación y dando gritos de la misma... Cuando nos detuvimos, la muchedumbre se abalanzó sobre el carro y empezó a balancearlo de lado a lado. Pusimos el carro en reversa y salimos volando hacia... El único camino abierto hacia la iglesia fue a través del cementerio, pero lleguemos tarde, la turba ya estaba allí bloqueándonos las entradas a la iglesia"5.

Las fotos y los relatos de los Viajeros por la Libertad salieron en las noticias por todo el país y alrededor del mundo. La escena de los autobuses en llamas y los Viajeros por la Libertad heridos escandalizaron y indignaron a la gente en todas partes. Un viaje por autobús de 13 personas había llegado a ser un incidente internacional importante que causó vergüenza profunda a la estructura de poder de Estados Unidos.

Alarma en la Casa Blanca

Las fotos de los Viajeros por la Libertad ensangrentados y de las feas turbas de personas blancas salieron en primera plana en los periódicos de muchas lenguas por todo el planeta. El presidente John Kennedy fue preocupado principalmente por el hecho de que el mundo entero estaba viendo la fea verdad de la opresión brutal del pueblo negro en Estados Unidos, justo antes de una cumbre con el líder soviético Nikita Jruschov. Estados Unidos promovía el mito de que era "el más grandioso país del mundo" y un modelo para emular, el cual no cuadraba con las imágenes indelebles de personas negras y blancas bajo ataque brutal por tratar de acabar con la segregación racista. El procurador general federal Bobby Kennedy "expresó mucho más preocupación por las repercusiones en el venidero viaje del presidente a Europa. Creía que la protesta de los Viajeros por la Libertad les había ofrecido a los soviéticos un golpe maestro propagandístico"6.

En una entrevista televisada, Bobby Kennedy pidió "un período para calmarse" y dijo que "no siento que el Departamento de Justicia puede favorecer a un grupo u otro en disputas sobre los derechos constitucionales"7. El presidente John Kennedy lanzó una declaración en que sugirió que los Viajeros por la Libertad tenían la misma culpabilidad que las turbas que los atacaron. "Esperaría que cualquier persona, sea ciudadano de Alabama o visitante ahí, se abstuviera de cualquier acción que pudiera de cualquier manera tender a provocar más estallidos".

Pero una vez más, frente a la violencia rabiosa, los Viajeros por la Libertad se dedicaron a continuar su misión. Y se les unieron más personas. El 24 de mayo de 1961, dos autobuses con 27 Viajeros por la Libertad salieron de Montgomery rumbo a Jackson, Misisipí.

Misisipí, maldita sea

Al cruzar el límite estatal de Misisipí, la Guardia Nacional de ese estado puso los autobuses bajo su "protección". James Farmer recordó: "Mientras íbamos en el autobús, efectivos de la Guardia Nacional de Alabama estaban en el autobús con nosotros, y más o menos seis de ellos tenían la bayoneta fija en el fusil. Había helicópteros sobrevolando, patrullas que se pasaban por la carretera a toda velocidad con sirenas atronadoras, policías federales, estatales y del condado, así que era una operación militar. Y eso no nos calmó el miedo, en todo caso lo intensificó. No sabíamos a qué dirección iban a apuntar los fusiles los efectivos de la Guardia Nacional si surgiera una confrontación8.

No apareció ninguna turba furiosa en la central de autobuses de Jackson. Frederick Leonard recordó: "Pues, cuando llegamos en Jackson, Misisipí, no vimos a nadie salvo la policía. Ah, nos sentíamos orgullosos porque no vimos esta turba. Salimos caminando por el frente del autobús, los policías estaban parados ahí, diciendo que siguiéramos nuestro camino y nos dejaron pasar por la sección blanca. No nos permitieron tomar una pausa, simplemente nos dijeron que continuáramos y nos pasaron directamente por la central hacia el furgón policial, y hasta la cárcel9.

Lo que no sabían los Viajeros por la Libertad en ese entonces fue que John y Robert Kennedy habían amarrado un pacto para su arresto en Misisipí. Uno de los senadores más poderosos, James O. Eastland (un demócrata por Misisipí y supremacista blanco de peso), dijo que iba a garantizar la protección de los Viajeros por la Libertad mientras viajaban los 410 km entre Montgomery y Jackson, pero sólo bajo la condición de que el Departamento de Justicia permitiera que la policía de la ciudad arrestara a los manifestantes cuando llegaran10.

A los Viajeros por la Libertad arrestados en Jackson los llevaron de volada a la más infame prisión, Parchman Farm, en la delta del río Misisipí, donde los metieron en el pabellón de la muerte. El Viajero de la Libertad, Frederick Leonard, recuerda: "Al día siguiente después de nuestro arresto, fuimos a la corte. El fiscal se puso de pie, nos acusó de entrada ilegal y se sentó. Nuestro abogado, Jack Young, nos defendió como seres humanos con el derecho de ser tratados como seres humanos. Mientras nos defendía, el juez nos daba la espalda y miraba la pared. Cuando terminó Young, el juez dio la vuelta y —zas— 60 días en la prisión estatal, y nos llevaron rumbo a Parchman, bajo seguridad máxima11.

El gobernador de Misisipí, Ross Barnett, ordenó que los funcionarios de la prisión "les rompiera el espíritu, pero no los huesos". Y efectivamente Barnett y sus subalternos sometieron a los Viajeros de la Libertad a un tratamiento humillante, denigrante, brutal y abusivo en cada oportunidad y a menudo instigaron a otros presos a atacar a los Viajeros. Pero en Parchman su espíritu y determinación cobraron fuerza y no salieron quebrados. Cordy Vivian, uno de los Viajeros encarcelados en Parchman, dijo: "La sensación de las personas cuando salieron de la cárcel fue que habían triunfado, que habían logrado algo, que ahora estaban listos, que podían volver a casa, podían ser testigos de un nuevo entendimiento... Y salió un nuevo cuadro de líderes"12.

El primer grupo de valientes Viajeros por la Libertad mandó ondas de choque alrededor del mundo e inspiró a muchos otros a hacer suya esta causa. Los Viajeros por la Libertad, principalmente estudiantes negros jóvenes, inundaron el sur desde todo Estados Unidos. Al fin de ese verano de 1961, al menos 300 personas habían tomado los Viajes por la Libertad  a Jackson, resultando arrestadas y enviadas a Parchman.

Un legado inspirador, un gran desafío

La osadía, el heroísmo y la profunda claridad moral de las 13 personas que se subieron a esos dos autobuses en Washington, D.C., en mayo de 1961, y aquellos que posteriormente se unieron a los Viajeros por la Libertad,  sigue siendo un legado apreciado, inspirador e aleccionador para todos aquellos que se esfuercen para superar la odiosa opresión que hasta hoy penetra toda dimensión de este sistema capitalista imperialista. Los Viajeros por la Libertad establecieron una norma para la lucha y confrontación que inspiró a millones de personas, que atrajo a la atención de todo el mundo la realidad de la horrible cultura supremacista blanca y la violencia racista que es tan "americana como el pastel de cereza" y acentuó los conflictos divisivos dentro de las estructuras del gobierno y los organismos políticos de la sociedad estadounidense sobre cómo controlar los daños en medio de este levantamiento.

La negativa de los Viajeros por la Libertad a retroceder o hacer transas en torno a sus principios más fundamentales y la justeza de su causa hicieron que incontables personas tomaran acción para terminar con el odiado reino del Jim Crow. Rita Walker, quien se convirtió en una organizadora del SNCC, recuerda: "Yo siempre quería trabajar por mi libertad, pero no sabía cómo hacerle. A menudo escuchaba de los Viajeros por la Libertad en la televisión y leí sobre ellos en los periódicos. Me preguntaría si alguna vez vendrían a Holly Springs. Siempre me imaginé que llegaran en un autobús con la palabra "LIBERTAD" escrito sobre un costado. Me reunía con algunos amigos míos e íbamos a la central de autobuses y los esperábamos para darles una bienvenida"13.

El Movimiento por los Derechos Civiles durante los años 50 y 60 chocó directamente contra la supremacía blanca que estaba tan profundamente empotrada en las relaciones sociales y económicas en el Sur. Con el tiempo, muchos miles de personas, con gran heroísmo y sacrificio, se pusieron al frente en las narices de una represión extrema. Esta lucha allanó el camino para las luchas radicales y revolucionarias del pueblo negro en los años 60 y comienzos de los 70. Fue una parte de todo un auge de luchas en la sociedad que sacudió al sistema hasta sus cimientos. Pero las luchas de masas de los años 60 no pudieron recorrer todo el camino hacia la revolución. Hoy el capitalismo sigue intacto. Existe un nuevo Jim Crow que mantiene sometido al pueblo negro: el encarcelamiento en masa y la criminalización de generaciones de jóvenes negros. El valor y el desafío de los Viajeros por la Libertad les da ejemplo y corazón a aquellos que se opondrían a esta nueva forma repugnante de opresión del pueblo negro y otras minorías.

En todo el país, unos voluntarios contribuyeron a la investigación, verificación de los datos y el análisis en este artículo.

 

1. Nick Bryant, The Bystander: John F. Kennedy and the Struggle for Black Equality (Basic Books, 2006), p. 19. [regresa]

2. Ann Moody, Coming of Age in Mississippi (Dell, 1992), p. 197. [regresa]

3. Diane McWhorter, Carry Me Home: Birmingham, Alabama: The Climactic Battle of the Civil Rights Revolution (Simon & Schuster, 2001), capítulo 8. [regresa]

4. Skin Deep, documental de la PBS , serie Siglo del Pueblo (1999). [regresa]

5. www.crmvet.org/tim/timhis61.htm#1961-7 [regresa]

6. Nick Bryant, The Bystander, p.265. [regresa]

7. Taylor Branch, Parting the Waters: America in the King Years 1954-63 (Simon & Schuster, 1989), p. 476. [regresa]

8. Eyes on the Prize: America’s Civil Rights Movement 1954-1985, serie/documental de 14 horas de la PBS (producida por Blackside, 1987). [regresa]

9. Eyes on the Prize. [regresa]

10. Nick Bryant, The Bystander, p. 275. [regresa]

11. Entrevistas de "Eyes on the Prize", Washington University Digital Gateway Texts, http://digital.wustl.edu/e/eop/eopweb/leo0015.0363.061frederickleonard.html [regresa]

12. Entrevistas de "Eyes on the Prize", Washington University Digital Gateway Texts, http://digital.wustl.edu/e/eop/eopweb/viv0015.0233.104ctvivian.html. [regresa]

13. http://www.crmvet.org/nars/ritaw.htm [regresa]

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